Chica Salvaje Capitulo 2

Sigo en esta isla con mi hermosa compañera pero… ¿acaso puede hablar? .
Algo se sentía delicioso en ese momento. Abrí mis ojos solo para descubrir que aquella chica me estaba chupando el pene.

En cuanto ella me vio abrir los ojos soltó mi pene, se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la boca, después de eso regresó a su actividad.

 

Sentía su lengua recorriendo todo mi tronco, ésta vez llegó un poco más abajo y alcanzó a lamerme un poco los huevos.

 

Su mano estaba sobre mi pecho, así que la tomé y trate de bajarla hacia mi pene. Ella notó lo que estaba haciendo y rápidamente tomó mis huevos y los comenzó a masajear de forma un tanto agresiva.

Dolió. 

Retrocedí un poco por el dolor y ella lo noto. Tomé su mano y la dirigí de nuevo a mis huevos. Esta vez la guíe enseñándole a hacerlo suave. Al poco rato, ya sabía cómo masajear mis huevos cómo una maestra. 

 

Se metió mi verga a su boca y siguió lamiendo, movía la lengua alrededor de mi glande. Sentía su saliva caliente escurriendo por su lengua y cayendo sobre mi verga dentro de su boca.

 

No pude mas y me vine.

 

Esforzándose por no derramar ni una gota, se tragó todo completito, disfrutando cada gota de sabor. 

 

-Desayuno- dijo ella 

 

-Si, es tu desayuno… – dije poco antes de darme cuenta… -¿puedes hablar?

 

La tomé de los hombros e insistí 

 

-¿Puedes hablar español? 

 

Ella me miró con cara de confundida, en ese momento me di cuenta que no me entendía.

 

Tal vez había escuchado mal.

 

Ella tuvo suficiente con su trago de leche de verga como desayuno, pero yo comí de esa fruta extraña que ella había traído el día anterior. De hecho era muy rica.

 

Después de desayunar, me decidí a explorar.

 

Descubrí una serie de cosas mientras exploraba:

 

Que estaba en una isla, bastante pequeña.

 

Mi compañera y yo éramos los únicos seres humanos de la isla (aunque hay restos óseos de un tercero lo que me lleva a pensar que ella tenía un acompañante) 

 

La isla tenía un pequeño lago en el centro donde podía beber agua y pescar algo.

 

La chica vivía en una cabaña en el centro de la isla, aunque, por lo visto, no era raro que optara por dormir bajo las estrellas.

 

Mi compañera sabía pescar y encender fuego.

 

Pasadas unas horas, el aire comenzó a enfriarse por lo que mi compañera se dispuso a hacer una hoguera.

Yo me dispuse a acercarme a la hoguera y calentarme un poco. El clima en esa isla era extraño, la noche anterior apenas si hizo frío y ahora la brisa era mucho mayor.

 

Mientras me calentaba las manos, mi compañera, colocada a mi lado, acercaba lentamente el trasero a la hoguera para calentarlo un poco. De nuevo me fije debajo de esa falda para, de nuevo darme cuenta, que no era difícil ver su hermosa, lampiña y apretada vaginita.

 

Definitivamente esta chica era virgen… aunque yo también lo era.

 

Me limité a disfrutar de la vista mientras mi pene se erectaba.

 

La chica se alejó un poco de la fogata y a los dos minutos regresó con una piedra plana y grande que funcionaba a modo de charola llena de pescados que ella recién había pescado.

 

Empaló un pez con una rama y se dispuso a calentarlo en la hoguera, hizo lo mismo con los otros.

 

Sentada al lado mío con las piernas abiertas (Permitiendo ver su vagina) ella observaba como el pescado se iba calentando. 

 

Tan pronto el pescado estuvo listo ella me ofreció dos de estos y los otros dos los puso sobre una hoja. Antes de comenzar a comer, ella se me acercó con su hoja y ambos peces en ella.

 

Me miró como si me estuviera rogando algo pero yo no comprendía qué quería.

 

-Emm… ¿quieres algo?

 

Ella no respondió, solo me siguió mirando.

 

Pensé que tal vez me estaba ofreciendo el pescado (lo cual era raro pues yo aun no terminaba el mio y ella aun no daba ni un bocado). Pero cuando quise agarrarlo, ella lo retiró y sacudió su cabeza en negativa.

 

La chica apuntó hacia mi pene erecto bajo el pantalón. Yo sin entender, me baje el traje de baño y dejé mi verga expuesta

 

Tan pronto vió mi verga, ella se llenó de alegría y me acerco a ambos peces más.

 

Cuando vi que ella estaba acercando los peces a mi pene comprendí el mensaje… pero no iba a hacerlo solo, ella aun tenia una mano libre y una boca.

 

Tomé la mano libre de la chica y la dirigí a mi verga parada, ella comenzó a masturbarme, tuve que ayudarla para que lo hiciera de manera suave pues al inicio empezó a hacerlo muy bruscamente.

 

Al poco rato ya era toda una experta en pajas, mientras me masturbaba, yo trate de asomarme por encima de su improvisado sostén de palma. 

 

Por dios, pude ver ambas tetas mientras me masturbaba. Tenía ganas de verlas con más detalle y tocarlas. Era justo ¿no? ella ya me había tocado, me tocaba tocarla a mi. 

 

Levanté mi mano y la dirigí a su pecho, ella giró su cabeza hacia mi mano pero no le dió mayor importancia después de eso, siguió masturbandome. 

Puse mi mano en su pecho, por encima de su ropa y comencé a masajear y apretar su pecho.

 

Ella reaccionó inmediatamente poniéndose roja, sin embargo, eso no la detuvo de seguir masturbandome. Estaba decidida a conseguir su aderezo favorito para su comida. Mientras con una mano tocaba su pecho, con otra acercaba su cabeza lentamente a mi verga con el fin de que me diera una mamada.

 

Ella no tardó en comprender el mensaje, soltó mi verga y rápidamente la hizo desaparecer dentro de su boca. Dejando la hoja con el pescado al lado, yo seguía tocando su pecho mientras ella utilizaba su boca para darme una mamada y sus manos para acariciar suavemente mis huevos. 

 

A punto de venirme, saque mi verga de su boca y le pedí a modo de señas que acercará el pescado. Ella lo hizo y descargé todo en su comida. 

 

Feliz se sentó a mi lado mientras yo me guardaba de nuevo la verga en el traje de baño. Ella comenzó a comer su pez feliz y degustando su nuevo aderezo. 

 

Sorprendido vi como se lamía los dedos y lo degustaba sin dejar escurrir ni una sola gota de semen.

 

Se me paró pero no tenía energía para otra masturbada más, así que oculté mi erección y me recoste. Ella se recostó al lado mio abrazandome y ambos nos quedamos dormidos.