Lamiendo el culo de mi primo «Chacal» Frank de 12 años
Me vengué de los malos tratos de mi primo futbolista, y lo hice mío, a mi manera….
*Me llamo Daniel y este relato/anécdota es real*
Mi primo Frank de 12 años comenzaba a tratarme mejor, después de los primeros días de maltrato desde que llegué a la casa de mis tíos.
Ya no me insultaba como solía hacerlo, ni me tiraba palmadas en la cabeza, sin embargo aún conservaba su actitud arrebatada, tosca y algo violenta cuando miraba o jugaba fútbol. Eso me excitaba pero también me daba un poco de miedo, porque a pesar de tener 19 años, yo era muy introvertido ya que era»cristiano» por obligación de mis padres.
Un viernes en la tarde, mi primo Frank jugaba en su celular, junto a su hermano Dael de 8 años, mientras yo acomodaba mi ropa, algo nervioso, no quería llamar la atención para que no me insultara por interrumpir su juego.
Cuando volví hacía mi cama, noté que Frank tenía una erección dentro de su shorts blanco. (Como casi a diario, ya que por su prematura edad, se le paraba a cada momento cuando veia a una mujer en la tv)
Su verga dura y de casi 12 cm se notaba más que otros días por la tela fina del shorts blanco. Al parecer, su trusa le quedaba pequeña porque de repente, la polla se le salió por completo hasta quedar encima de la pierna izquierda. Su glande húmedo se había salido fuera del prepucio, mojando un milímetro de su shorts con líquido.
Sentí un deseo tremendo por tocarla o simplemente disfrutar de la vista de su cuerpo desnudo, ya que en esos tiempos no me llamaba la atención ser pasivo (porque aún estaba explorando mi sexualidad y pensaba que se disfrutaba más coger)
Pero ahora ¿Por qué tuvo esa erección? -me pregunté.
La TV está apagada, no hay ninguna mujer tetona, culona o en ropa de baño…
Por un momento me quedé perdido en su rostro. Su piel trigueña clara, su mandíbula marcada, sus ojos negros redondos como la mirada de un gatito, sus pestañas y labios gruesos tenían cierta feminidad (lo que a él no le gustaba porque se creía muy macho) pero para mí eran perfectos, lo hacían ver más atractivo.
Su cuerpo atlético, delgado pero con pequeños músculos, hacían que aparente mayor edad, pero su piel suave y su falta de bellos en la pubis y axilas… Revelaban que recién estaba en la pubertad.
De repente Frank se acomodó el paquete y dijo entre susurros que quería orinar.
Disimulé mi mirada y después de unos segundos, escuché el chorro del orín que salía de su polla, muy fuerte como si siguiera parada y repleta de líquido dorado.
En mi mente solo deseaba tocar su cuerpo, quizá saborear su verga, besar su boca, tocarle sus nalgas y penetrarlo. Pero sabía que si tendría algo con él, yo sería el pasivo o «mujer». Después de todo no me disgustaba que se sienta atraído por mí o simplemente me utilice para complacerse.
En ese instante, me puse boca abajo y paré más el culo para ver la reacción de Frank.
*(Mi aspecto físico para imaginar más la situación: Blanco, cabello negro con flequillo, ojos marrones, rasgos asiáticos por parte de mi mamá y «gringo» por parte de papá, sin bellos, cuerpo delgado pero con ciertos atributos…)
Frank volvió en ese instante y se sobreparó en la puerta…
De repente vino corriendo hacía mí como para golpearme. Se tiró encima mío, y entonces, reaccioné dándome la vuelta para defenderme, pero cuando nuestros rostros se encontraron, me dí cuenta que no tenía una expresión de enojo, más bien, una sonrisa juguetona.
Inesperadamente empezó a jugar como a las luchas, sostuvo mis brazos para no dejarme escapar. Seguí su juego y traté de contraatacar pero la fuerza de sus brazos me debilitaron, entonces me dió la vuelta.
Se acostó encima mío, sosteniendo mis brazos, y de pronto sentí su polla parada en mi culo. Frank empezó a mover su pelvis sin dejarme opción de negarme. Poco a poco, sentí que su verga se metía entre mis nalgas, a través del pijama. Era lo que quería, para luego acostarme encima de él, pero sentí miedo por si venía mi tía o por Dael, que parecía que ya se había dado cuenta.
