El Hijo Que Siempre Quise II
Una historia de amor y pasión que desborda sexo en cualquier palabra. Ha pasado mucho tiempo desde el último relato, así que después de un gran descanso vienen grandes experiencias… (Algunos nombres y/o sobrenombres fueron cambiados por mi seguridad y la de mi hijo).
Después de una sesión tan excitante con mi hijo las cosas siguieron siendo extraordinarias… teníamos sexo cada noche, sin falta. A pesar de que yo llegaba tarde, el siempre me esperaba desnudito en nuestra cama después de que se fuera su niñera. Se nos fue haciendo costumbre e Irabi era insaciable, siempre quería más y más.
Lo hacíamos en el cuarto, en el baño, en la cocina, incluso en el patio. Me excitaba tanto hacerlo en el patio, me calentaba pensar en el hecho de que alguien entrara y nos viera. Que me viera cojiendome a mi hijo, el sentado sobre mi, cabalgando como profesional. Pero solo quedó en mi imaginación.
Los días transcurrieron y nuestra relación se hacía cada vez más fuerte, vivíamos literalmente casi como un matrimonio. Llegaba de trabajar, cojiamos. Llegábamos del cine, cojiamos, me iba a trabajar, cojiamos…
Es sin duda un sueño echo realidad.
Irabi a crecido y los cambios en su cuerpo han sido notables, creció unos 10 centímetros, ahora tiene más masa muscular, es bueno casi en cualquier deporte y eso lo hace tener un cuerpo muy atlético… podría decir que casi perfecto.
Pero eso no es secreto.
Ha empezado a atraer miradas, lo noto. Ya sea de sus compañeras de escuela, amigos e incluso maestros. Eso hace que despierten en mi los celos. Pero lo hemos sabido sobrellevar, yo sé que el es solo mío y yo soy solo de él.
Irabi se ah convertido en un chico deportista y dedicado, es muy activo y saca buenas notas, en especial en deportes. Me pidió insistentemente que lo inscriba en futbol americano y futbol soccer y le di permiso sin dudarlo.
Verlo en los juegos era por completo un sueño, ver cómo se marcaban sus redonditas y perfectas nalgas en esos shorts, lo masculino que se ve con su uniforme de futbol y lo bueno que es jugando, además de demostrar ser el alfa del equipo ya que todos lo siguen, su voz ah cambiado, se volvió más gruesa, más ronca y eso influye en su autoridad ya que logró ser capitán del equipo.
Ciertamente y gracias al futbol, Irabi se a vuelto bastante masculino, se comporta diferente también, pero sigue siendo igual de amoroso y tierno conmigo.
Verlo en esa faceta despertó nuevas expectativas, cuando pensé que no podría ser mejor, lo fue. Ahora tengo al chico popular y deportista junto a mi y me encanta.
El a sabido cumplir fantasías que ni yo sabía que quería…
Un viernes por la tarde, después de su último partido de americano, del que resultaron ganadores, le dije que no se metiera a las duchas, que así nos fuéramos a casa. Su mirada se iluminó, sabía lo que le esperaba.
Se despidió de sus amigos y me siguió al auto. Su uniforme consiste en unas mallas color blanco que realzan aún más su figura, es increíble que siendo solo un preadolescente tenga el cuerpo tan bien estructurado, una camisa dorada y demás protectores. Juro por Dios que se mira exquisito, es un deleite a la vista, su hermosa sonrisa, su cabello. Me enamoré de mi hijo y eso es un echo que nadie va a poder cambiar. Vivimos como una pareja y cojemos como pareja.
Llegamos a casa, y apenas al entrar, lo cargué en mis brazos y el me rodeó con sus piernas, nos besamos muy apasionadamente. Es experto besando, lo enseñé bien.
Lo recosté en el sofá y comencé a masajear sus muslos, primero le quité la parte de arriba de su unirme dejándome ver un abdomen perfecto, mi hijo tiene una genética perfecta. Lo seguí besando, pasé mi lengua por sus tetillas y seguí hasta su ombligo. Le di la vuelta y paró el culo, meti mi nariz lo más que pude extaciandome de un olor tan espectacular… me quedé gran rato así, comiéndole el culo por encima de la ropa. Y es que la mezcla de olores alteraba mis sentidos. Bajé sus pantalones mientras jugueteaba con sus nalgas y lo que vi terminó conmigo, Irabi sabía exactamente cómo sacar mi lado animal y disfrutaba verme así, disfruta el sexo rudo.
