LOS PEQUEÑOS DE GEMA 2.0
Segundo entrega donde Gema se hace cargo de una niña del internado.
Laurita
Pasaron un par de semanas y Gema sentía que tener a Palito solo dos veces por semana ya no le bastaban, en su mente ideaba un plan para poder verlo más seguido, sin embargó el destino ya le tenía preparada otra sorpresa. Fue una tarde de viernes cuando la monja encargada de la escuela la mando llamar a su oficina, un poco nerviosa fue esperando no encontrar alguna sorpresa desagradable fruto de sus encuentros con aquel niño.
Al entrar vio a una de las pequeñas de segundo grado sentada frente al escritorio de la monja, al acercarse se dio cuenta de que era Laurita una pequeña de 7 años muy linda de piel clara, complexión delgada, ojos verdes y cabello oscuro, sin embargo se notaba en sus ojos que había estado llorando. La monja le pidió que tomara asiento antes de comenzar a hablar.
(Mnja) – Señorita Gema la mande llamar porque tenemos un problema con los papas de esta niña y no sabemos muy bien cómo proceder, por lo tanto queríamos consultarlo con usted primero.
(Ge) – Está bien directora dígame en que le pudo ayudar.
(Mnja) – Vera hace más de un mes que no podemos localizar a los padres de Laurita, los teléfonos que nos proporcionaron están fuera de servicio y con esta ya son tres semanas que no vienen a recogerla, abusando de su confianza y amabilidad quisiéramos que fuera junto con la niña a la dirección que está en los registros, para ver si usted puede hablar con sus papas y también recordarles que deben ya dos meses de colegiatura.
(Ge) – No se preocupe directora veré que puedo hacer.
(Mnja) – Se los agradecería de todo corazón.
(Ge) – Ven Lau vamos a llévate con tus papis.
La niña se limitó a tomarla de la mano mientras la monja le daba un papel con la dirección correspondiente, salieron al estacionamiento por su coche y Gema utilizo su celular para marcar el rumbo que debería tomar, tardaron cerca de una hora en llegar y aprovecho el tiempo de viaje para conversar con Laurita y hacer que se sintiera un poco más tranquila, platicaron de cualquier cosa, las clases los maestros, los fines de semana que se tuvo que quedar en el internado. Al llegar al domicilio Gema se encontró con un gran portón negro metálico, la casa no tenía timbre así que estuvo tocando un largo rato sin respuesta hasta que se asomó una vecina. La señora le explico a Gema que la casa estaba sola desde que se había muerto su dueña, hace aproximadamente tres semanas, era una anciana que viva ahí con una pareja de jóvenes que al parecer eran sus parientes, los cuales después del sepelio se llevaron lo que pudieron de la casa y no los volvieron a ver.
Gema pensaba como darle la noticia a Laurita de regreso al carro ya que al parecer la habían abandonado, sus padres vivían a costa de la pensión de la anciana, supo por Laurita que ella no era su abuela que siendo aún ella pequeña emigraron de otro estado y que ella no conocía a ningún otro familiar, Gema con cara de consternación trato de suavizar las cosas diciéndole a la niña que tal vez sus papas tuvieron que ir a atender una emergencia, pero que pasaría algún tiempo antes de regresaran por ella, la respuesta de la niña le sorprendió aún más.
(La) – Ojala que se tarden mucho en regresar, no me gustaba nada pasar los fines de semana con ellos me regañan mucho y el resto del tiempo no me hacen caso. Pero que va a pasar, las monjas me van a dejar quedar en el internado?
Gema aun no sabía que responder y mucho menos que hacer en esas circunstancias.
(Ge) – Sabes que corazón mejor vámonos a comer y después vemos que se nos ocurre.
Laurita le sonrió contenta y a Gema le asombro el poco apego que tenía hacia sus padres. Fueron a un local de comida rápida donde sirven hamburguesas con papas. Mientras comían y platicaban Gema recorría todas las opciones que le pasaban por la mente, si regresaba a la niña al internado las monjas no la querrían por la falta de pagos en su colegiatura por lo que no tardarían en mandarla a un orfanato.
(Ge) – Entonces Lau me dices que no conoces a ningún pariente con quien te puedas.
(La) – No apena me acuerdo cuando salimos del pueblo de mi papa
(Ge) – Te quieres quedar con las monjas en el internado?
(La) – Si me gusta estar ahí en la escuela pero los fines de semana me aburría mucho con las madres, me puedo quedar contigo?
Esa pregunta tomo por sorpresa a Gema, fue entonces que considero quedarse con la niña, total era una mujer independiente e igual le podría servir de compañía los fines de semana.
