• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (20 votos)
Cargando...
Dominación Hombres, Gays, Incestos en Familia

Mi hijo, mi único alivio Pt 2

No había arrepentimiento en mí. Ahí estaba mi bebé, con el culo babeado al aire, mi verga aun erecta y llena de restos de semen y babas. Lo besé, su boca olía y sabía a mi semen, pero no me importó. Comí, no, devoré su boca con mucho morbo mientras él se dejaba con los ojos cerrados..
Parte 2 de «Mi hijo, mi único alivio» pueden encontrar la parte uno aquí:

https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/fetichismo/mi-hijo-mi-unico-alivio/
Me levanté al día siguiente, Dani dormía plácidamente a lado mío. Solo llevaba una trusita de dinosaurios.
Miré fijamente el techo, ayer mi bebé que crié, que cargué y que llevé al zoo me mamó la verga, succionó cada gota de la leche de papi. Un juego que yo empecé.
 Nuevamente me sentía asqueroso, ¿cómo pude hacer eso con mi propio hijo? Lo veía dormir y me invadía la culpa. ¿Qué si alguien se enteraba? Un secreto así era demasiado riesgoso. Esto se termina aquí. No volveré a caer en esa tentación, yo lo inicié y yo lo puedo terminar.
Me levanté de la cama, me puse un short y sin camisa me dirigí a la cocina. Me sentía pesado, como si la culpa del recuerdo tensara cada músculo. Miré la ventana, pero todo lo que veía eran las escenas de esta madrugada. Mi pequeño de 7, con mi verga erecta en su boca, succionando y pidiendo mi leche con insistencia.
Mi verga crecía nuevamente en mi short verde deportivo, no llevaba bóxer. No. No puedo pensar en ello.
Prendí la tele de la sala, puse YouTube y veía un podcast. Necesitaba distraerme de pensar en ello. Tal vez solo debía parar ahí, olvidar que crucé esa línea y pretender que nunca pasó, tal vez Dani lo olvide también, como olvidó la perdida de su juguete favorito, o la vez que le prometí una tablet y nunca cumplí. Sí, es un niño. Olvidará que su padre le dió su verga para degustar.
Hice huevo revuelto para desayunar, café para mí y jugo de naranja natural para Dani.
– Buenos días, papito. -Dani tenía el pelo despeinado y aun llevaba únicamente su trusita-.
Tragué con nerviosismo.
– Buen día, papi. A desayunar.
Él río y desayunó. No podía dejar de verlo, me intentaba concentrar en otra cosa, pero el nerviosismo no me dejaba.
Se cambió y lo dejé en la escuela.
– ¿Cómo amaneciste, amor? -mi esposa me había llamado cuando regresé a la casa-.
– Bien, amor. Vengo de llevar al niño a la escuela.
– Está bien, amor. Báñalo llegando de la escuela, que a ustedes siempre se les olvida, eh.
– Estaba pensando en dejar que se bañe solo, amor. Ya tiene 7.
– Bueno, empieza a enseñarle pero sigue bañándolo, sino no lo hará bien. ¿Por qué de pronto no?
No podía decirle que ya no quería ver a nuestro niño desnudo, que verlo solo me provocaba sacar mi verga y hundirla en su tierna boquita.
– Ah ya sé qué es.
Mi corazón temblaba. No había manera que lo supiera, pero la culpa y el miedo hacía volar mi imaginación. ¿Lo sabría ya?
– Estás de huevón, y con tal de estar aplastado en la tele, que el niño se mal bañe y tenga pura mugre en todos lados.
– Tu culo, amor. Pero ajá, lo sigo bañando hasta que cumpla 20 años.
– Así es, amor. Eres su papá, ¿qué tiene de malo?
Tragué con nerviosismo. Me despedí y colgué.
Ya eran las 11. En media hora tendría que salir por Dani a la primaria, pues él salía a las 12.
Aproveché ese tiempo a hacer lo de siempre, me desnudé en mi cama, puse porno y comencé a jalarmela. Nada, no me sentía excitado viendo los videos de siempre. Navegando por la página principal vi el título de un vídeo: «Papi castiga a hijastra por portarse mal»
Lo puse. Nada. Mi verga aun estaba semi erecta, pero tuve una idea.
Entré a la sección de gays, iba a buscar algo pero el primer video del inicio me ahorró ese trabajo. «Muchacho sorprendido por la erección de papá, Jovencito a pelo con papi»
Lo reproducí. Un joven que lucía mucho menor que el que hacía de papá. Era un chico muy pequeño que incluso parecía menor de 18. Mi verga se puso durisíma, veía el video pero solo pensaba en Dani.
Cerré los ojos. A mi mente solo venía la sensación de estar dentro de Dani, su lengüita de niño, los ojitos que tenía mientras suplicaba lechita a papá. Me corrí. Varios chorros brincaron hacia mi pecho. Me bañé y fuí a por Dani.
Venía todo el camino contándome qué hizo en la escuela. Al llegar almorzamos comida que compré en el camino y lo mandé a bañarse.
Intenté con todas mis fuerzas no verlo, tampoco lo bañé, solo le indicaba cómo hacerlo él mismo mientras yo me esforzaba en pensar en otra cosa.
Cuando acabé de indicarle cómo lavarse las partes más importantes, me alejé y fui a mi habitación en lo que el se terminaba de bañar. Puse otro video porno del mismo tipo que el anterior, en este un chico muy pequeño era penetrado por un hombre con cuerpo trabajado. Me masturbaba con violencia, mi verga estaba a reventar y de pronto.
– ¡Papá! -Dani me gritaba desde el baño-.
– Euu
– ¡Veeeen!
– ¿Ya acabaste? En un momento voy, papito.
– No, no es eso. Ven
Puse los ojos en blanco y acomodé mi erección que se negaba en bajar. Llevaba un pantalón de mezclilla por lo que disimulaba mejor mi erección que con un short ligero.
– ¿Qué pasó, Dani? -no pude evitar que mi voz sonara con un toque de molestia-.
