zoofilia en familia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El otro día de visita a mi cuñis Xiomara, me encontré a las hijas con ella, estaba un poco tomado y mi lenguaje era un poco procaz, claro mis sobrinas ya están mayorcitas y mi lenguaje nos les sorprendió, así que seguí en el tono inicial.
Que hacen? Pregunte
Estamos platicando acerca del amor a los animales… me dijo una de ellas… la mayorcita Yaky como 18 años.
Si, ya lo veo ustedes siempre han tenido perritos o changuitos etc. Y tienen mucha paciencia con los animales.
Yo no tanto dijo la menor Nayhelli, de unos 16 años. Me dan un poco de asco.
Porque? Dijo yaky
Es que he observado que le sale una cosa roja ahí por donde orinan y me da cosa.
Qué te pasa, pues no se lo veas, es una cosa normal! No ves que ellos son los dos machitos y no tienen una hembrita?!
Oigan dijo mi cuñis, porque están comentando esas cosas delante de tu tío? Dijo Xiomara
No hay problema estoy aquí para platicar de eso y de lo que quieran, tengo tiempo, repliqué.Lo que ustedes tienen es una parafilia, pues aunque Nayhelli le provoca rechazo, ha fijado su vista en el aparatito de los perritos que tienen como mascota. La zoofilia a la que me refiere comprende diversos grados de atracción a los animales, que puede ser desde la simple atención para cuidarlos, alimentarlos y establecer cierto tipo de relaciones afectivas……
Si! Si! Dijo yaky, el negro me hace mucha fiesta cuando voy llegando de la escuela.
Bueno a mí también me hace fiesta el peluche, hasta tiembla de gusto cuando me ve entrar…dijo Nayeli.
Bueno ahí tienen existen lazos de afecto que nosotros los humanos no alcanzamos a descifrar. Pues bien los diversos grados de esa relación van desde el verdadero amor, -pasando por la atracción sexual- hasta el simple cuidado que representa darles de comer o asearlos.
Si, dijo yaky, yo los baño,
De eso quería hablar desde el otro día contigo, dijo xiomara, pues he visto que yaky lo baña cuidadosamente pero también le lava su cosita, cosa que no me gusta.
Pero por qué le digo, es algo normal, a ella le gustan los animales.
Pues si pero también he visto que cuando se lo lava, se le crece al desgraciado y no lo vas a creer, le crece más que a tu compadre. Exclamo mi cuñis.
Cómo? Le dije
Si dijo ella, como 25 cm
Ha chingaos, cuando se lo mediste? le pregunte
No, dijo ella, el ya me lo midió.
No entiendo, conteste
Bueno, ya que estamos en confianza, les diré:
Ese día después que vi como yaky, lo baño, lo aseo y por supuesto puso de manifiesto la virilidad del negro, espere que ellas se durmieran y baje sigilosamente al patio donde duermen los perros; allí estaban y en cuanto me vieron se agitaron pero me obedecieron de no ladrar. Sean buenitos les dije. Yo ya me había embadurnado la panocha de mermelada y jale un silloncito que se mueve como hamaca cerca de donde estaban ellos. Enseguida el olor primero y el sabor después, les atrajo y comenzaron a chuparme la Pepa (entre los dos) y yo comencé a gemir primero pero como no quería que se dieran cuenta, solo jadeaba y mi respiración se agitó. No tarde en venirme y que de mas prendida que antes, porque el olor de mis jugos les provoco calentura, se les empezó a parar la verga. El peluche la tiene pequeña por su tamaño y yo aproveche para mamársela hasta se vino. Pero me estaba reservando para el negro –el salchicha- pensé que como era chaparro no estaba tan grande pero ya había comprobado que si cuando lo bañaba yaky.
Le comenzó a salir la gran riata y me lo puse de frente hasta que sus partes me quedaron encima del vientre. Me la comencé a meter suavemente pero como estaba agitado, me estaba costando trabajo que se quedara quieto, pero finalmente entro toda y comenzó el vaivén, como la silla se prestaba, nos movíamos los dos, él para delante y yo también, che, che, che, sonaba mi panocha ya empapada de jugos y el perrito, se le cerraban los ojos y a mi creo que se me querían salir porque sentí una gran bola que no la dejaba entra completamente, pero el que persevera alcanza, sentí que se me fue la dichosa bola y el lanzo un gemido-chillido y creo que yo también. Comenzamos a agitarnos acompasadamente, por fin estábamos acoplados en el mete- saca hasta que finalmente el se quedo quieto y se quiso zafar pero no pudo.
Dio la retirada y quedo de culo hacia mí. Yo sentí un tirón en la panocha pero no se pudo salir, estuvimos un buen rato, me vine como cinco veces y a cada venida tenia temor que se dieran cuenta porque gritaba yo, aunque muy quedito, eran como las dos de la mañana.
