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Dominación Hombres, Gays, Masturbacion Masculina

UN NIÑO PERDIDO EN ACAPULCO

[Este relato esta basado en hechos reales] Una familia se encuentra en un viaje de placer por las playas de Acapulco, Guerrero en México cuando de la nada un niño de 9 años se desaparece de la vista preocupando a la gente con la que iba..
Antes de pasar a mi historia quisiera presentarme, me llamo Carlos, soy un chico mexicano,  bisexual y versátil de 25 años actualmente, lo que les voy a contar se remonta al año 2008, un par de meses antes de que cumpliera mi primera década en este mundo estaba disfrutando de mis vacaciones de verano cuando mi recibí una llamada de mi padre quien me aviso que mi abuela (su madre) me estaba invitando a irme un par de días con ella y sus amigas a Acapulco con el objetivo de que no me pasara el resto de mis vacaciones encerrado en mi habitación jugando en la consola que me había regalado debido a mis calificaciones al concluir el periodo escolar. No negare que acepté a regañadientes aquella invitación, no porque abandonaría mi consola nueva, sino porque las amigas que acompañarían a mi abuela eran todas mayores de 50 años y no habría nadie de mi edad con quien convivir, pero tras meditarlo un rato decidí que, con todo y todo, aceptaría la invitación ya que me encantaba la idea de disfrutar unos días asoleándome en la playa y nadando, lo cual me encantaba.

El viaje fue largo, al final del día eran 4 ancianas y 1 niño cruzando las carreteras mexicanas a una velocidad moderada, pero valió completamente la pena cuando llego a mi el olor característico del mar y podía comenzar a divisarlo a lo lejos. La primera parada que hicimos al llegar a la cuidad costera fue en un restaurante/beach club en el cual mi familia era muy conocida ya que era el único lugar en el que lo adultos podían tomar hasta embriagarse sin preocuparse por nosotros los niños ya que había una alberca gigante con juegos infantiles donde nos la pasábamos hasta que llegaba el momento de irnos, nosotros llegamos por ahí de las 3pm y lo primero que hicimos todos fue llegar a una de las tantas palapas que había en la zona frente al mar, acomodamos nuestras cosas y mi abuela y sus amigas comenzaron con las rondas de shots de tequila y cervezas mientras que yo me entretenía jugando en el mar y la zona infantil antes mencionada, todo era perfección hasta que comenzó a atardecer y me entraron unas ganas horribles de orinar por lo que, sin pensarlo ni avisar a las señoras que me acompañaban, me fui solo al baño cruzando por una de las tantas zonas para adultos que había en el lugar.

He de aceptar que me perdí un par de veces en la camino al sanitario, imaginen que se encuentran disfrutando una hermosa tarde frente al mar mientras toman una piña colada cuando de la nada se dan cuenta que hay un niño de no más de 1.50m, gordito, desnudo de cintura para arriba y con un traje de baño de licra que deja notar un culito respingado y gordito, eso fue lo que le sucedió a Manuel, un hombre de 45 años quien me detuvo momentáneamente en el camino mientras yo comenzaba a bailotear debido a mis ganas de orinar, podía sentir como tenía su mirada recorrer mi cuerpo infantil semidesnudo mientras yo trataba de encontrar los baños no me di cuenta que este hombre de 1.80m, con un cuerpo marcado cual Adonis

M: Hola pequeño ¿estás bien?- me dijo poniendo su mano sobre mi pequeño hombro desnudo, mentiría si dijera que no me asuste ya que sabía que no debía hablar con extraños ni confiar en nadie, pero la necesidad de vaciar mi vejiga me hizo dejar esa regla de oro de lado y hablar con el

C: La verdad no, señor, me perdí buscando los baños y la verdad es que ya estoy a punto de perder la batalla- le dije mientras cruzaba mis piernas y continuaba mi bailoteo para evitar orinarme encima

M: Ahhhh, no te preocupes, yo justo voy camino para allá, si gustas te guio- me dijo con una sonrisa que me hizo confiar un poco más en el

