Quieres seguir mamado, o prefieres que te dé por el culo.
Un par de amigos y compañeros de trabajo se emborrachan, y cuando bajo una fuerte lluvia uno de ellos cae en un charco, el otro le ofrece que pase por su casa para limpiarse el barro, pero después de desnudarse su amigo comienza a quitarle el barro y en un descuido lo penetra. .
Quieres seguir mamado, o prefieres que te dé por el culo.
Como de costumbre, mi compañero de trabajo y mejor amigo, comenzamos a beber temprano al terminar de trabajar, y cuando ya estábamos bastante bebidos, regresábamos a nuestras casas.
En una de esas ocasiones, como que bebimos de más, y más o menos esto fue lo que nos sucedió…
Esa noche había llovido demasiado, por lo que, cuando nos dirigíamos a nuestras casas, en lugar de irnos atravesando el pueblo, nos fuimos por el viejo camino.
Yo iba dando tumbos, hasta que, en una de esas, perdí el equilibrio, y caí de culo sentado en una charca.
Por lo que me ensucié todo, a duras penas, y justo cuando volvió a llover, mi amigo me ayudó a ponerme de pie.
Con todo y lluvia seguimos caminando, y yo cayéndome de la borrachera, dirigiéndonos primero a su casa, para luego yo seguir para la mía.
Pero al encontrarnos frente a su casa, él me dijo. “Coño hermano, estás todo embarrado, y lleno de lodo, yo no puedo dejar que llegues así a tu casa, que va a decir tu mujer. Entra a casa, te das un baño, y te pones alguna ropa mía. Ya mañana me la devuelves.”
En las condiciones en que me encontraba, no me quedó más remedio que hacerle caso, por lo que pasamos al patio trasero de su casa, y bajo aquella fuerte lluvia me quité toda mi ropa, la tiré en un balde lleno de agua, para que el barro no se le pegara.
Bajo una de las fuertes chorreras ya completamente desnudo comencé a dejar que el agua me cayera encima, para lavarme.
Yo pensé que ya había terminado, cuando él, me dijo. “Daté vuelta, a ver si aún te queda algo de tierra encima.” y yo así lo hice.
Cuando volví a quedar de frente a él, me dijo. “Todavía tienes mucho barro, en la espalda las nalgas, y las piernas, mejor te echo algo de jabón, y te lo restregó, para que se te salga.”
Pero al mismo tiempo, mi amigo buscó dentro de su casa una botella de ron, y me ofreció un trago, que yo sin pensarlo mucho me lo di.
Pero al yo devolverle la botella a él, me entregó una barra de jabón, con la que, a pesar de mi estado, comencé a enjabonar todo mi cuerpo.
La verdad que pensé que así lo había hecho, cuando él, dando una vuelta alrededor mío, me dijo. “Como te lo dije, todavía te queda mucho barro encima, deja que te ayude a enjabonarte.”
Sin esperar a que yo le dijera que sí, o que no, agarró el jabón, y la esponja, y de inmediato, me dijo. “Inclínate hacia adelante, y apoya las manos contra la pared.”
Cosa que yo a pesar de mi borrachera, obedientemente hice, primero comenzó por ir pasándome el jabón, desde mi nuca por toda mi espalda, y luego poco a poco, continuó bajando, y pasando por mis nalgas me siguió enjabonando el resto de mi cuerpo.
Mientras que yo seguía apoyando mis manos contra la pared, y manteniendo mi cuerpo inclinado hacia adelante.
Él llevaba un buen rato enjabonándome, la nuca, mi espalda, las nalgas, los muslos y hasta mis pantorrillas.
Cuando en medio de mi gran borrachera, comencé a sentir algo raro, eran sus dedos, que al principio rozaron el hueco de mi culo, pero en un abrir y cerrar de ojos, ya en esos momentos me los tenía metidos bien adentro de mi culo.
Pero en lugar de que yo le dijera que dejara eso, como pensé hacerlo, separando mis piernas me quedé en silencio.
Hasta que se me ocurrió preguntarle, si ya faltaba poco para que terminase, a lo que mi amigo me respondió, que no que recién empezaba.
Fue cuando sentí que separó mis nalgas con ambas manos, y casi de inmediato, me sujetó con fuerza por las caderas, y me ha enterrado sin consideración alguna toda su verga.
Sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo, ya que, para esos momentos, me tomó desprevenido, por sorpresa, y de un solo envión, me penetró por completo.
Yo creo que vi el diablo, del tiro creo que hasta la borrachera se me fue.
Por lo inesperada de la situación, yo me quedé sin saber qué hacer, por un corto rato, momentos, él aprovechó, para apretarme con más fuerza contra su cuerpo.
En el momento en que me vine a dar cuenta de lo sucedido, traté infructuosamente de zafarme, pero a medida que más me movía, mi amigo me sujetaba con más fuerza, y una y otra vez más me metía, y sacaba su verga de mi culo.
Yo comencé a protestar, pidiéndole que me soltase, a lo que me respondió. “Hay hermano, mejor cállese, y siga moviendo ese culo, que está divino.”
A medida que yo más me movía tratando se zafarme de su abrazo, como que más adentro me lo metía, hasta que llegó el punto, en que no sé porque, continué moviendo mis caderas, pero de manera más, y más lenta.
Y dejé de pedirle que me soltase, por lo que a medida que mi socio, continuaba clavándome su verga por mi culo, me fue diciendo lo rico que yo me movía.
Lo sabroso que yo tenía el culo, y lo bien paradas, que tenía mis nalgas.
Quizás fueron todas esas cosas, además de que cuando sentí que él ya no me apretaba con tanta fuerza, por las caderas, al yo bajar la vista, y volver a ver la botella de ron, la agarré y me di un buen trago, a medida que mi amigo continuaba comiéndome el culo.
Yo por mi parte después de darme el trago, como que comencé a restregar mis nalgas contra su cuerpo, apretando, y abriendo mi culo, a medida que él, seguía sacando y metiéndome toda su verga.
Así pasamos un buen rato, yo dejando que siguiera dándome verga, hasta que el muy hijo de la gran puta me propuso que cambiásemos de posición.
Yo la verdad es que ni idea tenía, a que se refería, pero cuando me sacó su verga de mi culo, y me dijo que me tirase al suelo, y que me recostase boca arriba, ciegamente lo obedecí, al igual que hice cuando me dijo, que levantara las piernas.
Me tomó por los tobillos, y separando mis piernas, vi claramente como dirigió su verga nuevamente sobre el hueco de mi culo.
A diferencia de la primera vez, a medida que me lo volvió a meter, yo vi con toda claridad como su verga desaparecía dentro de mi culo.
Y así continuó dándome verga por otro buen rato, hasta que de momento yo agarré mi verga que la tenía bien parada, y comencé a masturbarme, al mismo tiempo que mi amigo y compañero de trabajo no dejaba de meter, y sacar toda su rica verga de mi culo.
Así estuvimos los dos, hasta que él se vino dentro de mí, y yo acabé entre mis dedos.
Yo me quedé tirado sobre el mojado piso de cemento, en donde me había estado bañando, pero al poco rato, me pasó otra vez la botella de ron, y apenas me di otro trago, al voltear a verlo, me encontré con su verga frente a mi boca.
Él se la lavo, con algo de ron, y me dijo. “Vamos hazme el trabajo completo.” yo como que ni lo dudé, así que abrí mi boca y me dediqué a mamar la verga del, hasta que al poco rato ya la pude sentir bien dura, dentro de mi boca.
Fue cuando me preguntó. “Quieres seguir mamado, o prefieres que te siga dando por el culo.”
Yo sacando su verga de mi boca, solo alcancé a decirle. “Dando.” Cuando creo que ya me estaba enterrando nuevamente, su sabrosa verga entre mis nalgas.
Al despertarme al siguiente día, estaba tirado en un camastro, desnudo, y con mi culo algo adolorido.
Mi amigo no dijo nada, ni yo tampoco, me prestó algo de ropa, y yo regresé a casa, donde mi mujer, me esperaba algo molesta.
La siguiente vez que salimos a beber, no pasó nada, si bebí, pero ni tan siquiera me hizo un comentario sobre aquella noche, y yo tampoco quise hablar al respecto.
Así seguimos saliendo otros viernes, hasta que volvió a caer otra tremenda tormenta, solo que, en esa ocasión, no fue que yo me caí en un charco la verdad es, que me tiré de culo en la pantanosa charca….
Que rico está tu relato, me gustaría poder leer otro con tu compañero