Ejele! Yo si me di cuenta dijo Nayhelli, Salí al baño a orinar y escuche los ruidos abajo y después de ir al baño baje despacito por las escaleras y por la ventanita de la cocina espié el patio y te vi sentada de espaldas pero escuché todo, el ajetreo que tenias y los grititos de gozo que al principio creía que te estaba doliendo algo porque decías ay, ay, ay pero despacito, pero luego seguí escuchando métemela toda papito,¿ papito?. Me acerque y que voy viendo pa´pitote que le tenía metido el negro. Me fui echando para atrás para que no te dieras cuenta, pero que te ibas a dar cuenta si tenías los ojos en blanco y en otro mundo, abrazando al perro. Después el negro se dio vuelta y que veo la gran verga que no podía salir, ahí me quede espiando pero comencé a sentir calor, me comenzó a faltar el aire y tenía que resollar más fuerte, después sentí que algo me bajaba entre las piernas y dije para mis adentro pero si acabo de orinar, me metí los dedos pero era algo viscoso como moco, me gusto tocarme así que me seguí metiendo los dedos en mi cosa, hasta que tuve que apretarme los labios para no gritar y para ese entonces escuche un ruido como ¡plop! Y me asome, el negro ya se había despegado de ti y te comenzó a escurrir un gran chorro de leche hasta el piso. Siguieron jadeando los dos como cómplices para no despertar a nadie, pero yo si me di cuenta. Para ese entonces ya estaba yo regresando a mi cuarto casi arrastrándome por las escaleras esperando que nadie más se halla dado cuenta de lo que yo vi.
Mi cuñis estaba roja de vergüenza agachada la cabeza pero yo le dije: No pasa nada. Si tú lo gozaste, debes sentirte bien. Ahorita vamos a curar las penas del alma.
Yaky estaba transportada, temblaba de emoción y se tallaba los pechos grandes por cierto debajo de la blusa con una mano y con la otra la entrepierna, tenía los ojos cerrados y comenzó a venirse convulsamente, nos volvimos hacia ella y les dije:Está teniendo su orgasmo, solo con lo que contaron. Cuando se repuso nos dijo:
La verdad es que yo ya había tenido acercamiento con el negrito, bueno con los dos. Ya sabes me gusta estar en mi cuarto, pero porque me masturbo muy seguido. Son muy sexual, pero reservada. El otro día estando sola y que ustedes andaban de compras. Creo que mi papa estaba en su tierra, aproveche y metí al negro a mi cuarto. Yo comencé a besarlo y él con su lengua me correspondía, cuando sentí su lengua contra la mía, me recorrió una sensación indescriptible que me puso a cien, yo lo acosté y comencé a jugar con él hasta que le agarre la pinga, enseguida el reacciono mostrándomela delgada, no muy roja y no tan larga. Cuando yo se la comencé a manosear le fue creciendo y le comenzó a escurrir como orín pero con otro olor diferente y por poquitos. Yo me atreví a lengüetearlo y el reacciono como queriendo retirarse pero yo lo tenía bien apañado, enseguida le comencé a salir toda, toda hasta la bola, lo solté y me eche para atrás. ¡Era enorme! Media como 30 cm, bueno más o menos y me asuste. Sin embargo su gatito estaba palpitándome, me dieron unas ganas enormes de tocarme y comencé a hacerlo, era como algo que se me escapaba de las manos de resbaloso y era que mis jugos se estaban desbordándose. El negro se dio cuenta por el olor de mi panochita y se me fue encima con la lengua, casi arrastrándole su gran verga por el piso.
Comenzó a lamerme con fuerza como si fuera algo que estuviera esperando desde antes. Cabe decir que el piso estaba empapado de su leche, no dejaba de tirar y estaba igual de resbalosa que la mía. Por fin me anime a encaramármelo, porque por atrás no me iba a alcanzar y de frente lo podía controlar más. Lo abrace, el me lamia la cara, me sentía en las nubes con todas sus caricias y decidí quitarme toda la ropa, no me importo nada. Me lamio la cara, los pechos, las axilas, la pancita, bueno todo donde el percibía un olor diferente. Hasta que llego al sitio ansiado, allí lo jale y coloque la punta de su verga en la puerta de mi entrada, quiso meterla pero no podía, estaba muy estrecha. Decidí seguir chaqueteándome la panocha hasta que sentí que me venía, aproveche ese momento para sembrarme la verga del negro, el encontró el camino y de un empellón se me fue hasta la mitad, sentí como se me desgarraba la cola, ha ha ha, ya ya ya, despacio, ay, ay ,ay, alcanzaba a balbucear pero el perro no me entendía, el estaba en lo suyo y no dejaba de moverse hacia delante. Sentí algo caliente, no sabía que era, pero me valió madre, seguí empujándome hacia el negro hasta que sentí que se me reventaba todo el vientre, pensé que moría, pero no, enseguida me relaje toda y el perro no dejo de bombearme. Por su perra madre, tardo como diez minutos en una seguidilla y yo me vine como diez veces, no quería que aquello acabara nunca, creo que me desmaye no se en qué momento, porque cuando reaccione, estaba tirada en el piso, viéndole la cola al perro y creo que me arrastro, porque estaba en otro lugar diferente. La bola no salía todavía y comencé a sentir que me llenaban por dentro, creo que fue cuando desperté. Cuando creí que iba a explotar de tanta leche que me había vaciado el pinche negrito, se le achico la bola y se salió. Que me voy viendo: era un chingo de leche revuelta con mi sangre, había perdido la virginidad con un perro. Fue una gran experiencia, no la voy a olvidar.
