Acepté que para mí fue una de las mejores cogidas que hombre alguno me hubiera dado.
Un ingeniero que le gusta que le maten las lombrices a palo, desarrolló la estrategia de hacerse el borracho, para dejar que le den por el culo, con la consabida excusa de que borracho no vale, hasta que se encuentra con un tipo que después de comerle el culo lo desenmascara..
Les diré que soy ingeniero, y por motivos de mi profesión me veo en la necesidad de supervisar algunas obras directamente, como lo fue en la situación tan particular en la que me vi envuelto.
Un día viernes en la noche como me encontraba algo aburrido, me dio por darme unas cervezas en un pequeño negocio con alguno de los obreros que trabajan para mí.
Al llegar casi las diez de la noche la mayoría de ellos se habían retirado, y justo cuando el último de los obreros se estaba marchando llegó un tipo a caballo bajo una fuerte lluvia que había comenzado a caer.
Al poco rato entramos en conversación ya que yo era el único cliente y el dueño tenía más cara de sueño que de estar dispuesto a despacharnos cerveza durante el resto de la noche.
Fue cuando el jinete que se encontraba bebiendo conmigo, me propuso que continuásemos conversando en su casa, por la forma en que él vestía yo me imaginaba que era quizás era una choza, pero me equivoqué su casa era realmente parte de una hacienda de su propiedad.
Ya serían como las doce o una de la madrugada, cuando se le terminó la cerveza, y sin perder tiempo él sacó una botella de ron, al verla cambié de opinión ya que pensaba retirarme para ir a dormir.
Luego de unos cuantos tragos y de hablar de todo un poco, mi anfitrión se levantó a orinar y no sé qué me pasó a mí, ya que me dio curiosidad por ver como su verga.
Quizás por lo mucho que ya había bebido, a partir de ese momento, a mí me dio por traer temas de sexo a nuestra conversación, ya que como él se encontraba solo en esa casa era de esperar que se calentase con ese tipo de charla.
Verán ustedes es que cuando consumo mucho alcohol no es que se me olvida lo que sucede, no todo lo contrario, sé lo que estoy haciendo, pero tengo la excusa casi perfecta, borracho no vale.
Eso quiere decir que, si hago algo reñido con la moral y buenas costumbres, tengo la justificación de que me encontraba ebrio, y puedo decir con mi cara muy lavada de que no me acuerdo de nada al día siguiente.
Mi plan fue resultando a la perfección, vi un paquete de barajas españolas sobre gabinete y lo invité a jugar a sabiendas de que había dejado mi cartera en el auto.
Además, era evidente el efecto de las cervezas que me había tomado y la mezcla que luego hice con ron en su casa, tras jugar unas cuantas manos ya me encontraba sin un centavo encima, por lo que con la excusa de que tenía una buena mano continué apostando mi ropa.
Lo primero que perdí fue la camisa, en realidad cuando él mostró sus cartas yo no le mostré las mías y acepté que había perdido.
Eso lo hice tan solo en un par de ocasiones más, para que no resultase sospechosa mi forma tan caballerosa de aceptar que me había ganado.
Tras unas cuantas jugadas me quedé únicamente con mi ropa interior puesta, y tras repartir las cartas y darme un buen trago de ron puro, puse cara de haber recibido la peor jugada del mundo.
En realidad, no era tan mala, pero algo de teatro siempre ayuda, como en efecto sucedió en ese momento, el dueño de la hacienda apostó una buena suma contra todo lo que yo tenía puesto en ese momento que en realidad no era mucho.
Como era de esperar perdí quedando completamente desnudo y dando la apariencia de estar alegremente muy borracho, pero la conducta del casi no había cambiado para nada hasta esos momentos.
De vez en cuando hacía algún comentario jocoso, pero cuando le entregué mis interiores en pago de la apuesta perdida, le di la espalda por unos instantes, pero pude ver el reflejo de su rostro en un espejo que había cerca, su cara se transfiguro cuando me vio las nalgas.
Pero al volver a sentarme su rostro era el mismo de siempre, en ese momento le dije como cosa de borracho, que jugásemos una mano más, y al él preguntarme que pensaba apostar.
Me quedé en silencio por un instante para luego responderle. “Lo que tú quieras ya al fin lo he perdido todo.”
De inmediato me preguntó “¿Apostarías el culo?” Y yo con una actitud de a quien no le importa lo que le dicen acepté de inmediato.
Mi plan era desde luego perder esa mano en principio, pero en último momento pensé que mejor era tratar de ganarla, aunque perdiese todas las demás.
Pero la suerte no estuvo conmigo en esos momentos, aunque me llegó una buena mano la de mi anfitrión resultó ser mucho mejor.
Una vez que quedó bien claro quien había ganado y quien había perdido, me continué portando como un borracho impertinente diciéndole a mi anfitrión. “Bien, perdí si me vas a comer el culo has lo de una vez para salir de eso.”
Levantándome dando unos cuantos tras pies y haciendo que perdía el equilibrio, le pregunté donde lo haríamos, fue cuando el dueño de la casa, visiblemente contento me tomó por un brazo y me condujo a una habitación.
Mientras me llevaba me comentó si a cambio de todo lo que yo había perdido, podía actuar como si fuera una mujer, lo que a mí me pareció muy gracioso y de inmediato comencé actuar como una puta borracha en busca de que se la clavasen.
Mientras él me conducía a su dormitorio, mi mano se posó sobre su verga, pude sentir aun por encima de la tela de su pantalón lo caliente y duro de su miembro, y con voz de puta borracha le pregunté de forma indiscreta que, que era eso tan duro y caliente que tenía entre sus piernas, él tan solo respondió. “Es un regalo para ti.”