(Ge) – Bueno por mi está bien si te quieres quedar conmigo, solo tenemos que pensar que les vamos a decir a la monjas.
Así que entre ambas tuvieron que idear una mentira, ellas dirían que encontraron sus papas pero con la muerte de su “abuelita” tuvieron que arreglar varios asuntos familiares y que le dejaron encargada a Laurita junto con el dinero de las próximas colegiaturas, viéndose en la penosa necesidad de solicitarle el favor a Gema ya que no contaban con ningún familiar que se pudiera hacer cargo de la niña. Repasaron este argumento entre las dos para que no quedara cabos sueltos antes de ir con la directora. Al regresar al internado le contaron lo ocurrido a la monja que se lamentó por la muerte de la anciana y agradeció el noble gesto que tuvo Gema al encargarse “temporalmente” de la niña, sintiéndose apenada por involucrarla en ese asunto, Gema le contesto que ella lo hacía con mucho gusto y que en los próximos fines de semana estaría encargándose de Laurita, empezando por ese día. Ya estaba obscureciendo cuando Laurita recogió sus pocas cosas y se fue emocionada con Gema a lo que sería su nuevo hogar.
Al llegar al departamento Laurita se quedó impresionada por lo bonito y lo amplio que era, tenía un pequeña terraza muy fresca y todos los muebles eran muy nuevos, además de que todo estaba muy limpio, era muy contrastante con la casa de la anciana, así que la pequeña estaba totalmente contenta de saber que pasaría ahí los fines de semana y las vacaciones.
(Ge) – Lau tengo un cuarto libre que iremos acondicionado para que se tu alcoba, pero de momento te puedes quedar en el sillón o si prefieres te puedes quedar en la cama conmigo.
(La) – Si porfis, me quiero quedar en la cama contigo.
(Ge) – Por mi está bien corazón, hay cereal en la alacena y leche fría por si quieres cenar, yo voy a darme un baño.
(La) – Gracias maestra
(Ge) – Aquí no me tienes que decir maestra Lau, dime Gema o como gustes, ahora esta es tu casa.
(La) – Gracias
(Ge) – Muy bien en los sillones está el control de la pantalla, acomódate donde gustes y yo enseguida vuelvo contigo.
Gema de desnudo en su cuarto mientras escuchaba el ruido de la tele en la sala, ya en la regadera agradeció sobremanera el contacto del agua tibia sobre su piel, le pareció ver por un momento que la puerta del baño se abría ligeramente y que unos hermosos ojos verdes la miraban desde el otro lado, las puertas de aquel eran totalmente transparentes aunque se empañaban con el vapor. Al salir vio a Laurita sentada en el sofá mirando caricaturas con plato de cereal entre las piernas.
(Ge) – Cuando termines a ti también te toca baño.
La niña le sonrió y ella fue prepararse algo ligero para cenar. Una vez que ambas estuvieron aseadas y listas para ir a la cama Laurita se encontraba nuevamente sorprendida y boquiabierta al ver a su profesora en su ligera ropa de dormir, lo que más llamaba su atención era lo enorme de sus senos, Gema acostumbraba dormir en shorts pequeños que apenas cubrían sus nalgas y blusa delgada de tirantes, Laurita tenía puesto solo una playera de Barbie y su ropa interior, ambas se metieron a la cama y después de platicar un rato apagaron la luz de las lámparas de buro. Gema apenas estaba conciliando el sueño cuando sintió que alguien oprimía sus tetas además de sentir una pequeña pierna metiéndose entre las suyas, Laurita se estaba acomodando como podía en su cuerpo, al principio pensé que era por la carencia de afecto, pero después comenzó a notar como las caricias en sus tetas se volvían más descaradas y la entrepierna de la niña se frotaba lascivamente contra su pierna adulta, no quiso alarmar a la pequeña así que la rodeo con sus brazos y una vez cerca de su oído de susurró.
(Ge) – Que haces preciosa?
(La) – Me estaba acurrucando contigo
(Ge) – Quien te enseño a acurrucarte así, las niñas del internado?
(La) – Si muchas se duerman juntas y se dan besos en la noche.
(Ge) – En verdad se besan como si fueran novias, que más hacen?
(La) – Bueno si ya son novias se chupan aquí en la conchita, aunque las mayores hacen que las de primero se las chupen aunque no sean novias.
(Ge) – Nunca me imaginé que pasara algo así en los dormitorios de las niñas, pero dime Lau tú ya lo has hecho con alguna niña?
(La) – Cuando estaba en primero las de quinto y sexo se metían en mi cama, me daban besos y me ponían su conchita en la boca para que se las chupara, a veces se lo hacía a varias en la noche para que me dejaran dormir.
