Cayo la hija, cayó la madre y detrás todas las demás 8
una clínica muy especial con una atención intima.
Sin saber cuánto tiempo llevaba observándonos, al levantar la vista mis ojos se encontraron con los de la despampanante recepcionista negra que, sonriente nos contemplaba desde la puerta.
“Pues sí que se trataba de un reconocimiento profundo” comenzó a decir divertida mientras cerrando la puerta tras de sí, se acercó hasta nosotros cotoneando sus voluptuosas caderas “¡Buuffff don Marcos, como las gasta!” comento mientras cogía al peso mis huevos “Y tú, vieja guarra ¿no te da vergüenza maltratar de esta manera a esta ricura de niña?” preguntó mientras dejaba caer una sonora cachetada sobre el culo de la sudada y despeinada doctora ”Anda, arréglate un poco, que a lo mejor antes has podido engañar a esta chiquilla y a su macho con tus retoques, que lo que es ahora, con el maquillaje corrido, despeinada y babeante solo pareces lo que eres, una golfa necesitada.
Perdona niña” continuó, fijando su atención en la chinita que, totalmente desmadejada, recuperaba el resuello sin haber bajado sus piernas de los brazos de la camilla ginecológica “espero que esta guarra no te haya irritado tu fresca cuevecita” decía mientras con dos dedos horadaba el enrojecido sexo de la jovencita y rebañando los jugos que de él aun emanaban, los llevo golosa a su boca “Exquisito, lástima que esta vieja no haya sabido apreciar el manjar que se le ofrecía.
Y bien ¿has terminado con lo que venía don Carlos o solo te has dedicado a aprovecharte de este bombón desatendiendo a los clientes”
“Yo, yo…” empezó a balbucear la atribulada y sumisa doctora que apenas atinaba a levantar su vista hacía la joven cuya piel resplandecía como el ébano cubierta como estaba de una suave traspiración
“¡Calla!, ya ve don Marcos para lo que está quedando esta viciosa, apenas puede encargársele nada. Ruego que nos disculpe y mientras esta caliente cosaca, a saber si de verdad eres de allí, le limpia su hermoso miembro, procederé si no le molesta, a examinar a su delicada nueva adquisición” propuesta que acepte de inmediato volviendo sobre mis pasos al sillón que ocupara al inicio de mi visita, llevando de su trenza y a gatas a la sumisa doctora, me senté encajando mi semierecto miembro en la boca de euroasiática.
Complacido por el suave ritmo que la doctora aplicaba a mi polla y la atención que dedicaba a mis colgantes testículos, desvié mi vista hacia donde se situaba mi chinita y la atenta enfermera.
Está, sentada en un taburete delante del sexo de mi gatita, había comenzado a, delicadamente, examinar el enrojecido sexo de la jovencita, pasando sus suaves dedos por los labios, exteriores, interiores, untando con un fresco gel su turgente clítoris y palpando con calma las jóvenes paredes vaginales de la chiquilla.
“Don Marcos, me alegra poder decirle que la juventud de su pupila y unas condiciones de fortaleza, flexibilidad, innatas a su naturaleza han impedido que, aunque estoy segura de que ya habrá gozado de ella largamente, su miembro, y desgraciadamente tengo que incluir la bárbara intrusión de la doctora, hayan desgarrado sus paredes y no aparece daño alguno que debiera preocuparnos, fuera de la inevitable irritación que su uso provoca por miembros tan dotados como el suyo, cosa que por otro lado no creo que ni le desagrade ni le preocupe, como debe ser cuando a nuestra disposición tenemos ejemplares como el que nos ocupa” relataba mientras dejaba caer su lengüecita sobre el sexo de la jovencita y, voluptuosamente, llenaba sus fosas nasales con el fresco aroma de la chinita.
Ante mi silencio, que la joven negra tomo por asentimiento, prosiguió ”En cuanto al método anticonceptivo le propongo la inserción de un DIU, seguro que usted ya había pensado en ello. Como sabe es en nada molesto, muy efectivo y para nada dificulta o hace menos grato su disfrute. Por otro lado, y sabiendo que para un macho como usted la máxima disponibilidad es un requisito a valorar, le recetare unas pastillas cuyo efecto elimina por completo las molestias físicas y anímicas de la menstruación con lo que podrá gozarla a su antojo cuanto tiempo quiera y, llegado el momento, si como buen Amo quiere darse descendencia que perpetúe las indudables condiciones físicas y de predisposición al sexo sumiso que demuestra esta jovencita, podrá retirarle la medicación de inmediato sin mayor problema. Momento para el que le recuerdo, don Marcos, tenemos a su disposición el tratamiento necesario para asegurarle una descendencia exclusivamente femenina con la que alargar su estirpe y su disfrute”
“Adanna, compruebo con satisfacción que mi gatita no puede estar en mejores manos. ¿Y qué hay de su culito?” inquirí mientras seguía disfrutando de una exquisita comida de huevos y polla por la entregada directora de la clínica.
“Ummm” comenzó a responder la facultativa mientras fijaba su atención en el sonrosado ojete, untándolo con la puntita de su lengua con una delgada capa de saliva y penetrando en el mismo con su dedo anular “Es de admirar”
“¿Si?” pregunte intrigado
“Si don Marcos, realmente tiene bajo su mano un ejemplar excepcional. Lo digo porque apreciando que su estrecho culito ha sido sin duda estrenado por usted, y no en una sola ocasión, el mismo no presenta desgarros en su ojete, esfínter ni en todo su recto. Ello no puede deberse más que a una elasticidad inusual que le permitirá tragarse su hermoso aparato sin dificultad alguna.
No obstante, conociendo sus gustos y sabiendo que su mayor disfrute, como experimentado Amo que es, está en romper de continuo el culo de sus pupilas para hacerles saber que no es el gozo de la fémina, sino el suyo propio el que busca e importa; don Marcos me permito aconsejarle que tanto para mantener estrechito y vigoroso el canal vaginal como el anal, su pupila porte en todo momento, atrás y delante, unas pesadas bolas chinas que mantengan en permanente tensión los músculos afectados y que le aseguraran la más gozosa y duradera experiencia cada vez que la haga suya” concluyo mientras depositaba un tímido lengüetazo en el sonrosado ojete de la niña.
“De acuerdo en todo, procede, el aprendizaje mejor cuanto antes empiece” conteste satisfecho mientras apretando la cabeza de la golosa doctora contra mí, comencé a descargarme en su experimentada boca que recogió sin dificultad mi abundante lechada.
Todavía sin retirar mi miembro de la boca de la madurita, que lo rechupeteba gozosa, pude contemplar como la joven negra procedía a implantar sucesivamente el dispositivo anticonceptivo para después ir insertando poco a poca en vagina y culo, unas alargadas hileras de metálicas bolas chinas bajo la mirada de la jovencita, que alternativamente fijaba su atención en la bella negra o en mí, ocasiones estas en que me sonreía entre tímida y satisfecha a la vez que con su mirada buscaba mi aprobación.
