El placer del abuelo
Siendo su nieta favorita.
Desde que tengo memoria mi abuelo ha tenido cierto afecto hacia mi y mis primas, siempre se ha comportado de la misma manera con todas así que nunca tuve ningún problema con sus gestos o caricias.
Su cumpleaños 68 se aproxima por lo que vendrá al país para pasarla en familia, se quedará semana y media en mi casa con mis padres lo que me emociona mucho ya que no lo veo desde hace 3 años y el que esté una semana en la casa me emociona mucho.
El abuelo llega antes de lo previsto, por la tarde casi noche. Lo recibimos en casa y nos sentamos en el comedor para hablar del viaje y ponernos al tanto de lo que ha pasado durante este tiempo. Las horas pasan y el abuelo prefiere quedarse en la sala a ver televisión hasta tarde.
Son las 2am, bajo silenciosamente a la sala por un vaso de agua y tal vez algo para comer cuando veo que el abuelo sigue viendo una película que parece ser de acción y carreras, bajo un poco más hasta que veo la polla erecta y gorda del abuelo a plena vista; la película avanza y también su constante toqueteó a sí mismo hasta llegar al punto de masturbarse. No hago nada más que observarlo por varios minutos.
Finalmente me subo en silencio, a unos cuantos escalones de escapar de su vista me tropiezo, por un momento chocamos ligeramente miradas y subo tan rápido como puedo. Respiro, trato de calmarme para bajar de nuevo pero ahora haciendo más ruido para tratar de dar el mensaje que yo no vi nada y todo está bien.
Un momento después, y más relajada, prendo la luz de pasillo y escaleras, bajo como regularmente lo hago hacia la sala. Mi abuelo sigue viendo la película aunque ahora sin masturbarse y claro, con sus pantalones ahora bien puestos.
-Hija, ya es tarde para que estés despierta a esta hora!. Qué haces aquí?
-Ya. Lo sé, abuelito. Tengo mucha sed, además vine por algo de fruta ya que no cené del todo bien.
-Recuerda que si tienes sed a esta hora es porque hay duendes en tu habitación eh hijita. *se ríe burlonamente*
-Seguramente si hay alguno que otro duende sobre mi, abue. *le correspondo la risa*
No creo mucho en los cuentos de antaño como espíritus, duendes, etc. Aunque si que me dan risa y más cuando mi abuelo los menciona.
-Ire a dormir abuelo, que mañana es su día y todo tiene que estar listo. Descanse, lo quiero mucho. *mientras subo las escaleras*
-Ándele hijita, descanse.
Me alegra que todo siga en orden, o que no le hayamos dado la suficiente importancia, aunque sigo sorprendida por el tamaño de la polla de mi abuelo simplemente no puedo sacarla de mi cabeza y por un instante tuve el deseo de sentirla con mis manos.
Despierto temprano, me visto y arreglo con un vestido medianamente largo, ayudo a mis padres con los preparativos para el cumpleaños de mi abuelo y progresivamente va llegando mi familia.
El comedor está listo pero mi abuelo aún no baja o se alista, así que me mandan por él, subo hacia el cuarto donde se está vistiendo y veo como sale.
-Que guapa te ves, hija. Y que lindas piernas tienes, lindo cuerpo.-
Apenada por sus palabras le respondo.
-gracias abue. Ya estamos listos para comer, solo lo estamos esperando-
Camino a las escaleras me lleva con una mano en la cintura, solo ligeramente más arriba de mi trasero. Al bajar se separa considerablemente de mi pero no sin antes darme un azote. Nos sentamos juntos pero poco más pasa.
Toda mi familia parece estar divirtiéndose e interactuando entre sí; una de mis tías trae juegos de mesa y cartas por lo que nos ponemos a jugar todos. El día se va entra risas, juegos y enojos por aquellos que pierden pero no se pierde la emoción.
Mi abuelo cuenta anécdotas de cuando mis tíos estaban más chicos, todos es risa y burla constante pues mi abuelo sabe como hacernos reír a todos.
Ya es tarde pero antes de que mi familia se vaya mi abuelo nos da algo de dinero a todos sus nietos y por fortuna a mi me da más que a ellos por lo que les hago de burla diciéndoles que soy la favorita.
Una vez se fueron todos, mis papás suben a su cuarto para dormir mientras yo me quedo con él viendo televisión en la sala, pone su mano en mi muslo y lo va tocando hasta donde lo permite mi vestido, al avanzar de la película va subiendo más su mano a mi entrepierna y se detiene, a solo unos pocos centímetros de llegar a mi vagina
-Por qué no te vas a dormir ya, hija?, ya es tarde para estar despierta a esta hora.-
Con la respiración agitada respondo -creo que sería lo mejor abuelito-.
Mientras me levanto va recorriendo su mano conmigo, pasando por mis muslos, la parte trasera de ellos hasta llegar a mi trasero para después darme otro azote.
-Hasta mañana abuelito. Descanse.
-Igualmente hija, descansa.
