LOS 7 PECADOS SEXUALES 7 (FINAL)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Beto43286158.
Un par de zapatos negros, pequeños, apenas de 19 cm de largos, aún en los pies de su dueño, colgaban sobre el suelo de la cancha de baloncesto balanceándose un poco hacia los lados.
Debajo, un banco alto, pero recostado en el suelo era lo único que estorbaba en toda la cancha.
Y del aro de la canasta, una soga restirada, sujetaba un pequeño cuerpo con pelo rubio y largo hasta la cintura.
En otro lugar de la ciudad, al mismo tiempo.
El sonido repetitivo como de un chapoteo cuando alguien corre sobre charcos de lluvia se escuchaban dentro del lugar de trabajo de Pedro.
El vaivén, de una mesilla metálica generaba además un pequeño rechinido de metales, y un par de manos, que sobresalían de la angosta camilla, y que aún estaban adornadas con unas elegantes uñas postizas, se mecían hacia delante y hacia atrás sin parar.
Las gotas de sudor de la frente de Pedro caían sobre unos enormes, firmes y hermosos pechos desnudos.
Pedro tenía las rodillas de una mujer completamente desnuda sobre sus hombros, y le penetraba la vagina con mucho vigor y con mucha fuerza, era rápido y brutal, su respiración agitada, y sus ojos desorbitados de excitación.
-¿Te gusta así?- le preguntaba Pedro, pero no tenía respuesta por parte de la mujer.
Entonces Pedro le daba unas bofetadas en el rostro y otras en sus senos.
Y le preguntaba – ¿Te excita esto? Porque estas mojada hasta el culo.
– entonces sacaba el pene de su vagina y lo introducía en su culo con la misma brutalidad que lo estaba haciendo en su vagina.
Entraba con gran facilidad en cualquiera de sus dos hoyos, y en cuanto entraba, por los lados de las cavidades salían expulsadas gran cantidad de líquido lubricante que era lo que ayudaba a penetrarla de esta forma tan fluida.
Un gran gemido de Pedro fue el último ruido que se escuchó en esa habitación indicando que ya estaba eyaculando dentro de ella.
-Te los dejo adentro, al fin y al cabo no creo que ya te pueda molestar.
– En ese momento la puerta sonó, Pedro fue a ver quién era, después de recostar a la mujer derecha y tapada con una sábana blanca, y de meter su miembro de nuevo a sus pantalones y subirse el cierre.
-¿Qué sucede?- le pregunto a su subordinado que se asomaba detrás de la puerta que acababa de abrir.
-Médico-le dijo el subordinado a Pedro.
– Vienen los parientes de Carmen y quieren saber de qué falleció, ¿Ya habrá terminado la autopsia?
-Sí, has el reporte y diles que murió envenenada con cianuro.
-Pero- dijo su subordinado – ¿y la puñalada que tenía en la espalda, no le dañó los pulmones, o el corazón?
-Bueno pues entonces ponle en el reporte que murió por una puñalada en la espalda directo al corazón- dijo Pedro algo molesto- si ya sabes que tiene no preguntes.
Te dejo, tengo que irme porque ya se me hizo tarde para recoger a Estrella en la escuela.
– En lugar de autopsia, había tenido una sesión de sexo con la difunta Carmen, tibiando una gran cantidad de lubricante e introduciéndosela en la vagina y el culo para tener la sensación de que a quien se cogía aún estaba viva.
Estas actividades sexuales ya eran muy común en la morgue, y nadie divulgaba esta información, porque Pedro de vez en vez permitía que sus subordinados disfrutaran con algunas de las muertitas
Mientras conducía a la escuela de Estrella, iba recordando los momentos que pasó con ella en la mañana de su cumpleaños, pero que desgraciadamente no se había presentado la oportunidad de repetirlo después de casi 2 meses.
De repente al dar la vuelta en la esquina y quedar casi en la entrada de la secundaria, esta se encontraba rodeada de patrullas de la policía y mucha gente queriendo ver que sucedía
Muy a prisa baja del vehículo, se acerca abriéndose paso entre la multitud y llega hasta el que parecía el inspector encargado.
-¿Pedro?- le dice- ¿qué haces aquí, quién te llamó?
-Nadie me ha llamado- dijo Pedro – aquí estudia Estrella, mi hija y vengo por ella, ¿qué ha pasado?