Terminada la operación y habiendo ayudado la joven negra a bajar de la camilla a la chinita, esta procedió a recomponerse, con tal gracia y acierto que pareciera que no hubiera roto un plato.
“Bueno” comencé dirigiéndome a mi putita “no sería propio de la educación que te estoy dando, el que te fueras sin agradecer como se merece a Adanna el trato que te ha dispensado” e invitando a la aludida a ocupar el sillón que antes ocupara su jefa no tuve que esperar que llegara a sentarse para que mi joven putita se situara a sus pies y procediera, con la suavidad que la negra le había dispensado en su tratamiento, a depositar su juguetona lengüecita en el húmedo y cálido coño de la negra, que ya en ese momento inicial presentaba una ligera capa de sudor sobre la recortada, tupida y cuidada mata de rizos negros con que enmarcaba su ardiente sexo, iniciando la chinita una intensa comida de coño.
“Y en cuanto a la mamaíta de la niña ¿Cuándo podría traerla para su implante y cuanto la dejaría inhabilitada para su uso?” continúe preguntando mientras la negra comenzaba a gozar de las expertas caricias de la chinita y su jefa continuaba a mis pies provocando con sus continuos mimos que mi polla volviera a estar dura como una piedra
“Pues vera don Marcos” comenzó con evidente esfuerzo para abstraerse del gusto que le estaba proporcionando mi gatita entre sus piernas “como sabe, de continuo las técnicas mejoran y en este centro estamos siempre a la vanguardia, con lo que, si nos la trae el lunes a primera hora, solo habría de pasar una noche en observación y al día siguiente estaría a su entera disposición”
“¿Y las cicatrices, y el dolor postoperatorio?” Repregunte
“Como le digo don Marcos, la ciencia avanza y le puedo asegurar que con nuestro tratamiento desde el primer momento no notara cicatriz alguna, el tacto de sus pechos será firme y natural, reemplazaremos sus pezones sin afectar a las terminaciones nerviosas ni sensibilidad de estos. Y en cuanto al dolor, bueno es algo que no creo que le importe mucho ¿me equivoco don Marcos? Y en todo caso se puede evitar con un betabloqueante, con lo que este inconveniente no afectara a su rendimiento y su predisposición…perdón…a la posibilidad de ser usada” concluyo mientras llevaba su mano a la cabecita de la chinita que sobre su sexo se afanaba en darle el mayor goce inimaginable.
“Magnifico, desde luego no es nada que me importe, pero si es verdad que eso afectaría a su rendimiento, y si se puede evitar, mucho mejor”
“Perdón don Marcos, antes de que se marchen, no quiero dejar de significarle que la mamaíta de esta preciosidad, seguro que usted ya se ha dado cuenta, presenta una predisposición inusitada a satisfacer…de lo que sobradamente ha sido beneficiada Britta, espero que no le moleste.”
“En absoluto, y si, ya me ha ido dando muestras evidentes de ello y parece que es un rasgo que ha trasmitido a su descendencia…” y como quiera que la negra levantara intrigada su ceja, proseguí “la natural, por línea directa, y la que de seguro en breve tendrán conocimiento sabiendo lo bien que tratáis a la clientela.
Bueno ve concluyendo gatita, a Adanna no le van a quedar ganas de coincidir contigo si se lo entregas todo en la primera ocasión, deja algo para otro día”
Comentario que fue respondido por mi guarrilla, sacando su cabecita de entre las piernas de la negra con su boca llena de flujos y babas, esbozando una pícara sonrisa.
“Bien pues nos vamos, ¿el otro paquete está listo ya?” Pregunte interesándome por la mamaíta
“No se preocupe don Marcos, aviso a Britta y les estará esperando en el coche ¿le incluimos un tratamiento similar a su hijita para vagina y culo?” termino por preguntar la negra
“Claro, claro, no sé si con ello podremos enmendar lo que el uso y su naturaleza hayan deteriorado, pero de seguro que algo ayudara” conteste.
“Pues, don Marcos, como siempre es un placer atender sus visitas y como hemos quedado, esperamos a la mamaíta a primera hora del lunes” concluyo la joven negra acompañándonos hasta el ascensor donde nos despidió con un cariñoso piquito a mi gatita.
De vuelta en el coche nos esperaba a su vera la mamaíta acompañada de la joven nórdica que la había acompañado durante su mutua exploración y que al vernos aproximarnos se despidió de la sonriente madurita depositando sus labios en los suyos mientras le daba un cálido repaso a su duro culo.
Ya en el coche y satisfecho de cómo transcurría la mañana dirigí nuestros pasos hacia un conocido centro comercial de la isla no sin antes exigir a la mamaíta que me mostrara los lacitos que, emergiendo de sus orificios, anunciaban que el encargo se había cumplido y a esas horas ya gozaba de las bolas chinas en vagina y culo.
Ya en el centro comercial, anónimos detrás de nuestras oscuras gafas de sol, procedimos a quemar la tarjeta de crédito de la mamaíta en renovarles el vestuario a mis nuevas mascotas y en adquirir algún capricho para mí.
Ya de vuelta, y calculando que estaríamos de vuelta casi a las tres de la tarde, llame a mi chaval, que en aquellos momentos estaba en la playa, indicándole que dado lo tarde de la hora que encargara en el chiringuito cercano comida para cinco, que Sara, no había que perder las apariencias, se había empeñado en invitarnos como compensación por las molestias.
Resuelto el trámite le pregunte por María, contestándome que llevaba toda la mañana con Mamen sin mayor incidencia, ante lo que termine la comunicación.
“Bueno guarras pues ya sabéis, llegamos nos cambiamos y a la playa, que este año con tanto folleteo en interiores me vais a hacer que vuelva blanco a la Facultad.
Tu mamaíta, aprovecha para lucir alguno de tus nuevos trajes de baño, y como hare que durante la comida mi chico quede junto a ti, ya sabes, le proporcionas las mejores vistas y te arreglas para que no pierda detalle de los lacitos con que ahora adornas tu coño y culo; que como no le pongas la polla como un caballo te vas a enterar”
“Lo que mi Amo ordene” contesto solicita la madurita mientras esbozaba una amplia sonrisa ante la agradable tarea que le ordenaba y sus esperadas consecuencias
“Mira mamaíta, deja ya de sonreír como una boba. Ya sé que darte a probar el rabo de mi chaval no es ningún castigo; pero te advierto, te quiero zorra y sumisa como nunca. Haz que el chaval se sienta el Amo del universo, capaz de tirarse cuanto coño se le ponga a tiro haciéndole ver que todas vosotras no sois más que golfas calentorras dispuestas a abrirse de piernas ante un pollón como el suyo o te las veras conmigo, y te aseguro que no te quedaran ganas de sonreír” le advertí “Y tu ¿Qué haces que no tienes mi polla en tu boca?” reclame, elevando la voz, mientras volvía mi vista a mi gatita “venga ostia, que no estás aquí para mirar el paisaje” recalque mientras abriéndome la cremallera sacaba mi semierecto miembro a la vista de la jovencita que, ruborizada por haber sido cogida en falta, se dejó caer rápidamente sobre mi entrepierna engulléndolo por entero en su boca, iniciando un muy agradable chupeteo.
