Perra Estupida 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cristi_valentine.
La noche trascurrió sin mayores problemas, ni siquiera sentí cuando mi novio había llegado y se había acostado a mi lado, el domingo desperté por la mañana cambiada, diferente, no se pero, me sentía muy bien, por primera vez no repelé por el agua fría o por la falta de luz o de señal telefónica, abrí la ventana y contemple el paisaje, muy lindo en verdad, me sentía diferente, plena, sonriente me integre al grupo de amigos quienes con sorpresa vieron mi cambio, el desayuno transcurrió sin problemas nos reíamos de cualquier estupidez y cosas sin importancia, le pedí a mi novio que me llevara al centro de la ciudad para comprarme algo de ropa ya que la ropa que traía puesta era de una de las chicas que nos habían acompañado, el aceptó, por lo que nos dispusimos a salir, sin embargo a la hora de pasar por el patio de nuevo apareció la perra del cuidador esta vez le sonreí y quise agarrarla sin embargo empezó a ladrarme olfateando hacia el aire como queriendo buscar algo
_Que le pasa? le pregunto mi novio a Remigio, el cuidador
_No sé, estaba bien, quizá es porque la señorita la patea, dijo con un aire de despecho
_No será que quiere macho??? ja ja ja ja, dijo mi novio
_Pues deje que le eche al Mocho, a ese wey no se le va ni una ja ja ja contesto Remigio
No sé si fueron sus palabras o el tono en que lo dijo pero algo dentro de mi empezó a revolverse, la sonrisa se borró de mi rostro y una especie de furia comenzó a apoderarse de mí, _celosa???, no se pero la sola idea de imaginar a la perra con Mocho me hacía sentirme furiosa, intranquila.
_Que te pasa? dijo mi novio
_Nada, Nos vamos? le dije enojada
_Huy que carácter, dijo mi novio riéndose y haciéndoles la señal a sus amigos que regresaríamos pronto
Durante el trayecto al centro no pronunciamos palabra alguna, yo de verdad iba muy molesta e intranquila, pensando en que en esos momentos el Mocho estaría con la perra hacia que la sangre me hirviera, así que apresure a mi novio, ya en la ciudad, no tenia pensamiento para otra cosa que no fuera en regresar al rancho, compré un pats y unos tenis, pero también me compre un minivestido negro muy cortito, un brasier y tanga negros y unas zapatillas tipo sandalias descubiertas y muy altas, mi novio me pregunto que para que me lo compraba, yo le respondí _ Por si acaso, je je je, con una sonrisa fingida ya no me dijo nada íbamos de salida cuando se me ocurrió pintarme el pelo, porque?, no lo sé, mi pelo es de color castaño natural y corto, pero algo dentro de mi palpitaba con mucha fuerza y emoción al estarme pintando mi cabello de castaño a pelirrojo oscuro, mi novio se sorprendió al verme con el pelo teñido de pelirrojo pero no me dijo ni una sola palabra, de regreso al rancho reíamos de cualquier pendejada, solo que dentro de mi existía una verdadera angustia por llegar, deseaba que Mocho me viera así con mi nuevo look, porque? no podía adivinarlo, de verdad deseaba que aquel animal me viera ahora como estaba.
Sin embargo al llegar me lleve una enorme decepción al no ver a nadie en el rancho, solo una nota a la entrada de los amigos de mi novio que se habían adelantado a una fiesta y por ser domingo no querían perderse de ese ultimo día en el lugar, mi novio insistía en que fuéramos pero yo me fingí indispuesta, aunque en realidad me sentía muy mal, tenía un hueco en el estomago difícil de explicar por tanta angustia, o celos o no sé qué, antes de que se fuera, le pregunté a mi novio si no sabía dónde estaba Remigio ya que me daba miedo quedarme sola pero en realidad quería a Remigio para preguntarle acerca de Mocho, _Su casa esta haya, me dijo, señalándome una casita a lo lejos, sin más arrancó su auto y se fue dejándome sola de nuevo, sin perder tiempo me encaminé hacia la casa, por un pequeño camino de terracería, viendo de un lado a otro por si me encontraba a Mocho, llegando al lugar quise tocar la puerta pero unas carcajadas a lo lejos me impidieron hacerlo, era Remigio que al parecer estaba con alguien, por curiosidad empecé a caminar hacia donde sonaban las carcajadas, para mi sorpresa era aquella cabaña donde había tenido mi primer encuentro con Mocho ahora a la luz del sol no se veía tan abandonada, más bien parecía una especie de bodega o granero, entre con sigilo escuchando de vez en vez las risas del cuidador, al final del granero estaba otra especie de cuarto dividido por una puerta de tablas viejas, con cuidado y procurando no hacer ruido me acerqué lo suficiente para poder mirar por en medio de una de las aberturas de las tablas, con mucho asombro y sorpresa vi a Remigio bañando a Mocho con una manguera tallándolo, pero lo más sorprendente es lo que le decía.