El inspector no le contestó, solo le hizo una señal para que lo siguiera.
Cuando llegaron a la cancha de baloncesto las lágrimas de Pedro comenzaron a salir de sus ojos, y su llanto se escuchó por toda la escuela, era Estrella, su hija, quien estaba colgada por el cuello de una soga atada al aro de la canasta de baloncesto.
Después de un par de minutos se calmó y le dijo al inspector.
-Quiero ser yo quien la revise, no confío en nadie más.
-Pedro…-comenzó a hablar el inspector, pero Pedro lo calló diciéndole:
-Me lo debes, y lo sabes muy bien.
No le informes a mi familia, yo lo haré en cuanto tenga el resultado.
No le quiten la soga del cuello, llévenla porque también quiero analizarla.
Unas horas antes, esa misma mañana en la escuela estaba hablando Estrella con su amiga:
-¿Estas segura que estás embarazada?
-Ya me hice la prueba como 3 veces y todas salió positivo, ¿por qué tú no te has embarazado?
-No lo sé, papá nunca usa condón con nosotras pero ni yo ni mamá nos embarazamos.
Perdón no sabía que eso podría pasar por eso no te lo dije.
– En ese momento llegan la mamá de Gloria y le dice a Estrella:
-Bueno llegaron por mí, tengo que irme.
-Te espero en casa a las 4, recuerda muy bien que quiero mostrarte la historia que he escrito y tengo en el cajón de mi cómoda.
¡NO LO OVIDES!- Le grita desde la banca para que Gloria alcanzara a escuchar ya dentro del auto.
-No te preocupes allí estaré puntual.
Después que el auto se fue, Estrella tomó su mochila y se volvió a meter a la escuela, se metió a la cancha de baloncesto y se colgó del cuello por no soportar el hecho de estar embarazada de su propio padre y tener que soportar todas las situaciones que ocurrirán cuando se enterara su familia y demás conocidos, además de todas las situaciones de su hermana, su madre y su hermano.
En la morgue, Pedro estaba solo en el laboratorio con el cuerpo de su hija Estrella sobre la mesa de autopsias, Estrella estaba completamente vestida y con una soga al cuello muy apretada que fue la causa que produjo su muerte.
Pedro acerca una mesilla de trabajo llena de instrumentos médicos, retira cuidadosamente los zapatos negros, y suavemente retira las medias blancas enrollándolas como si fueran las medias de las piernas de una mujer, dejando sus piececitos desnudos con sus pequeños deditos expuestos, toma unas tijeras grandes y comienza a cortar la falda desde abajo, hasta llegar a la cintura, y la abre hacia los lados dejando solo sus pantis rositas al aire.
Toma la blusa blanca y comienza a cortarla por la mitad desde la cintura hasta el cuello y las mangas, y un pequeño corpiño con holanes en color hueso es lo único que queda cubriendo sus pequeños senos.
Toma ahora unas tijeras pequeñas, y con cuidado corta las rosadas pantis por los costados de la cintura y el corpiño por la mitad y los hombros.
Suelta las tijeras y con sus manos sin guantes descubre sus pequeños senos, y retira la pieza de panti que estaba en su pelvis.
En ese momento se encuentra Estrella completamente desnuda, blanca y fría como la nieve, recostada sobre sus ropas hechas girones por las tijeras, sus pezones más oscuros que lo demás de su piel, su pubis con un poco de bello rubio, y sus labios morados por falta de oxígeno en su sangre.
Pedro la comienza a acariciar toda, desde sus piecitos pasando por sus piernas, su conchita que una ocasión había disfrutado, recorrió su vientre plano y sus dos pequeños bultitos que formaban unos diminutos y picudos senos.
Acarició su cuello estrangulado aún por la soga asesina, y por último su rostro, lo tomo entre sus manos, se acercó y lo besó en la boca.
-¿A ti así te gustaba cierto?-le preguntó al cadáver de su hija- Suavecito, sin lastimar.
Se colocó del lado de los pies, y la jaló de los tobillos hasta que las nalguitas de Estrella quedaron en la orilla de la mesa.
Levantó sus piernas como para poner las rodillas en sus hombros, pero sus piernas eran demasiado cortas, así que las mantuvo en el aire con una mano mientras que con la otra utilizaba su duya para insertarle lubricante en su vaginita y después en su culito.
Esta ocasión no lo calentó, porque quería sentir el frío de su cuerpo.