(Ge) – Y ya no te molestan?
(La) – Bueno si a veces, aunque ya casi siempre Sofi y yo nos dormimos juntas .
(Ge) – Y Sofi es tu novia corazón?
Le dio un poco de risa que la delato, Sofía era una niña pecosa y pelirroja del mismo grupo que Laura, muy bonita pero que también tenía una historia familiar muy difícil, de bajos recursos y con un padre alcohólico, la niña lograba estar a duras penas en el internado gracias a la beca que le daban por sus buenas calificaciones.
(La) – Ella también se la chupaba a las niñas grandes, hasta que una noche se vino a mi cama y nos abrazamos, ya estando juntas no nos molestaron y si no venía yo me metía en su cama y nos dábamos besos.
(Ge) – Nada más besos
(La) – Jejeje También nos chupamos las cuquitas.
Gema sintió como la sangre la subía después de estas revelaciones de su pequeña, además de la humedad entre sus piernas.
(Ge) – Huy que rico a mí también me gusta jugar así con mis amigas, a veces viene y se quedar a dormir aquí en mi cama, igual nos damos besos, no acariciamos, nos chupamos las cuquitas. Tú quieres jugar conmigo Lau?
(La) – Si yo si quiero porque tú eres muy bonita y también eres buena porque me dejaste quedarme en tu casa.
(Ge) – Gracias mi amor tú también eres muy linda, ven dame un beso.
Mujer y niña se entregaron al placer que le proporcionaba la humedad de sus bocas, el beso fue largo y apasionado, sin duda Laurita ya tenía suficiente experiencia, Gema prendió nuevamente la luz de la lámpara antes de despojar a Laurita de su playera, quería contemplar por primera vez el virginal cuerpecito de su princesa, su pecho aún era completamente plato pero igual lamio de sus pequeños pezones, en su momento ella también de desprendió de su blusa dejando a la vista de la pequeña ese grandiosos par de melones que atraían tanto a hombres como a mujeres, ahora estaban a merced y antojo de una pequeña niña, la cual no dudo en ningún momento de lanzarse sobre ellos para acariciarlos, cubriendo de besos y lamidas los pezones de Gema, los cuales reaccionaron a las atenciones de su joven amante. Le comía riquísimo las tetas esa pequeña lesbiana, pasaba de una a otra tratando se saciarse de esas grandes y deliciosas ubres, la misma Gema se sentía como una perra amamantando a su cachorra, llegado el momento acostó a la Laurita sobre la cama, le retiro delicadamente sus calzoncitos rosas, una vez en sus manos no pudo evitar la tentación de ponerlos en su nariz y aspirarlos, se estaba convirtiendo en toda una perversa como su amiga Mónica, pero lo disfrutaba tanto, si tenía ese virginal y hermosos cuerpo para ella no le importaba nada más, se quitó los shorts y comenzó a besar a su niña desde los pies subió por sus rodillas y sus piernas, las cuales abrió para depositarle algunos besos y lamidas hasta llegar a su puchita a la que solo se limitó a darle un beso, siguió con su vientre para seguir con su pecho y besar nuevamente sus pequeños pezones, subió besando por su cuello hasta llegar nuevamente a sus labios, después de besarse y rodar por la cama un buen rato, Gema le pregunto a la pequeña.
(Ge) – Quieres que te la chupe corazón.
(La) – Yo si quiero, pero no se supone que yo te la tengo que chupar a ti.
(Ge) – Solo si tú quieres cariño yo no te voy a obligar a nada.
(La) – Gracias mami, perdón Gema, a mi si me gusta mucho cuando Sofi me chupa mi conchita.
(Ge) – No te apures corazón tu dime como quieras, bueno vamos a ver si también te gusta cómo te la chupo yo.