Comencé a seguirlo por esa parte que yo tenía prohibida debido a que, como mencione, la zona en la que estábamos era exclusiva para adultos y vi muchas cosas que niño de mi edad no podría procesar, hombres besando y manoseando a mujeres mientras bailaban cumbias y bachatas, personas tomando y fumando una especie de cigarrillo que olía rico aunque diferente al tabaco (con el tiempo descubrí que era marihuana), pero lo que más llamó mi atención fueron dos chicos de máximo 20 años besándose de una manera tan apasionada que, sin darme cuenta, me quede viéndolos discretamente llenándome poco a poco de una sensación familiar, la misma sensación que me invadía cada que mi hermano o alguno de mis primos me decían “oye, Carlos ¿jugamos a lo de siempre?”, cada que alguno de ellos me decía eso sentía lo mismo que estaba sintiendo al ver a esos dos chicos besarse, me sentía caliente ya que esas palabras significaban que en algún punto estaría desnudo junto con una verga (o varias) listas para invadir mi boca o tener que inclinarme para que mis nalgas infantiles se abrieran y diera paso de que alguno de los tantos mástiles con los que disfrutaba se pusiera entre mis glúteos dándole luz verde a mi hermano o alguno de mis primos para masturbarse rozando mi esfínter hasta que sentía como mi espalda era mojada de varios chorro de semen.

Estaba embobado con esa situación hasta que nuevamente una mano se puso sobre mi hombro, pero ahora si fue un susto tan fuerte que perdí el control de mis esfínteres y sentí de la nada como un chorro de liquido caliente primero empapaba la licra de mi bañador hasta comenzar a recorrer mi pierna lenta y constantemente, lentamente voltee asustado para ver a Manuel observándome confundido hasta que su mirada llegó a mi entrepierna la cual aun soltaba un chorro discreto de orina, yo solo agache la cabeza sonrojado y rogándole a cualquiera de las deidades que me escuchara en ese momento que me desapareciera de ese lugar

M: Tranquilo, peque- dijo Manuel quitándose discretamente la camisa que portaba en ese momento para envolver mi cintura ahora quedando el con su pecho descubierto, me tomó de la mano y comenzó a guiar mi camino hasta que, finalmente llegamos a uno de los baños que había, Manuel quito su camisa de mi cintura y noto que, además de la macha de orina que había en mi bañador, la apretada licra hacía notar como mi pene se había puesto duro como piedra -pero mira nada más esta sorpresita, tenemos un pequeño visitante- dijo riendo, yo estaba completamente rojo de la pena al ver que no solo me había orinado en publico sino que ahora estaba solo en un baño con un señor de 45 años que acababa de descubrir que estaba excitado y tenía mi pequeño pene erecto -no pasa nada, nene, es normal, mejor te recomiendo que termines de orinar si es que aun te queda algo por soltar, jeje- dijo mientras se acercaba a un orinal

Fue en ese momento que me puse a recapacitar sobre la situación en la que estaba en ese momento: yo, un niño de 9 años, encerrado en un baño individual con un señor de 45 años y completamente solos, sin que mi abuela o sus amigas tuvieran idea de que yo me había desaparecido del área de su confianza y para “empeorar” las cosas, ese hombre con el que estaba encerrado sabía perfectamente que, dentro de mi licra empapada de orina estaba mi pequeño miembro completamente duro como piedra por la erección que me habían causado esos dos chicos que vi besándose y, ahora, sin darme cuenta, mi mirada estaba clavada en Manuel y su hermoso cuerpo atlético con hombros anchos, brazos marcados y una espalda que tenía tatuado un lobo en la parte central mientras el sonido del chorro de su orina era lo único que escuchaba en ese pequeño baño donde había un lavabo pequeño, un inodoro que era separado por una delgada puerta y el pequeño orinal donde aquel Adonis estaba vaciando su vejiga hasta que el silencio se rompió cuando Manuel habló