En ese momento mi respiración está increíblemente agitada.
Más tarde esa noche vuelvo a bajar con mi pijama, un short algo corto y una blusa sin sostén, en total silencio esperando que mi abuelo vuelva a estarse masturbando y así es, entonces subí y bajo nuevamente haciendo ruido, mi abuelo se tapa con su ropa. Echo un vistazo, me percato que tiene lubricante, no pensé que a mi abuelo le gustase masturbar así.
Nos saludamos mutuamente, mientras caliento un poco de la comida que sobró, escucho como mi abuelo se acerca a mi y me abraza por detrás pegando totalmente su polla a mi trasero. Me pongo nerviosa, no se si es su polla desnuda lo que siento.
Mete sus manos a mi short y ropa interior hasta casi llegar a mi pubis mientras la otra me pasa por debajo de mis cabeza para que pareciera que me está abrazando.
-Te he dicho que es tarde para estar despierta a esta hora. ¿Por qué no nos calentamos nosotros mientras esperamos a que se caliente tu comida?- mientras hace movimientos sutiles con su cadera simulando que me folla, frotándose contra mis nalgas y short, podría apostar que no se tomó la molestaría de ponerse ropa el viejo.
-No podré estar para tu cumpleaños, hijita.- susurra de manera perversa en mi oído -así que, por qué no aprovechamos el tiempo que estamos juntos?-.
La mano que tenía en mi pubis la recorre hasta llegar a mi clit para presionarlo periódicamente y avanzando lentamente en mi estimulación, dándome espasmos pues es la primera vez que siento un placer asi.
-Que_que rico. Yo. Nunca. Que rico.- hablando entre jadeos mientras me masturba mas rápido.
Mi abuelo empieza a bajarme el short ya que no suelo dormir con ropa interior. Por otra parte yo le agarro la polla con una mano después de pasarla a mi espalda. Al terminar de descubrirme el trasero, acelera la manera en que me masturba causando que me venga en sus manos.
Con las piernas temblando le digo -Nunca había sentido algo así, abuelito.- hablando con pena y sin saber cómo dirigirme a él después de esto.
-Eres mi nieta consentida, y solo quiero que te sientas bien, hijita. Ahora, te voy a hacer lo que le encantaba a tu abuela y así yo me voy a sentir muy bien también, mi niña.-
Nuevamente frota mi clitoris haciendo que gima con poca intensidad.
-Te gusta?, es para que te pongas flojita hija.- entonces coloca su polla apuntando mi trasero y golpea contra mi ano unas cuantas veces solo para observar mi reacción a lo que respondo con simples contracciones.
Deja de masturbarme, lleva sus manos a mi trasero, con una de ellas aplica lubricante a él y a mi, mientras que con la otra masajea mi ano con su pulgar.
No puedo negar que es un placer distinto el cual no puedo decidir si me gusta o no. Entonces con sus manos separa mis nalgas y comienza a penetrarme, gracias al lubricante entra con cierta facilidad, es tan grande su polla que la siento hasta en mi estómago y el placer y dolor hace que apreté más mi culo por las contracciones abdominales.
-Parece que te encanta, le está agarrando el gusto muy rápido, que rico que sea así, hija. Hasta aprietas más el culo para que yo sienta más rico.-
Él se mantiene dentro de mi para que mi culo se acostumbre a la forma de su polla, me va cogiendo más y más lentamente hasta que después ve varios quejidos me surge un gemido un tanto ruidoso.
-Ahora que sientes rico, viene lo mejor, hijita.
Deja de tomarme la cintura para ahora tapar mi boca con sus manos y sofocar mis gemidos.
Progresivamente va cogiendome con más velocidad. Siento muy rico como me da por el culo, el dolor solo parcialmente aunque creo que me gusta que me duela de igual manera pero la incomodidad desapareció por el lubricante.
Es la sensación más rara y placentera que he experimentado, nunca imaginé que al abuelo le encantara tanto el anal, creo que me está gustando que use mi cuerpo para él.
Mis gemidos siguen siendo suprimidos, mi abuelo no para, es increíble que a su edad aun tenga tanta energía.
Perdí la cuenta de cuántas veces me he venido desde la 2da vez, mis piernas cada vez tienen menor fuerza y solo siento sus vaivenes en mi culo. Llega un momento en que mi consciencia se separa de mi cuerpo y solo me dejó usar por mi abuelo.
Se viene dentro de mi y termina con varios vaivenes con mucha fuerza haciendo que regrese a mi y grite del dolor.
Viéndome agotada me carga hasta mi habitación y me deja acostada y arropada, mi culo lleno de su leche, no se tomó la molestia de ponerme mi short pero por lo menos ahora estoy en mi cama agotada y lista para dormir.
ME GUSTO TU RELATO COMO HACE MUCHO TIEMPO NO ME GUSTABA UNO ASI.
Ojalá nos cuentes más experiencias y aventuras de la protagonista con y sin su abuelo
Muy bien por el abuelo