TODO RENACIO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Nunca creí que algún día podría contar mis experiencias sexuales pero la oportunidad llegó y no la voy a desaprovechar; con Alberto (mi marido) nos casamos en 1980 y nuestro sexo era muy bueno, en 1982 llegó nuestro único hijo, para su primer añito, su madrina le trajo de regalo un muy pequeño perrito, era muy bonito, nunca habiamos visto algo tan chiquito, nos comentó que era de raza Toy y que ese era su tamaño maximo, nos quedamos admirados de su pequeñes y de su pelaje totalmente blanco y sueve, este siempre estubo adentro de la casa y le gustaba jugar permantentemente y cada vez que nos veía sentados brincaba sobre nuestras faldas y allí se quedaba y una noche, al regreso de una fiesta y con algunas copas de más, nos sentamos en el living a disfrutar nuestra último tragode la noche, estabamos sólos ya que mi hijo se lo habíamos dejado a su madrina, nuestro perrito (Puchi), una vez más se había subido al sillón amolestar, nuestra conversaciones giraban en torno al sexo precalentándonos para lo que vendría, a mi marido ya se le había parado muy dura y el pantalón le molestaba, sin mas trámite se lo saco, también el boxer y se desprendió la camisa y se empezó a pajear muy suavemente, yo no demoré en imitarlo y fue en ese momento (que con el tiempo lo consideré mágico) Puchi se abalanzó subre mi bajina y enpezó a lamerla los dos nos miramos sosprendidos pero nos gustó y lo dejé seguir, su lengua era muy pequeña, nada que ver con la de mi marido, me volqué al instante, luego lo tomé y puse su cuerpito sobre mi concha y lo fricioné, no recuerdo ya cuantas veces terminé.
Con el correr del tiempo se hizo costumbre para calentarnos aun mas, al poco tiempo llegó a Argentina la Democracia y con ella todas las libertades y por supuesto los videos, nos acostumbramos a ver muy seguido. Una tarde cuando mi Alberto regresó me dijo "no sabés lo que traigo" era un video de mujeres cojiendo
con animales, a los minutos de empezar a verlo ya me volqué varias veces, agarré a Puchi y por primera vez lo masturbé, su pija era muy pequeña me la intruduje pero la verdad que no la sentía, lo que si me calentó mas y mas eran sus movimientos y frenesí, luego de un rato sentí algo caliente chorrear entre mis piernas, era semen, se habia volcado, por favor que calentura, desde ese día y por mucho tiempo creo haberlo hecho terminar cientos de veces.
El tiempo pasó, mi hijo creció, Puchi murió y de ves en cuando con Alberto lo recordábamos con mucho cariño. Con los años mi hijo emigró a Europa y por su insistencia instalamos Internet, no sabiamos ni prenderlo, hice un curso y de a poco
le agarré la mano, primero era solo para chatear con nuestro hijo y a medida que le agarraba la mano empecé hacer clik aqui y allá y un poco por azar llegue a estos relatos, nos gusto mucho y empezamos a recordar y a proponernos algunos juegos y el primero que se nos ocurrió fue que uno leía y el otro pajeaba, nos sentimos jóvenes de nuevo y nuestras calenturas reaparecieron, seguí investigando y llegué a los videos zoo, al verlos dije basta, no aguanto más, se lo comneté a Alberto y le dije que queria un perrito, se sonrrió y me contestó ya veremos que hago". En agosto del 2009 el día en que cumplía mis 61 años, albertol llegó con un perro sin raza pero de un gran tamaño con un pelaje color té con leche muy cortito, se lo veía muy limpio. Miré a mi marido y tan sólo le sonreí diciendole "GRACIAS".
Pasada la primera emoción le pregunté donde lo había comprado, me dijo que se lo habían regalado en una protectora de animales, enseguida mi marido le preparó un buen plato de comida, se la dió y por la ventana de la cocina ví como él lo acariciaba hasta que llegó a su pija y por un rato lo pajeó, mi cabeza hiba a mil por hora y quería pensar lo que sucedería esa noche pero no me lo podía imajinar con certeza.