Desabrochó sus pantalones y los dejó caer al suelo, al quitarse la ropa interior su pene como tronco se asomó recto y duro, palpitante y ansioso, sin esperar abrió las piernitas de Estrella en forma de V, apuntó su pene en la entrada de la vagina y dijo:
-Quédate tranquila, esta vez no te va a doler nada.
– así que la penetró con fuerza, su pene entró como la mitad cuando nuevamente se topó y ya no quiso entrar más- Eso no es problema ahora- dijo Pedro, y sujetándola fuertemente por las piernas sacó casi todo su pene y en seguida lo disparó hacia dentro con una gran fuerza, lo que provocó un pequeño sonido como “cruish” y una cantidad de lubricante salió disparada por las apretadas comisuras entre los labios de la vagina de Estrella y el pene de Pedro, que ahora gracias al impulso y la fuerza estaba completamente adentro de Estrella, entonces comenzó a bombearla, como a galope de caballo, y junto con el lubricante salía un poco de sangre desde el interior de Estrella.
-No te preocupes hija, esa sangre es muy normal cuando se rompe el cuello del útero.
– Dijo Pedro y continuó bombeándolo.
A pesar de lo lubricado de la vagina, se sentía muy apretado allí dentro y por la satisfacción que estaba teniendo comenzó a sentir que se venía, así que se salió de inmediato.
Espero un par de minutos afuera y ahora se disponía a perforar su ano, lugar donde nunca tuvo oportunidad de entrar mientras Estrella estaba viva.
-Este es más complicado, pero ahora que ya estas muerta no habrá mucho problema- Dijo Pedro ya con su boca dibujando una sonrisa.
Era su hija muerta a quien violaba, pero la satisfacción era tal que la locura le impedía sentir aunque fuera un poco de remordimiento.
Así que apuntó su pene en su culito, y muy despacio, pero con mucha fuerza lo fue metiendo gracias a la cantidad de lubricante que le había puesto, por los lados se comenzó a salir el lubricante teñido un poco de rojo sangre y Pedro sonriendo dijo:
-Los desgarres anales son muy comunes, y más en niñas de tu edad.
Despreocúpate ya te acostumbrarás.
Yo ya me acostumbre.
Y esto no es nada, deberías ver como se parten los de las niñas de 5 años, o menos.
– Pedro se divertía con los dos hoyitos del cadáver de su pequeña hija Estrella de apenas 13 años de edad.
Y mientras tanto en ese mismo momento en la casa de Estrella.
-¡Gloria! que sorpresa,- Decía Blanca la mamá de Estrella.
– ¿Estás buscando a mi hija?
-Si – Afirmó Gloria – ¿Puedo pasar con ella?
-Me temo que no se encuentra, pero pasa.
Su padre la iba a recoger hoy y aún no llegan.
Ya me tiene preocupada, porque incluso ya le he mandado dos mensajes y no me ha contestado ninguno.
– Cuando Gloria escuchó esto se le aceleró el corazón de miedo y dijo:
-¿Puedo pasar a su habitación?, dijo que tenía algo para mi.
Blanca y Estrella subieron al cuarto, Saludaron a Raúl que estaba sentado a la mesa comiendo.
Cuando llegaron a la habitación Gloria se dirigió directo a la cómoda y sacó la carta que le indicó esa misma mañana Estrella.
Unos gritos desgarradores se escucharon en la habitación, Raúl corrió al cuarto y vio a su madre arrodillada en el suelo llorando y a gloria de pie a su lado asustada con la carta en sus manos.
Era la carta de suicidio de Estrella, comenzaba diciendo que esa tarde se suicidaría colgada del aro de la cancha de baloncesto y continuaban 2 cuartillas más explicando las razones de no querer vivir más.
Desde el embarazo con su padre, el incesto de su hermano y su madre, la zoofilia de Brenda, y el no saber por qué Brenda y Raúl tenían la misma novia.
Pero lo que menos soportaba era la forma en que golpeaba su papá a su mamá a la hora que le hacía el amor.
Raúl corre a su habitación, regresa y toma a su madre y la sube al auto y se van.
Pedro descansaba un momento, el vientre blanco de Estrella estaba cubierto con mucho semen y un poco de sangre.
Pedro la observaba y la acariciaba.