“Así, asiiiii, a ver si espabiláis y no tengo que repetiros las cosas. Desde el momento que conocisteis mi rabo, aceptasteis servirme como mis golfas particulares y no tenéis otra misión en vuestra guarra vida…todo el DIA…que no sea tenerme contento. Y vosotras ya os vais enterando de cómo se me tiene contento, ¿verdad?” pregunté retóricamente, a lo que por el retrovisor vi que la cachonda mamaíta respondía con enérgicos signos afirmativos, mientras su cachorrita, con el aparato en su boca, mi mano en su nuca, apenas podía emitir algo que no fueran gemidos de aceptación.
Llegados al garaje me despedí de las chicas a las que dejé cargando los numerosos bultos y con evidentes dificultades para andar con soltura dado que, al carecer de practica para mantener las pesadas bolas chinas en su coño y culo, se veían obligadas a caminar con los muslos y cachetes bien apretaditos “En veinte minutos os quiero abajo. Tu mamaíta, antes te pasas por casa para bajarme la hamaca, y antes de que yo llegue os quiero mojaditas, que el agua me han dicho que esta helada y os quiero con los pezones tiesos como pitones ¿ok?”
“Si Amo” respondieron al unísono.
“Pues arreando, que se hace tarde” les solté terminando de despedirme
Llegado a casa, luciendo una satisfecha sonrisa por lo bien que iban saliendo las cosas, comencé a mudar de indumentaria cuando recibí una llamada de mi joven putita “Perdón Amo, es imperdonable, pero creo que le gustara saber que Clara, la chica de la que le mande ayer las fotos de la playa es la sobrina de la vecina con la que esta mañana hemos coincidido en el ascensor” me explico con una voz que apenas le salía del cuerpo, seguramente pensando que le caería una bronca del trece.
“La Virgen santa, vaya coincidencia, jejeje. Piboncito junto a lesbiana insatisfecha, una combinación explosiva y provechosa, sí señor, a saber que otras sorpresas nos esconde la super protectora tita.
Haz hecho bien en contármelo, aunque espero que la próxima vez andes más rápida de reflejos y me comentes de inmediato esas cosas.
¿Cómo vais? Tu madre aún no ha llegado a recoger mi silla y no aguanto tener que sentarme en la arena” le deje caer para, aun sabiendo que era materialmente imposible que en el espacio de tiempo desde nuestra despedida en el garaje hubiera cumplido todas mis órdenes, mantenerlas en un estado de constante ansiedad y atentas a cumplir mis órdenes sin tardanza.
“Ya va para allá Amo, le he indicado que me dejara a mi colocar los paquetes para que aligerara en cambiarse y no hacerle esperar” contesto presurosa y en un tono de voz más normal mi joven putita
“Bien hecho, nos vemos abajo” respondí dando por concluida la conversación mientras oía abrirse la puerta de mi piso.
“¿Da su permiso mi Amo?” pregunto desde la puerta la madurita
“Pasa, la hamaca está en la terraza, pero antes vente para acá que te de mi aprobación” apareciendo al momento la aludida ante la puerta de mi dormitorio.
“Uauuu, muy frio tiene que ser mi chaval para que su polla no salte como un resorte en cuando te vea, aunque todavía esta lo de tus tetas…pero bueno a partir del lunes lo resolvemos, no lo va a tener todo desde el primer día” exclame ante la visión de la madura embutida en un ceñido traje de baño que dejaba escapar por sus lados no menos de la mitad de los pechos de la mamaíta mientras su culo apenas era cubierto en una tercera parte por un tejido plata mentalizado que realzaba los dorados de piel y cabello de la madura “Si señor, elegante pero sensual, quien quiera ver carne que la pague o se apunte al canal de adultos de Movistar, jajaja” reí satisfecho “anda cógete la hamaca y nos vemos en la playa, que todavía nos va a quedar tiempo de darnos un bañito y secarnos al sol antes del almuerzo”
“Si mi Amo ¿el Amo está contento?” respondió entre tímida y satisfecha la madurita
“Que si Ostias. Ese es el nivel y ni se te ocurra bajarlo o te marco mis manos en esos bonitos cachetes que luces so golfa. Y ya te estas yendo que, si no corres el riesgo de que te folle aquí mismo y eche a perder el conjunto, a lo que no estoy dispuesto, que al menos hoy has de lucir fresca ante mi chaval. ¿A ver esos cordoncitos?”
A lo que la aludida, sonriendo de oreja a oreja y apartando ligeramente la entrepierna del bañador me mostro, mientras se contoneaba, los colgantes externos de las bolas que albergaba en su interior mientras comenzaba a dirigirse a la terraza para cumplir mi encargo.
Satisfecho termine de cambiarme cuando oí como la obediente mamaíta salía de mi piso camino de la playa portando la hamaca para que se sentara su Señor.
Decidido a no darles mucho más tiempo a mis cachorrillas cogí camino de la playa donde me encontré con que mis putillas recién salidas del mar y tomando el sol mientras Mamen comenzaba a recoger sus cosas.
“¿Oye Marcos y a mi cuando me llevaras de compras, que últimamente solo tienes ojos para Sara?” Me pregunto muy amoscada la morenaza vecina “Mamen cariño, de sobra sabes que me tienes a tu disposición para cuanto y cuando quieras, solo tienes que pedirlo, ya sabes que soy un vecino muy atento” conteste con toda intención
“Pues descuida guapo que pronto te cogeré el ofrecimiento”
“Lo que tú quieras Mamen, lo que tú quieras ja jajá” respondí con toda intención provocando que a la morena se le subieran los colores.
Despachada la entrometida vecina, no tarde un instante en darme un tonificante baño y poner mi cuerpo al sol. Detrás de mis gafas de sol no perdía detalle de la cada vez más solitaria playa y para mi satisfacción observe como la sensual postura que había adoptado la mamaíta para tomar el sol, enseñar la mayor parte de su anatomía y sus marcados pezones que amenazaban con perforar su ceñido bañador, había logrado captar la atención de mi chaval que no le perdía detalle desde su tolla.