Debajo de sus pantalones encontré una tanga, una tanga color rosa que se ajustaba perfectamente a su redondo y perfecto culo. No podía creer lo que estaba viendo. Mi hijo jugó todo el tiempo en tanga, no me cabía en la cabeza que viéndose tan masculino jugando, debajo de ese uniforme se escondía la piel de un verdadero putito…
Pero, ¿de dónde la había sacado?
-J: Wow, wow… ¿que es esto?
-I: ¿Te gusta, pa?
-J: ¿De dónde la sacaste?
-I: Perdón, le tomé foto a una de tus tarjetas para pedirla por internet… también pedí una falda.
-J: Vaya, saliste más vivo que yo, hijo. ¿También una falda? ¿Ahora te va a gustar vestirte de mujer?
-I: No, es para ti. Pensé que te gustaría verme con ella puesta…
-J: Nunca lo había pensado. Apuesto a que me encantará, pero la tanguita, mi amor, con eso es más que suficiente para mí. Ve, me tienes loco.
Yo tenía la verga a full. Sentía que si no me lo cojia pronto, me iban a estallar las bolas.
El contraste del hilo rosa con su color de piel hacían que pareciera que estaba a punto de cojerme a una mujer.
Sin quitársela metí mi nariz entre sus nalgas, llenándome de su olor, un olor que me volvía cada vez más loco…
La mezcla entre sudor, la ropa, y obviamente olores fuertes me levantaron enseguida.
Recorrí a un lado el delgado hilo de su hermoso culo y pasé mi lengua por todo su ano. Jugueteaba con su culo, le daba nalgadas, lamía desde su entrepierna hasta su espalda, llegaba a su cuello, le mordía un oído y terminaba en sus hermosos labios. Podía ver lo excitado y sonrojado que estaba, su mirada era otra. Angelical, pero dentro de sus ojos había un niño al que le encantaba ser cojido por su padre.
Posaba mi verga por encima de sus nalgas y le pegaba con el mismo.
Lo puse encima de mi, aún con la tanga puesta, no me cansaba de besarlo y de pasar mi lengua por todo su cuerpo. Lamía sus tetillas, sus brazos musculosos apenas, mordía su cuello y el solo me correspondía.
El contraste de mi cuerpo grande a comparación a la de él, atlético y en forma… hasta al más asexual se calentaría de ver semejante escena.
Llegó el tiempo, quería penetrarlo ya, acomodé mi verga en la entrada de su culo y fui metiendo mi glande poco a poco. A los pocos minutos ya la tenía toda adentro, tomé mi celular para poner música fuerte, sabía que iba a ser una sesión bastante ruidosa.
Comencé a moverme yo primero, el me sujetaba del cuello y me miraba a los ojos, mis manos sujetaban con fuerza sus nalgas y le soltaba nalgadas de vez en cuando, comencé lento, cuando vi que ya se había acostumbrado aumente el bombeo al ritmo de la música, lo rodeaba entero entre mis brazos, sujetaba su hermosa cadera hacia abajo, se la traga toda y sabe cómo hacerlo.
Pero lo que me mataba y creo que sigue siendo mi debilidad, es su hermosa sonrisa. Cuando se la meto de golpe el suele sonreírme y darme un beso… se la sacaba y lo volvía a sentar con fuerza y el sonreía y gemía fuerte.
Lo voltee y lo puse de perrito. Estaba fuera de mis pensamientos, jalé la tanga tan fuerte que la rompí, lo agarré del cuello, el levantó el culo y se la dejé ir de una. Comencé a darle muy duro, mi pelvis golpeando sus enormes nalgas sonaba por todo el departamento y el gritaba de placer pidiéndome más, mordiendo la almohada y buscando mi mano para apretarla con fuerza pero siempre volteando a verme sonriendo viéndome con esos ojos de ángel pidiendo que no parara y diciéndome papi
Una vez más, se miraba tan clara la comparación de cuerpos, un niño nalgón a gatas y un hombre fornido metiéndole la verga.