– ¿Hoy vamos a jugar, papi?
– Aaggh, SÍ Dani, al rato jugamos en la play.
– No papi. Yo decía el de ayer, donde me das lechita de tu pipi.
Mi corazón se aceleró, pero escuchar esas frase de mi niñito me puso aun más gorda la erección en mi pantalón.
– No papi. Ya no podemos jugar a eso.
– ¿Por qué no, pa? ¿Mamá se enteró?
– No papi, tampoco le puedes decir eh. Pero es mejor que no sigamos, si se entera ya no me va dejar que te cuide nunca más.
Su mirada se tornó triste.
– Pero si no le digo, podemos seguir jugando papi. YO quiero jugar a que me des lechita.
– No, Dani. Mejor jugamos otras cosas. -Yo me encontraba serio, estaba decidido a acabarlo ahí-. Sécate y vístete solo.
Abandoné el baño muy tenso. Me sentí mal. No era su culpa insistir en seguir ese juego, era mía. Yo fuí quien le insistió, quién cruzó una línea que jamás debió ser trazada. Por ello, lo consentí todo el día, jugando lo que él quería, hicimos palomitas, vimos películas y él parecía haberlo olvidado.
Dani se quedó dormido viendo series en Disney plus y aproveché para cerrar mis ojos. No tardé en caer y me dormí.
Comencé a sentir peso en mi cama. Abrí los ojos y Dani estaba acostado mirando en dirección a mi entrepierna. Sobaba mi erección en mi pantalón, mi verga respondió naturalmente a su tacto y alcanzó su tamaño completo, tanto que me lastimaba cómo el pantalón lo retenía. Dani no me miraba, estaba fijamente en su chamba.
– ¿QUÉ HACES, DANI? TE DIJE QUE NO.
Él brincó con muchos susto y comenzó a llenarse sus ojos de lágrimas.
– Aaah, no llores papi. Ya habíamos hablado de esto. NO podemos jugar. -dije intentado relajarme y calamar mi voz-.
– Pero yo quiero seguir jugando, papi. De verdad no le diré a nadie. -Dani ya sollozaba -.
Mi verga seguía durisíma. Y verlo ahí mismo me dio pena.
– Está bien, pero solo está vez. ¿OK?
– ¡Sí papito!
Me bajé el cierre de mi pantalón. Mi estaba acostada hacia un lado bien dura. Tomé mi boxer y pantalón juntos y tiré de ellos.
Mi verga salió rebotando y volviendo a recostarse en mi pecho bien erecta.
– ¡wow! -Dani solo miraba con mucha ilusión mi verga-. Lechita…
Ufff, ni siquiera sentía los latidos de mi corazón. Antes la culpa y la determinación me llenaban, ahora había olvidado todo eso. La imagen era perfecta, mi niño de 7 acostado viendo fijamente y con deseo mi virilidad bien parada. Una chispa me recorría mi cuerpo, no había culpa solo calentura.
Dani tomo el tronco y lo olió. Sonrió y sacó su lengüita, la pasaba por glande ocasionando que me estremezca. Con movimientos circulares atrapó mi glande, si bien no le entraba más, el disfrutaba mi glande entero. No lo podía creer, solo le mostré una vez como hacerlo, si bien aun tenía movimiento torpes, ya era prácticamente un gran mamador.
Me acerqué a él y lo cargué hacia mí. Le planté un beso que me correspondió. Él no sabía qué hacer, cerraba torpemente su boca, pero yo pasaba mi lengua desde sus labios hasta dentro de su boca, le succionaba la lengua y con movimientos suaves de lengüeteo lamía la suya.
Mi verga estaba hinchada, tanto que mis huevos me dolían. Mi glande sacaba demasiado precum, yo estaba en el cielo.
Dani reía, para él era un juego.
Me soltó y corriendo se fue a mi verga.
– Ya papi, yo quieto lechita no besarte jajaja. -lo dijo en un tono inocente que me sacó un risa-.
– Ok bebé, cómele la verga a papi.
Dani se recostó sobre mí, poniendo su cabeza rumbo a mi verga, su culo estaba enfrente de mi rostro. Llevaba un short rojo sencillo, le apretaba el culito haciendo que desde mi perspectiva ese culo se viera bien redondito.
Dani seguía lamiendo con necesidad mi mástil. Eran movimientos inexpertos, pero lamía como si fuera un helado, succionando sin usar sus dientes (como ya le había dicho) y dándole lengüeteazos que me sacaban gemidos.
Tomé su culito y lo masajeaba con mis dos manos. De su cintura tomé su shortcito y se lo bajé, hice lo mismo con su trusita de tiburones.
Qué espectáculo cabrón. Su culito estaba bien redondito, olía a jaboncito de bebé. Separé ambos glúteos y me recibió su anito rojito y bien cerradito.
Con una mano seguía abriendo su culito y con un dedo de la otra mano comencé a acariciar ese oyito.
– Ay, papi me haces cosquillas jajaj.
– Así como me comes mi pipi te comeré tus nalguitas bebé.
– ¿Se siente rico?
No le conteste. En su lugar llevé mi lengua a su culito, olía a bebé y se sentía suavecita al tacto. Lamía con mucha delicadeza, pero con necesidad.
Dani comenzó a gemir y estremecerse.
– Jaja sí papi, se siente chistoso.
Abrí su culo y lamía al rededor de su anito, después daba lengüeteazos de arriba hacia abajo.
Comencé a intentar meter un dedo en su oyito pero estaba demasiado estrecho que Dani se quejó, así que solo seguí chupando, besando y mordiendo su culito. En eso Dani pudo meterse un poco más, con su lengua hizo presión en mi glande y no pude retenerme.
Me vine en su boca, varios chorros llenaron la boquita de mi bebé. Dani se atragantó y desde mi posición veía como le chorreaba semen de su boca. Se levantó y me miró, estaba muy feliz, lucía una media sonrisa mientras retenía toda mi lechita. Tragó.
– Ay papi, casi me atragantó con la leche jaja.
– Sss, ay sí amor es que no me pude aguantar. ¿Te gustó?
– Sí, papi cada vez está más rica.

