Mi princesita juguetona I
vengo a ver que mi hija le ayude bien, empujo la puerta y veo a mi niña acostada en el escrito….
Desperté con mi nena como todas las mañanas, ella aun dormía, ambos desnudos como siempre, procedo a besarla y descubrir su cuerpo de 10 años y noto una mancha roja entre sus piernas, una vez más ha llegado su periodo, ya es la tercera vez que llega, mi pequeña ya está creciendo, traigo lo necesario y la despierto para asearla, la abro bien y ella se deja limpiar, al terminar le doy un tierno beso en sus labios vaginales y coloco su tampón para el día. Mi nena me agradece, me da un rico beso de lengua y procede a saludar a mi miembro masculino, ella lo quiere mucho porque sabe que de ahí nació y que estaba guardada en mi bolas peludas y sudadas, después de que mi nena toma su leche masculina se prepara para ir a la escuela.
Como siempre, llego 30 minutos después a recogerla a la escuela, su quinto año de primaria, pacto qué traté con su maestro ya que se me dificulta el horario, llegamos a casa y justo en la entrada retiro su falda y noto que no lleva calzón, abro sus labios vaginales para cambiar su tampón y noto que no está, ella comenta que su maestro lo retiró, dice que a veces el maestro está muy estresado y ella lo ayuda, a veces besa su miembro viril, otras su ano peludo, el día de hoy el maestro quería jugar con su vagina y el tampón estorbaba, no le importó que estuviera en sus días, le comenté a mi hija que tuviera cuidado, que sería como una perrita en celo que dejaba su rastro de sangre, así que opté por mandarla con toallas sanitarias.
Pasan los días y comienzo a recoger a mi hija ya no en la puerta de la escuela, sino en la puerta del salón, el primer día llego y toco la puerta, se escuchaba un extraño silencio, el maestro asoma únicamente la cabeza y se sorprende al verme, le digo que no se preocupe, que vengo a ver que mi hija le ayude bien, empujo la puerta y veo a mi niña acostada en el escrito sin su ropa, le comento al profesor que me disculpe, que esperaré a que terminen de trabajar, se cierra la puerta y ahora sí se escucha un ruido peculiar, un vaivén del escrito y gemidos, al cabo de un breve momento se termina y el maestro dale sonriente, despide de mi y dice que lo hija está dentro alistándose para salir, entro y ayudo a mi reina a ponerse su calzón húmedo y a abrochar su falta, ya en casa le doy un baño y lavo su vulva, le doy un beso en los labios y la felicito, ya es mujer, ya no tiene su himen.
Pasan los días similares y en un día de espera veo salir al maestro de educación física y a su profe juntos, muy alegres ellos, entro y mi nena estaba sudada y cansada, no la pude vestir bien porque no tenía su calzón, se la regaló a su profe y su falda estaba mojada porque el de educación física la orinó, así que la tuve sacar así del salón hacia el carro, no sin antes platicar un poco con el conserje, quien desviaba su miraba a la vagina de mi nena.
Unos días después entro y el salón estaba vacío, reorro la escuela y escucho gemidos en el baño de hombres, entro veo a mi reina inclinada en un mingitorio con la cara casi en los meados y al conserje cincuentón bombeando su vagina, vi como ese pene sudado entraba en la intimidad de mi hija con ese pelo púbico canoso, me avergoncé por interrumpir y esperé afuera a que terminaran su actividad, al final me llevé a mi reina a casa cansada y sudada.
Ese mes por fortuna no tuvimos accidentes en la cama, no llegó su periodo, ni el mes siguiente, ni el siguiente, mi nena está aumentando de peso y ya no le quedan sus faldas, es hora de ver a mi amigo el médico para que la revise a profundidad.
Danny J
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!