Aprendiendo a leer y de sexo
De como aprendí a leer y sobre el sexo con mi joven instructora.
Cuando tenía 6 años, mi hermano se enfermó, estuvo hospitalizado y al recuperarse los médicos le recomendaron a mi papá que cambiara de aire. Es así como nos mudamos por un tiempo al campo, en la casa de una tía. Yo tenía 6 años y debido a la enfermedad de mi hermano, estudiaba en casa, para poder atenderme a mi también más fácilmente. La maestra del pueblo vivía al lado de la casa de mi tía y tenía una hija de 10 años. Mi padre se iba a trabajar todos los días y regresaba muy tarde. Mi madre, mi tía y las vecinas se ponían casi todas las tardes a jugar bingo al frente de la casa que tenía un porche muy grande. A veces la maestra me dejaba tarea y su hija me ayudaba en la parte trasera de la casa que tenía un pasillo largo donde se colgaban hamacas para las visitas.
una de esas tardes, yo tenía puesto un pantalón corto flexible, me acababa de bañar porque hacía mucho calor, no tenía nada más puesto, solo el pantalón, sin ropa interior ni nada. Yo estoy en una hamaca tratando de leer las letras de un libro de primaria. En un momento llega la hija de la maestra y se acuesta conmigo en la hamaca y me dice «te ayudo» le respondí que si. Estuvimos un buen rato leyendo muy pegados uno del otro, en una de esas, al moverme para estar más cómodo, una de las piernas del pantalón se sube y mi pequeño pene queda expuesto, realmente no me dí cuenta y seguí como si nada. Ella al verme el pene, disimuladamente me acomoda el pantalón y al hacerlo me agarra el pene y lo acomoda dentro del pantalón. Sentí como una corriente y mi corazón empezó a latir fuertemente. Primera vez que sentía algo así. Ella se da cuenta y vuelve a meter la mano en mi corto pantalón y me empieza a acariciar el peneque inmediatamente se puso duro.
¿Te gusta? preguntó. Si, respondí. Vamos para tu cuarto, te voy a enseñar algo rico, tienes que hacer lo que te diga y no decírselo a nadie. Fuimos a mi habitación, me quitó completamente el pantalón, ella se bajó las pantaletas se subió la falda del vestido y se acosó en la cama. Súbete encima de mi, me dijo. Yo estaba como extasiado viendo su entrepierna, gordita y sin un pelo. Mi pene estaba que reventaba de lo duro que lo tenía y mi corazón parecía querer salir de mi pecho. Me subí como ella me dijo y ella abrió las piernas y con una de sus manos dirigió mi pene a su entrada. La sentí caliente y húmeda, no entendía nada, pero me gustaba lo que estaba haciendo y no quería que terminara. No recuerdo si por instinto o porque ella me lo indicó, empece a moverme y aquello me pareció delicioso. Cuando estaba inspirado me dijo bájate, no está entrando. Me pidió que me acostara baca arriba y ella se subió sobre mi y ella misma lo dirigió hacia su entrada y se lo metió en su húmeda vagina. Empezó a moverse de una manera, que mi pene llegó un momento a dolerme, pero no quería que aquello acabara. En una de esas movía, las caderas más rápido, cerro los ojos y de repente dejó de moverse para luego quedar acostada encima de mi.
¿Te gustó? Yo estaba temblando de la emoción, excitación y un poco de miedo, era muy niño para procesar todo lo que había hecho. Respondí que no, ella se hecho a reír y me dijo, «eres un mentiroso, mañana lo volvemos a hacer». Está bien, respondí, mañana lo volvemos a hacer.
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