Sin Palabras
Un extraño encuentro sexual.
No hay nada más lindo que una noche de verano, luna casi llena, cielo muy estrellado, alejado de la gran ciudad, cerca de las montañas, gigantesca pileta de natación rodeada de un parque de verde césped, un par de amigos canes acostados acompañando la meditación, reposera y vaso de whisky con hielo (Aquí iría la PNT pero no conseguí sponsor).
En la soledad de la noche solo se escuchaban a los lejos el ladrido de algunos perros, mas cerca los grillos ponían el cuadro musical y sobre el apoyabrazos sonaba el hielo dentro del vaso que ya no tenía whisky.
Pensé, ¿por qué no me traje la botella?, tendré que buscar más. Y a propósito ¿dónde están los dos perros?
Algo dentro de mí dijo con voz femenina y muy clara – .Se fueron a dormir.-
Me quedé con el pensamiento en blanco tratando de discernir si escuché la voz o la imaginé. Pero eso sí, era claramente femenina. Un pensamiento tranquilizador hizo que me parara lentamente de la reposera y no saliera corriendo. Miré a mi alrededor, desde la sombra que proyectaba un árbol fue apareciendo una figura claramente femenina con un vestido o una túnica blanca, sobre sus hombros una larga cabellera oscura. Fue acercándose lentamente, tiene que haber presentido mi intriga y mi desconfianza. – Hola, soy Semjase.- Me dijo, pero yo no escuché las palabras, solo escuchaba los grillos, pero de alguna forma sentí lo que me decía!! Y con una voz femenina y sensual!!! Me quedé parado mirándola, otra cosa no podía hacer.
Se fue acercando y girando buscando que la luna iluminara su cara y así pudiera verla. Uy, Jamás había visto una cara tan bella! Qué hermosas y armónicas facciones, pensé. Sentí que me dijo gracias. Hasta sus orejas eran perfectas, y me llamó la atención un aro que colgaba de una de ellas, era un círculo de unos 5 cm de diámetro y dentro de él habían como estrellitas suspendidas que a la luz de la luna brillaban cambiando su color. – Es un mapa de una parte de la galaxia de donde vengo- sentí que me dijo.
De más está decir que a pesar de estar estupefacto, me enamoré al instante.
Ante el casi visible y gigantesco signo de interrogación que me acompañaba me tranquilizó y comunicó que necesitaba de mí y que si no me sentía dispuesto y cómodo no seguiría adelante.
Estaba un poco desconfiado, pero si, seguiría adelante, me daba una sensación de intriga, que fue desapareciendo a medida que se acercaba a mi. Irradiaba paz, tranquilidad y deseo. Extendió su mano, dedos largos y uñas perfectamente armónicas para que la tomara. Indescriptible la sensación, con solo tocar su mano, sentía estar recorriendo todo su cuerpo, que se estremecía al contacto. Pasó lo mismo conmigo, sentía que estaba siendo abrazado con solo tocar su mano.
Yo estaba con traje de baño, con el torso desnudo y ella con su túnica que abrió mostrando unos hermosos y turgentes pechos. Nos acercamos hasta chocar nuestros cuerpos, sentí ser parte de ella, todo el entorno y qué no importaba nada más.
Recorría mentalmente su cuerpo hasta que en un momento algo me perturbó. Pero me tranquilizó diciendo que no es lo que yo pensé en un primer momento. Eso era una cola. Aunque me pareciera extraño, tenía una cola.
Nos separamos un momento y por detrás de su cintura cual tímida serpiente apareció su cola, la que movía a su gusto como una extremidad más de su cuerpo. La posó sobre mi mano y la sensación era la misma que tocar cualquier parte de su cuerpo, se sentía como tocar todo su cuerpo en un instante.
Volvimos a abrazarnos y las sensaciones se pusieron mas fuertes, apareció el deseo. Ahora recuerdo que en ningún momento nos besamos, no hacía falta. No sé cómo llegamos hasta el piso, estábamos acostados sobre la túnica que hacía de sábana sobre el colchón de césped.
Me sentía completamente abrazado. Por sus brazos, sus piernas… y su cola. Mi pene parecía que iría a explotar de tan firme erección, hasta parecía que tenía vida propia al dirigirse como nunca hacia el lugar que lo recibiría con ansias. Ese primer contacto fue como una electricidad que recorrió mi cuerpo, el impulso de introducirlo lo más que se pueda y rápidamente fue frenado por un pensamiento de “hacelo despacio y disfrutalo”. Eso hice, lentamente fui metiéndome dentro de ella, era la más placentera sensación que recorría mi pene, pasaba a mi cuerpo, al cuerpo de ella, al césped, los árboles, y a pesar de estar a varios metros, sentía hasta el agua de la pileta que mojaba y alentaba a nuestros cuerpos fundidos en esas sensaciones. No necesitaba casi mover mi cuerpo para sentir la placentera sensación de tener cada vez mas excitación y sentir hasta mis poros abiertos recibiendo el aire de la briza que se movía acompañando nuestros cuerpos. Pensé que ya estaba en la cima cuando sentí que su cola acariciaba mi espalda, mi cintura y recorría mis nalgas. Sentí que me dijo .- esto te va a gustar aún más .- al tiempo que su ya lubricada cola se introducía en mi ano. A medida que me penetraba sentía que toda ella iba dentro de mí, recorría mi cuerpo salía por mi pene y volvía a entrar en mi ano. Era como un bucle de placer interminable. Y no, no había terminado aún. Su cola empezó a moverse en círculos dentro mío rozando mi próstata y dándome un placer realmente indescriptible, al mismo tiempo que sentía que su vagina se movía como succionando mi pene preparándolo para exprimirle todo lo que entregue.
No tardé mucho más en explotar.. Sentí que esa cola alentaba a mi mi semen que ya no aguantaba más en su lugar e intentaba dar el salto hacia la hermosura que lo esperaba. Fue una explosión como en cámara lenta, casi interminable. comenzó a fluir lentamente hacia ella que lo succionaba, fue el comienzo de un orgasmo que parecía no terminar nunca, la luz luna abrazaba a los dos cuerpos que se estremecían y era parte de esa sensación de plenitud y conexión con todo lo que nos rodeaba, hasta sentí los árboles, el césped, el agua disfrutar con nosotros y ser parte de un todo. Nunca había sentido algo tan agradablemente satisfactorio con una sensación final de plenitud. Luego que pasaron por mi mente lunas, estrellas, soles y galaxias. Quedé en blanco.
Sentado en la reposera, escuchando los grillos, comencé a recobrarme. Abrí los ojos, la luna seguía iluminando los árboles. Los dos perros estaban acostados sobre el césped a mi lado. Una sensación de paz y satisfacción recorría mi cuerpo y mi mente. ¿Estuve soñando?
Sobre el apoya brazo de la reposera mi mano sostenía el vaso, miro, el hielo se había derretido pero en el fondo del vaso brillaba algo. Un hermoso aro con estrellitas flotando en su interior.
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