_Pinche Mocho, que pinche viejota te estás cogiendo cabrón, el patrón ahora si se lució
_Las otras viejas estaban gordas y feas, pero esta de poca madre je je je je, no mames te la empinas bien rico¡¡¡ ja ja ja
Que????? me pregunte con sorpresa, poco a poco iba descubriendo que todo había sido planeado desde un principio por Rodrigo, mi novio, con razón me dejó sola desde el primer día, ahora descubría que la sombra que vi y que no me hizo caso la primera vez era la de remigio quien al darse cuenta que estaba en la cabaña se había apresurado a desatar al perro, por eso también el perro pudo entrar a la casa el día anterior, y para colmo de males el cuidador observaba todo, al fondo de la pared del cuartucho estaban colgadas pantaletas, medias y ligueros quizá de las mujeres que habían estado con Mocho, eran varias quise contarlas pero me sorprendió que la ultima prenda era mi tanga, no quise saber más, salí muy sigilosamente de lugar, ya en el camino eche a correr a la casa, estaba decepcionada, triste, despechada, un mar de sensaciones se agolpaban en mi mente, subí a la recamara cuando llegue a la casa, me tumbé en la cama a llorar, de rabia e impotencia.
Pero de nueva cuenta los ladridos de esa perra estúpida me sacaron de mis pensamientos, me acerqué a la ventana limpiándome las lagrimas para gritarle que se callara pero al abrir me di cuenta que estaba ladrando y brincando al rededor de Mocho¡¡¡¡, acercando su trasero al hocico del perro quien la miraba complaciente moviendo su enorme rabo en forma de aceptación, de momento no le di importancia al hecho, cerré la cortina y me eche a la cama, sin embargo mientras pasaban los minutos de nuevo esa angustia se apodero de mi, mis pezones comenzaron a erectarse y un extraño cosquilleo se apoderó de mi vagina, corriendo la cortina me asome de nuevo a la ventana para darme cuenta que la estúpida perra seguía brincando y retozando al rededor de mocho quien ahora recostado en el suelo la miraba de vez en vez, de nuevo me senté en la cama estaba destruida como persona pero por otro lado estaba plena, por primera vez en mi vida me sentía completa y satisfecha, así que sin perder ni un minuto más me quité la ropa que llevaba y me puse el brasier y la tanga que había comprado, el brasier separaba y levantaba perfectamente mis senos al igual que la tanga lo hacía con mis glúteos de forma simétrica, después me coloqué el minivestido y las sandalias me maquille discretamente y arreglándome el pelo abrí la ventana.
