Negros de buen corazón y buena verga II
Sorprendido continúe observando lo que el reflejo me mostraba, podía notar como aquella verga descomunal de 28 cm perforaba mi ano sin problemas, apenas si la sentía, pero a pesar de no obtener estimulación, el movimiento de mi cuerpo con el de Ryan me hizo excitarme..
Había pasado una semana desde que había sido traído a esta casona para niños perdidos, a pesar de lo que sucedía con los adultos y los menores, la atención era increíble.
Las comidas deliciosas, jugar con otros, dormir, era el paraíso para mi, sin embargo sabía que todo eso no era lo único que debía experimentar en ese lugar.
Cuando supe lo que esos hombres negros hacían con nosotros tuve miedo, creí que abusarian de mi, pero pronto me di cuenta que no era el caso.
Siempre amables, con una sonrisa sincera, exceptuando a uno de ellos que nunca se le veía feliz, era el mismo tipo que conocí en las duchas follandose la boca de aquel rubio, supe que el niño se llamaba Tobías y el hombre Ryan.
Los veía casi siempre juntos y en las noches sin falta quedaban en el cuarto del baño para follar.
Cuando mire por primera vez como penetraba al rubio me entraron escalofríos, lo hacía con tanta confianza, empujando sus 28 cm de verga gruesa y venuda en el interior del pequeño.
Teniendo toda su hombría metida empezaba un vaivén lento, le gustaba que toda su verga saliera antes de volver a meterla, se movía muy bien, cada músculo se doblaba en sincronía de sus gestos, era experto en follarse al pequeño Tobías.
Ya me había acostumbrado a mirarlos todas las noches e incluso a veces me tentaba salir para atraparlos en el acto, sin embargo me contuve, sabía que era muy pronto.
En todo el tiempo que llevaba aquí jamás me insinuaron algo como eso, parecía que querían excluir a los nuevos de participar, sin embargo, no eran discretos con sus prácticas.
Durante la comida siempre hacían el ritual de sentar a los niños y niñas en sus regazos, la manera lenta en que lo hacían me hizo entender que les estaban metiendo sus hombrias en sus agujeros.
Luego con movimientos circulares se follaban a los menores mientras disfrutaban de los platillos.
Sin embargo, no se quedaba ahí, al bañarme nunca faltaba que los pequeños se bañarán con aquellos hombres negros, entraban a los cubículos y tardaban en salir, podía intuir lo que hacían, pero jamás me animé a espiar.
También durante la hora de juegos, mientras nosotros jugábamos en el cuarto, los adultos se iban al cuarto de los bebés, según entendí para darles de tomar leche, el tiempo que duraban en ese lugar era largo, casi toda la tarde, ese evento se repetía cada día sin parar.
Solo podía impresionarme, porque una vez de curioso mire lo que hacían por debajo de la rendija de la puerta, vi poco pero fue suficiente, tenían a los bebés chupandoles la verga como si de biberones se tratarán, incluso algunos jugaban con los culos de los menores abriendolos con sus gruesos dedos.
Me retiré anonado, era increíble cómo no pedonaban a nadie, todos eran parte de su juego sexual, sin embargo por alguna razón, no incluían a los nuevos.
Tuve muchas dudas al respecto, pero jamás pregunté, tenía miedo de causar problemas por mi curiosidad.
No obstante, alguien se me había adelantado.
Una noche mientras disfrutaba de mirar a escondidas el sexo entre Ryan y Tobías una de las nuevas había entrado a la habitación para orinar, clara fue su sorpresa al encontrar en pleno acto a aquel varonil hombre con el pequeño.
Incapaz de hablar se quedó mirando mientras la verga gruesa y venuda del negro seguía siendo devorada por el agujero del niño.
«Sí no vas a participar, pierdete» dijo a secas el hombre, la niña reaccionó corriendo lejos.
Suspiré al ver que no había pasado a más, pero sus palabras calaron en mi corazón.
«¿Podemos participar? ¿Quiere decir que todo este tiempo podíamos pedir que uno de ellos nos follara? ¿Por eso no nos incluían? ¿Porque es decisión nuestra si lo hacemos o no?» Con todas esas dudas me arme de valor, salí de mi escondite notando la mirada penetrante de Ryan.
Sin dejar de verme bombeo su verga en el culo de Tobías, el pequeño rubio estaba rojo por el movimiento continuo de su cuerpo contra el del adulto, los músculos del mayor le causaban calor y tenía la piel colorada de tanta fricción de su suave carne con la figura tersa del hombre.