Gema volvió a meter su cabeza entre las piernas de la niña, su virginal vagina le resulto hermosa tan pequeña y cerradita, paso su lengua varias veces antes de devorarla completa con su boca, anteriormente había dado y recibido sexo oral de varias mujeres pero comerse una puchita tan tierna era algo totalmente diferente, el sabor casi dulce que desprendía su pequeña al lubricar la embriagaba, su lengua penetraba lascivamente aquella suculenta rajita, la pequeña se retorcía sobre la sabanas, las lamidas que le proporcionaba esa mujer madura eran muy diferentes a las de Sofi, en alguna momento Gema la cambio de posición poniéndola en cuatro como a una perrita, de esa manera tenía un mejor ángulo para disfrutar ese hermoso culito infantil, esta vez sus lamidas se extendieron hasta el anito de la niña, era la primera vez que alguien le comía el culo y le gustaba, con su pulgar Gema penetraba la vagina de Lau apenas lo suficiente como para no romper su himen, está en su corta vida no recordaba haber sentido tanto placer, fue entonces que una oleada de espasmos recurrieron todo su cuerpo, sintió que se orinaba, arqueo su espalda al sentir aquella cálida e intensa sensación cubriéndola por completo, el corazón le palpitaba muy rápido pero se sentía contenta y satisfecha. Gema por su parte estaba terriblemente cachonda y con la disposición de saciar sus instintos, comenzó frotando su vagina contra las nalguitas de Lurita, que a este punto se dejaría hacer lo que fuera como la amante sumisa que era, cuando Gema sintió que necesitaba más se tiró aún lado de la niña y comenzó a masturbarse al verlo Laurita se montó encima de ella pero de lado contrario metiendo su cabeza entre los muslos de la mujer, su pequeña boca buscaba saciar la lujuria de su amante lo mejor que podía, el resto de su cuerpo reposaba sobre el de Gema y sus piernas quedaban abiertas apoyando sus rodillas en cama ya que sus nalgas llegaban justo a la altura de las tetas y el roce que le provocaban con su cuquita hacía que se pusiera cachonda otra vez, Gema estaba sorprendida por la habilidad que demostraba la niña para comer coño, su lengua jugueteaba con esmero y dedicación, variaron las posiciones consecutivamente, Gema instruyo a la pequeña sobre como masturbarla, con su pequeña manita y con su boca la alumna trataba de complacer a su maestra, cuando por fin llego el orgasmo Gema estaba puesta en cuatro sobre la cama, mientras Lau estaba sentada con las nalgas de Gema empujándole su carita sobre la cabecera de la cama abriendo la nalgas de la mujer y metiendo su lengua lo más que podía, la corrida le llego de sorpresa un primer y abundante chorro se le metió por la boca, sintió como le paso por la garganta para terminar en su estómago, el segundo brotar de fluidos le baño la cara y le escurrió al cuerpo. Pasaron el resto de la noche desnudas una junto a la otra, mujer y niña se entregaron al tibio confort que emanaban sus cuerpos.
La luz ya entraba por la ventana cuando Gema se despertó, su niña estaba recostada a un lado de ella, la despertó con un beso de buenos días, era sábado y tenían el fin de semana libre, así que lo primero que hicieron fue vestirse para tomar el almuerzo y después arreglarse para salir de compras a un centro comercial. A Gema le divertía el poder caminar tomada de la mano con su pequeña amante, poder mostrarse cariñosa con ella y que al fin de cuentas a la gente no le importaba ya que simplemente aparentaban una relación normal entre madre e hija. Recorrieron varias tiendas en busca de calzado, ropa de verano y ropa interior, en la comida Laurita le conto más de las cosas que hacían las niñas en el dormitorio y en los baños del internado donde seguido se escondían para besarse o acariciarse, el resto de la tarde vieron un película en el cine y regresaron al departamento de Gema donde descansaron un rato antes de meterse a bañar juntas, en la regadera se besaron y se lamieron a placer aun cuando Gema tuvo que estar hincada un buen rato para estar a la altura de Lau, que le correspondía colmándola de caricias y besos apasionados, era increíble como de un cuerpo tan pequeño brotara tanta lujuria. Después de secarse Laurita quiso utilizar su nueva ropa, una blusa pequeña de tirantes y unos short demasiado cortos que apenas le cubrían su nalguitas, quería vestirse igual que Gema, cenaron mirando algunos videos en la pantalla y cuando estuvieron listas en la cama Gema llevo su Tablet donde reprodujo varios videos de porno lésbico mostrándole a Laurita las diversas formas en que dos mujeres pueden darse placer, pasado de las lamidas de ano a las tijeras, de los dildos al strapón. Gema noto como la pequeña se ponía cachonda con cada nuevo video, así que le mostro como obtener mayor placer al masturbarse, cada que Laurita sacaba los deditos de su vagina Gema los chupaba para saborearle y volverlos a lubricar, hasta que la niña pudo correrse mientras miraba a dos lesbianas exprimirse las tetas hasta