Le froté la verga a mi papá borracho
Me aprovecho de mi papá mientras está ebrio.
Mi papá siempre fue un hombre machista. Tuvo muchas aventuras y hasta hijos fuera del matrimonio. Aunque decía sentirse culpable, siempre repetía sus aventuras. En su juventud fue atractivo, y supongo que hacía buenos jales porque algunas mujeres le regalaban cosas y le pagaban viajes con ellas a otros estados. Si bien, nunca me maltrató, fue más bien un padre ausente. Los problemas empezaron en la adolescencia, pues se me empezaba a notar que era gay y comenzó a presionarme para tener sexo con mujeres. Yo era un muchachito flacucho, con apariencia de niño. Hubo momentos en que se burlaba cuando estaba ebrio. Y le empecé a cobrar odio por sus burlas y actitudes un tanto humillantes. No sé en que momento, ese coraje se convirtió en obsesión, pues de pronto yo estaba muy interesado en que me contara sus aventuras sexuales cuando estaba ebrio. Y el interés aumentó cuando lo vi semidesnudo. Las pláticas se prolongaron durante meses, y así supe como perdió la virginidad de adolescente, como participó en tríos y varias clases de aventuras. Era delicioso verlo en sus calzones tipo bikini y nació en mí el deseo de poseerlo inconsciente, dormido. Sin embargo, nunca llegaba a ese punto. En aquel entonces era un cincuentón bien conservado, con panza chelera, pero unas piernas bien ricas y un rostro agradable. Por fin, llegó el día esperado, una noche de fin de año. Yo llegué del trabajo y mis hermanos ya se retiraban a sus casas. Mi mamá hacía años que había dejado de compartir recamara con él y él estaba embrutecido en su cuarto, tirado en el piso. Llegué a revisarlo y vi que estaba orinado. Con esfuerzo lo levanté y lo recosté en su cama de tal modo que los pies le colgaran y sus nalgas quedaran expuestas. Con el pretexto de ser buen samaritano, lo desvestí, y ahí tenía frente a mí ese culo pequeño, pálido y vírgen, desnudo y delicioso invitándome a gozarlo. No me atreví a penetrarlo por el miedo de que despertara, pero pasé mi verga por sus nalgas, la froté contra ese culo de macho que disfruté grandemente. Fue glorioso pasar mi verga por esa raja celosamente guardada, intacta hasta ahora. Estaba muy nervioso, pero ahora podía presumirme a mí mismo que había humillado a ese semental. Por la emoción, me vacié pronto. Descargué mi leche encima de él. Me subí rápido el pantalón y lo contemplé sobre el colchón, desnudo, indefenso, casi violado. Me gustaría decir que, por mi propio bien, ahí terminó la obsesión, pero sigue presente hasta hoy y cada vez que toma busco la manera de repetirlo e incluso llegar más lejos. Me gusta más frotar, acariciar, manosear…siento más adrenalina. Pero si algún día consigo su tesoro lo pondré por escrito
Wow me recalentó tu historia, tuviste algo más con él? Cuenta, tienes tlg?
Otras veces que se puso muy ebrio le tomé fotos desnudo. Y también lo volví a tocar, pero no me he atrevido a penetrarlo. Aunque ganas no me faltaban de profanar ese culo.
Espero que si siga esta historia….