HISTORIAS REALES 2 “EL ACCIDENTE DE EDUARDO”
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por angelblack.
Yo: buenos días Lizet, ¿cómo estás?
Lizet: buenos días David, aquí un poco preocupada.
Yo: “preocupada” ¿Por qué?
Lizet: Eduardo tuvo un accidente con su coche cuando iba al trabajo…
Yo: no puede ser, pero está bien?
Lizet: no sé exactamente, ahorita le van a sacar otra serie de estudios para corroborar.
Yo: tranquila, veras que todo saldrá bien… Eduardo es un hombre fuerte y joven.
Lizet: gracias, ¿y tú qué haces aquí?
Yo: mi esposa dio a luz a nuestra bebe en la noche y pues estoy haciendo los trámites para llevarlas a casa.
Lizet: así, felicidades….
con el susto no me acorde de tu esposa….
Salúdame a tu esposa
Yo: no te preocupes, gracias….
.
Lizet: y piensan irse hoy al rancho…
Yo: aun no, nos quedaremos unos días aquí en la ciudad, pero hoy viajo al rancho a traer cosas para mis hijos y mi esposa.
Lizet: me harías un favor David?
Yo: si dime…
Lizet: puedes llevarte a Luisito contigo al rancho y lo dejas con mis papas, ahora no puedo estar al pendiente de él, voy a esperar el diagnóstico del médico y estar pendiente de Eduardo.
Yo: claro que sí, este no es un lugar para un niño.
Lizet: gracias David.
Yo: estaré al pendiente de Eduardo, no dejes de informarme, que todo salga bien…
Luego de que Lizet le diera instrucciones a Luisito y yo termine con los tramites, nos retiramos del hospital, en el camino le platique lo sucedido a mi esposa y que llevaría al pequeño con sus abuelos.
Deje a mi esposa con su hermana, insistí en llevar a mis hijos al rancho pero todos se negaron pues no querían separarse ni un instante se su hermanita, partiendo rumbo al rancho solo con el pequeño, en el camino puse un poco de música la conversación fue muy poca ya que él estaba concentrado en su ipad.
Al llegar al rancho fuimos directamente con sus abuelos, pero la casa estaba cerrada no había nadie, así que regresamos a mi casa para arreglar las cosas que llevaría conmigo de regreso; cuando todo estaba listo, tome uno de los caballos le dije al niño que tenía que acompañarme a dar una vuelta por el rancho para supervisar a mis animales en mi ausencia y de regreso ver si llegaron sus abuelos.
Subí al niño luego yo, partimos hacia la vegetación durante el recorrido conversaba con el pequeño, mostrándole las aves, ardillas.
El rose de su cuerpo por el trote del caballo hizo que mi herramienta empezara a cobrar vida, poniéndose dura en ocasiones palpitaba y de algún modo el niño lo sentía, en mi mente pasaban ciertas imágenes ideando un plan para poder estar con el pequeño y eso no era problema pues estábamos solos, ahora solo hacía falta un buen lugar.
Por fin encontré el lugar y la idea perfecta… bajándome del caballo y también al niño
Yo: llegamos pequeño
Luisito: donde señor David, que lugar es este?
Yo: tenía que ver mis animales, para eso vine al rancho recuerdas….
Luisito: si señor pero aquí no veo a ninguno?
Yo: lo sé, los animales están del otro lado del rio, tenemos que cruzar…
Luisito: ¿y porque no pasamos con el caballo para no mojarnos?
Yo: (inventado una excusa) porque este caballo no sabe nadar, le da miedo al agua; se puede ahogar y nos puede tirar a nosotros…
Luisito: entiendo ¿Pero cómo cruzaremos?
Yo: nos quitaremos la ropa y pasaremos caminando.
Luisito: y porque no se quita la ropa usted y me pasa cargando a mí.
Yo: puedo tropezar y tirarte en el agua y te mojarías todo, mejor te quitas la ropa y así aprovechas para darte un chapuzón.
No tengas pena yo también lo voy hacer.
Luisito: ok, está bien.
Fue en ese momento en que me di cuenta que todo estaba saliendo como yo quería, el pequeño empezó a quitarse la ropa, fue ahí donde observe ese cuerpo pequeño, blanquito sus nalguitas paraditas; Hice mi mayor esfuerzo para bajar mi erección para que él pequeño no la notara y se asustara.
Cuando el pequeño termino de desvestirse corrió hacia la orilla a jugar con el agua mientras yo empecé a quitarme la ropa quedándome desnudo.
Rápidamente me tape con mis manos mi pene camine hacia el agua hundiéndome en ella, la profundidad ayudo un poco.
Yo: ven Luisito, vamos a pasar.
Luisito: ¿y la ropa? ¿La vamos a dejar aquí?
Yo: si la vamos a dejar ahí, solo será un momento vendremos rápido.