M: Si me aceptas una sugerencia, te recomiendo que aproveches que tienes mi camisa aun para quitarte el traje de baño y le des una enjuagada en el lavabo- dijo Manuel mirándome de vez en cuando por encima de su hombro, pero yo estaba paralizado, no por el miedo sino por la pena de que viera mi erección cuando me quitara la licra -tranquilo, no pasa nada, peque, que tu pilin esté duro es completamente normal- decía mientras terminaba de orinar, fue ahí que se dio la vuelta y me dejó ver una parte de su pedazo de carne el cual se asomaba por la bragueta de su short mientras el solo me miraba sonriendo lujuriosamente -seguramente se te puso así de duro por la sensación de tu licra mojada- mi mirada estaba clavada en su cipote, e veía pequeño y era tan moreno como el pero con un hermoso glande rosa coronándolo -¿o fue por ver a ese par de chicos besarse?- dijo mientras se iba acercando a mi a paso lento pero seguro -no tengas pena chamaco, déjame ayudarte a resolver tu problema- me dijo suavemente, cuando quedó frente a mí me di cuenta de que mi cara estaba a la misma altura de su miembro el cual podía notar que comenzaba a palpitar y fue en ese momento en el que se hincó frente a mi quedando cara a cara

Manuel llevó sus manos a mi cintura y, de manera suave, intentó bajar mi bañador de licra pero algo me hizo detenerlo mientras lo miraba a los ojos, ese fue el punto de quiebre, mi cuerpo se llenó nuevamente de la misma sensación de excitación y calentura que sentía cada que tenia juegos sexuales con algunos de los pubertos de mi familia y, poniendo mis manos sobre las de el comencé a bajar lentamente la única prenda que me quedaba para entregársela, Manuel tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras que me comía con la mirada de pies a cabeza.

Aquel adulto frente a mi se puso de pie y me quito suavemente su camisa dejándome frente a el completamente desnudo y vulnerable mientras que llevaba mi licra orinada a su rostro para oler y lamer la zona que estaba manchada de mi orina sin ningún tipo de pudor, yo estaba paralizado por la combinación de pena de estar desnudo frente a un adulto y de excitación al verme en esa situación tan vulnerables en la que me encontraba. Tras unos minutos degustando mi bañador orinado se acercó al lavabo y abrió el grifo para que el chorro de agua limpiara mi prenda, ahí nuevamente pude ver como el pequeño pene de Manuel se asomaba por la bragueta de su short con una gota de liquido en su punto, el era consiente de que estaba mirando su pene y, de la nada, hizo algo que me sorprendió bastante, tras exprimir mi bañador un par de veces para quitarle el agua y la orina, lo estiro en la piedra que adornaba el tocador y procedió a desabrochar el botón de su short azul marino quedando tan desnudo como lo estaba yo, ahora podía ver frente a frente aquella verga erecta la cual era más grande de lo que aparentaba en su short, era un hermoso mástil moreno de alrededor de 20cm lleno venas palpitantes y con un grosor que me dejo en shock, ninguno de mis primos o mi hermano con sus miembros de pubertos (porque es importante mencionar que el primo de más edad con el que tenia encuentros tenía 16 años) se podía comparar con aquella verga adulta que tenía frente a mí, invitándome a tocarla o mamarla mientras que su dueño me miraba sonriendo

M: ¿Qué pasa peque? ¿Nunca habías visto una verga así?

C: No señor, ni mi hermano ni mis primos tienen la verga tan grande como usted- le dije sin quitar mis ojos de ese mástil palpitante y sin pensar en lo que pasaría después de que dijera esa frase

M: Así que te gusta verle la verga a tu hermano y tus primos- dijo sonriendo mientras acariciaba mi cabeza con dulzura -¿Qué más haces con ellos?- me pregunto mientras tomaba mi mano para ponerla sobre su trozo de carne palpitante, no me di cuenta cuando ya tenía su glande rosa, gordo y húmedo por el liquido preseminal en la punta de mi lengua -ufff, se nota que te encanta portarte como putita ¿Qué tan lejos has llegado con ellos?- me pregunto mientras seguía acariciando mi cabello