El sol, el fuerte calor hizo pronto su labor y secos nuestros cuerpos, pronto comenzaron a transpirar ligeramente aportando a los cuerpos de las chicas una ligera humedad que realzaba su atractivo.
“Bueno, va siendo hora de comer ¿no os parece? Venga vamos que os vais a quedar dormidos“ dije mientras me levantaba y acercándome a la pequeña Perrita la cogí de su manita “vámonos tu y yo muñequita, que estos flojos vengan cuando quieran” dirigiendo al chiringuito junto a la niñita con el resto del grupo detrás mío.
Tomando asiento de cara al mar tuve aun ocasión de comprobar como mi chaval iba un poco rezagado tras mis putitas, que contoneándose sensualmente conseguían que el chaval no perdiera detalle de sus apetitosos culos.
Sentados al fin el grupo, la mamaíta ocupo el lateral de la mesa entre mí y mi chaval de manera que tuviera una vista perfecta de sus maniobras, mientras enfrente se situaron la chinita y su rubia hermanita.
Comenzada la animada comida en la que la fresca sangría distendía el ambiente me fijé en que la caliente mamaíta no perdía ocasión de recolocarse sus pechos, rozar su muslo con el de mi chaval, terminando de ponerlo cardiaco cuando al estirar al límite su ajustado traje de baño, este se incrusto en sus labios vaginales aparecieron estos a ambos lados de la prenda.
Las descaradas maniobras de la caliente mamaíta tuvieron el inmediato efecto de que la servilleta que cubría el regazo de mi chaval pronto se convirtió en una prominente tienda de campaña, detalle que no pasó desapercibido para la madurita que remato el efecto dejando caer su mano sobre el muslo del chaval lo que provoco que por poco perdiera la respiración.
Llevábamos poco más de una hora en el chiringuito cuando observe que recién llegadas a la playa Rosa, la atractiva cincuentona, y su sobrinita ponían sus hamacas y abrían sus libros dispuestas a aprovechar la agradable tarde.
Aprovechando que mi chaval había desaparecido camino del baño, seguro que necesitado de aligerar su tensión se estaría proporcionado una intensa paja, procedí a impartir las nuevas instrucciones a mis mascotas
“Bueno, bueno, esta muñequita” comencé dirigiendo mi vista a la pequeña rubita” y yo nos vamos arriba a echarnos una siestecita” lo que consiguió que como un latigazo mi gatita girara hacia mí su rostro con cara de estupor y cierta rabia, que de inmediato, reconociendo su error y viendo como de nuevo había conseguido provocarla, mudo su rostro echando, sumisa, su vista al suelo.
“Tú, mamaíta, sigue a lo tuyo que tienes al chaval encendido. A estas alturas debe tener la picha desollada de tanto meneársela ja jajá y así debe seguir, aplícate el cuento guapa.
Y tu gatita, en dos horas, para que me dé tiempo de echar un sueñecito, quiero a la cachonda cincuentona arriba arrastrándose suplicándome que le permita comerte el coño ¿te enteras?”
“Si Amo” contestaron al unísono
“Bueno pues pagar y poneros al lio que no os quiero ociosas” dije mientras levantándome cogía de la manita a la niñita, que agradecida por el protagonismo que adquiría frente a las mayores, me sonreía agradecida.
Llegados a casa de mis sumisas, nada más cerrar la puerta la pequeña rubita me sorprendió preguntando mientras procedía a quitarse la braguita quedando por completo desnuda “¿El Amo desea una copa, un habano…? Todo que el Amo desee es suyo” decía mientras me sonreía picarona
“Ten por seguro que si preciosa” le respondí mientras mi dedo índice recorría desde su rajita, pasando por sus pechitos y terminando en su barbilla que levanté suavemente “y por lo pronto me traes a la cama la botella, un habano …y ese cuerpecito tan mono que tienes que necesito relajarme”
“Lo que ordene el Amo” respondió contenta de haberme agradado
Ya en el dormitorio me despoje de la escasa ropa que llevaba y deshaciendo la cama me tire a todo lo largo, reposando mi espalda contra el cabecero de la misma. No tuve que esperar mucho cuando en el marco de la puerta apareció la rubita portando en una bandeja la botella, una copa, el habano y las cerillas de madera que presta deposito en la mesilla de noche que me era más próxima.
“¿Desea el Amo que le sirva y encienda el habano?” pregunto coqueta la niña
“Aprendes rápido zorrita, sigue así e igual pasas a ser mi favorita” palabras que le arrancaron una amplia sonrisa
Sin perder un instante la Perrita procedió a verter una generosa cantidad de coñac en mi copa y yendo a encender el habano se dio cuenta de que no había traído el corta puros “Perdón Amo ahora mismo lo traigo” dijo toda azorada
“No hace falta muñeca” respondí mientras llevando mis dientes al extremo del puro procedí a, de un mordisco, retirar el extremo del mismo escupiéndolo de inmediato “No es lo más ortodoxo, pero servirá “continúe devolviéndole el habano a la niña, que más tranquila encendió llevándoselo a la boca, dando unas breves chupadas mientras giraba el grueso cigarro entre sus húmedos labios.
Prendido, se dispuso la chiquilla a ofrecerme el habano, pasando antes la boquilla de este por su húmedo chochito
“Muy bien guarrilla, eres observadora y sabes lo que me gusta…Ummm…delicioso” respondí mientras daba un breve trago de mi copa y degustaba la primera calada del habano
La rubita sin esperar orden alguna aprovecho mi buena disposición para encaramarse a la cama y reptando hacia mí se hizo de mi recta polla con sus manos y su jugosa boquita “Es hermosa Amo, tan dura…tan caliente…” prosiguió mientras con sus manitas iniciaba una suave paja y su boca se hacía dueña de mi rojo glande
“Bien, bien Perrita” susurraba mientras acariciaba su cabecita, me relajaba con el licor, el habano y sus suaves caricias que tan pronto se hacían dueñas de mis testículos, mi duro tronco como recorría con su deditos o lengüecita mi rojo capullo.
La niña aprendía rápido, le ponía empeño y a la vez que me descapullaba completamente con sus manitas su boquita tragaba algo más de un tercio de mi miembro hasta su ansiosa garganta sin dejar de mirarme buscando mi aprobación.
“Que perrita tan golosa” le decía mientras mi mano se hacía dueña de su húmedo coñito iniciando una suave masturbación
La rubita se esmeraba, sopesando con su manita mis gordos testículos que succionaba con su boquita mientras con su otra manita continuaba suavemente masturbándome.
Al poco observe como mis caricias provocaban que la excitación de la niña distrajera su atención de mi polla por lo que palmee irritado su culito “Vamos zorra no te distraigas, que vas muy bien, si quieres te corres, pero ni se te ocurra desatenderme” llamada de atención que consiguió que retomara su deliciosa mamada.