Una vez más lo giré y abrí sus piernas, bajé para chuparlo más, su culo dilatado y sudado emanaban el mismísimo olor del amor… mame su verga que también había crecido con el…
Puse sus pies en mis hombros y una vez más con fuerza lo penetraba, ver la cara de placer de mi hijo es una bendición, abriendo la boca y sacando la lengua para que yo pudiera besarlo… pero sin querer, esta vez le escupí en la boca. Se sorprendió, pero tragó y volvió a sacar la lengua… un nivel más desbloqueado. Nos congeniamos tan bien que somos uno solo cada que cojemos.
Me senté en el sofá para que el cabalgara y así lo hizo, se metía mi verga una y otra vez y yo solo lo nalgueaba.
Me recosté después y el se puso encima de mío, nos fundimos en un abrazo y un largo beso…
-J: Te amo, hijo.
-I: Te amo, papá.
Metí mi verga una vez más aún con el abrazado y volví a darle rápido y duro. Su cuerpo solo temblaba, comencé a masturbarlo para poder terminar juntos, yo ya estaba casi cerca cuando comenzó a retorcerse y lanzar 3 chorros de semen directo a mi pecho, uno me alcanzó a la boca; noté su culo apretarse, yo gemia como loco y el mordía mi cuello y ahí fue cuando lo volví a preñar. Lo bese con su semen en mi boca y lamí toda su cara llena de sudor. Mi pequeño campeón nuevamente se había portado a la altura. Sin sacar mi verga de su culo, lo tomé en mis brazos y nos fuimos al baño. El estaba rendido, pero seguía besándome apasionadamente. Nos bañamos juntos, al estar los dos bajo el agua de la ducha, al fin salí de el pero lo seguía teniendo en mis brazos, se recostó sobre mi hombro mientras yo lavaba todo su cuerpo, salió mi semen de él dejándole el culo palpitando y caliente.
Lo seque y lo lleve a nuestra cama. Acostumbramos a dormir siempre desnudos, es más cómodo. El se durmió casi enseguida, y yo me quedé observando su cuerpo y besándolo. En especial su espalda, piernas y nalgas.
Su cuerpo caliente, sus nalgas algo rojitas y sus piernas mallugadas, sus labios irritados por los besos pero todo había valido la pena.
Luego yo… con mis músculos bombeados, mis labios irritados igual y en mi cuello… un collar de chupetes. Tenía alrededor de 6 en todo mi cuello. Me gustó verlos, porque me recordaba que tan intenso se está volviendo mi hijo, morados y algo pequeños por el tamaño de su boca. Pero de él.
Me siento realizado. Todo lo que quería ahí estaba, justo a un lado mío, recuperándose de una cojida intensa y mostrándome todo su cuerpo.
Me preguntaba si a la mañana siguiente preguntaría por el escupitajo pero sabía que le había encantado… se que fue así porque volvió a abrir la boca.
Ahora las cosas siguen estupendamente. Aún no estrenamos la falda que se compró. Pero ya se la vi puesta. Es una falda chiquita a cuadros color negra que deja verle todo su culo y su verga. Modelo para mi con ella puesta, incluso gateo con ella… si que sabe cómo despertarme.
Este es el fin de este relato. Sin duda hay mucho más. Aún me falta contarles cómo “terminaron las cosas con Héctor y Gabriel. Así que pronto tendrán noticias de mi. Por lo mientras, espero poder contar con el apoyo de ustedes, lectores.
Cada vez somos más los papás que aman a sus hijos con tal fuerza y me encantaría poder conocer a algunos más. Este es mi lugar seguro, donde puedo contar lo que nadie más sabe. Anímense a contar la historia que seguramente encantará a varios.
Sin más, me despido. Nos estamos viendo.
Menuda excitacion, tengo la verga húmeda de lo cachondo que estoy. Necesito mas de esta historia.
Gran relato… como sigue?
Excelente relato… como sigue…?
Que rico… Me encanta la relación que tenéis, me parece muy excitante.
Ojala todos tuviéramos la suerte que tu tienes… Menudo putito esta hecho tu hijito. Espero que pronto subas mas de esta historia 💦😋
Como sigue?
Muy buen relato, me encanta como escribes.
Gran relato… como sigue..?¿