Fiesta de cumpleaños para niñas traviesas II
Cubierta por dos hombres deje que sus vergas bombearan mi vagina abierta, cada uno arremetiendo con fiereza, gemía gustosa por la atención de ambos adultos..
Papá nos llevó a mis amigas y a mi a una sala de la casa mientras los adultos platicaban en el jardín, sonreí emocionada por su regalo de cumpleaños.
«¿Realmente los príncipes están aquí, papi?»Pregunte exaltada, él sonrió señalando a un hombre guapo de tez morena, su sonrisa encantadora enfundada en un traje formal verde me hizo entender quién era.
«Realmente es él, el príncipe rana» dijo mi amiga Lucía corriendo a saludarlo, el hombre se inclinó a la altura de la pequeña y la recibió con un beso en los labios, la joven acepto el gesto dejando que el mayor metiera su lengua en su pequeña boca, se separaron cuando llegamos con ellos.
«No se apresuren, disfruten del entretenimiento, papá volverá después ¿De acuerdo?» Ordenó el mayor, las chicas aceptaron antes de entrar a la sala, me despedí de mi padre mirando al resto de príncipes.
Estaba un hombre corpulento y peludo usando un traje amarillo y azul como el de bestia, su figura musculosa resaltaba mientras algo grueso palpitaba en su entrepierna.
Luego estaba un adulto de cabello negro y enfundado en un traje blanco, era el príncipe de Cenicienta, tenía una figura corpulenta que se notaba por sus abdominales marcados y pectorales grandes.
Después le seguía el príncipe de la sirenita con su sonrisa encantadora vestido de marinero, tenía fuertes piernas con un trasero grande, sus brazos gruesos con aquellas manos callosas lo hacían ver caliente.
Por último estaba un hombre fornido de espalda ancha, bíceps marcados en un traje de cazador, con una coleta de caballo, su figura hérculea se magníficaba cuando notabas su bulto prominente en su entrepierna, podía adivinar que era Gastón.
«Vengan niñas, es hora del espectáculo» Dijo el príncipe rana caminando hacia el escenario, Bestia y Gastón le siguieron poniéndose de espaldas.
El resto de príncipes se puso detrás nuestro acariciando nuestros cuerpos suavemente.
Con una música movida los mayores empezaron a mover sus cuerpos sensualmente, acariciaban sus músculos y exhibían su masculinidad con poses sexys, poco a poco se fueron quitando la ropa dejando ver sus figuras tonificadas, cada uno con un encantos peculiar, bestia con vello en el pecho que me hacía querer esconder mi rostro en el, Gastón con una musculatura tan fuerte que parecía una fortaleza impenetrable y por último el príncipe rana que tentaba a besarle los pezones.
Mientras nos deleitabamos con su baile, nuestras respiraciónes se entrecortaban al sentir manos callosas acariciar nuestros pechos y apretar el contorno húmedo de nuestras vaginas.
Gemí cuando el príncipe de Cenicienta metió su mano dentro de mi falda encontrando mi entrada llena de lubricante, acarició el contorno con sus dedos y luego los saco para saborearlos.
Me perdí en su tacto mientras el baile terminaba y los hombres bajaban totalmente desnudos para empezar a jugar con nosotras.
Con fuerza de voluntad me separé del príncipe pidiendo que bestia le sustituyera, ambos asintieron con una sonrisa mordaz.
Unas manos gruesas me tomaron de las caderas levantándome hasta la altura de la cara de aquel hombre velludo, acaricie su rostro antes de juntar mis labios con los suyos.
Su dominio fue claro cuando devoró mi boca con su lengua, abrió mis piernas haciendo que rodeará sus caderas, posicionó su verga en mi vagina e inclinándose hacia delante metió el glande de una sentada, gemi por el dolor inicial antes de continuar con el beso húmedo.
Acaricie el pelo de sus pectorales maravillandome con lo suave que era, olí su fragancia de hombre antes de sentir como su verga seguía introduciéndose centímetro a centímetro en mi, apreté mis piernas en su cintura haciendo que el contacto fuera más placentero.
Solté un suspiro de alivio cuando dejamos de besarnos, su sonrisa lujuriosa me hizo llorar por el, luego apretando sus manos callosas en mi cadera empujó mi cuerpo hacia abajo metiendo de golpe toda su envergadura.
Grite percibiendo el calor ardiente de su carne friccionando con mis paredes internas, chorros de lubricante se escurrieron de mi vagina mojando sus testículos y piernas musculosas.
Mire con los ojos perdidos a mi alrededor notando como a mi amiga Lucía la penetraban dos hombres a la vez, el príncipe rana y Gastón. Cada uno con una cadencia distinta, el primero suavemente y el segundo con una vitalidad digna de una bestia en celo.