Traté de zafarme pero Dael vino corriendo y se tiró encima de Frank.
-Sal mierda…
Dijo Frank entre risas.
Dael cayó a la cama porque Frank se levantó y empezó a jugar como si me golpeaba. Los tres jugamos un momento, claro sin golpearnos fuerte porque mi tía ya nos había llamado la atención sobre esos «juegos»
Al irse Frank pasó sus manos en mis nalgas y dijo entre susurros para si mismo:
–Qué rico poto (culo)…
Entonces tuve la esperanza de que podía pasar algo más, de lo que ocurrió aquella tarde que vimos películas de terror.
Más tarde a las 7 de la noche (veíamos TV)
Frank se acercó a mi cama, cuando Dael se fue a la cocina.
–¿Nos quedamos hasta las 12 ó 1 de la mañana?
Preguntó en voz baja.
-¿Para qué? -dije tontamente
Frank se puso serio, porque era obvio lo que me estaba pidiendo.
-Para que Dael no vea… lo que haremos pues… -dijo dudando de sus palabras.
-Ya. -contesté acercándome más a su rostro.
-Pero no te vayas a dormir.
Tenerlo tan cerca me hacía querer besarlo a la fuerza.
-No…
-¡Pobre de ti! -dijo con tono de amenaza y luego sonrió.
Dael se durmió tarde, a las 11:30pm porque no había clases al día siguiente. Apagamos la luz y la TV, y esperamos que no se escuche ningún ruido en la casa.
Pasaron minutos… ya eran las 12:05.
Cuando pensé que Frank ya se había quedado dormido vino hacía mí.
-¿Estas despierto? -Susurró
-Si.
El cuarto estaba a oscuras y apenas nos veíamos por la luz tenue de la calle.
Frank se sentó a mi lado y me acerqué a él. Sus ojos brillaban y podía sentir el calor de su cuerpo que venía hacía mí. -Entonces la cama sonó-
Quería decirle que no era buena idea hacer ruidos con la cáma pero de pronto, silencio mis palabras con su boca.
Su aliento a hombre y niño endulzó mi paladar. Ví el paraíso, al sentir sus labios rozar con los míos, su lengua tibia jugaba con mis labios y topaba también con mi lengua.
No quería despertar de ese sueño… pero no era un sueño, era real que mi primo «supuestamente hetero» me estaba besando con dulzura y pasión.
De pronto, sentí sus manos ingresar en mi pantalón pijama. Empezó a tocar mis nalgas y apretarlas como si fuera una masa de pan, mientras su respiración se iba acelerando, su boca salivaba más y me inundaba de su aliento de adolescente.
Dí un quejido sin querer, y entonces Frank se excitó más y me tiró a la cama para levantar mis piernas y rozar su polla en mi culo, pero el colchón sonaba por nuestros movimientos.
-Nos van a escuchar. -susurré empujándolo.
Frank se levantó y se puso en medio de la habitación.
-¿Aquí mejor?
-Si, pero el piso está frío -dije con aires de ya no querer seguir.
Frank cogió mi sábana y la puso encima del piso.
-Ven…
Frank actuaba muy amable, cariñoso y eso me encantaba, muy diferente a cuando hablábamos o jugábamos. Actuaba como si estuviera frente a una chica, eso me preocupaba porque me estaba gustando y confundía mi percepción sexual.
-Saquémonos la ropa.
Dijo quitándose todo por completo.
Lo hice también, pero me dejé la camiseta.
-Tengo frío… -dije porque de verdad tenía frío, ya que era inicio de invierno.
Sin decir nada, Frank aceptó y me tomó del brazo para que nos arrodillemos.
Puso sus manos en mi cintura y cerrando los ojos, me besó. Nuevamente me sentí el ser más dichoso del planeta. Luego, bajó sus manos hacía mis nalgas y empezó a acariciarlas en forma circular, mientras su boca parecía exhalar suspiros y su pecho se agitaba. En ese momento creí que quizá pensaba en una chica, o era por mí, no lo sé…
Me dijo, cerca al oído, que me diera la vuelta y entonces me dí cuenta que yo hacía todo lo que él me mandaba. Así que le hice una propuesta:
-Ya, pero luego es mi turno.
Frank se sintió confundido porque quizá pensó que me gustaba «ser cogido»
Se negó y quiso obligarme a voltear pero no cedí.