C: Solo les he mamado la verga y chupado sus huevos, nada más de ahí- le dije mientras seguía lamiendo su glande rosa para recolectar ese lubricante natural que sabia más rico que el de cualquiera de mis amantes, cuando de la nada me saco su miembro de la boca dejándome sorprendido -¿Qué pasa? ¿No le gusta como lo hago?- le pregunte apenado

M: Claro que me encanta como mamas mi verga, pequeño, pero quiero hacer algunas cosas antes de llenarte la boquita de leche, ven- me dijo extendiendo sus brazos, yo me deje tomar por esa belleza de hombre quien utilizo su fuerza para cargarme sin problema y me hizo sentarme en el lavabo, me tomo de los tobillos y me hizo subirlos quedando abierto de piernas antes su mirada -ufff, que delicioso se ve todo esto- dijo relamiéndose los labios cuando de la nada y sin avisar comenzó a pasar su lengua por mi pequeña verga y mis huevos provocando que un escalofrío recorriera mi espalda haciéndome temblar, pero nada de lo que me hacían mis primos o mi hermano se comparo a la sensación de cuando me dio el primer lengüetazo en mi culito virgen haciéndome gritar de placer -puta madre, se nota que tu culito esta nuevecito ¿nunca te han cogido ninguno de tus primos o tu hermano?- me pregunto mientras continuaba recorriendo mi ano con su lengua

C: No señor, ahhhh- le dije gimiendo por aquella sensación nueva -aunque… a veces… cuando me masturbo… suelo jugar con mi culito… AHHHHH- podía sentir como Manuel sonreía mientras lengüeteaba mi culo, era tanto el placer que me provocaba eso que no pude evitar tomarlo del cabello -ahhhhh, señor, que rico se siente esto-

Manuel detuvo su beso negro y se puso de pie para acercarse a mis labios los cuales beso y metiendo su lengua hasta el fondo de mi boca, yo no lo detuve, me dejé besar y hacer todo lo que quiso. Mientras Manuel invadía mi boca con su lengua pude sentir como uno de sus dedos comenzaba a rozar la entrada de mi culito de forma suave hasta que sentí como la punta entraba suave y lentamente, no negaré que me dolía un poco ya que sus dedos son eran el doble de grueso que los míos, pero este macho de 45 años sabía lo que hacía

M: Uffff, que rico esto- dijo Manuel separándose de mi boca para comenzar a besarme el cuello, las orejas, el pecho y todo lo que podía con la intención de relajarme, podía sentir ese grueso y largo dedo presionar, aplastar y masajear un punto dentro de mi culo el cual hacía que sintiera más placer de que de por si ya sentía -no mentias cuando me dijiste que nunca te han cogido por aquí, se nota que eres virgen, estas super apretadito- decía Manuel mientras continuaba besándome por donde podía

C: Ahhhh, ahhhhh, ahhhh, espere señor, detengase- le comenzaba a rogar pero el hizo oídos sordos, yo estaba casi gritando de placer -ya no puedo, ya no puedo- dije y fue ahí que un chorro de orina comenzó a salir ya que había tenido mi primer orgasmo anal hasta ese momento -ahhhhh- gemi mientras mi cuerpo temblaba aun con un el dedo de Manuel en mi interior siendo apretado y aplastado por mi ano, fue en ese momento que aquel hombre se volvió a hincar entre mis piernas y, mientras comenzaba a dedearme sumando un segundo dedo -mas lento, me duele- le pedí entre pujidos pero el me ignoro mientras clavaba sus dedos hasta el fondo de mí, hasta en ese momento virginal ano cuando de la nada sentí como iba sacándolos poco a poco hasta que me dejó una sensación de lo abierto que terminó mi ano