Amodorrado como estaba, la deliciosa dejadez que me iba dominando se vio interrumpida por la presión que iba acrecentándose en mis huevos, preludio de una abundante corrida por lo que poniendo mi mano sobre la rubia cabecita le indique “Bueno golfa, vas muy bien, pero a ver si pasas también esta parte del examen. Te voy a llenar tu boquita con mi leche ¿entiendes? Pero no te la vas a tragar toda o del azote que te doy no te vas a sentar en una semana”
A lo que muda por tener toda su boca ocupada por mi polla la rubita contesto asintiendo con su cabeza y sus ojillos picarones
Asiendo aún más su cabeza, mi polla comenzó una abundante corrida que pronto provoco que las arcadas de la rubita consiguieran que sus ojos derramaran algunas lágrimas y que afloraran hileras de semen por su naricilla. Terminada mi descarga afloje la presión que mantenía sobre la cabecita de la niña lo que esta aprovecho para sacarse el miembro de su boca y empezar a respirar ansiosa por su nariz mientras mantenía sus labios sellados
“Buena chica, pero a ver esa boquita” a lo que obediente la niña abrió su boca mostrando que aun retenía una buena cantidad de leche en su boca. Satisfecho metí dos de mis dedos en su boca y untándolos abundantemente de mi semen los retiré comenzando a embadurnar con mi fluido su coñito, sus pechitos y así en sucesivas pinceladas terminar por embadurnar por completo su dorado cuerpo.
“Ahora trágate lo que queda” cosa que como obediente perrita hizo de inmediato “¿Te gusta?”
“Si mi Amo, me gusta oler a ti. Que mama y Sarita sepan que soy tan puta como ellas, que soy tu puta” contesto
“Ja jajá, vaya con la fierecilla. Me gusta que compitáis, que luchéis por llegar a ser mi favorita. Pero es duro Perrita, todas quieren que yo sea su dueño” respondí sonriendo
“Amo ¿Cuándo me partirás el culo y el coño como a Sarita y mama? No me da miedo “insistió la chiquilla
“Pronto perrita, pronto, cuando yo decida. Pero ahora vente para acá, que lo que toca es echar un sueñecito y recuperar fuerzas que me tenéis exprimido ja jajá” y estrechándola contra mi caí en un dulce sueño.
Llevaría algo menos de una hora durmiendo cuando el zumbido de vibración de mi móvil me saco de mi modorra
“Amo, Rosa, la tía de Clara va para arriba” me informo nada más descolgar mi gatita
“Bien, eres la mejor de mis guarrillas, no esperaba menos de ti” respondí satisfecho mientras me
desperezaba.
“¿Mejor que la putísima de Perrita?” preguntó amoscada mi gatita, pudiendo oírse sus quedos pucheros fruto de la rabia y la impotencia
“Ni se te acerca putita…pero progresa rápidamente, así que ya sabes menos celos y más ponerle empeño so golfa si no quieres dejar de ser mi favorita” conteste con retintín y contento de tener enceladas a mis sumisas “Ahora déjate de pucheros y ponte a la tarea que mucho prometer pero al día de hoy no me has traído ni una ratoncita para que me la zampe”
“Perdón Amo, perdóneme, no le decepcionare”
“Ya te vale. A ver si pasamos de las palabras a los hechos, pero ahora te dejo que la cincuentona debe estar al caer” y cortando la comunicación me dirigí al cuarto de baño principal donde me refresque y compuse para la ocasión. De vuelta al dormitorio la más pequeña de mis mascotas dormía plácidamente sobre la cama, por lo que recogiendo la copa y el habano a medio consumir me dirigí a la puerta que dejé entornada, volviendo al salón donde poniéndome cómodo me senté en el sillón de piel mientras esperaba mi anunciada visita.
Unos suaves golpes en la puerta me anunciaron que esta ya había llegado
“Entra y cierra la puerta” respondí
Al instante la atractiva cincuentona atravesó la puerta y con cuidado cerro tras de sí la misma.
Al acercarse a mi pude contemplar que aparte de portar una floreada cesta de playa, lucía un bonito bikini rosa que realzaba su deportiva figura.
“Bienvenida vecina” salude cuando estuvo a mi altura mientras despachaba un sorbo del licor y daba una profunda calada al habano
“Hola” respondió evidentemente nerviosa, asiendo fuertemente la cesta mientras con su mirada buscaba una invitación a sentarse
Ignorándola proseguí con el trasiego del licor y el habano
“¿Y bien?” continúe rompiendo el incómodo silencio
Resignada la cincuentona, asumiendo que iba a permanecer de pie, contesto como en un susurro “Sarita me ha dicho que subiera” volviendo a su mutismo
“¿Y para qué? ¿Siempre haces caso a lo que te dice la primera niñata con que te cruzas en la playa?” replique dispuesto a no hacérselo fácil
“Ya sabes a lo que vengo” respondió la madura en un irritado ramalazo
“Puede, pero quiero oírlo de tus labios. Quien algo quiere algo le cuesta. Así que ¿A qué vienes Rosa?”
“Lo sabes maldito cabrón. No eres más que un chulo de mierda, un putero. No se cómo habrás pervertido a esa chiquilla y a la puta de su madre, cabrón. Debiera denunciarte a la policía” estallo
“La puerta está abierta, nadie te impide irte y acudir a la Policía. Pero eso tú ya lo sabes ¿verdad Rosa? Y la verdad es que has subido y estas decidida a no irte sin lo que tanto deseas” le respondí echándome para delante y comenzando a acariciar con mi mano el interior de su firme muslo.
Aquel contacto pareció darle un a descarga y de un respingo la madura retrocedió un paso.
“Vamos cabrón, ¿Por qué me lo quieres hacer tan difícil? Coge el dinero y acabemos con esto” volvió a gritarme, a punto de saltársele las lágrimas, la irritada cincuentona que comenzaba a traspirar a pesar de lo fresco de la estancia.
Pausadamente, me recliné de nuevo en el sillón y tomando un nuevo sorbo, dando otra profunda calada y soltando el denso humo en dirección a la nerviosa madura proseguí
“¿Pero todavía sigues aquí? Creí que dijiste que te ibas, que tu RECTA moral te impedía permanecer aquí ni un momento más.