Óyeme cabrona, entonces ya no eres virgen? Espeto mi cuñis
Ya no mami, pero eso que importa, fui muy feliz aunque sea con el negro.
No te preocupes le dije, te importa que no sea virgen. Al final es un obstáculo. Pero aun tienes a una virgen: Nayhelli.
Eso sí, dijo Nayhelli pero ya no quiero, quiero sentir lo que ustedes y no me lo pueden evitar. Somos cómplices y ustedes no evitaran que yo también lo sienta.
Entonces, dije yo, permítanme que sea yo quien la estrene, digo si no tienen inconveniente.
Bueno dijeron, pero después que se la coja el negro.
Todos lo aceptaron: trajimos al negrito que andaba queriendo, por que como que escuchaba el cabron. Lo detuvimos para que estuviera presente en la orgia de leche y sangre.
Dije, opino que no debemos romperla, sería una lástima y cómo quieres que siga siendo virgen….
Como es esa dijo Nayhelli?
Bueno, yo sé cómo.
Si, si dijo ella.
Baje del coche mi maletín con unos dilatadores estériles y comencé a lubricarlos. Les dije a las dos: yaky y xiomara, comiencen a excitarla, mámenle las chichis, el culo y yo le besare la boca. En un ratito bien corto nayeli estaba como loca, los labios hinchados, los ojos entornados y los pezones puntiagudo, por decir la vulva también inflamada. Comencé a introducirle los dilatadores uno por uno del más delgado al más grueso hasta que acepto el de gran calibre. Observen esta dilatada completamente y no hay sangrado.
Si dijeron ellas.
Enseguida sin quitarle el último dilatador comencé a mamarle el clítoris, ella comenzó a convulsionar de pasión. Deténganla les dije y le di lengua hasta que se vino, gritando sofocada mente. Aproveche el momento para encaramarme sobre su cuerpecito y asiéndole el cuello, le sembré mi verga que estaba chorreando de liquido lubricante. No la sintió al entrar, pero alcance el punto g inmediatamente y le di tallones hasta que se corrió, una, otra vez, otra vez ya tenía su panchita toda inflamada pero pedía mas. Repetí el procedimiento con su culito, y mi cuñis me dijo:
eres un hijo de la chingada, pero en fin si ella lo acepto. Tú que dices Nayhelli? Preguntó.
Si si si yo lo quiero.
Cuando estuvo al punto comencé a meterle la cabeza, después el cuello y finalmente se la sembré toda. Ella lloraba de gusto.
Aprovechemos este momento para que el negro haga de las suyas, les dije:
¡Órale pues! Replicaron
La pusimos boca arriba sin sacársela del culo y una vez calentado el negro se la encaramamos a Nayhelli. Como el agujero ya estaba franco, el negro no batallo para metérsela, pero a la hora de abotonarla, tuvimos que lubricarla aun más. Fue suficiente, resbalo como Juan por su casa y ella comenzó a gozarla por delante con el negro y por detrás conmigo. Cabe hacer notar que a través de la pared del fundillo, percibía yo la gran bola del negro que ya estaba acomodado en su panochita y también los temblores de ambos (el negro y Nayhelli). A mi cuñis y a yaky les brillaban los ojos de envidia y lujuria mientras veían que la Nayhelli gozaba intensamente teniendo varios orgasmos, uno tras otro. Las dos sobrinas eran deportistas y tenían una condición bárbara pues no se cansaban del tren que seguía la orgía. Finalmente el negro se desabotono y para ese entonces yo ya estaba afuera. Era un gran charco de semen míos y del negro, pero las llame y les señale, vean no hay sangre. Lo único es que si estaba en sus días fértiles va a tener negritos
Buá! , comenzó a llorar fingiendo aflicción pero después comenzó a reír, todos nos reímos al unísono con ella.
Después examinamos a Nayhelli, con trabajo por la hinchazón de la vulva y efectivamente no había desfloración. Les dije :
Al ratito la sientan en un poco de hielo y ya está. Lista para otra sesión y continua siendo virgen para los demás, no para nosotros.
Comenzamos a besarnos hasta sentir nuevamente la calentura que nos llevaría a otros orgasmos, pero ya sin penetración ni mía ni del negrito. Quiero decirles que esa fue una sesión de tantas con las zoofilicas de mis sobrinas y la madre que realmente goza con el sexo, según el consejo que ya le había dado y que me tomo por mucha labor de convencimiento, y sobre todo de la relajación de la moral y su complicidad con sus hijas..
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