Que pasada !
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Laurita.
Hola, me llamo Laura y vivo en Córdoba Capital, aunque soy nacida en La Carlota, que se encuentra dentro de la Provincia. Tengo 29 años y soy soltera.
Supe de esta pagina ya que cuando mi hermano mayor estudiaba en Córdoba y compartíamos la computadora, el se pasaba horas viendo paginas porno, cuando yo estaba caliente me ponía a ver las paginas pornográficas que miraba mi hermano y me pajeaba frente a la pantalla. Eso fue antes de hacerme un grupo en la ciudad y empezar a tener relaciones sexuales con chicos.
La verdad que lo que me paso fue muy curioso, ya que si bien sabia que gente tiene relaciones sexuales con animales, en mi cabeza nunca se me había pasado la idea de tener relaciones de este tipo.
Lo que estoy por contar es mi primera vez en la zoofilia. Cabe aclarar que mi vida sexual es normal, tengo relaciones seguidas y todas heterosexuales (aunque tengo fantasías con otras mujeres y la de participar en fiestas con 3 mujeres y 7 u 8 chicos y que todo se descontrole, se que algún día alguna de las dos la voy a experimentar).
Trabajo en una oficina que se dedica a la contabilidad (soy contadora) de una empresa conocida en el mundo, ya que es exportadora; las vacaciones me la dieron en el mes de marzo, ninguna amiga tenia la misma fecha que las mías por lo que me pensaba quedar en mi departamento del centro de la ciudad leyendo algún libro y nada mas.
Después de una semana de estar haciendo nada un amigo mío me presto su casa en Icho Cruz, esta es una localidad turística de Córdoba.
Una tarde en la que estaba sola me fui a correr, ya que hago mucha gimnasia y además me gusta hacerla (entre otras cosas he participado en maratones y en triatlones). El lugar que elegí fue la orilla del río y fui bordeándolo hacia arriba. A los 40 minutos aprox. de trote decidí volver a la casa. La verdad que estaba cansada por lo que me saque las zapatillas, las medias y el pantalón, poniéndome mas cómoda con una pollera cortita y unas hojotas, fui para la heladera y me senté a tomar un poco de agua.
En eso entró Felipe, el perro de mi amigo, que vive en el campo. Supongo que sintió la heladera y al tener hambre entró; como estaba cansada no me levante a darle nada y lo eché diciéndole que a la noche le preparaba un poco de polenta; es típico perro de campo, mezcla pura y grandote, por lo que si se le da únicamente carne te fundís.
El perro seguía dando vueltas y se tiro bajo la mesa.
Después de un rato me empezó a olfatear mi vagina, supongo que por el olor. Le empujaba la cabeza pero volvía, la verdad que me había cansado y deje que oliera (a quien no le paso que va a alguna casa y el perro le empieza a oler la entre pierna?) supuse que de esa forma me iba a dejar tranquila.
Grande fue mi sorpresa cuando Felipe me dio un lengüetazo que la verdad la sentí, al principio me sonreí y pensé que desubicado que era el perro, pero la verdad que me imagine que todo quedaría asi, pero la verdad que me equivoque y mucho.
Felipe dio otro lengüetazo y otro mas, fue ahí que me enoje y le pegue una patada, el perro se fue y pensé en irme a bañar para que no me oliera mas.
Salí a cerrar la puerta, pensando que el perro había salido por la patada y después irme a bañar, por lo que me saque la bombacha dejándome puesta solo la pollera, prendí la TV. y me puse a ver un programa de chimentos de Bs. As. Recostada en un sillón-cama del living, cuando siento uñas en el piso de la escalera y era Felipe bajando de la pieza, la verdad que ya no recordaba lo que paso unos 20 minutos antes.
El perro subió al sillón-cama y se recostó a mi lado para que lo acariciara, el estaba al revez con su cabeza dando a mis piernas (como todo perro), y cuando me di cuenta me estaba lamiendo el clítoris, la verdad que me estaba haciendo gozar, pensé en sacarlo varias veces pero en un momento estaba un clímax que lo deje que hiciera lo que quisiera conmigo, hasta que medio que me quiso morder el clítoris (habrá pensando que era comida), en ese momento lo saque y me empecé a masturbar; cuando estaba por terminar Felipe me empezó a lengüetear de vuelta y la verdad que para mi fue una de las mejores acabadas que tuve en mi vida ya que esa lengua era fantástica.
Estaba en pleno orgasmo y el perro seguía con su trabajo por lo que me calenté de nuevo, pensaba en mi novio, ¡COMO LO NECESITABA EN ESE MOMENTO!, pensaba en la necesidad de ser penetrada y quería tener mi vibrador (tengo uno en casa) o una zanahoria, una morcilla, cualquier cosa. Fue en ese momento que puse al perro en la posición que me apasiona, el 69, y empecé a tocarle el pene mientras el lamía mi concha, ya los jugos mojaban mi culo y el perro ya me lamía concha y culo, mi calentura no daba mas, no me importaba nada.
Empecé a tocar todo sus miembros, yo pensaba en acabar de nuevo mediante las lamidas, todavía no se me cruzaba en la cabeza que Felipe me la pusiera, pero entre mis masajes empezó a salir del capullo el pene de Felipe, la verdad que me dio asco y pensé en dejar eso, que me estaba volviendo loca, pero a los segundos estaba tan deseosa en chupar la pija de un hombre que ni me di cuenta y le estaba chupando la pija ¡AL PERRO!.