Al llegar a su cama me acostó boca abajo, y mientras pasaba el tiempo en que él se desvestía, yo pensaba. “Ahora me da por el culo, lo disfrutó un corto rato y mañana me hago el que no se acuerda de nada.”
Por lo visto yo estaba muy equivocado en cuanto al tiempo que pasaría dándole el culo a él, sentí sus grandes manos sobres mis nalgas, luego se recostó sobre mi cuerpo desnudo sintiendo su caliente verga entre mis dos nalgas.
Por un largo rato me estuvo pasando eso por sobre mi esfínter, luego de lo cual se levantó parcialmente y se debió haber echado de su propia saliva sobre la cabeza de su verga, acto seguido comenzó a metérmela por el culo.
Lentamente sentí como su verga se abría camino dentro de mis carnes, y desde ese momento en adelante me dediqué a disfrutarlo completamente.
Su miembro se deslizó hasta el final, su barriga reposaba contra mi espalda, podía sentir su aliento sobre mi nuca y sus testículos chocando contra mis nalgas.
Por un largo rato me estuvo dando verga en esa posición, para luego a pedido de él me puse en cuatro, me lo sacó y cuando me encontré en la posición deseada por él me lo volvió a introducir.
Llegue a pensar que en cualquier momento se vendría dentro de mí, pero no fue así, tenía la facultad de saber aguantarse para evitar acabar y luego seguir con el disfrute, por mi parte me vine cuando estando en cuatro patas me estaba dando por el culo.
Luego de un buen rato de estar en cuatro él volvió a ordenarme que cambiase de posición, acostándose él boca arriba con su verga completamente erecta y yo viéndolo de frente sentándome sobre su macana mientras él me la volvía a introducir por mi esfínter.
Para mí fue algo del otro mundo ya que mientras yo me daba un buen trago de ron, el hacendado me hiso disfrutar, sin pecar de exagerado puedo decir que fue una de las mejores y sabrosas cogida de culo que me pudieran haber dado en buen tiempo.
Creo que hasta sentí cuando su semen comenzó a brotar de mis nalgas y yo mientras tanto movía mi culo como toda una puta.
Ya era la tarde del sábado cuando me desperté, en mi mente tenía todo planificado o sea levantarme como si nada hubiera sucedido entre nosotros.
Pero en ese momento me di cuenta que todavía él se encontraba sobre mí, haciéndome el que no sabía lo que pasaba indignado y sobrio le pregunté que me había hecho, a lo que él me respondió. “Nada que anoche te entró lo de maricón y me distes el culo.”
De inmediato pensaba refutar lo dicho por él, pero me doy cuenta que aún se encontraba clavado a mis nalgas, fue cando él comenzó a moverse para continuar metiéndolo y sacándolo sabrosamente de mi culo.
Supuestamente, me encontraba muy indignado, le ordené que me dejase de coger, pero a medida que sentía su verga entrar y salir de dentro de mí, mis protestas fueron mermando, traté de hacer un último intento de quitármelo de encima.
Pero él se aferró a mi cuerpo produciéndome gran placer, y casi instantáneamente comencé a mover el culo de nuevo, ese macho estuvo un buen rato clavándome hasta que al fin se vino dentro de mi nuevamente.
Al terminar se levantó y tal como se encontraba salió al patio a darse un baño de palangana, o sea con una lata agarraba el agua de un viejo barril lleno de agua, y luego la dejaba caer sobre su desnudo cuerpo.
Sintiéndome humillado salí de su habitación, y le dije que eso que había ocurrido se debió a la mala bebida que yo tenía, que yo realmente no me acordaba nada de lo ocurrido hasta esa tarde, fue cuando él me dijo. “Déjate de pendejadas que lo que hicimos tú lo provocaste completamente.”
En ese momento me sentí más indignado aun, y le reclamé que como él se atrevía a pensar eso de mí.
Fue cuando comenzó a decir todo lo que había pasado la madrugada anterior, pero al hacerlo dijo que yo se lo había mamado.
En ese momento como para demostrar que él se encontraba equivocado le dije, que yo no se lo había mamado, fue cuando me preguntó con una sonrisa. “¿Como era posible que digas eso?”
De pendejo, le repetí porque eso no sucedió, al terminar de decirlo me di cuenta que había caído en mi propia trampa.
Él me dijo de inmediato. “Y si no te acuerdas de nada como sabes que no me lo mamaste a noche.”
Luego me dijo. “Déjate de hacer el ofendido que yo no le voy a contar de esto a nadie, pero quiero que me digas ahora si te gustó como te cogí a noche.”
Ya ante la evidencia no podía negar los hechos por lo que acepté que para mí fue una de las mejores cogidas de culo que hombre alguno me hubiera dado.
Él continuaba completamente desnudo ante mí, me tomó por el brazo y personalmente comenzó a darme un baño de palangana.
En cierto momento me vio a los ojos y luego vio su verga para nuevamente verme a la cara mientras con sus manos sobre mis hombros hacía una pequeña fuerza para que yo me agachase.
Cuando mi cara se encontraba frente a su mustia verga me la introduje dentro de mi boca y comencé a mamársela lentamente.
Fui sintiendo como su pedazo de carne se hinchaba dentro de mi boca a medida que yo se la apretaba con los labios, todo termino después de una extremadamente larga sesión de mamada, eyaculando dentro de mi garganta y en gran parte de mi boca y cara.
Desde esa época hasta los actuales momentos cada cierto tiempo me da por realizar las supervisiones en esas áreas personalmente.
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