_MOCHO¡¡¡¡ le grite al animal quien al verme se incorporó de inmediato quedándoseme viendo fijamente a los ojos moviendo su enorme cola, la perra intentó distraerlo de nuevo brincando y ladrando, de inmediato di media vuelta y baje al patio al verme salir de la casa el enorme animal de nuevo clavó su mirada en mí, la perra también lo hizo, y de repente el silencio, ahí estaba ese enorme animal en medio de las dos hembras dispuestas a no compartirlo, la perra fue la primera en ofrecérsele a Mocho colocando su trasero cerca de su hocico _ Elige cabrón, le dije al mismo tiempo que me colocaba a cuatro patas dispuesta a pelear por mi macho, porque ahora mi cuerpo y mi alma lo reclamaban para mi, el animal primero olfateo a la perra para después olfatearme a mí, comprendí que yo había ganado cuando empezó a lamerme las partes que mi minúsculo vestido no cubrían, triunfante le lance una sonrisa burlona a la perra estúpida, que ahora me gruñía amenazante queriéndose lanzar contra su rival se volvió hacia mí con las fauces abiertas sin embargo Mocho se encargo de ponerla en su lugar ladrándole en forma feroz, y sacándola definitivamente del lugar, eso me éxito de muchas maneras, hasta ahora nadie había peleado por mi y ese gesto me hizo sentirme muy bien
_ me coloque de rodillas mientras Mocho se acercaba a mí, le sonreí con agrado como una mujer a la espera de su hombre amado, el se acerco colocando su enorme hocico sobre mis labios, anhelante abrí la boca para recibir su cálida y húmeda lengua poco a poco mi saliva mezclada con sus babas empezaban a mezclarse en un rico largo y delicioso beso, pase mis manos por su poderoso cuello sujetando su nuca con una de mis palmas atrayendo su hocico hacia mí, el animal se apartó de mi y echo a andar hacia el campo, entendiendo el mensaje camine detrás de el dejando que me guiara hacia donde quisiera estar, por otro lado era una buena idea no estar cerca de la casa ya que podrían llegar en cualquier momento, caminamos a mi paso, el junto de mi, de vez en vez volteábamos y yo le sonreía y sobaba su lomo, ya dentro de la maleza me llevo a un lugar plano, con arboles al rededor, eso al final no importaba lo que importaba era estar cerca de él, Mocho se paró frente a mí, mi respiración empezó a agitarse a tal grado que ahora respirada con la boca abierta, el no dejaba de mirarme, no quise dar el primer paso ya que él era l macho y no quería ofenderlo con mi actitud, el al darse cuenta empezó a olfatearme, en especial entre mis piernas, mi nuca, mi cara, mis hombros y de nuevo entre mis piernas, me separé de él iniciando un baile sin música empecé a quitarme la ropa, el vestido, el brasier, y por último mi tanga quedando completamente desnuda frente a él solo con mis zapatillas, notando como le empezaba a crecerle el pene, caí de rodillas en el pasto mientras Mocho empezaba a lamerme tiernamente, despacio pasaba su enorme lengua por mi cuerpo, hasta llegar de nuevo a mis labios, empezamos a besarnos frenéticamente dejando que su lengua hurgara dentro de mi cavidad bucal explorándonos, conociéndonos, Mocho dejó mi boca para empezar a lamer mi pecho hasta llegar a mis senos palpitantes, fines y erectos, alternando sus lamidas de uno a otro mordisqueando de vez en vez mis pezones, Ahhhhhhhh, ahhhhhhhhhmmm,
Después de lamer por un rato mis senos me dio un empujón fuerte pero delicado indicadicandome que me recostara boca arriba en el pasto, así lo hice de tal forma que al hacerlo abrí las piernas por instinto, Olio mi vagina, ya llena de jugos, al instante comenzó a lamerla.
Su lengua áspera no paraba de moverse.
Intuitivamente separe mis piernas al máximo.
Yo me acariciaba los pechos, tenía los pezones muy duros.
mis jadeos debían oírse bien lejos, pero no me importaba, quería disfrutar de mi perro-hombre quien a esta altura estaba dándome un orgasmo riquísimo mi ser se estremecía a tal forma que arrancaba el pasto con las manos de tanta excitación, Mocho no paraba de lamer, poco a poco me iba recuperando cuando de reojo vi su enorme miembro en todo su apogeo, no cavia duda también estaba disfrutando de su hembra humana, sin perder ni un minuto quité dulcemente su hocico de mi vagina y empecé a resbalarme lentamente sobre el pasto así boca arriba como estaba.