Dani se limpió su boca con el antebrazo, miró mi verga e inmediatamente limpió los restos de semen que quedaban, eso me ocasionó que mes estremezca por lo sensible que tenía el glande. Después lamía de la base de mi verga toda esa leche que se cayó cuando me vine en él. No había arrepentimiento en mí.

Ahí estaba mi bebé, con el culo babeado al aire, mi verga aun erecta y llena de restos de semen y babas.

Lo besé, su boca olía y sabía a mi semen, pero no me importó. Comí, no, devoré su boca con mucho morbo mientras él se dejaba con los ojos cerrados.

– ¿Vas a seguir comiendo la leche de papi?
– Sí papi, y no le diré a nadie.
– Bien amor.
Nos acostamos, él en mi brazo. No nos cambiamos, nos quedamos así y con mi mano le jugaba el oyito.
Se durmió a las 8pm, seguíamos igual que antes. Yo tenía la verga dura nuevamente de recordar aquello que pasó. Sí había culpa, pero el deseo era mayor.
Abrí mi teléfono rumbo a X y busqué «incesto gay»
Veía videos mientras me masturbaba, hasta que me topé con un perfil que subía relatos. Eso me prendió, busqué en mi navegador «relatos gay» y encontré una página llamada «sexo sin tabúes»
Leía los relatos y me vine nuevamente, era el paraíso. Docenas de relatos sobre lo que yo acababa de hacer.
Tuve una idea leyendo varios.
Yes12098 para compartir sus relatos.
97 Lecturas/17 agosto, 2025/0 Comentarios/por Gabito180
Etiquetas: gay, gays, hijo, incesto, incesto gay, mayor, padre, sexo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
ESTRENO DE UN CORNEADOR, UN CORNUDO Y SU ESPOSA
Capítulo 5: ¿Beber la orina de mi hermanito? Sí, por favor.
El bueno del Tio Andres
Soy Carlos, el que recibio el mejor regalo ; mi padre
Deseo a mí tía – I
Mi hermanito menor
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.165)
  • Dominación Hombres (3.561)
  • Dominación Mujeres (2.693)
  • Fantasías / Parodias (2.839)
  • Fetichismo (2.413)
  • Gays (21.028)
  • Heterosexual (7.514)
  • Incestos en Familia (16.981)
  • Infidelidad (4.190)
  • Intercambios / Trios (2.885)
  • Lesbiana (1.096)
  • Masturbacion Femenina (809)
  • Masturbacion Masculina (1.664)
  • Orgias (1.826)
  • Sado Bondage Hombre (419)
  • Sado Bondage Mujer (162)
  • Sexo con Madur@s (3.840)
  • Sexo Virtual (232)
  • Travestis / Transexuales (2.296)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.268)
  • Zoofilia Hombre (2.085)
  • Zoofilia Mujer (1.619)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba