La bebita Mia
¿Qué tanto nos puede calentar un bebé?.
Hace meses que no voy a visitar a mis viejos. Trabajar las veinticuatro horas del día e ir a vivir a otra provincia, se complica un poco.
Son las once de la mañana y después de bajar del colectivo, me dirijo a la casa en dónde están todos mis recuerdos. Prácticamente pasé toda mi niñez ahí.
Con 32 años puedo decir que tengo una vida aceptable, no perfecta, pero soy feliz. Tengo plata y una mujer hermosa que me espera en casa cuando vuelva del viaje.
Le había mandado un mensaje a mi vieja diciendo que estaba acerca, así que ni bien pise la vereda, la puerta de esa vieja casa se abrió y mi mamá me recibió con una gran sonrisa.
—¡Hijo!
Nos abrazamos tan fuerte que no sé cómo no me rompió un hueso. Ni bien entré, mis fosas nasales quedaron enamoradas del olor a guiso que había. Hace un frío de cagarse así que viene de diez.
Saludé a mi viejo con un apretón de manos cuando entré a la cocina. Digamos que mi relación con él no es la más linda, pero no me quejo. Siempre me dió lo que quise.
Preparé la mesa para comer y me senté en la punta de la mesa. Creo que tardé dos minutos en terminar el plato de guiso y después me serví otro. No me preocupa comer tanto, al fin y al cabo, soy flaco y no engordo.
Pasados unos minutos, la casa es inundada por un lloriqueo de bebé, que iba aumentando pasados los segundos.
—¿Estoy escuchando bien o acá está llorando un bebé? —pregunté.
Mi vieja se río y se levantó de su silla.
—Escuchás bien. Los fines de semana cuido a la hija de mi vecina cuando ella está trabajando. No tiene con quien dejarla así que yo me ocupo de ella —Sale de la cocina.
Lo dice tan contenta que mi viejo suelta un bufido de enojo.
—Esta mujer me vuelve loco —dice .
—A mamá siempre le gustó cuidar niños. A lo mejor quiere uno —Solté una risa.
—¡Pero si ya está en la menopausia!
Nos reímos pero nos callamos al instante cuando regresó con una bebé en sus brazos.
—Matias, te presento a Mia —Se acerca hasta donde estoy y la da vuelta para que me vea bien la carita.
—Hola, Mia —digo agarrando unas de sus manitos.
La bebé me mira con sin entender lo que le estoy diciendo.
—No entiende y no sabe hablar todavía —me informa mamá—. Y tampoco caminar. ¿Pero lo estás intentando no, hermosura? —le pregunta a Mia dándole un beso.
La bebé es re gordita, tiene el pelo castaño y sus ojos son verdes. Muy linda la verdad.
Se sienta con ella a horcajadas y le da de comer un poquito de guiso. ¿A esa edad pueden comer eso? La verdad soy re ignorante para esto. Nunca voy a tener hijos.
—Cuando se queda acá y se duerme, la acuesto en el que era tu cuarto antes, bueno todavía lo es —habla mamá a la vez que le llena la boca de comida a Mia.
Después de unas horas Mía duerme otra vez en la que era mi cama antes y con mis viejos estamos en el living mirando la televisión. Bostezo, tengo mucho sueño por el viaje, me ofrecen su cuarto para dormir ya que Mía está durmiendo en mi cama.
Cuando me voy acercando al cuarto de mis viejo, escucho unos sollozos del cuarto de la lado, mi cuarto. No está llorando tan fuerte porque no llega al living. Desvió mi camino y entró a la que era mi habitación.
Relojeo todo el alrededor y por último me quedo mirando mi cama. En el medio está Mía con un dedito en la boca y llorando. Cuando me acerco y me siento en el colchón, se calla. Está mirando para el techo asi que le bloqueo la visión del techo de madera y ahora ve mi cara.
—Hola, mía, por qué lloras gordita?
Por instinto la agarro y me acomodo mejor en el cabecero de la cama. La siento a horcajadas y la gordita deja de llorar para ahora reírse.
—Ah, a vos te gusta que te tengan alzada —digo indignado. Se ríe.
Pruebo con dejarla acostada otra vez pero sigue riéndose. Seguro se sentía sola y quería que alguien la acompañe.
—Bla, bla bla —Intenta hablar.
—¿Qué me querés decir?
Me acuesto al lado de ella y le empiezo a hacee muecas graciosas, ella solo se ríe.
Pasados unos minutos, Mia se durmió otra vez y yo no me quería ir, así que me quede con ella por si se despierta y no ve a nadie.
Mi celular vibra. Es Brenda, un mensaje de WhatsApp, es una foto. La abro. Pero la puta madre, qué hermoso orto tiene la hija de puta. La pija se me paró al instante. Le contesté que era una trola muy mala por hacerme esto ahora que no estamos juntos. Me dijo que era un regalito para que no la extrañe y me mandó un beso pq se iba a ver con una amiga. Claro, ella se va y me deja re duro a mí.
Reviso a Mia por si sigue durmiendo y busco porno en mi celular. Me pajeo unos cuantos minutos pero ya no la tengo tan dura cm antes y me está aburriendo. Pruebo con relatos eróticos, leí uno y quedé a tope, pero después se me bajó otra vez, hasta que me encontré con un relato titulado «mi sobrinita Jazmín » no sé por qué, pero me encantaba abriendo ese relato. Supongo que la curiosidad.
Me quedé sorprendido al leer todo lo que habian escrito en ese relato. Y por alguna razón, me puso la pija al mil, y me sentía mal, claro que me sentía al, la sobrinita tenía dos años. ¡DOS AÑOS! que tan enfermo tenés que estar para que te guste algo así. Que desagradable.
Mia se movió al lado mío. Ni siquiera me acordaba que la bebé estaba acá, todo por estar leyendo ese relato tan enfermo.
Mire la posición que está Mia. Boca arriba, los brazos arriba, las piernas bien separadas, sus labios entreabiertos. No, Matias, no. La pija se me fue poniendo mas dura.
Me levanté de cama, asustado, como me estoy poniendo caliente? Q me está pasando? Estoy mal? Tengo fiebre? Mia se movió abriendo más sus piernas. Y no pude sacar mis ojos de ahí. Basta Matías, ES UNA BEBÉ. Pero me acordé todo lo que relataban en el relato, y supe lo q iba a hacer.
Salí de mi habitación para comprobar si mis viejos todavía estaban en el living mirando tele. Lo estaban, y por lo que veo se quedaron durmiendo en el sillón. Volví a mi habitación con el corazón a mil. No puedo creer que vaya a hacer esto.
Me acerqué a Mia, estaba en el medio de la cama, así la moví más para arriba, así quedaba su cabecita en una de las almohadas. Me saqué la mangas largas, el pantalón y las zapatillas. Me subi con unos boxers nomás en la cama, quedando arrodillado ante ella. Mi pija estaba tan dura.
—Te ves tan rica así, gordita.
Acerqué mi cara a la suya, probé con darle un besito en los labios. Me gustó, le di otro y otro, pero necesitaba más. Cómo tenía la boquita entreabierta, le metí con toda mi lengua. Hasta el fondo. Me quedé quieto por si reaccionaba y se despertaba. Pero están tan dormida que ni se mosqueó. Le seguí metiendo lengua y saliva a lo loco. Podía sentir mi pija como una roca. ¿En serio estaba besando así a una bebé de 1 año? Que rico se sentía. Quiero más. Pero tengo miedo, puede q mis viejos se levanten rápido.
Sin pensarlo, le levanté su remerita y pude ver sus pezones rosas. DIOS QUE RICO. Se los comí uno por uno, y los llené de saliva, hasta me di el gusto de mordelos.
Fui bajando hasta su ombliguito y más abajo. Me detuve, no puedo hacer esto, no puedo, q me pasa? Nunca antes me sentí atraído por bebés, pq ahora? Le eché la culpa al internet.
Sostuve el aire y bajé su calcita, lo solté cuando pude ver que tenía un pañal.
«podes hacerlo Matías, nadie lo sabrá » me dijo la voz de mi cabeza y tenía razón, nadie lo sabrá, ni siquiera Mia.
Le saqué el pañal de una. DIOSSSS, que hermosa conchita tiene esta hija de puta. Rosita, con un botoncito que ni se ve. Acerqué mi cara y la olí, por suerte no había meado y olía a gloria, a virgen, a bebé. No lo pensé dos veces y pase mi lengua por toda su conchita, de arriba abajo sin parar, traté de meter mi lengua en su agujero de la vagina pero no pude, estaba tan cerrada. Seguí chupando, dejando una cantidad de baba. Succione ese clítoris de una añito y lo mordí, fuerte, no me importó si se despertaba o lloraba. Seguí dando lenguetazos y mordiendo esa conchita. Me la comí toda.
No daba más, tenía que hacer algo con mi pija. La saqué de mi boxer, al ser flaco tenía una pija de 20cm, era tan grande, más grande que la bebé. Eso me calentó más. Me pajee mirándola así, con la piernas bien abiertas y su conchita toda ensalivada. No sé cómo no me vine con esa imagen. Pero necesitaba más.
Guié mi pija a la conchita de esa puta y empecé a pajearme. Se la pasé por toda la concha, rápido, fuerte, estaba pajeando la conchita de una bebé de un año con mi pija. DIOS QUIERO MÁS.
La calenturada y locura hicieron que posicione la cabeza de mi pija en su entrada. Tenía ganas de violarla, hacerla mía , quería que llore por lo que le estaba haciendo DIOS QUERÍA METÉRSELA TODA EN LA CONCHITA Y ROMPERSELA. pero me contuve. Era muy arriesgado. En vez de eso, acerqué mi pija a esa carita de bebé y le empecé a pegar pijazos. No sé cómo no se despertó con todo esto, tiene el sueño muy profundo. Le empecé a pegar con la verga tan fuerte en la cara que pensé que le iba a hundir la cabeza a esa bebé de un año. Se la pase por toda la carita, dejándola toda babeada. Aproveché y le metí un poco la pija en esa boca media abierta. DIOS QUE RICO. Y ahora sí que no me contuve, el hecho de no poder cojerla toda me hizo enojar y le enterré mis 20cm hasta la garganta. Abrió los ojos de golpe. Sus manitos y piernas se empezaron a mover como loco, pedía aire.
—Te voy a cojer toda la boca, pedazo de trola —le dije sin compasión.
Le enterré más la pija y me empecé a mover, llevando todo mi peso hacia atrás cada vez que se la metía más adentro.
—Como te gusta la pija eh puta, te re gusta y tenés un añito.
Ella se seguía moviendo desesperada. Me calentó más. Estaba arriba de ella y me estaba cansando, así que sin sacarsela me senté en su pecho. Todo mi culo lo dejé en su pancita a la vez que le daba pija. Que hermosa imagen.
Me empecé a mover mas rápido, sus ojos se cerraban y se abrían. Que rico violar la boca de una bebé. Se la clavé más fuerte, empezó a patalear más desesperada. Me estaba enojando así que le pegué una cachetada, sus ojos largaron lágrimas, pero de su boca no salía voz, ya que mi pija la estaba ocupando. Se la quería sacar pq tenía otro plan para ella.
—Si lloras fuerte te voy a dar una paliza q vas a quedar medio muerta —le advertí a la vez que se la iba sacando de a poquito. En vez de largarse a llorar de una, tomó todo el aire que necesitaba y cuando ví que iba a llorar le tapé la boca con la mano.
—¿Que te dije puta? —le pegué una cachetada tan fuerte que sentí por primera vez miedo. Al fin y al cabo, es una bebé de un año. Sus ojos se cerraron y todo su cuerpo se quedó tranquilo. Se había desmayado. Pero respiraba, así que estaba bien. Yo le dije que iba a quedar medio muerta. El miedo se fue cuando me di cuenta que el plan que tenía para ella lo podía hacer.
Sin perder tiempo, la puse boca abajo, dejando su colita al aire. Una colita redonda y muy linda. Le abrí las nalgas. Y pude ver ese ano tan rosa que me hizo poner la pija más dura. Tan chiquito, era tan chiquito que me dió mas morbo. Me acomodé y empecé a chuparselo, que rico ese agujero de bebé. No tuve ni un pudoen meterle el dedo índice. Al principio no estaba, claro, el agujero es muy pequeño. Pero lo hice entrar de todos modos. Y ahí estaba yo, un hombre de 32 dos años cojiendo con un dedo el anito de una bebé de 1 año. Le pegué unas cachetadas en el culo que se lo dejaron rojo. Era tan depravado lo que estaba haciendo, esto lo hago con chicas de mi edad y ahora se lo hago a una bebé. Dejé su ano. Quería largar leche.
La puse en cuatro, su cola re parada y agarrandola de la cinturita así no se acostaba otra vez. Metí mi pija en el medio de sus muslos y empecé a frotar. Su conchita estaba roja y toda mojada. Que rico sería violarla, pero no puedo, no me da el tiempo. Le pegué unos cuantos chirlos dejan sus nalgas rojas. Era tan pequeña.
La agarro más fuerte de sus caderas, seguía frotando. Me estaba por venir así que la puse boca arriba otra vez. La abrí de piernas y le pegué con la palma de la mano abierta en toda su conchita. Después le pegué con la verga, después otra cachetada en la conchita y así me fui turnando hasta que mi leche salió e inundó su pequeña conchita. Le pasé la lengua, tragando mi propia leche. Le legue una cachetada más a su conchita y me alejé.
La pija se me bajó y empecé a procesar todo lo que había hecho. QUÉ MI
ERDA HICE.
Si veo q tiene apoyo hago una segunda parte.
A las bebes de esa edad no necesitas hacerle las cosas con violencia. Yo de niño a una niña como de un año y luego de adolescente a una niña de 2 años me las folle a lo rico. Solo comencé a sobarlas y hacerles cositas y ellas solo se dejaban. A esa edad le hacen mucho caso a sus sensaciones. Si sienten rico, quieren mas. Es muy difícil que a esa edad te rechacen, siempre y cuando no las lastimes. Pero muy excitante el relato.
Maldito, no era necesario maltratarla.
Maravilloso, la fantasía es maravillosa!
Maravilloso
Necesito una segunda parte porfavor
Todo bien sin violencia
Muy bien hombre, hiciste lo que tu naturaleza de hombre te pidió hacer, felicidades, nunca debemos limitar nuestros instintos.
Este relato me dejó recaliente…
Amerita una segunda parte.
Saludos Crack y ojalá algún día saque la segunda parte.
Que delicia!
Que morbo me moje todaaa