Mi encuentro con el chico futbolista de 13
Cómo fue mi encuentro con un futbolista de 13 que es mi vecino .
Mi nombre es Gabriel y tengo 20 años, soy de contextura delgada y bajo para mi edad. Eso sí, soy nalgón y es algo que muchas personas destacan varias veces de mí.
En la calle donde vivo, hay un chico de 13 años, se llama Anthony y cursa su segundo año de secundaria. Físicamente es muy atractivo, es malo, delgado pero de cuerpo marcado y claro de piel. Lo conozco desde que era más pequeño, pero fundo tenía como 9 se fue de la colonia y regresó cuando ya tenía 12. Desde eso me llamó la atención, porque cada que jugaba fútbol se alzaba su playera dando a ver su cuerpo marcado para su edad y se le marcaba demasiado su bulto, de verdad no aparenta sus 13 años.
Todo empezó cuando su papá me buscó para darle tutorías pues va muy mal en la escuela y yo soy un alumno de calificaciones muy altas, por lo que acepte. Lo que no sabía es que tendría que quedarme solo con él durante las 2h de tutorias pues su papá trabaja.
Durante las primeras clases todo fue normal, eso sí, notaba como se agarraba sin descaro su tremenda verga a la que babeando quedaba mirando. Para las siguientes sesiones, ya habiendo agarrado confianza me preguntó:
– oye Gabo, tienes novia?
– jajaja, nada, pura escuela
– nada de nada, o me vas a decir que te gustan los weyes, digo no tiene nada de malo
Al ver su naturalidad al contestar le dije que en efecto, soy gay y nunca he tenido novias. Anthony lucía pensativo pero no incómodo, seguimos la sesión pero al finalizar me preguntó nuevamente:
– oye, y ya has tenido novio?
– pues, no éramos oficiales pero era mi ligue y así
– y llegaron a… ya sabes, eso
– besarnos o cómo? Jajaj
– no, a coger y así jaja
– ah, sí, él fue mi primera vez
El se veía con un aire de excitación lo que me prendió y seguí. Le comenté como fue mi primera vez resaltando que yo era el pasivo y notaba como se acomodaba la verga qué ya se veía erecta.
A todo esto me pregunta:
– y se lo mamabas diario?
– no nos veíamos diario, pero cada que nos juntábamos le exprimía hasta la última gota jaja
Él hasta irradiaba el calor de su excitación y sus ojos irradiaban lujuria. Veía la oportunidad y no la iba a dejar ir.
– y tú, has hecho algo con alguien?
– puro faje con morrillas de mi salón, pero nada así bien hecho jaja. Contestó él.
– entonces nunca te la han mamado?
– ojalá, que suerte tu ex wey, sí la mamabas rico?
– pues varias veces me rogó después de terminar, quería que nos sigamos comiendo, tú dirás
Por qué? Quieres una demostración?
Él ni contestó, esa pregunta le iluminó sus ojos, con una cara llena de excitación solamente asintió y se descubrió el bulto, el cuál se veía de prominente tamaño.
Me paré y agaché en frente de la silla en donde estaba sentado. Palpa su verga qué ya hasta palpitaba y lo miré a sus ojos.
– le dirás a alguien?
Mientras seguía amasando esa vergota.
Él solamente negó rápido con la cabeza.
– provecho entonces, papito
Le comencé a bajar su short e inmediatamente salió disparada una vergota de fácil 18 cm, venosa, con pocos pelos dada su edad y con la cabecita bien rosadita. Noté incluso que ya estaba lubricada con pequeñas gotas de líquido preseminal.
Tomé con mi mano el tronco de tan bello trozo y lo llevé a mi nariz dónde me quedé absorbiendo el dulce y rico aroma de adolescente. Él solo me veía embobado y me pedía que por favor ya se la chapara.
Lo tenía donde lo quería, así que seguí jugando con su impaciencia. Seguía oliendo su verga, sus huevo huevotes y masturbándome su verga con un ligero sube y baja qué lo tenía loco.
Cuando sentí que era suficiente hacerlo sufrir, metí esa verga a mi boca. Primero lamí con ternura su glande rosita e introducía la punta de mi lengua en el oyito de su verga. Oía sus respiraciones agitadas y llenas de calentura.
Bajé lamiendo el tronco y luego a sus huevos, mientras sentía como se estremecía a cada roce de mi boca con su vergota de machito adolescente. Finalmente, introducí ese pedazote hasta el fondo de mi garganta ante sus suspiros entrecprtados y leves gemidos. Esos deliciosos gemidos me pusieron a mil y comencé a chupar esa verga como si fuera un tierno becerro pegado a la su biberón.
Tras unos 25 minutos de chupar, siempre parando para evitar que se corra antes de tiempo ( y vaya que fueron varias veces) finalmente comencé a masturbarlo mientras tenía su glande en mi lengua.
– ay, ay, ay, ay ya déjame correrme te juro que hasta me duele jaja
– vas a tener tu recompensa papi, aviéntamelos en mi boquita.
No tuve que decir más, con eso su verga explotó en mi boca, reteniendo cada gota de su pequeña virilidad.
Me bebí hasta el último mililitro de lo que aventó y él tenía una sonrisota en su rostro al verme tragar su leche adolescente.
– no mames cabrón, nunca me había corridos así. Te juro que se me para otra vez, déjame metertela.
Su declaración me dio risa, de ser un niño educado en las primeras sesiones a pedirme ser su primera vez. Tenía ganotas de brincar en esa verga, pero sabía que su papá estaba por llegar, así que chupé su glande aún sensible y le dije:
– otro día papi, ya viene tu papá y para dejar que entres en mí me tengo que preparar.
Él asintió con decepción, pero comprensión ya que sabía que su papá llegaría en cualquier momento.
Antes de que se vistiera nuevamente, me agaché una vez más y pasé mi lengua de sus huevos a su glande, eso lo hizo estremecer y me fui de su casa con el peso de su mirada embobada a mis espaldas.
Continuará…
@Yes12098
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