Por curiosa
Mi colega me habló de zoofilia, me pareció repugnante pero de a pocos fui curioseando….
Soy profesora, empecé a trabajar muy joven a los 19 años como cargo interino y a la vez estudiaba mi carrera de profesora, aún nunca había tenido pareja o novio por lo tanto aún no había tenido experiencia sexual, pero como toda joven sentía deseos íntimos y excitación.
Una de mis colegas un poco mayor, era mi confidente, siempre me comentaba todo tipo de temas sexuales, entre ellos la zoofilia, la tomé de mal y asqueroso al comienzo y en cierta vez me hizo ver una foto de zoofilia, increíblemente a la primera vista me llamó la atención, y mas adelante me mostró videos a veces pensaba estar en esa situación, sin hacer notar a mi colega empecé a curiosear.
En la vecindad, noté que la mamá de mi amiga Rosario, todos los días lo soltaba a un perrito llamado Beto, aproximadamente a eso de las 06:00 pm. hora en que también llegaba a casa después del trabajo, y pensé mucho en Beto, un rottweiler lleno de energía, que tuve fantasías con él. Cierta noche, salí de mi casa en un momento que ya no andaba la gente, llevando algunas galletas para dárselo a Beto y tratar de que me siga a mi casa… solo logré que me siguiera unos pocos metros y de allí se regresaba a su puerta, seguí intentando pero ya me dio vergüenza que quizá algún vecino me estaría observando.
Rosario tiene una tienda de peluches en el centro de la ciudad, y cada vez que estaba por allí, la visitaba y conversábamos mucho de varios temas, entonces me animé de tocar el tema de Beto con el cuento de que si pudiera prestarme ya que mi enamorado tiene su perrita de la misma raza y queremos reproducirla (eso solo fue una excusa) Rosario, de inmediato dijo que si… pero dijo también que costaría como unos 50 dólares, realmente me sorprendí.
La dije, que iré a consultar a mi enamorado y regreso, salí de ese centro comercial y me pusa a caminar pensativa de la circunstancia y al final me convencí con la justificación de que quizá sea la única oportunidad, regresé donde Rosario le pedí un descuento y accedió y quedamos en 40 dólares. Ese día era un miércoles y quedamos que para el sábado siguiente en la tarde me lo traería a Beto.
Salí de la galería algo nerviosita y ansiosa en busca de un lindo baby doll rosado, el cual encontré en un centro comercial contiguo, los días siguientes estaba muy pensativa de como puede suceder eso y algo que mi conciencia me remordía, pero me decía que ya había pagado y no quería perder.
El día sábado muy temprano sonó mi teléfono y era Rosario diciéndome que tenia muchas actividades ese día y en la tarde no podía venir, y me sugirió traer a Beto en ese momento, casi las 05 de la mañana, acepté y la esperé en la puerta y vi llegar a Beto sujetado de una correa, un robusto rottweiler de respiración profundo y de mucha fuerza, me dio miedito pero no podía retroceder. Rosario me dijo, al terminar con su plan, lo dejas en la calle y Beto solo regresará a mi casa…
Beto entró a mi casa y empezó a oler todo y me puse muy nerviosa, se me nubló todo y no sabia que hacer… después de un rato me cambié la pijama con el baby doll y decidí entregarme a Beto tal como mi colega contaba, le expuse mi entrepierna y Beto como si fuese un experto de inmediato empezó lamerme con fuerza, yo realmente temblaba de nervios y sentía unas sensaciones eróticas muy pronunciados.
Llegó un momento que me abrazó y me di cuenta que ya quería montarme, es así que me puse de cuatro al piso, empezó a lamerme por detrás, el calzoncito del baby doll la tenía bien húmeda por la saliva de Beto y mis fluidos internos que me venían en abundancia… Beto hizo una primera monta pero su pene no me acertaba solo sentí unos punzones muy fuertes al rededor de mi vulva como la dura punta de un lápiz y se bajaba, en ese plan estuvo como cuatro veces, en la siguiente tuve que orientar su pene con mi mano a mi entrada vaginal y no me la esperaba que, con gran fuerza la metió y lance un fuerte chasquido de dolor, quise sacarme de encima pero con sus patas delanteras me abrazó super fuerte, si que fue uno de mis gritos mas fuertes de mi vida, le decía a Beto que me metiera despacito, Beto por favor despacio, traté de calmarme y Beto seguía moviéndose super rápido y si que el dolor era terrible, me desgarraba por dentro, y yo repetía mis súplicas a Beto diciéndolo ¡¡por favor Beto despacioooo!! hasta que de un buen tiempo dejo de moverse y escuché el jadeo de respiración profunda que Beto por cansancio manifestaba y yo también y sentía al rato el dolor distinto algo placentero y dé repente se me vino mi primera experiencia de orgasmo bien pronunciado, Que lindo mi Beto… sigue mi amor, soy tuya, mi papi, hazme tu perrita, méteme mas mas mas mas, mi amor. Realmente nunca había sentido tal placer que, le seguía diciendo Beto palabras cariñosas de amor. Al rato sentí como toda mi vulva estaba como adormecida y quise sacarme y me di cuenta que no podía salir su pene, traté de salirme y solo me dolía nuevamente.
Beto se bajó de mi encima al costado y sentí un tirón en mi vagina que nuevamente grité, me empecé a preocupar, Beto, no quería soltarme, nuevamente le decía entre gritos, ¡¡Beto mi amor despacito, no me hagas doler!! y de a pocos llegó a posicionarse detrás de mi, terminamos pegados uno detrás de otro. Allí sentí pronunciadamente sus pulsaciones de sus latidos dentro de mi, a través de su pene en mi interior vaginal y un simple movimiento era doloroso. Al poco rato se me vino otro orgasmo, una sensación nueva para mi y con fuertes jadeos y suspiros placenteros le decía a mi Beto: mi amor que lindo eres, soy tu perrita, mi Beto lindo, soy tu mujer, tú sabes que me entregue a ti, mi Beto mi amor, soy tuya, a si, a si, papi, sigue mi amor, sabes bien que soy tu perra… Al poco rato fue calmándose y ya sentía que me mataba de dolor mis rodillas del piso duro.
Beto, increíblemente empozo a jalar y fue otro de mis terribles gritos…, ¡¡¡¡no, no, no, no… papi me duele, me duele, en eso se salió su pene de mi vagina, hayyyy que terrible dolor sentí… empecé a recostarme con gran dolor y vi a Beto al otro lado de la habitación con un enorme pene rojizo que le colgaba, no podía creer que todo eso me la había metido y pude soportar, me di cuenta de una protuberancia en la base de su pene como una pelota de tenis y supe que eso quedó atrapado en mi vagina y por eso no podía soltarme. Allí entendí que las perritas callejeras quedan atrapadas por el pene del perro macho, jijiji así como a mi me hizo mi Beto.
Definitivamente me había lastimado, tuve descenso de sangre, sufrí desgarro que en los días siguientes me curé. Pero fue una experiencia que no me quejo de haberla probado, fue doloroso pero me sentí encantada. Nunca olvidaré a Beto a pesar que me decepcionó varias veces, de eso les contaré próximamente…
Ers una puta marca y caliente maravillossa…te felicito por atreverte. Buen relato.5 estrellas de evaluacion