–Ya, ya. Pero solo tocas, nada más. —susurró con el rostro excitado e impaciente para que me diera la vuelta.
–Esta bien –dije sonriente.
Me puse de perrito y Frank comenzó a separar mis nalgas para verme el hoyo, pero la luz pública no ayudaba a ver nuestros cuerpos por completo.
Inmediatamente, se puso de pié con las rodillas dobladas para pasar por toda mi raja su polla dura, de 12 cm.
Podía sentir el calor de esa verga rica, entre mis nalgas hasta topar mi ano. Frank empezó a mover su pelvis simulando una penetración frenética.
Sentir a ese pequeño machito así, como un animal, me excitó profundamente que empecé a mover el culo para sentir más su polla en mi ano. Pero cómo tenía mi culo apretado y «casi virgen», su polla no ingresaba, por más que hacía una pausa para meterla, se salía de mi hoyo.
De pronto sentí que el temperamento de Frank cambió detrás de mí. Introdujo con fuerza, un dedo en mi ano y lo movió muy rápido, arriba hacia abajo, al costado y hacía arriba, introduciéndolo cada vez más.
Gemí por el dolor y el placer que estaba experimentando.
De repente, Frank sacó de un tirón su dedo y metió su polla en mi ano violentamente.
-auuu, auuu…
Me quejé por el fuerte dolor. Mi voz se quebró mientras sentía que mi ano se abría de par a par.
-auuu.
Todo el glande y casi la mitad del tronco del pene de mi primo chacalito estaba dentro de mí, salivando semen y rasgando mi ano.
-au, no…
Me gustaba pero me dolía muchísimo y sentí que iba a llorar en ese instante.
Frank sacó lentamente su polla y me pidió disculpas:
-Disculpa… Me pasé, ¿Te duele?
El tono de su voz denotaba preocupación. Al fin y al cabo mi primo no era tan malo como pensé.
-Si, me dolió -contesté, tomando asiento sobre el piso.
Me miró a los ojos y sonrió.
-Bueno, acuéstate.
-No, es tu turno. -susurré.
Dije dándole espacio para que se acomode. Tenía que aprovechar que se sentía culpable, para tocar ese culo que tanto deseaba.
-Bueno… Pero solo toca. -dijo con mala gana.
-Esta bien…
Frank se puso de perrito. Con las rodillas y las palmas de las manos sobre el suelo.
Me arrodillé con el corazón a mil. Observando esa silueta hermosa, de un adolescente rudo que estaba siendo domado poco a poco.
Toqué sus nalgas redondas y firmes, porque todos los días jugaba fútbol. Su piel se sentía suave en el centro de los glúteos y áspera al final de los muslos. Mi dedos se deslizaron por su «alcancilla» cual mantequilla, estaba tan tersa que tuve ganas de besar y lamer esa parte.
Pase mis dedos por su raja, con cuidado sin llegar a su ano, para que no se incomode.
Aquella zona, cerca de su ano virgen, estaba más caliente. Inmediatamente sentí que mi polla expulsó mucho líquido preseminal.
Separé sus nalgas con mis dos manos, e hice el intento por ver el ano de aquel «chacalito» pero la habitación estaba demasiado oscura que solo atiné a acercar mi cara.
Un excitante olor a culo hizo que mis ojos se cierren de placer. Su ano estaba sudado por la calentura del momento y porque horas antes jugó, por medía hora, fútbol en el patio.
No aguante más, e hice lo que deseé hacer cuando ví ese culito con uniforme escolar.
Aplasté mi cara contra sus redondas nalgas
Y saqué mi lengua para saborear su ano.
Frank hizo el intento por salirse pero cogí fuerte su cintura y empujé su trasero más hacia mí.
-¿Qué haces? -Dijo, mientras mi lengua se deslizaba por los pliegues de su ano.
Frank quería saber que es lo que hacía con su culito, al parecer era algo nuevo para él.
Todo el sabor de su ano delicioso inundaba mi boca.
Frank quería zafarse, pero era la hora de mi venganza, tenía que pagar todo el bullying que me había hecho desde que llegué a su casa.
El sabor de su ano me deleitaba, entre sexo, salado y extrañamente algo de dulzura.
Sus nalgas empezaron a rebotar en mi cara, levemente por el movimiento.
Introduje mi lengua en su orificio, poniendola muy rígida, para que ingrese totalmente.
