De ser su esclavo sexual pasé a ser su amigo.
Un joven asiste a la casaa de un par de conocidos, y tras estar bebiendo se ponen apostar hasta que él pierde todo, y le toca pagar accediendo a ser su esclavo sexual. .
De ser su esclavo sexual pasé a ser su amigo.
.
En una ocasión, había asistido a una celebración de una compañía, la que terminó cerca de las nueve de la noche, dos de los empleados de esa firma, se fueron junto conmigo a seguir la fiesta por varios bares de la ciudad.
Ya serían como las doce de la noche, cuando uno de ellos, nos invitó a su apartamento, para seguir compartiendo, supuestamente.
Ya en su apartamento, puso música vieja y variada, mientras seguíamos bebiendo.
Estábamos hablando de lo vieja que eran esas canciones, en medio de la conversación sobre sexo, y de los chistes de doble sentido, quizás por lo mucho que ya había bebido, se me ocurrió hacer una tonta apuesta, de que sabía los títulos de todas esas canciones nada más con escuchar las primeras estrofas.
Cuando me preguntó uno de ellos, qué apostaba le dije de manera bien arrogante, lo que ellos quisieran ya que estaba bien seguro que no perdería, y para asegurarlo les empeñaba mi palabra de que cumpliría sí es que llegaba a perder.
Entonces fue el dueño del apartamento quien propuso, que si me equivocaba en alguna de las doce canciones que me convertiría por lo que restaba de la noche en su esclavo.
Al escucharlo, la apuesta no me agradó, pero como yo se tanto de esa música vieja, no debía tener miedo a perder.
Entre trago y trago, las primeras cinco canciones las identifiqué bien sin problema alguno, pero la sexta, y la onceava canción, erróneamente me equivoqué.
El resultado es que como perdí, y soy una persona de palabra, les dije que cumpliría con la apuesta.
Aunque, traté de que me perdonasen, pero finalmente acepté que había perdido en buena ley, por lo que como había dado mi palabra haría lo acordado.
Por lo que les dije que sería su esclavo por lo que restaba de la noche, y tomando una servilleta, y colocándola en mi brazo, como si fuera un mesero le pregunté a los dos. “¿Los señores que desean para seguir tomando?”
Los dos me observaron, y se vieron mutuamente, luego se dijeron algo al oído el uno al otro, y de inmediato se pusieron a reír a carcajadas.
Mientras que yo de pie ante ellos, con mi cara muy seria, esperaba que me diesen una orden, el primero en pedirme que les sirviera a ellos una cerveza, y que yo me tomase un trago seco de ron.
Al terminar con su orden el otro, me dijo. “Ahora te quitas toda la ropa”. Yo comencé a protestar, pero de inmediato me recordaron que la apuesta era, que yo fuera su esclavo, y los esclavos solamente obedecen a sus amos, sin importar lo que se les órdenes.
Además, me volvieron a decir que les había empeñado mi palabra de cumplir con la apuesta, lo que me calló la boca.
De inmediato comencé a desvestirme, pero como parte del vacilón, uno me ordenó que lo hiciera de manera como si yo fuera una bailarina nudista.
Por lo que, aunque estaba molesto con la situación, me seguí quitando toda la ropa, como si fuera una, insinuando mis nalgas, moviéndome lentamente al compás de la música que sonaba de fondo.
Finalmente me quedé del todo desnudo, y los dos observaron que mi cuerpo no tiene ni un solo vello.
El primero comentó en tono de broma. “Tiene las nalgas más lindas que tu mujer verdad.” a lo que el otro le respondió. “Pero no tan lindas como las de tu madre”, y ambos se pusieron a reír.
Yo había quedado de espaldas a ellos, y de momento me incliné para recoger el vaso donde estaba tomando, para darme otro trago. Casi de inmediato sentí una mano acariciando mis nalgas, mientras el segundo me decía. “Prepara ese lindo culo, que esta noche te lo vamos a comer entre nosotros dos.”
Yo reaccioné viéndolos a los dos, con cara de asustado, pero siguió diciendo. “No te asustes, acuérdate que eres nuestro esclavo, y estas para servir las ordenes de tus amos, así que como dijo aquí el amigo prepara ese culo”.
Debido a lo que me terminaban de decir, solo se me ocurrió preguntarles ¿cómo lo hago? A lo que uno de ellos agarrándome por una de mis manos me condujo hasta el sofá, diciéndome en tono de broma. “No te asustes, que no te va a doler. Lo peor que puede pasar es que cuando seas grande, te guste que te den por el culo”.
Como ya todos éramos adultos, no entendí el chiste, pero de toda manera me comencé a reír nerviosamente.
El mismo el dueño del apartamento, fue el que me indicó que me acostase boca abajo, sobre un par de cojines, mi culo quedó completamente levantado, mientras que yo, lleno de temor, les preguntaba una y otra vez. “¿Pero eso no me va a doler verdad?”
A lo que el otro respondió. “Solo si ofreces resistencia, así que sí te quedas completamente quieto, no vas a sentir nada”. Al levantar mi vista por sobre mi hombro, vi al dueño del apartamento, aun completamente vestido, pero con su enorme verga entre sus manos, como la dirigía en dirección a mi desprotegido culo.
Lentamente sentí como su miembro comenzaba a penetrarme, la verdad es que me dolió y mucho, pero ese dolor rápidamente se fue transformando en la experiencia más divina y gratificante, que hubiera sentido antes.
El sentir como ese hombre me penetraba, él ya me tenía bien calzado, comenzaba a sacar, y meter su verga dentro de mi culo, cuando su compañero también sin quitarse la ropa, y con su miembro entre sus dedos me lo colocó frente a mi rostro.
