Una tarde de primavera
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ladyperversa.
Esto que les voy a contar sucedió a fin de Septiembre.
En aquel entonces vivía con mis padres y con un hermano mayor.
Como bien sabrán en esas fechas los días son ya bastante calurosos y las tardes fabulosas.
Ese día a pesar del sol radiante lo opacaba la brisa fresca que venía de la costa.
En esa tarde de los habitantes de la casa solo quedaba yo, habían salidos todos, mamá y papá se habían ido a visitar a unos amigos, y no volvían hasta la noche.
Y mi hermano creo que se había ido a jugar a la pelota sino mal recuerdo.
Como el aburrimiento pesaba a esas horas me dispuse a tomar sol al reparo de la parte trasera de la casa, ahí sí que el sol se hacía sentir por suave que estuviese … Fui al placar, busque la biquini a rayitas y acto seguido de ponérmela seguí preparando lo que sería algo así como un picnic .
Me lleve el equipo de mate unas galletitas secas y un pote de dulce de leche empezado que encontré en la heladera.
Otra cosa que no podía faltar era un poco de buena música, mientras me asoleaba sobre aquella gran reposera blanca sonaba mi música preferida a alto volumen mientras me tomaba unos mates acompañado con galletitas untadas con dulce.
Ringo mi perro bóxer que andaba correteando por ahí al oír el ruido del envase de las galletas se vino a mi lado para que le convide, una y otra y otra más, así entre los dos nos terminamos el paquete.
Con la panza llena y con el sol de frente me había dado sueño y pensé, seguro que me voy a dormir , me conozco!! y se me cruzo por la cabeza la idea de tomar sol desnuda, total estaba sola, nadie me vería, sin más preámbulos, me lo quité y me acosté boca arriba .
Se ve que con el calor que adentraba en mis partes pudendas, mi pubis comenzó a transpirar, porque sentía muy sutilmente algunas gota caer.
Entre dormida y alejada de la realidad intuía entre mis piernas un suave cosquilleo, era una sensación tan placentera que fui abriendo mis piernas poco a poco hasta dejarlas tan abiertas que mis labios se separaron.
Inquietante, y sin abrir los ojos bajo el estado de inconsciencia general mi húmeda vagina comenzaba a chorrear cayendo un liquido tibio que sentía deslizar por los muslos, a la vez que contraía mi vagina convirtiéndose en un repentino descontrol, hasta que me despertaron mis propios gemidos y mi respiración agitada.
Y al mirar delante de mí y caer a la cuenta de lo que estaba sucediendo llamé al perro por su nombre como rentándolo; entonces Ringo comprendió mi enojo y se alejo de mi mojada y caliente concha.
Había despertado por la gran excitación, mi clítoris palpitaba, como pidiendo ser succionado una y otra vez, entonces fue allí donde miré a Ringo y vinieron a mi pensamientos imágenes morbosas de lo que podría suceder si yo daba rienda suelta a mi imaginación …
Sin más pérdida de tiempo llame al perro cariñosamente por su nombre y haciéndole unos mimos lo fui guiando a mi sexo, pero este no captaba mi idea, claro antes lo había retado!!!
La idea iluminó mi cara mientras miraba el pote de dulce, extendí mi brazo y lo alcancé, lo destapé y de un solo movimiento y con 3 de mis dedos urge en el recipiente retirando una espesa cantidad de mi dulce predilecto…
Lleve mi mano hacia el hocico de Ringo, el cual al encontrarse con el dulce lamió con ansias, inmediatamente le retiré la mano y lo fui orientando lentamente, y acercándome poco a poco a mi preciado y húmedo deseo, con su hocico pegado ya a mi mano, y en cada movimiento que ejercía; el perro lameteaba mis pegajosos dedos.
Comencé a deslizar mis dedos por toda mi vagina, y como mi excitación estaba al borde de explotar, puse las piernas en alto dejando bien abierta mi caliente concha y con lo que me quedaba de dulce en los dedos fui embadurnando el camino hasta llegar a mi culo,
Sintiéndome como una perra encelo, metí un dedo en mi concha retirando de ella una mezcla de mi néctar y el dulce; pasando por la boca de Ringo que pareció enloquecer cuándo lo degustó, y viendo de donde salió ese manjar enterró su húmedo y frio hocico en toda mi vulva y con su larga y áspera lengua se devoraba todo al paso, en cada ligera lamida que daba arrancaba de mi un fuerte gemido que parecía cegarlo.
Remataba mis gritos con fuertes lametones separando mis labios y devorando mi clítoris que asomaba generosamente al exterior, lo jalaba como si quisiera sacarlo de su sitio, explote en un orgasmo tembloroso que ayudaba a hundir mas su Hocico en mi concha, que este no paraba de lamer.
Cuando no le quedaba más dulce por comer, bajó lamiendo la raya de mi culo siguiendo el camino de dulce que yo le había dejado, y al llegar a mi virgen y apretadito culo se encontró con el premio.
A medida que lamia yo me fui abriéndome con todas las fuerzas que mis manos podían ejercer hasta dejarlo lo más abierto posible.
Sentía en cada lamida como si me pasara una lija por el, dándome una sensación de ardor y de grato dolor, disfrute uno a uno esos brutos lengüetazos que el can me proporcionaba, clavándome la mirada inquisidora y a la vez desorbitante le veo asomar su falo asquerosamente rojo y humedecido a la vez que daba movimientos en el aire como si me estuviera penetrando, pero después me di cuenta que estaba tan caliente que no encontraba poco montarme, hasta que de golpe dejo de lamer mi chorreadera y descubrió que ahí donde estaba su lengua podía satisfacer su terrible calentura.
El morbo de ver sus embestidas salvajes para intentar montarme fue tan grande que mirando su miembro que ya estaba en su total erección me vine en otra secuencia de interminables orgasmos…
Y huyendo despavorida me fui a refugiarme dentro de la casa por miedo a que Ringo me hiciera daño en su intento de satisfacer su magistral calentura.
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