El perro al principio pensó que intentaba huir sin embargo empecé a calmarlo
_Ya chiquito, ya, sobándole la espalda, el pecho, sintiendo su peludo cuerpo llegando a su hocico le di un beso y continúe bajando sintiendo su babeante miembro pasar por mi ombligo, mi estomago, mis senos, hasta quedar exactamente a la altura de mi boca, entreabrí los labios y aprisioné suavemente la punta aguda del miembro de mi macho acariciándolo con la lengua así estuve algunos minutos en lo que Mocho se acostumbraba a la caricia, para después de forma sedienta empezar a tragar todo lo que podía de esa verga animal y poderosa que no cavia en mi boca, mocho por instinto empezó a hacer movimientos copulatorios tratando de meter todo lo que podía a mi boca ahogándome por momentos, tuve que detener por momentos con mis manos su enorme pito, así estuvimos por un rato hasta que sentí como empezaba a crecerle su bola entonces la tome con delicadeza y empecé a sobarla mientras con la otra mano sobaba sus gruesos testículos, sin aguantar más saque su verga de mi boca para empezar a lamer su bola, Mocho al sentir mi lengua respingo en pequeños brinquitos empezando a expulsar su semen perruno en mi cabello, baje su tranca para rociarme los senos, la cara hasta que al final empecé a beber su deliciosa leche, saboreándola ricamente, había acabado en mi como solo un verdadero hombre lo sabe hacer, instintivamente se quitó de mi, tome mi vestido y me limpie su semen del cuerpo, el me veía fijamente, contento, satisfecho, me tendí a su lado contemplando las copas de los árboles, tratando de digerir esas nuevas sensaciones que había experimentado, tratando de adivinar donde estaba escondido Remigio, porque de seguro estaba espiándonos,
Una vez que recupere la fuerza me puse de pie, así desnuda como estaba, solo con mis sandalias altas, esto pareció sorprender a mi amante canino quien no me quitaba la vista de encima.
contemplé mi cuerpo, de medidas perfectas, joven y firme, comencé a andar, alejándome de él, permaneció quieto; cuando ya no lo vi, di un pequeño grito llamándole y me cambie de lugar para esconderme, quería jugar, que me buscara, quería hacer lo que la perra intentaba hacer al dar de vueltas y mover la cola al rededor de él, solo que a mi estilo, esto lo repetí tres o cuatro veces, Mocho gruñía y ladraba enojado cuando llegaba al lugar de donde le gritaba y yo no estaba.
Al final me puse a cuatro patas para esperarlo, hice un poco de ruido, con algunos arbustos, no tarde en oírle llegar, pero no se mostraba, no lo veía, pasaron unos minutos y nada, no llegaba, ahora jugaba él, me iba a incorporar cuando por fin apareció frente a mí, se quedo mirándome y yo le mantuve la mirada, se acerco lentamente, Ahora me daba cuenta de lo grande que era, me dio la vuelta oliéndome, eso me excito aunque sentí una decepción cuando no lamio mi vagina, cuando de nuevo estaba en mi cara, comenzó a lamerme, sacaba la punta de la lengua y daba pequeños lametones, al mismo tiempo rozaba su poderoso cuerpo contra el mío sentía su suave pelo, su lengua rosar mis senos primero el derecho pasando al izquierdo sobre mis pezones, lamiendo con devoción, estaba completamente entregada sumida al placer más prohibido, deseando que hiciera conmigo lo que quisiera un ligero "te amo" apareció en mis labios mientras alargaba mi mano para masturbarle el pene, el dulcemente lo aparto de mi mano colocándose detrás de mi, lamiendo mi vagina con lengüetazos largos y firmes, sentí caerme de la emoción coloque mi cabeza en mis manos subiendo más mi cadera hacia su hocico, pero esta vez ya no siguió con las lamidas, entendiendo lo que seguiría me coloque a cuatro patas de nuevo, sintiendo ahora sus poderosas patas ya no en mi cintura sino colocadas a la altura de mis hombros, sobre el suelo, sintiendo su piel cálida sobre mí, como protegiéndome mientras su pene y testículos topaban contra mis muslos y nalgas, pensé que no acertaba, o que quería jugar pero en realidad me di cuenta que rosaba su verga en mis nalgas para que le creciera al máximo, sentí como buscaba la entrada de mi vagina con su tranca, dulcemente lo ayude colocando la punta a la entrada de mi vagina con la mano, se movía con lentitud, entrando poco a poco, sentía como su grueso pene se iba abriendo camino dentro de mi ser, resbalaba despacio con cariño_hhhhhhhhaaaaa.ummmmmmmmmmm