M: Que puta delicia, cabroncito- dijo mientras yo gemia con los ojos cerrados, eran tantas sensaciones al mismo tiempo, dolor por lo abierto que me dejo el culo, placer por como mi próstata pedía más, yo tenía los ojos cerrados hasta que de la nada vi un flashazo, abrí los ojos y vi que Manuel tenía una cámara digital en una mano y en la otra su gruesa, enorme y babeante verga llena de liquido preseminal -no puedo aguantar más, lo siento nene, esto te dolerá pero después lo disfrutaras, no eres el primer chamaco al que le estreno el culito- dijo sonriente, fue ahí que Manuel le echo un gran escupitajo a su glande y a mi ano y, por primera vez en mi vida, sentí como un glande trataba de romper la resistencia de mi esfínter pero era muy difícil -aun estas muy apretadito, chamaco, te tengo que abrir más si te quiero llenar el culito de leche- dijo sacando un plug de metal de su short el cual estaba en el piso -esto me ayudara a conseguir que sientas rico cuando te rompa el culito, puto- dijo metiéndolo en mi boca, sin embargo, sin deberla ni temerla sentí como su glande logro su propósito de invadir mi culo -NO MAMES, ESTAS APRETADISIMO-

Yo quise quitarme ya que el dolor que sentía en mi ano era demasiado, sentía como si me partiera por la mitad cuando de la nada note otro flashazo, ahora había fotografiado como logró meter su glande entero en mi anito virgen

M: Que delicia de culo, aprietas demasiado- me decía mientras besaba mi frente y mis labios, yo solo atinaba a gemir mientras un par de lagrimas bajaban por mis mejillas, el me acarició el rostro para limpiarlas mientras me decía -tranquilo putito, verás que cuando menos lo imagines no solo tendrás mi verga entera dentro de ti sino que también te dejaré mi leche, pero este no es el momento para hacerlo-

C: ¿A… a qué se refiere?- de pregunte confundido, yo ya me había hecho a la idea de que iba a terminar con el culo destrozado por ese monstruo, pero de la nada saco su cipote de mi interior

M: Tranquilo nene, yo seré quien te rompa el culito, pero este no es el lugar ni el momento- dijo mirándome a lo ojos con una sonrisa, fue ahí que sentí como un nuevo objeto me invadía, me había metido el plug sacándome un gemido de puro placer -disfruta putito- y sin decir más se acomodó la ropa y salió del baño dejándome desnudo encima del lavabo, no sé cuánto tiempo abra pasado desde que me encontré con Manuel, pero tenía un mal presentimiento el cual se cumplió cuando salí del baño.

Claramente antes de hacerlo yo ya me había acomodado toda mi ropa como si nada hubiera pasado, pero con lo primero que me cruce fue con mi abuela llorando a moco tendido de la preocupación, por lo que tuve que decirle que había tenido un fuerte dolor de estomago y que por eso había tardado tanto en el baño, incluso el mesero que siempre nos atendía confirmo mi historia comentándole que me había visto entrar al baño desde hace rato y que no había salido hasta ese momento descubriendo que estuve casi una hora “desaperecido”.

Llegada la noche y tras cenar, llegamos al departamento vacacional que rentaba mi abuela cada que viajábamos a Acapulco, este estaba dentro de un edificio muy bonito y contaba con alberca y todo tipo de amenidades para que los habitantes disfrutaran. Quise bajar a nadar un rato a la alberca con el objetivo de matar un poco mi calentura con el agua fría y aprovechar para sacar el objeto que Manuel había dejado en mi ano, estuve nadando un rato cuando escuche que mi abuela y sus amigas comenzaban a gritar de felicidad… esa fue la mayor sorpresa que me lleve en ese viaje.

Espero que les haya gustado este relato, se que fue largo pero espero se hagan una buena paja con leyéndolo, tratare de publicar la segunda parte más pronto de lo que creen. Recuerden que me pueden hacer llegar sus comentarios a mi Telegram @MMMercury y si son de México hasta armamos algo rico, les mando un beso y gracias por leer.

16 Lecturas/24 diciembre, 2025/0 Comentarios/por MadreJack
Etiquetas: anal, bisexual, hermano, mayor, mayores, playa, primos, vacaciones
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