Mientras tanto mis otras amigas eran atendidas por las vergas del príncipe de la sirenita y Cenicienta quienes se turnaban para follarse sus vaginas.
El golpeteo de las pieles, los gemidos y el hedor a sexo me hizo perderme en el contacto de mi hombre, sus caricias toscas se tornaron bestiales cuando me apoyó contra una pared, apreté mis dedos en su cabello mientras bombeaba su verga en mi vagina con fuerza, sus testículos golpeaban el exterior de mi agujero causando que su vello púbico me hiciera cosquillas.
Tenía su cuerpo pegado al mío permitiéndome sentir cada movimiento de sus músculos, desde la palpitación de sus pectorales peludos en cada respiración, sus abdominales contrayéndose por las penetraciones, sus piernas rozando las mías por sus movimientos bruscos, los hombros temblando ante cada arremetida.
Cada acción que cometía me hizo delirar y sus ojos hambrientos solo confirmaron lo que ya sabía, iba a destrozarme como la bestia que era.
El lubricante que producía salía cada vez que hacia una penetración, el líquido había impregnado nuestras pieles hasta volverlas pegajosas y placenteras, nos fundimos en un beso húmedo mientras sentía como aquel hombre me arrecostaba en el suelo para bombearme con mayor fuerza.
Cerré los párpados cuando las penetraciones se tornaron duras, sus gruñidos gulturales causaban escalofríos placenteros, mi vagina había tomado una tonalidad roja de tanto roce de su pedazo de carne en ella, su hombria se hinchaba de sangre cuando liberaba su presemen.
Escuche pasos cerca mío antes de que algo forzará su entrada en mi ya ocupado agujero, resistí las ganas de llorar tratando de relajarme, abrí los párpados notando a Gastón cubierto de sangre de menstruación en su rostro, su verga había logrado perforar hasta la mitad en una posición incómoda, pero pronto bestia se puso debajo mío permitiéndome descansar en sus pectorales peludos, el calor que emanaban sus músculos me soforacon junto al cuerpo de Gastón quien se subió encima mío.
Cubierta por dos hombres deje que sus vergas bombearan mi vagina abierta, cada uno arremetiendo con fiereza, gemía gustosa por la atención de ambos adultos, la actitud férrea de Gastón era dolorosa, pero la cadencia morbosa de Bestia me hacía soportarlo con moderación, me sentía atrapada en un paraíso de vergas, cada una enseñándome sus placeres.
Sudor masculino impregnó mis pechos quienes fueron ultrajados por las manos de Gastón, mientras bestia amasaba mis glúteos con lujuria sin dejar de follarme con fuerza.
Escuche gruñidos e insultos de ambos, pero estaba tan sumida en el placer que solo pude sonreír ante sus miradas sardónicas.
«Buena puta, sabe cómo complacer» dijo Gastón, Bestia soltó una carcajada grave enterrando su verga hasta el fondo.
«También tiene una buena vagina, mejor que la de mi esposa, tan carnosa, abultada y apretada» gruñó el hombre.
Asintiendo a sus palabras Gastón termino de deslecharse en mi, su última penetración fue acompañada de un grito de júbilo, bestia se limitó a morder mi oreja mientras me llenaba con su semen.
«Haz sido marcada perrita, ahora eres nuestra, no lo olvides» susurró ronco el mayor, Gastón se separó caminando con la verga morcillosa hacia Lucia, quien saltaba encima del regazo del príncipe de la sirenita, le metió su verga llena de semen en su vagina haciendo que gritara, luego la tomó del rostro para besarla.
Mientras mis otras amigas se besaban con el príncipe rana y el de Cenicienta, ellos tenían sus vergas dentro de sus agujeros soltando chorros de semen, eran hombres cargados de leche.
Con la respiración entrecortada me di la vuelta posando mis manos en los pectorales peludos de bestia, acerce mis labios a los suyos y me fundi en un beso hambriento, deje que sus manos amasara mis glúteos mientras sacaba su hombría gruesa de mi.
Nos separamos cuando escuchamos la voz de mi padre llamar afuera de la sala.
El regalo había terminado.
Continuara …
Gracias por haber leído hasta aquí.
Si quieren compartir relatos o solo charlar pueden contactarme por Telegram.
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Hasta pronto.
Tendrás la primera parte no la encuentro
Hola, gracias por leer, la primera parte es Fiesta de Disfraces para Niños Traviesos I, cambié un poco el nombre para hacer la diferencia entre un relato enfocado en niñas y otro en niños, puedes encontrarlo en mi perfil, espero haberte ayudado.
Que morboso es esto, cuenta mas
Hola, cuando puedas nos gustarian relatos de mujeres con niños. Habemos muchas fans del tema en el sitio y yo me mojo muchísimo, me pongo en las escenas. Seria genial ver tu texto en ello.
Muchas gracias. Besos.