de repente arque su cuerpo colocando sus patas en mi cintura aprisionándome con fuerza para empezar a bombearme con un ritmo acelerado, como no lo había echo antes, ni él ni nadie más, con cada empuje que me daba mis pechos se agitaban violentamente haciéndome gozar como nunca los aretes que llevaba también se agitaban al ritmo de sus embestidas
_ Aaay, , así, así! , dameeeeeeeeeeeeeeeeee
_Sí, , sí, la tienes bien rica, hazme tuya Mochito, solo tuyaaaaaa
Gritaba incentivando a mi macho quien al oírme me penetraba con más fuerza
_soy tuya mi amorrr, puedes poseerme porque soy tu hembra y tu mi amo
_Ahhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhh,
El animal se movía cada vez con más fuerza y ahora lograba, con cada empuje de sus caderas, golpearme fuertemente y de lleno su enorme verga hasta el fondo de mi vagina gruñendo de placer colocando su cara junto a la mía reclamándome para el yo mientras tanto hacia mis caderas hacia atrás en contra movimiento tratando de que en cada envión me penetrara más y más una oleada de espasmos empezó a invadirme me estaba viniendo de forma brutal con esa tranca hirviente dentro de mí, espasmo tras espasmo eran recibidos por la verga de Mocho, fue un orgasmo delicioso interminable ese animal me estaba haciendo suya y yo estaba orgullosa de ser de él,
_Oh, sí,, sí, ya me está gustando… aaahh… aaaahhh… dame, dame!
_-¡Aaahh… aaaahhh… aaaahhh… así, así, así!
Eran mis gritos de placer mientras sentía su gruesa oruga de carne entrar y salir de mi ser, de repente Mocho empezó a bajar el ritmo de su copula, yo me quedé quieta, de repente empezó a hincharse dentro de mí su pene, yo me hice hacia atrás indicándole que estaba ansiosa de sentir su semen dentro de mí, el lo entendió, esta vez no aulló, se quedó quieto dejando que se acoplaran nuestros cuerpos, no hizo ruido alguno, yo tampoco nos quedamos quietos los dos haciendo un pacto prohibido mujer-perro, ahora entendía que yo era su mujer y el mi macho su mujer hembra y el mi hombre perro, no quise llevarle la contraria a mi hombre no me moví, sentía sus palpitantes testículos pegados a mis nalgas de repente un chorro hirviendo invadió mi vagina, un chorro largo y palpitante, después otro y otro y otros más quiso salirse pero lo detuve, abrazando su enorme cabeza con mi brazo derecho, lamiendo y chupando su lengua, entregándome por completo a él, así con la verga de mi macho aun trabada dentro de mí, caímos de lado en el pasto, el detrás de mi tendido cuan largo era protegiendo con su cuero a su mujer y yo sintiéndome protegida por mi hombre, así estuvimos hasta que su pene perdió fuerza y poco a poco salía de mi rodeado de esperma que no cupo dentro de mí, _Te amo Mocho, Te amo, le decía dulcemente
_ Quiero tener un hijo tuyo, le dije en medio de mi locura sexual, _ me lo das? le dije mirándolo de reojo a los ojos, besando su pata que tenía tomada en mi mano, no sé si me entendía o no, yo quise pensar que si, la tarde empezó a caer no me quería separar de mi macho, después de todo ese día regresaríamos a la ciudad, sin embargo Mocho me separó dulcemente de su cuerpo incorporándose haciéndome la señal de que lo siguiera, como hembra obediente me incorpore, estaba desnuda a pocos metros recogí mi tanga del suelo, no sabía donde había dejado mi vestido, _Remigio¡¡¡¡¡ grite un par de veces apareciendo el cuidador con mi vestido en la mano ofreciéndomelo, como pude tape mi cuerpo con las manos, el se volteo mientras me ponía el vestido, al voltear de nuevo, se sorprendió al ver que le ofrecía mi tanga, _Gracias le dije con una ligera sonrisa, mientras mi macho observaba complacido esperando a que lo siguiera.
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