Luego de regresar de cenar,alberto guardo en auto, yo que no daba mas de calentura ya que miestras viajabamos de regreso a casa la conversación solo giró alrrededor de mi regalo, le dije tenemos que buscarle un nombre, mi marido me
dijo que lo llarariamos "NERON", en pocos minutos estabamos en el living totalmente desnudos, yo con mis flamantes 61 y mi marido con sus 63, llamamos a Neron para que ingresara a la casa, no conocía su nuevo nombre, mi marido lo empezo acariciar y masturbar y por supuesto lo siguió de inmediato, yo sentada en el sofá me masturbaba como loca y me volcaba, la pija de mi marido estaba extremadamente dura, lo trajo ante mi y empujo su ocico contra mi bajina pero tan solo miraba y nada hacía, vi a mi marido salir hacia la cocina y traía un frasco de dulce, yo seguía ardiendo, untó mis tetas y empujó de nuevo al Nerón sobremis pechos y este allí sí empezo a lamer, Alberto siguió untando pero en mi viestre y la lengua seguía el dulce, yo creia estar en otro mundo.
Cuando sentí que me ponía el dulce en mi concha supe lo que se venía, sentí una lengua aspera pero muy grande que penetraba, me volque de inmediato, mi boca se secaba y me lamía con mi lengua mis labios para humedecerlos, mi marido seguía untando mi concha y Nerón lamiendo, mi frenesí era total, retorcía mi cuerpo sobre el sofa, levantaba mis piernas , las bajaba, las abría las cerraba, estaba loca de placer, en un momento mi marido retiró al perro y sin trámite alguno me la metió toda, yo le tomé con mis manos su cabeza y besándolo le decía gracias, gracias, su volcada volvió a ser como las de antes, saco su pija y Nerón volvió a lamerme metiendo mas profunda su lengua que antes, tal ves para extraer la leche de mi marido, este empezo nuevamente a pajear a Neròn y por fin ví en vivo y directo una pija de perro, es algo fenomenal, cuando la ví toda afuera y tan larga y gruesa me dije chau fantasía, ahora realidad, Alberto me indicó que tirara las piernas un poco mas afuera del sofá y que dejara mi concha al borde del mismo, alzó a Nerón, hizo que apoyara sus patas en el respaldo del sillón, su pija quedó justa a la altura de mi concha, Alberto lo siguió pajeando hasta que le salió toda su pija y su botón afuera, la tomó de su tronco y la enfiló a mi concha, en un solo movimiento de Nerón esta estaba adentro.
Allí fue la locura total, nerón se movía a un ritmo muy rápido, su pija entraba y salía, yo nunca había tenido algo tan grande dentro de mí y empece yo también acompañar los movimientos de mi perro, mi marido con una mano seguía sosteniendo la pija desde su tronco y con la otra mano le tenía su nalga para que con sus movimientos no se hiciera muy atrás y se saliera, como esplicar y no hay palabras que puedan describir tanto placer, solo acababa una y otra vez y quería que nunca terminara esta cojida, no se de verdad cuanto tiempo pasó, solo sé que pese a mi edad no sentía cansancio, solo placer, por momentos me tocaba mis tetas, por momentos abrazaba a Nerón, fue en unos de estos abrazos que sentí que su cuerpo se contraía cada vez mas y pummmm, sentí un chorro tan caliente
y abundante que me inundaba que sentí total felicidad y allí llego yo que yo he catalogado como la volcada mas increible de mi vida.
Nerón se bajo, se acostó y se lamía, yo estaba en el paraiso y por fin reparé en mi marido, me había olvidado de su existencia, tan solo atiné a mirado y él supo leer mi mirada que era pura felicidad y agradecimiento, luego de mas de una hora donde solo nos tomamos una copa y hablamos de lo esplendido de ese acto, sucedió lo que yo hacía mucho tiempo no veía, a mi marido se le había vuelto a parar aunque no del todo dura, me largue sobre él y se la empece a chupar, cuando sentí en mi boca su total dureza me la puse en mi concha y seguimos cojiendo, yo terminé un par de veces más, a mi marido le costaba terminar, lo acaricie muy suavemente, le decía que lo deseaba, que lo amaba y en un momento sus ojos se empezaron abrir y largo un fuerte gemido y sentí nuevamente su leche dentro de mi, habiamos vuelto a ser los de antes.
Fue el cumpleaños mas hermoso de mi vida, me volqué como nunca antes. esta de mas decirles que ahora cojemos mucho mas seguido y por supuesto la mayoría de las veces Nerón está presente. Mujer, si tienes mi edad y crees que ya no se puede, decdile a tu marido, amante, amigo, o a cualquiera de tu confianza que te ayude a tener una cojida como la que tuve yo y que las sigo teniendo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!