Mi novia Lola disfruta humillandome
Esta es la historia de como por miedo a que mi novia me deje termine convirtiendome en su esclavo.
Esta es una historia de amor, aunque por momentos no lo parezca.
Me llamo Marcos, tengo 24 años y estoy profundamente enamorado de Lola mi ex novia, ella logro tenerme completamente dominado bajo su voluntad durante dos años, psicológicamente me había ganado, hacia literalmente lo que ella pidiera por mas dignidad que perdiera en el camino, era suyo. Ella aprovechaba mi miedo a perderla para tenerme controla, claro ella era una piba hermosa de veinte años con un cuerpo delgado, culo grande ,el pelo enrulado castaño claro y unos ojos verdes espectaculares pero no era el color lo que mas me gustaba de sus ojos si no esa mirada fuerte que en las primeras citas en esas cervecerías chetas de palermo me hacia tartamudear y ella se reía, a veces pensaba que me incomodaba apropósito para ver como me ponia nervioso.
En los primeros meses todo andaba bien aunque ya se percibía que ella iba a llevar el control de la relación quizá por que a mi se me notaba demasiado enamorado y ella en cambio no disimulaba que le parecían atractivos otros hombre adelante mío incluso se mostraba muy seductora con ellos, yo lo soportaba por que peor me parecía estar sin ella. Una ves en un bar el chico que nos trajo los tragos coqueteo con ella y ella le siguió el juego delante mío y después le paso su numero, el grandote rubio me miro cuando se iba y me guiño un ojo, hasta el momento nunca me había sentido tan humillado. Cuando subimos a mi auto le reproche por que había echo eso y me dijo que ella nunca había dicho que éramos exclusivos mientras se sacaba los borsegos negros y los tiraba en la parte de atrás -Aparte no podes juzgarme no viste lo bueno que estaba, me dijo sonriendo mientras se sacaba una media cuando quise contestarle me metio rápidamente su media en la boca
-esto es asi, yo puedo estar con quien quiera y vos no podes estar con nadie ok ? si no te gusta búscate otra
En ese momento pensé en enojarme o en decirle que se baje del auto pero a la ves me sentí exitado por la situación, cuando me quise dar cuenta mi pija estaba al palo, solo pude asentir y seguir manejando callado mientras ella miraba su celular y se reia.
Cuando llegamos a mi casa quería hablar pero ella se tiro arriba mio y cojimos en el piso de la cocina, al otro dia cuando nos levantamos me pidió que le hiciera el desayuno a lo que le dije que en un rato por que todavía estaba cansado, ella insistió tiernamente hasta que accedi a levantarme y cuando estaba saliendo del cuarto note que se reia
MARCOS – De que te reis ?
LOLA – entre risas – Puedo hacer que hagas lo que yo quiero
Me reí nervioso y me fui a hacer el desayuno, cuando volvi ella estaba cambiada y se estaba poniendo los borsegos, le pregunte que hacia y me dijo que se iba por que estaba aburrida quería juntarse con las amigas, fue tanto el miedo de que si se iba no iba a volver que empecé a pedirle que se quede, le reclame por que me había echo hacerle el desayuno pero ni parecio darle culpa y siguió caminando hasta la puerta y entre risas burlonas me decía que le abra, en ese momento solo atine a arrodillarme adelante de ella y suplicarle que no se valla, ella parecía feliz de esa escena como si hubiera sido siempre su plan tenerme en esa posición, ya había observado mis inseguridades y se aprovecho de eso para tenerme a sus pies.
LOLA – A ver a ver, un poquito mas abajo te quiero si vas a rogarme rogame bien
Me agache lo mas que pude mi frente estaba tocando el piso
MARCOS – Asi esta bien Loli ?
Ella nunca dejo de reírse ni de burlarse de mi falta de dignidad, puso sus pies cercade mi cara saco su celular y me saco una foto completamente humillado.
LOLA – Tengo que mostrarle a las chicas por que no voy
MARCOS – Enserio se lo vas a mandar ?
LOLO – Si, algún problema ?
Me quede callado mirando el piso mientras ella iba a sentarse en el sillon y se sacaba los borsegos y quedaba totalmente descalza estirando las piernas arriba de la mesa ratona y aplastando con pies, las tostadas con mermelada que había dejado ahí arriba, cuando se dio cuenta me miro enojada.
LOLA – Mira donde las dejas, mas te vale que me limpies los pies pelotudo
Sabia que no era mi culpa pero igual fui desesperado a limpiarla.
CONTINUARA…
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