Suspira fuerte y se acomoda ahora del lado de la cabeza de Estrella, la jala de los brazos hasta que su cabeza cuelga de la orilla le la mesa, forzando a que su boca se abra un poco al arquearse hacia atrás.
Pedro le llena la boca con lubricante y mientras lo hace su pene poco a poco se vuelve a poner erecto.
Entonces lo coloca en su boca y lo comienza a meter.
Se atora y se vuelve una maniobra muy complicada, ya que la soga aprieta muy fuerte su cuello, pero la fuerza de Pedro no impide que al final el su pene desaparezca en medio de los labios de Estrella, brotándole por la nariz el lubricante excedente.
Mete y saca, mete y saca, con mucha fuerza y velocidad, y cuando su éxtasis está llegando a la cima, suelta unos gemidos de orgasmos tan fuertes que él mismo se aturde, pero en ese momento voltea hacia la puerta que está ahora abierta y ve a su esposa, su hijo y Gloria la amiga de Estrella viéndolo a él, aún con su pene dentro te la garganta estrangulada de la pequeña Estrella.
Raúl levanta sus manos hacia el frente y una llamarada de fuego sale desde el arma que sostenían sus manos, la bala atraviesa la frente de Pedro y este cae de espaldas ya muerto al suelo.
Los gritos de Blanca y Gloria se escuchan hasta la calle y Raúl sale corriendo, se sube a su auto y arranca.
Una hora más tarde Brenda está hablando con el oficial Rodríguez, y después de informarle que se había ido en su auto el oficial Rodríguez se retiró porque sabía dónde estaba Raúl, pero no se lo dijo a nadie.
Cuando el Detective se acerca con Blanca le da unas instrucciones.
-Señora Blanca, le haré muchas preguntas, quiero que me conteste con la verdad y quiero que si sabe algo más que yo no le haya preguntado me lo informe, ¿entendió? – Blanca lo mira unos segundos directo a los ojos, y luego baja la cabeza y le dice:
-¡Si señor!- Al detective le incomodó un poco la obediencia pero en ese momento no le puso más atención.
El oficial Rodriguez llega a la casa donde se reunían para coger a Raúl, allí estaba él.
Lo sube a su auto y acelera.
-¿Me vas a entregar?- Pregunta Raúl
-Te quiero demasiado, y no quiero perderte.
Esta es una buena oportunidad para hacerte un cambio de look.
Conozco un buen médico.
Dos años después, en la habitación de Brenda, se encuentra ella tumbada en una orilla de la cama desnuda, del otro lado de la cama, el cuerpo desnudo de su aún novia Sofía, y en medio Boby ya dormido.
-Gracias por haber aceptado incluirlo- dijo Brenda.
-Ha pasado más de año y medio y aún me agradeces esto.
– Dijo Sofía ya sin sorpresa.
-Es que me acuerdo tanto de la primera vez que lo hicimos los tres y quedaste tan fascinada, que me vuelvo a excitar nada mas de pensarlo.
– Las dos rieron muy felices a carcajadas.
En ese momento, en una plaza comercial el oficial Rodríguez platica con unos amigos junto con su esposa Rita.
-Te me haces conocida, ¿No nos habíamos visto antes?- pregunta la esposa del amigo del oficial Rodriguez a Rita.
– No lo creo, no son de esta ciudad.
–Contesta Raúl, quien ahora esta convertido en Rita y casado con el oficial Rodríguez.
Y Por último, en la casa del detective, Blanca camina desde el refrigerador hasta la sala a cuatro patas con una correa en el cuello, desnuda y con una cerveza agarrada con la boca para entregársela a su nuevo amo que está mirando el televisor.
FIN.
AGRADEZCO A TODOS LA DEDICACIÓN Y EL TIEMPO PARA LEER MI HISTORIA, QUE POR SUPUESTO NO ES REAL, ES SOLO PRODUCTO DE MI RETORCIDA IMAGINACION.
DESEO QUE LA HAYAN DISFRUTADO COMO YO LO HICE CON MI PENE ERECTO MIENTRAS LA IMAGINAB AY ESCRIBÍA.
A QUIEN NO LE HAYA GUSTADO LO FELICITO TAMBIEN, PORQUE ESO INDICA QUE AÚN HAY ESPERANZA MORAL QUE ENDEREZCA ESTE RETORCIDO MUNDO EN EL QUE ME CONSUMO.
ADIOS.
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