Mira Rosa no te equivoques. ¿O te has creído que tratas con un chulo del tres al cuarto, pervertidor de inocentes niñas? …De esa niña que te comió la boca esta mañana…de esa jovencita que metió su tierna manita en tu coño…un coño que encontró caliente, encharcado y una niña a la que tu lengua inundo su boca ¿me equivoco en algo Rosa” conteste a la cada vez más nerviosa vecina
“Yo, yo…”
“Si tu ¿Me dirás de una vez que quieres tú?” replique viendo como la interrogada bajaba sus ojos al suelo mientras el rubor iluminaba su cara “Acércate”
Ante esa orden la madurita elevando ligeramente la vista, fijando sus ojos en los míos, avanzo tímidamente un paso hacia mi
“Más” insistí consiguiendo que avanzara hasta tocar su sandalia con mi pie, ante lo que volví a acariciar suavemente el interior de su muslo sin encontrar reacción alguna distinta de un ligero temblor que recorría su cuerpo.
“Yo te diré lo que quieres” le decía mientras subía mi mano por su muslo hacia su entrepierna. Un recorrido que se vio interrumpido por el cierre de un muslo contra otra de la hembra que se resistía a lo que sabía inevitable.
Sin mediar palabra y con solo fijar mis ojos en los suyos la presión de sus muslos ceso y mi mano continuo a su entrepierna encontrándola cálida y húmeda a través de la tela de su bikini.
“Yo te diré lo que quieres Rosa” repetí mientras me levantaba lentamente, manteniendo mi mano en su entrepierna y recorriendo con los dedos de la otra todo su contorno hasta llegar a su cuello.
“Yo te diré lo que tanto deseas y que tanto miedo parece te da reconocerlo” proseguí a la vez que mi dedo pulgar recorría sus labios, introduciéndolo entre sus dientes mientras continuaba su masturbación por encima de la braguita de su bikini.
“Tú quieres comerte el bombón de mi putita, un bombón que es mío, que se me ha entregado sin pedir nada a cambio.
Y quieres llevarte mi bombón a tu boca sin ensuciarte los dedos, sin envoltorio y directamente a tu boca. Y todo porque no tienes el coraje de coger lo que te gusta. Porque te paraliza el miedo al rechazo, al escándalo… y ese miedo te ha atenazado durante toda tu vida, te ha impedido disfrutar de tu cuerpo, del suyo…del de otras como ella.
Cuantas ganas te habrás comido, como te habrá corroído ese deseo insatisfecho durante años” proseguí posando mis labios sobre su cuello, los lóbulos de sus orejitas, el nacimiento de sus pechos “cuando en tu camilla de la clínica tenías a tu alcance estos jóvenes cuerpos que traspiraban ante tus masajes de profesional fisioterapeuta, que entreabrían sus muslos, invitándote y tu sin atreverte, comiéndote las ganas…” proseguí
“Siiiiiiiiiiiiiiiiii, Dios si” gimió por fin la madurita
“Claro que sí, y tú te has creído que podrías superar tu miedo, que evitabas el rechazo sobornándome con tu dinero. ¿Con cuánto dinero Rosa querías alquilarme a mi putita? …”
A lo que, gimoteando desecha, la madurita contesto “He traído quinientos…pero tengo más…lo que quieras…te juro que te pagare lo que me pidas…” comenzando a sollozar quedamente
“¿Tan necesitadas estas Rosita de sentir sus jóvenes pieles sobre tu piel? Sentir el fresco aroma de su juventud…su cálido aliento sobre tu marchito sexo. Porque Rosa ¿tú eres más de dar o recibir, eh golfa
No hace falta que me contestes, a la legua se ve que eres una sucia golfa y egoísta. que te gusta recibir, sentir sus labios en tus pezones, sus carnosos labios sobre los resecos recuerdos de lo que un día fue tu jugosa boca? Se te escapa la juventud y quieres retenerla en sus manos” palabras que terminaron por derrumbarla a mis pies mientras sollozando respondía “Si, siiiiii, lo necesito. Necesito vivir, gozar lo que siempre me he negado, por Dios ayudameeee…hare lo que quieras”
“Eso está mejor, mucho mejor porque hasta ahora ibas muy pero que muy mal. Pero en fin…” proseguí e inclinándome la cogí de su barbilla obligándola a incorporarse “todo se puede arreglar, si tú a cambio me das algo que yo quiero de ti”
“Lo que quieras” contesto presurosa y esperanzada
“Claro que si…tu sobrinita…”
“Que…¡NO…no, no, no…lo que quieras, pero eso no!” contesto como impulsada por un resorte la madurita que me miraba con los ojos espantados
“Oh si, si , si. Claro que sí. Y vas a ser tu quien trayéndola de tu mano la vas a ensartar en mi polla por sus tres agujeritos”
“No, no, no…” respondía horrorizada, pero sin moverse ni un paso del sitio
“No voy a tomar de ella nada que no me dé por su propia voluntad si es esto lo que te preocupa. Así ha sido con Sarita y todas mis mascotas…sin excepción.
¿No te gustaría tener como yo una gatita en casa que todas las noches te caliente la cama?” le susurraba mientras continuaba con mis caricias “Te he visto mirar su cuerpo, como te he visto mirar el de mi putita… ¿Cuántas veces has metido tus dedos en tu húmedo coño pensando que era la manita de Clarita la que te invadía?” continúe, desasiéndome de las dos piezas de su bikini, consiguiendo que el cuerpo de la madura se retorciera y apretara sus muslos contra la mano que en su entrepierna le daba tanto placer “Deja que mi putita aflore la verdadera naturaleza de Clara, que revele su sensualidad, que la prepare, la enseñe para nosotros. ¿Te imaginas? Sus labios sobre los tuyos, vuestras manos intercambiando caricias en vuestros sexos, sus duros pezones frotándose contra ti, todos los días…en tu cama, sobre el sofá…en la cocina. Y la cosa no tendría que acabar este verano ¿o no le harías un favor a tu hermana si te llevaras contigo a tu sobrina a estudiar a la ciudad?
¿Te imaginas su cuerpo, su fresco sexo todo un año para ti?”
“Oh Diosssss……Siiiiiiiiiiiiiiiii…….siiiiiii” se derrumbó la madura a mis pies entre sucesivos orgasmos
Jadeando y volviendo sus ojos hacia mí, idos de vicio y lujuria, los volvió sumisa en dirección al suelo para rendida admitir su derrota “Si, sí, pero no le hagas daño, por favor”
“Mi buena Rosa, ¿te he puesto una mano encima para conseguir lo que te he pedido? No temas, Clara se nos entregará satisfecha y alegre de hacerlo, asumirá su condición con natural aceptación, déjalo en manos de mi gatita y obtendrás lo que tanto deseas.
