Aprendiendo en casa II
Sigue la enseñanza a mis dos hijos de 7 y 4 años.
Encontré a mi hija en la sala viendo TV comiendo cereal y para mí sorpresa tenía mi termo donde había orinado unas horas antes y me extrañó que estuviera abierto por lo que me acerqué a Cami y le pregunté:
P: hija, que estás tomando?
C: hola papi, el juguito que estaba en tu cuarto, estaba rico. Quiero más.
P: bebé, te lo tomaste todo?
C: si papi, es que tenía sed. Está mal?
P: no bebé, dame el termo te daré más
C: gracias papi
Tomé el termo y me dirigí al baño, y encontré Jorgito a punto de bañarse y le pregunté si tenía ganas de orinar y me dijo que si así que le pedí que orinara en el termo. Salió un chorrito de orina amarilla y se miraba como hacía espuma y salpicaba afuera por la fuerza del chorro. Al mismo tiempo me dieron ganas de hacer así que me coloque a la par de mi hijo y comencé a orinar dentro del termo hasta llenarlo. El resto de orines se los eche encima a mi hijo.
J: eeewwww papi me llenaste de pipí jijijiji
P: jajaja te bañare de mis miados mi amor
J: nooo jijiji
Mi hijo se metió más adentro del baño y yo con fuerza termine el chorro de miados buscándolo y el jugaba a correrse, salió del baño corriendo hasta la sala y yo lo seguí hasta allá y se escondió bajo el sofá donde su hermana estaba viendo TV.
C: a qué están jugando?
J: papá me quiere bañar
C: ya estás mojado hermanito
J: papá se hizo pipí encima
C: eeewww hermanito estás lleno de pipí
P: todavía tengo un poco más ven acá jajaja
J: no papi, jijijiji
Dejé el termo en la mesa del centro y tome a mi hijo en brazos y lo cargue con la cabeza abajo justo a la altura de mi verga y dejé salir un chorrito y él lo recibió con gusto así que le llené la cara con mis miados y mi hija solo nos miraba y se reía. Por otro lado a Jorgito le pedí que me limpiara la verga con la lengua.
A Jorgito no le costó mucho entender que lo que hacíamos era prohibido y que no tenía que decir nada a nadie, por otro lado, mi princesa empezaba a tener curiosidad por los juegos que hacíamos su hermano y yo.
Dejé a su hermano recostado en el sofá mientras iba a preparar el desayuno, ellos siguieron viendo tv hasta que los llame a comer a la mesa. Le pedí a Cami que se quitará su ropita para que no la ensuciara pero me dijo que le daba pena pero yo le expliqué que no tenía porque tener pena ya que éramos familia y con la familia no tenemos pena de vernos desnudos porque es algo normal que las familias hacen.
Cami se bajó su calzoncito y se quitó la camiseta de tirantes que usaba para dormir y se puso roja por lo que le pedí que se acercara a mí y se sentara en mis piernas y la hice que comiera mientras le acariciaba la espalda y le daba piquitos en el cuello, con mis manos le acariciaba su espalda, sus piernitas hasta llegar a su vilvita que estaba mojadita.
Comence a meter mi lengua en su oído mientras con mis dedos estrujaba esa pequeña flor tan delicada pero tan sedienta que pronto se fue dejando hacer de un dedo dentro de ella, mi pequeña princesa se quejaba y se retorcía pero no pedía que lo sacara así que seguí metiendo mi dedo y aumentó sus jadeos por lo que llamé a Jorge y le pedí que se sentara frente a nosotros y pusiera su boca en la chochita de su hermana. Al principio no quería pero le dije que le lo hiciera porque le iba a gustar y cuando puso su boca aumente el ritmo de mi dedo y mi princesa dejo salir un largo chorro de orina que cayó justo en la cara de mi hijo.
Cami cayó cansada en mis brazos y saque mi dedo de su vaginita y metí los dedos en la boca de mi hijo mientras le decía que de ahora en adelante todo lo que salga de nuestros cuerpos era vitamina y debían comerlo para que crecieran grandes y fuertes.
Ellos solo miraban y asentían con la cabeza, entendí que estaba haciendo un buen trabajo de iniciación.
Está rebueno, cuate, pero… te salió cortito y me quedé con la paja a medias, so cabrón. Sígale…