Niño. Piel dorada
Gabriel se hincó enfrente de mi, yo abrí las piernas para que pudiera ver todo y tuviera mejor acceso. Agarró mi verga con las dos manos y la examinó. Parecía estar muy sorprendido, la imagen que yo tenía era angelical. Un niño casi perfecto y una verga de 19 cm pegada a su cara..