Pero…”
“¿Qué? …” pregunto temerosa la canosa madura
“Que para suscribir nuestro acuerdo necesito una muestra de buena voluntad” comencé a decirle mientras levantándola de nuevo la situé de espaldas a mí, apoyando sus manos en la mesa del salón, obligándole con mi pie a abrir en extremos sus piernas
“¿Qué, que me vas a hacer? …no, no…” intento protestar provocando que de un severo palmetazo le dejara marcada mi mano en sus cachetes, a la vez que sacando mi recta polla del ceñido bañador la restregué contra el mojado sexo de la madura
“No.…no.…” continuaba gimiendo, pero sin moverse del sitio y fijando su vista en la pared, a lo que conteste echando un salivazo en el ojete de su prieto culo, restregando el mismo con mi pulgar, lo que provoco que la cincuentona crispara aún más sus manos sobre la mesa mientras apretaba su culo.
“Golfa, relájate o te dolerá más “le solté mientras azotaba sus nalgas, para de inmediato y en tres fuertes empellones meter mi polla hasta los huevos en el prieto culito.
“Ahhhhhhhh” grito la madurita, con sus nudillos blancos de tanto apretar y con su cara rendida sobre el tablero de la mesa, dejando aparecer sus lágrimas.
Dejando un breve instante para acomodar mi miembro a su recto, comencé un suave mete y saca mientras volví a escupir sobre el ojete lo que facilito más la penetración al trasero de la vecinita.
Firmemente asentado, con mis manos en la cintura de la madura, comencé un constante mete y saca, que intensifiqué aún más dejándome caer contra ella y asirme de sus hombros para hacer aún más profunda la penetración “Uummmmm, estrechito y caliente…como a mí me gusta…mi polla y tu culito se van a hacer muy buenos amigos…” le susurraba mientras sensualmente mordía su cuello “golfa…tienes mucho que ofrecer, y yo te voy a exprimir toda” mientras mi mano se hacía dueña de su sexo iniciando una suave penetración que le arranco los primeros gemidos “tú, yo, mi putita y Clarita…sus bocas en tu sexo y duros pezones…” le insistía a la vez que mi otra mano apretaba y estiraba su endurecido pezón “…mientras te doy una buena enculada…mientras te la meto hasta los huevos en tu coño y Clarita me come mis grandes huevos…¿te gustaría?”
“Ooooooooh Siiii Cabrón, sigue, sigue Ostia puta…la quiero comiéndome el coño todos los días y tu cabrón párteme el coño de una vez…hijo de puta…Dios, que rabo tan buenoooo…” grito la caliente cincuentona mientras echando atrás las manos se abrió al extremo sus cachetes y las babas que salan de su boca mojaban abundantemente la mesa donde se había dejado caer.
“Vaya con la boyera asaltacunas…pues va a ser que aprecia una buena polla, ja jajá…tus deseos son ordenes cariño” y al instante sacando de golpe mi miembro de su culo lo ensarte sin dilación en su cálido, chorreante coño, penetrándole de un solo golpe hasta los huevos.
Asiéndome de sus caderas forcé al límite la penetración, y recreándome en ella moví mi duro miembro dentro de su sexo forzando sus paredes que me abrazaban como la boca de la mejor de mis amantes. La cincuentona me demostró entonces que no era nueva ni inexperta en estos lances pues sus músculos vaginales ciñeron mi miembro mientras iniciaba un sensual movimiento circular con sus caderas que extremaba el contacto y el gusto.
“Zorra, vaya filón que he encontrado en ti…si al final no es que no te guste…es que estabas muy mal follada so golfa. Pero descuida que conmigo te voy a tener bien hartita ja jajá” le decía mientras ella volviendo su cara hacia mí me devolvía una visión llena de vicio
“Este rabo resucita a una muerta…y mi coño…hace tanto tiempo Diossss, como follas…no me extraña que las tengas a todas calientes como perras…ufffffff siiii sigueee…” respondía mientras iniciaba una constante y profunda penetración, llevando mi polla hasta casi salir de su sexo para de inmediato volver con todas mis ganas a llegar hasta su útero
“Me corro cabrón, me corro…” Gemía la madurita mientras se retorcía y convulsionaba sin que yo cediera en mi penetración “para, para…me matasss” berreaba mientras sus manos retorcían sus pezones y estiraban sus pechos al extremo con sus ojos vueltos en blanco para terminar cayendo desfallecida sobre la mesa.
Parando mi penetración, sin aun soltarla de la cintura pues temía que callera en peso al suelo, saque mi empalmada polla de su encharcado coño, del que seguía mando flujo que llenaba sus muslos, contemple satisfecho mi obra, reafirmándome en que no hay mujer fría sino mal follada.
Viendo que la cincuentona recuperaba el ritmo pausado de su respiración, que los colores volvían a su cara y que volvía a enfocarme con su mirada la ayude a sentarse en el suelo donde fue recuperando el sentido mientras yo esperaba sentado en el mullido sillón de cuero frente a ella.
“Bueno puta ¿no creerás que has terminado, ¿verdad? Aquí se limpia lo que se ensucia” le dije señalando mi erecta polla.
Ella que en un principio pareció no entender, enseguida recupero el brillo vicioso de sus ojos y arrastrándose a gatas hacia mí, sin ayuda de sus manos metió mi duro rabo en su húmeda boca iniciando un sensual chupeteo mientras su mano abarcaba y sopesaba mis huevos “Uuuummmmm…que ricoooo” susurro sensualmente mientras sus manos asían mi miembro y su lengua, sus carnosos labios se recreaban con mis huevos.
En eso estaba mi nueva sumisa, conmigo recreándome en una magnifica mamada, de la que tendrían que aprender algo mis otras mascotas cuando, mientras le iba marcando el ritmo de las penetraciones a la cincuentona con mi mano en su cabeza, vi aparecer en el salón a mi perrita que aparecía todavía semi dormida.
Haciéndole un gesto la anime a aproximarse lo que hizo en principio dubitativa pero enseguida divertida al reconocer como a su vecina Rosa a la hembra que tenía entre mis piernas. Dispuesto a estirar al máximo la situación le dije a mi más pequeña sumisa “Vamos Perrita, acércate a conocer a nuestra nueva mascota”.
La cincuentona al advertir que había alguien más que nosotros y desconociendo a quien me refería intento en un respingo sacar mi polla de su boca, pero prevenido como estaba de ese intento le apreté su cabeza contra mi miembro metiéndoselo hasta la garganta “Tranquila guarra…ya va siendo hora de que te vaya presentando a los demás miembros de mi camada” le dije mientras la aludida con los ojos desorbitados hacia desesperados intentos por localizar a la intrusa.
“Ven muñequita, siéntate en mi pierna” a lo que con la gracia y flexibilidad que da la juventud la niña procedió a sentarse a horcajadas sobre mi muslo lo que me permitió apreciar que el joven coñito rezumaba humedad “¿te gusta lo que ves, perrita? Le pregunte a la vez que mis labios se posaban en su cuello y entre mis dedos apretaba y estiraba uno de sus pezoncitos.