La verdad que ese pensamiento en ese momento me lleno de morbo y me la puse toda en la boca, la pija me tocaba la garganta y me excitaba como nunca había pensado, no se si era porque era algo nuevo para mi, pero estaba re caliente, Felipe dejo de chuparme la concha, no me importaba nada, seguía chupandole la pija. A los 4 ó 5 minutos el hijo de puta pego una acabada impresionante y me la trague casi toda (recuerden que estaba acostada haciéndole un hermoso 69).
En ese momento el pichicho se quiso bajar, claro, el estaba tranquilo, pero yo estaba recontracaliente porque no había podido acabar (el perro se calentó y me dejo de chupar la concha), lo único que quería era coger, con cualquier cosa y la verdad que me había encariñado con ese perro.
Lo puse boca arriba y empecé a tocarlo hasta que se calentó y le volvió a salir la pija del capullo, tenia en mi boca el gusto de esa leche que nunca me había tomado y eso me daba mucho morbo. Cuando se le puso dura me puse en 4 patas y Felipe se me subió y movía su pelvis, me la quería meter a toda costa y yo lo quería adentro a toda costa.
Le agarre la pija y me la metí yo adentro, el hijo de puta se empezó a mover de una manera tan rápida como nunca antes me la habían metido, sentía en el cuello uterino la cabeza de pija, que es diferente a la del hombre, la pija es mas ancha en el medio que es el lugar de rozamiento, por lo que me gustaba mas esa pija que la del hombre. La estaba pasando bomba y esa pija que cada vez era mas ancha, lo que era al principio un suspiro, empezó a ser jadeos y después ya eran gritos de placer que me salía de adentro de la garganta y pensaba que lo que me estaba cogiendo era un perro y mas me calentaba.
Acabe dos veces y Felipe bombeaba como cuando empezó, pero al revez de las pijas humanas esta cada vez era mas ancha (la de los pibes es como que se aflojan un poco y en el medio de una buena cogida están un poco fláccidas), cuando estaba por acabar por tercera vez sentí que no me empujaba mas y empezó a acabar, al principio estaba feliz y a los pocos minutos me acorde que era un perro, entonces me quise salir de ahí y no podía, ¡estaba abotonada!.
Felipe se dio vuelta y quedamos así por unos 5 minutos aproximadamente, en esa posición me puse a pensar lo que había hecho, en medio de mi tercer orgasmo, por lo que mis ideas no eran de lo mas lucidas y quería esa pija en el culo, la idea me estaba calentando aun mas, nunca me había pasado esto.
A los 5 minutos nos desabotonamos y fui a chuparle la pija, fláccida pero casi del mismo tamaño que la que tenia en mi concha unos minutos antes.
Felipe no quería saber nada y mi culo ardía de ganas, buscaba algo en la casa para meterme en el culo, como no encontraba nada me acosté y empecé a meterme dedos en mi culo. Al rato estaba agitando al pobre Felipe, que como gran semental, reacciono de nuevo a mis caricias. Me puse de nuevo en 4 patas y me la puse en el culo, ¡QUE CULIADON MI DIOS!
La verdad que en mi vida me habían hecho el culo de esa forma, me empujaba de una manera que me costaba mantenerme en el mismo lugar, la lengua del perro me mojaba la espalda, creo de haber tenido un orgasmo anal (me gustaría que me dijeran si existe el orgasmo anal), me salía agua de mi culo, fue impresionante, quería que no se acabara mas, en un momento me salieron unas lagrimas de placer, mis gritos no eran fuertes porque me ahogaba, la verdad que nunca había gozado de esa forma.
Lo único que me acuerdo es que sentía la punta de la pija entrando en mi intestino y eso era increíble, la parte de mi culo era como una burbuja de lo dilatado que estaba, lo que sentía era la punta de la pija en el intestino y el medio de la pija rozando en el orificio anal, y cuando Felipe termino, lo único que repetía era… “no, por favor, seguí un rato mas, por favor”, debo de haberlo repetido unas 5 ó 6 veces, como si el perro entendiera. Lo malo fue el dolor que me dio el bolo de la base de la pija cuando tiraba, ya que es como si me tiraran la piel de adentro para afuera y la verdad que fue doloroso, quería que terminara lo antes posible.
Me fui a duchar y me prometí que esa había sido la ultima vez (por el dolor), que estaba loca, que necesitaba volver al trabajo y dejar de pensar esas cosas.
Lo único que les digo que aprendí la lección y la segunda vez (a los 3 días) antes que Felipe terminara en mi culo le agarre el bolo para que este quedara afuera y así pude disfrutar esa pija y esa culiada.
Ahora me cambie, no vivo mas en el departamento y alquile una casa con patio, me compre un perro, pensaba en un Gran Danés, pero compre un Labrador (es mas bonito de cara) que se llama Tronco (en alusión a la pija ) y aduje que es para seguridad de la casa, lo que pasa que todavía es cachorro y no tiene ganas de mantener ningún tipo de relaciones, y estoy aprovechando este tiempo para que mi pareja acepte la idea de que alguien pueda coger con un perro.
Me imagino cogiendo con uno y chapándole la pija al otro, y por que no tener una doble penetración, mi pareja por mi concha abajo, yo en el medio boca abajo y el perro rompiéndome el orto, ¡QUE PLACER!, La verdad que no veo que a mi pareja le desagrade la idea, ya que cada vez que tocamos el tema de relaciones zoofilicas, el se engancha.
Espero el día de tenerlos a los dos adentro mío, por lo que espero que mi novio quiera.
Los saludo y sinceramente, esto me ocurrió.
Woooow, tremendo relato,me pusiste supercachondo,muchacha!!!
Tremendo relato, me encantó