Yo puse cara de que la idea no me agradaba, y la reacción de este fue la de colocar una de sus manos en mi cara, y obligarme a que abriese la boca a la mala.
De inmediato me penetró la boca con su caliente verga, y a mí no me quedó más remedio que ponerme a mamar.
Al tiempo que uno me daba por el culo, yo comencé de manera inconsciente, a mover mis nalgas al compás de sus embestidas.
Al tiempo que me sonaba una que otra ardiente nalgada, que me dejó toda la nalga derecha colorada.
Yo seguí mamando la verga de su compañero, y moviendo mi culo para la mayor satisfacción del dueño del apartamento, y poco a poco también mía.
En cierto momento él le dijo a su compañero. “Mejor te aguantas, para que también le comas el culo, lo tiene bien rico”. Por lo que este sacó su verga de mi boca, pero me ordenó, que le siguiera chupando, y lamiendo las bolas.
El primero comenzó a darme con mayor fuerza, al punto que finalmente se vino dentro, y fuera de mi culo ya que sacó su verga y con el resto de su leche me la tiro sobre mis nalgas.
No bien había él terminado cuando escuché al otro decirme. “Esclavo, ve al baño, y lava bien ese culo por dentro y por fuera, que cuando regreses te lo quiero seguir comiendo.”
Después de asearme, regresé a la sala donde ellos dos se encontraban, el dueño hablaba por teléfono, mientras que su compañero me ordenó que les sirviera otras cervezas a ellos dos, y que yo me tomase otro trago de Ron.
Al terminar de servirles, me indicó que me sentase entre él y su amigo, Lo que hice tras darme el trago.
Como su verga ya se encontraba en reposo, me indicó que se la volviese a mamar, y sin demora le obedecí, fue cuando escuché al dueño del apartamento decir a la persona con quien hablaba por teléfono. “Bueno vente te esperamos, que no te vas a arrepentir”.
En cosas de segundos la verga del otro ya se encontraba bien parada, el detalle era que ambos, aún seguían sin quitarse la ropa, lo que me comenzó a provocar algo de morbo.
Yo completamente desnudo, y ellos dos completamente vestidos, el segundo a diferencia del primero me ordenó que me acostase boca arriba, me tomó por los tobillos, y sin perder tiempo dirigió su verga contra mi culo, el que en cosa de segundos se la ha tragado por completo.
Al dejar de hablar por teléfono, el dueño del apartamento fue al baño, debió lavarse de seguro su verga, pero al regresar la metió dentro del vaso de ron que yo tomaba, y de inmediato la colocó en mi boca.
Yo no perdí tiempo con remilgos, y de inmediato me puse a lamérsela para luego, dedicarme a mamársela completamente.
Mientras su compañero con bastante saña me bombeaba con su verga dentro de mis nalgas, el dueño del apartamento seguía disfrutando de la buena mamada que yo le daba, mientras que yo movía mi culo como una rumbera, cuando el otro dijo. “De seguro este ya le han comido el culo con anterioridad, porque lo mueve como toda una puta profesional.”
Lo que hasta ese momento no era cierto, tras decir eso aceleró sus embates, y se vino completamente dentro de mí cuerpo, juro que hasta sentí su leche brotando de su verga como me llenaba por dentro.
Mientras que el primero a los pocos segundos también se vino, pero con esa mala costumbre de comenzar dentro de mí, y terminar regándome su leche, en esa ocasión sobre toda mi cara.
Yo terminé bien agotado, pero a la vez me sentía muy feliz, de haberme acostado con esos dos hombres, esa misma noche.
Ellos me dejaron tranquilo sobre el sofá, hasta que sonó el timbre de la puerta, el dueño del apartamento la pensaba abrir, pero su compañero le recordó que tenían un esclavo, por lo que me ordenaron que la abriese tal y como yo estaba.
Aunque muerto de vergüenza, así lo hice, fue cuando me sorprendí al ver al hijo del dueño de la empresa, con la que estaba haciendo negocios, parado en la puerta.
Él también me observaba también algo sorprendido, de que fuera yo quien le abriese la puerta, y en esas condiciones.
De inmediato el dueño del apartamento me ordenó que le sirviera un trago, al recién llegado, y que luego me fuera asear nuevamente, para que lo atendiese como debía hacerlo un buen esclavo.
Tras obedecerle, al regresar a la sala a diferencia de los otros dos el recién llegado se encontraba completamente desnudo, mientras que ellos lo besaban y acariciaban por todo su cuerpo, el joven se me quedó viendo, y les dijo. “Ya dejen de estar con ese tonto juego de amo, y esclavos, así que también desnudasen”, lo que ellos dos hicieron de inmediato.
Mientras ellos se quitaban todo, el joven me hizo señas de que me sentase a su lado, y me dijo. “Así que también te gusta, quien lo diría, tan serio que te vi en la fiesta, jamás me imaginé que fueras de los nuestros. Pero qué bueno que lo hiciste así, si te hubieras puesto loquita desde el principio, lo más seguro es que te hubieran abandonado en el primer bar.”
Yo pensé en decirle que esa era mi primera experiencia con otros hombres, pero me di cuenta de que realmente, eso no le importaba.
Al tiempo que el joven me comentaba esas palabras, sus manos comenzaron a tocar mi cuerpo, delicadamente su boca buscó la mía, y así seguimos besándonos y acariciándonos los dos, mientras que el anfitrión y su amigo hacían lo mismo entre ellos dos.
Al poco rato ya el recién llegado también me penetraba divinamente, a nosotros se sumó el dueño del apartamento que le dio por ponerse a mamar mi verga, mientras su compañero le daba por el culo a él, de esa relación ha surgido una gran amistad entre ellos tres y yo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!