“Si Amo… ¿te lo hace mejor que yo? ¿te gusta más así? Puedo aprender Amo…” me pregunto mi perrita con cierta inseguridad mientras volvía su carita hacia mí con un velo de tristeza
“Nadie puede superar tu frescura Perrita, puedes aprender claro que sí, pero tú tienes algo único que no se puede enseñar” le respondí mientras intensificaba mis caricias y posando mis labios en su boquita le di un suave piquito que Perrita me devolvió entresacando su húmeda lengüecita.
Satisfecha con mi respuesta y caricias la sonrisa volvió a la cara y ojos de la cría que enseguida inicio un suave balanceo restregando su cada vez más húmedo coñito contra mi pierna.
Rosa, que no había perdido detalle del contacto y conversación con la joven rubita, empezó a relajarse, retomando la mamada, pero con sus ojos siempre fijos en nosotros sin perder detalle de la morbosa situación que había provocado en ella el que los flujos de su coño volvieran a derramarse por sus muslos y una calentura que trataba de sofocar apretando, rozando constantemente sus muslos.
“Mira Perrita, has puesto muy caliente a nuestra nueva mascota” le susurre al oído de la niña
“¿De verdad es por mí?” contesto encantada la chiquilla mientras intensificaba aún más el frotamiento de su sexo contra mi pierna
“Si preciosa. A esta madurita cachonda le gustan mucho las cachorritas como tu ¿verdad golfa?” le conteste mientras fijaba mi vista en la cincuentona que proseguía golosa su mamada
“Umm, umm” contesto esta sin sacar mi miembro de su boca y acompañando sus gemidos por la afirmación de sus ojos
Encantada con el efecto que producía en la madura, la rubita se bajó como una gatita de mi muslo y situándose detrás de la madura, llevando su manita al chorreante y prominente sexo de la vecina, rebaño con sus dedos una buena cantidad de flujo de esta.
Contacto entre la tierna manita y el palpitante sexo que provoco en la cincuentona una descarga que la recorrió de su sexo a su cabeza provocándole un inmenso orgasmo por el que abandono al instante de mamármela y la dejo convulsionando en el suelo “Aaaggggg…me muero me muero…Diossss” gritaba la madura en su desespero mientras la chiquilla observaba encantada el efecto de su inocente caricia.
Volviéndose a sentar sobre mí, Perrita llevo sus deditos a su boca y relamiendo gustosa los flujos de su vecina con su lengua “Amo, saben bien, pero más fuerte que los de Sarita o mama…pero no sabe a ti…¿no te has corrido en su coño?” pregunto extrañada la pequeña
“No pequeña, ahí donde la ves, esta golfa egoísta ha resultado una hembra mal follada a la que aún tengo que enseñar que nada importa su placer y que si la aceptamos en la camada es para mí exclusivo disfrute” le decía a la rubita mientras Rosa no perdía detalle desde el suelo de nuestra conversación
“Perdón, perdón Amo, yo no sabía, perdón “exclamo sobresaltada la cincuentona al ser consciente de su error “yo, yo…hare lo que tú digas…lo que ordenes…Amo” continuo mientras, incorporándose, asía con sus manos mi erecto miembro y lo embutía en su boca.
Divertido por la rápida conversión de la hasta ahora fría vecina en una complaciente sumisa, la aparte suavemente de mi miembro “Te queda mucho que aprender y la primera lección la vas a recibir de esta muñequita. Tu mira y aprende ¿verdad Perrita?”
A lo que sin contestarme la rubita respondió resituándose sobre mí, dando muestras de su gran flexibilidad y soltura, de espaldas a mí, dejando cada una de sus piernecitas sobre y por fuera de cada una de las mías, cogiendo mi erecto miembro con sus manitas, aprentándolo contra su jugoso sexo e iniciando un suave balanceo que extendía su creciente humedad sobre todo mi duro miembro “La polla de Amo es Diosss…y hay que adorarla…sabe tan bien…da tanto gustito” decía mientras intensificaba el ritmo de su balanceo sobre mi rabo y sus ojos se iban volviendo sobre sus orbitas de puro goce, espectáculo que tenía absorta a la madurita que lo observaba con los ojos abiertos como platos y su mandíbula desencajada de la sorpresa, con sus babas rebosando por las comisuras de su boca, cayendo sobre sus pechos.
Consciente de que el creciente placer que se auto proporcionaba la rubita reducía la intensidad y ritmo de su placentero balanceo la ayude a continuar cogiendo su cintura y marcando el ritmo, maniobra esta que llevo a que un apretón de mis huevos me anunciara la inminente llegada de una nueva corrida, por lo que dispuesto a concluir el morboso espectáculo, intensifique el ritmo para terminar echando una abundante lechada cubriendo cara y pechos de la embobada madura que no daba crédito de la sensualidad que encerraba mi más pequeña mascota que en ese momento desfallecía por el placer obtenido.
Satisfecho con mi joven Perrita, recogiéndola en mis brazos la premié con un suave morreo, llenando su boca con mi lengua hasta que comprobé que esta respondía jugando con su linda lengüecita “Muy bien preciosa, creo que Rosa ha aprendido la lección ¿Qué te parece si la ayudas a limpiarse?”
A lo que presurosa la chiquilla obedeció desmontándome y situándose frente a la encantada madura comenzar a comerse el semen que la cubría a la vez que extendía los restos de mi lechada por su cuerpo y el de la madura que asistía extasiada a las caricias de la morbosa rubita.
“Bien, ahora es momento de retirarse y de empezar a cumplir los compromisos de tu nueva condición ¿entiendes Rosa?” hable dirigiéndome a la madura que aún se mantenía de rodillas ante mí y la niña
“Si Amo, ahora bajare y hare que Clara abandone sus tontas lecturas y le insistiré en que haga pandilla con Sarita. Espero que las cosas salgan como tienes pensado” respondió la aludida
“Creo haberte enseñado que no me equivoco con la condición femenina y tu sobrinita no va a ser el primer caso” conteste con cierto grado de irritación lo que hizo que de inmediato la madura bajara sumisamente sus ojos al suelo
“Si Amo” respondió con rubor en sus mejillas
“Y ahora recoger vuestros trajes de baño y a la playa que dentro de un rato os acompañare para comprobar que todo va como tengo previsto”
A lo que dóciles mi Perrita y la nueva integrante de la camada se aprestaron a cumplir mis deseos y mientras se dirigían hacia la puerta aún pude oír a la pequeña dirigirse a la canosa madurita “¿Te importa que te llamé copito?”
A lo que risueña y cogiéndose de la mano la madura contestó “Como tú quieras cariño, copito me gusta mucho”
“Ah Rosa” me dirigí a la radiante madura “no te olvides de dejar el dinero en la entrada…que mis mascotas tienen caprichos caros y yo también Ja jajá”
Continuara…
Perfecto