El niño poco a poco se fue adentrando en el agua hacia donde yo estaba, luego le tire un poco de agua para mojarlo….
Luisito: uyyyy, está un poco fría….
.
Yo: jajajajaja, si esta rica (tirándole agua nuevamente) a que no me mojas….
Luisito: si puedo ya voy (tirándome agua con las manos)
Fue en ese instante donde jale al niño de las axilas levantándolo mientras me ponía de pie, jugando con él diciéndole que lo lanzaría, el nada más reía diciendo que lo bajara; fui bajándolo poco a poco mientras me hundía en el agua con él.
Tomando mi cabeza con sus manos la hundió en el agua fingiendo que me ahogaba lo abrace por la espalda fuertemente con una mano pegando mi cuerpo hacia él, mientras con la otra mano le tocaba sus pequeñas nalguitas.
Mi pene ahora estaba completamente erecto, el niño se detuvo al sentirlo entre sus piernas….
Luisito: jejejeje, ya se te paro….
Yo: ¿qué cosa?
Luisito: tu pene… mira como esta de duro…
Yo: es verdad, es porque quiere jugar contigo… ¿tú quieres jugar?
Sin decir palabra alguna encogió los hombros, por mi parte seguía tocando sus pequeñas nalguitas pasando mi dedo medio por en medio de su rayita tocando su pequeño orificio tratando de meter mi dedo en él.
Yo: ¿me das un abrazo?
Luisito: si, abrazándome…
Sin perder tiempo levante sus piernas para acomodarme entre ellas quedando el niño en cuclillas, su pecho pegado al mío……
Luisito: tienes mucho pelo, más que mi papa….
Yo: si tengo mucho….
Luisito: me pica y me da algo de cosquilla.
Yo: no será lo único que te pique hoy niño….
Jajaja.
En la posición que estábamos acomode mi pene justo en la entrada de su pequeño agujerito, jalándolo hacia abajo con algo de fuerza intente penetrarlo pero no pude, intente varias veces sin éxito.
Empecé a buscar un lugar para estar más cómodos y ahí estaba, eran unas rocas grandes y algo planas era perfecto ese lugar.
Cargando el niño en mis brazos me dirigí a las rocas, busque la que mejor altura me diera, senté al niño en la roca me pare frente a él entendiendo el mensaje, con sus pequeñas manos tomo mi herramienta caliente y dura masturbándome, pero disfrute más cuando su pequeña lengua empezó a lamerla de arriba hacia abajo como si un helado estuviera comiendo.
Su pequeña boquita se abrió y yo no perdí tiempo para hundirme en ella
Sentir esa boquita pequeña, caliente me hacía gozar tomando su pequeña cabeza guiaba mis movimientos para tratar de meter lo más que pudiera en su boquita, provocándole arcadas mientas sus ojos se ponían llorosos.
Yo: que rica boquita tienes bebe, ahora voy a probar si te cabe algo de esto en tu pequeño culito.
Me separa del niño, Mi pene estaba ensalivado completamente, lo acomode para que su culito quedara a una buena altura y así poder facilitarme penetrarlo.
Fue ahí donde pude ver ese pequeño agujerito, color rosa, limpio; por instinto le di una pequeña nalgada y hundí mi lengua en el para lubricarlo y relajarlo un poco.
Cambie mi lengua por mi dedo índice fui introduciéndolo poco a poco hasta desaparecer al ver que el pequeño lo toleraba perfectamente sin molestia alguna hice un par de movimientos anexando mi dedo medio, escupiendo más saliva para que puedan deslizarse más fácil después de uno segundos mis grandes dedos ya están dentro de el sin quejarse los movía al principio lento luego un poco más rápido.
Pude ver como ese pequeño culito albergaba muy bien mis dedos, los separaba observando la elasticidad que tiene y no aguante más, tenía que probar ese culito, quería saber que se sentía comerse un culito tierno.
Mi pene lubricaba más de lo normal, lo sentía más grueso y duro mi corazón palpitaba muy rápido.
Acomode al niño de tal forma que sus piernas colgaran, mientras sus pecho y estomago quedaban sobre la roca.
Mis dedos se aferraron fuertemente a su ingle, mientras mis dedos pulgar separaban sus nalguitas; Colocando la cabeza de mi pene en la entrada de ese pequeño culito, escupí más de saliva para facilitarme entrar, dude un poco en creer poder entrar y poderlo lastimar.
Lentamente inicie en la misión de entrar en él, pude sentir como traspase ese anillo alojando la cabeza de mi pene en él.
Sentía lo apretado y estrecho que estaba.
Luisito: aayyy, despacio señor.
Yo: ¿te duele mucho? ¿Te lastimo?
Luisito: solo al principio, pero luego pasa y me gusta…
Me quede quieto un instante, al escuchar lo que dijo el nene fue ahí donde saque mi conclusión que alguien más se lo estaba cogiendo, entonces porque yo no disfrutarlo también.