sacarse la leche. Gema le tuvo que explicar que eso pasa después de que las mujeres tienen un bebe, sus tetas se les hinchan y se llenan de leche. Una vez terminadas las lecciones teóricas pasaron a la práctica, comenzaron a tocarse y a besarse hasta quedar nuevamente desnudas, Gema noto que Lau le chupaba las tetas con mayor energía tal vez esperando poder probar su leche, a su vez ella probo meterle un dedito en el culo de la niña mientras le chupaba la puchita, Laurita también dio su mejor esfuerzo devolviéndole una buna lamida de culo, también lo complemento metiéndole algunos deditos por el culo a Gema, al final probaron las tijeras donde Gema estaba acostada y Laurita prácticamente la monto para frotarse mutuamente sus coñitos, la pequeña se abrazaba a una de las piernas de Gemas, los gemidos de mujer y niña resonaban por toda la habitación, los jugos que emanaban de sus vaginas se fusionaban en el continuo frenesí de las embestidas, el calor y la humedad de la corrida infantil de Laurita termino bañando las tetas de Gema que extasiada por los jugos de su mujercita lamio todo lo que pudo con su legua dándose a ella misma especial atención a sus pezones, la niña enseguida se apodero de la otra teta, ambas lamieron los pezones mientras gema se masturbaba, cuando no podía tenerlos más erectos, Laurita de monto en la chichi que estaba chupando tratando de meterse el pezón en su rajita, era una pequeña fiera lujuriosa dándose placer con su hembra adulta , con la mano que le quedaba libre Gema le metió un dedo en el ano de su pequeña que gemía como una puta sobre sus tetas, está vez le metió todo, era maravilloso sentir como el pequeño culito le oprimía su dedo que con varias entradas y salidas termino haciendo que Laurita se corriera nuevamente. El cuerpo de la pequeña quedo exhausto sobre Gema, pero una vez recuperada fue directo a la vagina de Gema, como una amante devota se la chupo tanto como podía, esta vez también paso su pequeña lengua por él ano de Gema que se abría lo mejor que podía para dejar entrar la carita de Lau en sus nalgas, su pequeña lengua le estaba haciendo tocar el cielo, todo termino cuando sintió los deditos de Lau perforándole el culo, un torrente en su interior brotaba para mojar el rostro y los cabellos de su pequeña que los recibía con gusto y con orgullo, abriendo su boquita lo más que podía para recibir la corrida de su hembra. Gema la tomo la recostó sobe su peño, el sueño poco a poco les fue llegando hasta quedarse dormidas. la mañana del siguiente día era domingo, después de otra sesión de besos y lamidas, se levantaron ya muy avanzada la mañana. El resto del día lo pasaron paseando por el parque done Laurita estuvo jugando con otras niñas, por la noche prepararon de nuevo sus nuevas maletas para regresar al internado pero esta vez en una nueva etapa de su vida.
En la siguiente semana todo volvió a la normalidad, Gema se veía con Pablito en su oficina dos veces por semana y disfrutaba tener a Laurita para ella sola los sábados y domingos, compro un nuevo arnés hecho a su medida y mando hacer otro más pequeño por encargo, con dildos tan variados tanto en color como de tamaños. Ideaba la manera de tener a sus dos pequeños amantes juntos cuando una tarde cuando estaba por chuparle el ano a Pablito, noto que nuevamente estaba muy abierto e irritado y aunque al principio no quiso contarle nada, Gema a base insistirle terminó enterándose como uno de los clientes de su mama le ofreció el doble de dinero por cogerse a Pablito, este le relato como se la tuvo que chupar a aquel desconocido para ponérsela dura, lamiéndole los huevos y tragándosela toda hasta sacarse las lágrimas, después el hombre lo termino poniendo en cuatro sobre la cama para penetrarlo, le metió toda su verga el culo hasta hacerlo sangrar un poco, su madre simplemente los miraba mientras el sentía que la verga de aquel señor le llegaba hasta el estómago, se la clavaba sin piedad mientras le susurraba al oído que él era su putito, lo acomodo de varias formas hiso que Pablito se sentara y lo montara de tanto de frente como de espaldas, de la sacaba solo volvérsela a meter de un solo empujón, pero fue el posición de misionero cuando al final sintió los chorros de leche inundándole su colita, aquel hombre hiso que se la volviera chupar con los restos de semen y sangre hasta dejársela limpia. Una vez satisfecho le pago a su mama y se marchó y ella solo lo mando a bañarse.
Al escuchar la historia Gema sintió como le hervía la sangre, pensó en denunciar a la madre pero al siguiente día ya con la cabeza más fría ideo un plan para poder resolverlo ella misma, tendría que recurrir a su amiga Mónica, que aparte de ser lesbiana y perversa también era una excelente abogada y ella ocuparía de ambas cosas.
Que rico que disfrutes así, nomlo encuentro malo cuando es con cariño, es super rico.
Excelente serie de relatos. Tiene un potencial enorme y transmites de una forma muy morbosa. Te animo a continuarla.