Pandora y su Caja
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MissMeow.
He estado leyendo relatos eróticos de esta página y por primera vez quise intentar hacer uno propio, quizás los protocolos sean un poco diferentes a los habituales en estas zonas pero por fines de entretenimiento y satisfacción propia, este relato encontrará la audiencia que necesita, sin más preámbulos la historia se inicia hace unos años.
El inicio de una gran historia pienso que tiene que ser sencillo pero de respetar y como toda buena historia un primer encuentro no necesariamente está relacionada con sexo, asi comenzó todo.
A mis 8 años de edad, para ese entonces, mi madre decide traer a casa un nuevo integrante de la familia, un cachorro mezcla de lobo y labrador, de un color negro penetrante, con un collar natural de pelo blanco, sus pequeños ojos castaños enamoraron a todos el mismo día de su llegada, Luke, el pequeño Luke, para sus 6 meses era un perro pequeño pero nadie esperó que con el pasar del tiempo ya Luke no sería “el pequeño Luke” sino más bien “ la bestia de Luke”.
Luke se fue desarrollando y nuestra amistad también, pasamos mucho tiempo juntos, ya que no soy de socializar mucho, una mascota era ideal, no tenía que intercambiar palabras solo y únicamente una conexión que hacía que nos entendiéramos de manera no verbal.
Con el paso de los años, 6 para ser exactos, ya me encontraba en la segundaría, con la sed de conocimientos y descubrimiento de mi cuerpo y el de otros, mi introversión no me permitía el contacto directo con otro, por ende mucho menos el contacto físico de algún tipo pero eso no me impidió conocer el mío, cada centímetro y espacio, me tome el tiempo para recorrerlo.
Una tarde calurosa, lo suficiente para no llevar mucha ropa, me encontraba en mi casa sola, bueno… con Luke y nunca es mala idea hacer jugo de piña y a eso me dispuse, Luke como buen perro y amigo me acompañó durante la travesía de la preparación del jugo, siempre a la expectativa de encontrar alguna porción de comida en el suelo y en vía de llegar al suelo.
Una vez con el jugo en mano nada mejor que tomarlo en la sala de la casa con la disposición y tranquilidad necesaria, Luke por otro lado, con sus ojos de petición de comida me tenían algo incómoda hasta que decidí darle un poco del jugo, no contaba con que el se emocionaba y me hiciera botarlo sobre mis piernas, a lo que acto seguido Luke procedió a lamer ágilmente, en primera instancia busque alejarlo para irme a limpiar pero al paso de unos segundos me di cuenta que era una sensación de cosquilleo agradable y a fin de cuentas no hice que Luke se alejara.
Al momento de llegar a mi entrepierna comencé de dudar pero al cabo de un momento, quizás más corto de lo que lo sentí, deje que siguiera hasta llegar a mi intimidad, no creí que fuese lo más correcto pero no tenía cabeza para buscar algo más que no fuese placer, casi por acto reflejo abrí las piernas y Luke no dudo ni un segundo de lo que pretendía hacer, aparte mi ropa interior y deje que el hiciera el resto.
Placer y éxtasis es como puedo describir aquello, una lengua suave pero firme, húmeda y lo suficientemente texturizada para que mi mente entrara en trance, parar no era una opción.
Luke seguía lamiéndome de manera insistente pero algo me dijo que no era todo lo que él quería, su miembro ya se asomaba en su bolsa y -qué más podía hacer yo que devolverle el favor?, con la misma euforia de el de el comencé a masturbarlo, sin estar muy segura de sí lo estaba haciendo bien, yo solo vi como crecía segundo a segundo, minuto a minuto, es algo digno de ver con atención, era roja y con muchas venas, unas se veían más apetitosas que otra, si me permiten expresar el morbo que me causaban y de un momento a otro estaba muy clara de lo que quería, quería ser suya.
Sin considerar las opciones ni consecuencias, si es que realmente había alguna, me puse en cuatro patas y Luke no perdió tiempo, como si su instinto le dijera que era cuestión de tiempo para que pasara.
Comencé a sentir como hacia actos fallidos de entrar a mi vagina, lo cual me generaba una ansiedad que seguramente los que lo han practicado ya conocen, no supe cuánto tiempo estuvo así hasta que en un intento de esos entró toda de una vez, con el pequeño detalle que yo era virgen, me sentí desgarrada y un frío combinado con electricidad recorrió mi cuerpo, era un dolor que no había experimentado pero de manera sorprendente era un dolor que me gustaba, un dolor placentero y que de ninguna manera quería que acabara.
Desde mi inexperiencia yo no contaba con que el miembro de Luke creciera más, y así pasó, yo no sabía ya que hacer, el solo me llenaba cada vez más mi vagina hasta que llegó un punto que pensé que me rompería en dos, pero sí eso tenía que pasar pues que pasara, ya no había vuelta atrás, yo a estas alturas ya conozco el conocido “ abotonamiento” y por suerte en ese momento la bola que se encontraba en su miembro no entro en mi, no saben cuando lo agradezco, no estaba preparada para aquello.
Una vez llegada el punto cumbre de éxtasis yo solo podía gemir, como nunca había hecho, ni en mis noches más calurosas, y Luke comenzó a llenarse con un líquido tibio dentro mío, el frenesí del momento y el roce de su pelaje en mi espalda me llevo al orgasmo, pero no cualquier orgasmo, de esos que pierdes de manera momentánea la conciencia, que solo vives pocas veces en la vida.
Al momento de calma, sí es que eso se puede llamar calma, solo se encontraban respiraciones agitadas, Luke se quedo encima mio por un rato y saco su miembro de mi, hubo un sonido muy característico y que ahora llamo el sonido del placer, un corcho cuando sale de la botella y derrama la espuma de algún licor, solo que en este caso es tibio recorriendo mis piernas, son experiencias inenarrables, que hay que vivir para comprenderlo, jadeos y pálpitos resonantes hasta que decido incorporarme para ir al baño y limpiarme, solo logro verme al espejo y pensar que esto es algo que se tiene que repetir más de una vez…
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