Quería que mi lengua esté dentro de él, dentro de sus intestinos.
Con la fuerza de mis manos en sus caderas y forzando mi lengua, logré sentir la suavidad y finura de su esfínter.
La punta de mi lengua había ingresado a su ano.
Moví mi mandíbula, simulando una penetración, mientras rogaba para que su ano virgen succione mi lengua.
De repente el ano de Frank se contrajo,abriéndose y cerrándose a la vez. Lubricando mi lengua con su fluido natural de su ano y mi saliva (casi como el semen) pero esta, se salió hasta los bordes de su ano.
Traje, con mi lengua, ese líquido hacía mi boca y me lo tomé todo. Me sorprendí por el sabor dulce que estaba sintiendo (con cierto toque de sabor a agua embotellada) No sé si era porque estaba casi en «el orgasmo» o estaba alucinando, pero supe que dentro de su ano era más dulce que insípido, quizá por su alimentación del día.
Con la polla chorreando de leche, abrí con fuerza más sus nalgas para que su hoyito se expandiera.
Frank ya estaba muy incomodo y se levantó ligeramente.
Sostuve más firmes y con violencia sus caderas, haciendo que sus nalgas reboten contra mis mejillas.
Introduje, nuevamente, mi lengua en su ano.
Frank aceleró su respiración.
Otra vez esa dulzura. Era ligera, pero era deliciosa.
Quería que ese machito sea mío, y que sus fluidos sean míos. Limpiar ese hoyito y dejarlo rojo y abierto.
Frank me reclamaba algo que no podía oír por la excitación.
Mi lengua se metía cada vez más en su culito. Su ano se empezaba a dilatar e hizo una succión que me hizo salivar mucho más.
Un hilo de saliva cayó desde su ano hasta el piso.
Entonces solté una mano, inconscientemente, para masturbarme.
Estaba llegando a la orgasmo.
Pero Frank aprovechó mi distracción para soltarse. Se puso de pié rápidamente y se giró para meter su polla en mi boca, frenéticamente.
En esa misma posición, en la que me comía su culo, estaba siendo follado por la boca, por mi bulliador.
Miré su rostro, tenía una expresión de enojo por revelarme contra él. Pero poco a poco esa expresión se convirtió en una de excitación, placer mezclado con arrogancia y fiereza.
Frank movía sus caderas rápidamente, sus huevos de púber rebotan en mi mandíbula y su glande tocaba mi campanilla.
El sabor de su polla era fuerte. A orín, semen, salado… Sabores que experimentaba una vez más.
La mezcla del sabor de su culo y de su polla se deslizaban por mi garganta. Y hacían un sabor único a macho adolescente pero también a chacal sudado después de un partido de fútbol.
De repente sentí que su polla traspasaba mi campanilla, las caderas de Frank se movían más y más a prisa y sus ojos empezaron a cerrarse, como si estuviera soñando. Mientras los míos ya estaban lagrimeando.
-ahh… Ahhhhh…
El rico aroma de su polla a punto de explotar se duplicó.
-ahhhhhhhhhhh
Frank expulsó abundantes chorros de leche en mi boca.
-aaaaaaahhhhh
Su semen era más líquido que el mío (seguramente por su edad) pero su sabor era muy saladito y dulce con ligero sabor a meado, pero no me disgustaba porque no era amargo.
Mi boca estaba llena, y un poco de leche se deslizó por mis labios. Tuve que agarrarla con la palma de mi mano. Tragué lo que tenía en mi boca, para luego lamer el semen que había caído en mi mano.
Cuando levanté la mirada, Frank tenía una sonrisa en los labios. Recuperó el aliento, sacudió su polla en mi lengua, dejando caer las últimas gotas de semen que había quedado en su glande, y suspiró.
Luego se acercó a mi oído para decirme:
-Todos creen que eres un angelito pero eres
tremendo diablito.
Lo dijo porque mi tía me ponía como ejemplo ante él (por ser «cristiano») Pero ya ven, las apariencias engañan…
Muy excitante. Así me gustaría que me desvirgaran
😏🫰🏻 🔥
Que rico. Ya quiero leer a Frank siendo penetrado y convertido jeje
Jajja Estoy siendo fiel a la realidad. Trato de escribir tal y como sucedieron las cosas. Escribiré una secuencia más pero no prometo nada :p
comosigue
Escribiré el final porque me regresé a mi ciudad.