Seguí desliándome dentro de él sin salirme, despacio pero firme y valió la pena el nene se había comido media verga, no lo podía creer….
Wooo….
Mis movimientos de cadera no se hicieron esperar, sacando y metiendo un poco despacio…
Yo: que cabroncito eres, ya te comiste la mitad….
te voy a seguir dando verga niño….
Sentía la sangre hervirme, mi cuerpo muy caliente la adrenalina al 100 % por lo cual acelere mis movimientos de vaivén, entrando y saliendo cada vez más….
Escupí más saliva para mejorar la penetración… y Me pegue a su espalda para que sienta a su macho mientras le doy por su culito.
Cerré los ojos y me deje llevar por ese rico momento de placer.
El pequeño se tragó la mitad mi verga la aguantaba perfectamente, agradecido con quien lo entreno; me despegue de su pecho, quería ver esa imagen que quedaría grabada en mi mente para siempre.
Qué imagen!!! yo, un hombre adulto de campo alto, fornido con brazos, piernas grandes y fuertes, con bello por todas partes, enterrando media verga de 19 cm en ese culito chiquito y apretado que ahora era había cambiado a color rojo.
Acelerando mis movimientos de vaivén, disfrutando al máximo de ese rico placer proporcionado por ese pequeño niño.
Luisito: mmmmmm, mmmmmm, mmmmmm
Yo: que rico aprietas niño….
.
¿Te gusta mi verga?
Luisito: si, siento rico en mi colita….
.
Yo también estaba disfrutando de esa colita chiquita y apretada, quería enterrarle toda mi verga pero no me atrevía por temor a lastimarlo.
Era tan excitante y morbosa esa imagen que tenía que controlarme para no terminar, quería seguir disfrutando con ese pequeño pues tal vez nunca tendría otra oportunidad.
Pero no pude contenerme por mucho tiempo, ese culito apretado hizo que me corriera, sujetando fuertemente de la cintura del acelere mis embestidas.
Cuando mi leche estaba por salir saque mi verga por completo y de una le enterré lo que ya se había comido sin problema.
Mandando toda mi leche en su interior
Yo: aaaaaaahhhhhh, aaaaaaahhhh, que rico…… aaaaahhhhh
Luisito: ay, mmmmm, mmmmm,
Mi verga no perdió firmeza estaba dispuesta a dar batalla, la sacando lentamente para ver si no lo había lastimado, me quede sorprendido al ver lo grande que le había quedado el culito y de el salía mi leche escurriendo por toda sus piernas.
(Sentando al niño en la roca)
Yo: que rico comes con el culito, ¿estás bien, no te lastime?
Luisito: estoy bien….
(Encogiendo los hombros)
Yo: mira como sigo de duro, me hubiera gustado metértela toda… pero no vas a aguantarla?
Luisito: ya me han metido una entera así como la de usted, es grandota igual a la de mi….
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Yo: ¿es verdad? ¿te la han metido entera? ¿Quién te la metido toda, dime?
Luisito: es verdad, pero no puedo decirlo porque es un secreto….
Yo: bueno esto que hicimos será nuestro secreto, nunca le digas a nadie pequeño (guiñando el ojo)
Hice acostar al niño sobre la roca boca arriba, levante sus pies con la mano izquierda mientras con la otra escupí suficiente saliva embarrándome la verga, guiándolo con la misma mano la puse en la entrada de su anito rojo, haciendo un poco de presión me fui deslizando nuevamente dentro de él.
Pero este placer fue opacado cuando escuche los ladridos de unos perros, como estrella fugaz… viendo a todos lados baje al niño, le lave el culito sacándolo a la orilla le hice poner su ropa al igual que yo.
Temí ser descubierto o que alguien me estuviera observando.
Luisito: ¿porque nos vamos?
Yo: porque ya es tarde, tengo que llevarte con tus abuelos….
Luisito: pero ya no vimos a tus animales
Yo: no importa, sé que están bien.
Lo importante fue que por fin puede cogerte….
Pero este es nuestro secreto recuerdas, “nadie debe saberlo”
Luisito: me gustó mucho, no le voy a decir a nadie, lo prometo…….
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Yo: pues ya buscare la forma para darte más verga mi niño.
Pero por ahora vamos con tus abuelos.
Fue así que partimos a la casa de los abuelos del niño para dejarlo ahí sano y salvo como se lo prometí a su madre, pero me encontré con la sorpresa de que los señores no estaban aún en su casa.
Bueno, el niño viajaría nuevamente con migo a la ciudad tendríamos que regresar rápido para que su madre no fuera a sospechar nada de lo ocurrido y así ganarme más su confianza y estar más cerca de mi pequeño amante.
VOLVIMOS A PARTIR NUEVAMENTE A LA CIUDAD….
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