«¿Tu también vienes a importunar? Pierdete» ordenó el negro con voz grave, el tono amenazante me hizo retroceder, pero no hice caso, me acerque hasta estar a un metro de tocarle, le mire a los ojos sintiendo un escalofrío, eran como dos pozos azules que devoraban todo a su paso.
«Quiero unirme a lo que hacen» pedí con la voz rota, el vaivén se detuvo, el silencio cubrió la habitación, la respiración pesada de Tobías fue amortiguada por el sonido de algo siendo descorchado, el rubio cayó al suelo cansado.
Con la verga apuntando en mi dirección Ryan me tomó del hombro, sus dedos apretaron mi piel mientras acercaba sus labios a mi oreja, cada musculo doblándose fue captado por mi, maravillandome por su figura hérculea.
«No sabes lo que pides, esto no es un juego niño, cuando empiece, jamás podrás escapar» su voz ronca me hizo estremecer, apreté mis manos y respire hondo, el aroma picante y salado de su piel me embriagó, luego exhale el aire para poder hablar.
«Lo he querido desde la primera vez que te vi» dije en un susurro, algo dentro del hombre se activó, me tomó del brazo sacándome de las duchas, luego caminamos fuera del cuarto rumbo al primer piso.
Sabía a dónde me llevaría, a su cuarto, algunos adultos se quedaban a dormir en la planta baja, no todos ya que había poco espacio, pero se turnaban, excepto Ryan, el siempre estaba aquí.
Entramos a su habitación, una cama matrimonial grande cubría gran parte del lugar, al lado tenía una mesa de noche, después estaba su armario, computadora y una mesa de trabajo con su silla.
Me tiró en el colchón antes de cerrar la puerta.
Le escuché gruñir en voz baja antes de abrir uno de los cajones de su mesita de noche.
«Toma, lubricate el culo, luego métete esto, te ayudará a aguantar mi verga, chico virgen» demandó el adulto tirándome un bote de lubricante, después me pasó un objeto en forma de cono, tenía una gran abertura por detrás, pero la punta era pequeña, aunque parecía que podía estirarse si se forzaba.
Hice caso a lo pedido quitándome la ropa, deje el boxer ya que que tenía un agujero por detrás, perfecto para exponer mi agujero, me unte de aquella agua con olor a vainilla, metí mis dedos en mi ano sintiendo un cosquilleo, era como un ardor momentáneo que luego fue remplazado por un sentimiento de adormecimiento.
Cuando tuve todo mi culo lleno de lubricante empuje aquel objeto raro en mi interior, supuse que la punta era lo que debía meterme por lo que eso hice, fue difícil pero al tercer intento lo logré.
Al terminar escuche un suspiro de alivio del hombre negro, su cuerpo musculoso se contrajo hacia mi cubriéndome con su figura masculina, la sombra que impregnaba en mi era amenazante, como una bestia dominante.
Notando que su pelvis estaba inclinada hacia mi agujero con aquel objeto extraño supe para que servía.
«Es un desvirgador, ayuda a que aguantes vergas de gran tamaño cuando es tu primera vez, el lubricante tiene una droga que adormece tus nervios, no sentirás dolor, pero tampoco placer, es justo para ser tu desfloramiento, si te acostumbras, podrás recibir mi hombría sin lubricante, te gustará, créeme» sonrió con prepotencia Ryan, luego empujó toda su verga en mi interior.
Cómo el había dicho no había dolor, solo entumecimiento, mis paredes se estiraron tanto que me sorprendió que lo percibiera, pero me sentía bien con eso, mire hacia el techo viendo mi figura reflejada en un espejo.
Sorprendido continúe observando lo que el reflejo me mostraba, podía notar como aquella verga descomunal de 28 cm perforaba mi ano sin problemas, apenas si la sentía, pero a pesar de no obtener estimulación, el movimiento de mi cuerpo con el de Ryan me hizo excitarme.
Cada músculo brillaba ante sus vaivenes, como una danza sensual que te hacia perderte en sus placeres, me dio la vuelta dejándome boca arriba permitiéndome disfrutar de mejor manera como me follaba.
Admirando como su físico magnánimo se forzaba hacia mi con cadencia y sensualidad suspiré ante la idea de saber que tenía toda su hombría en mi interior, pero era incapaz de percibirla al completo.
Sabía dónde estaba por el entumecimiento y lo estirado que sentía mi culo, pero de recibir estímulos de la fricción de su carne con la mia era nulo.
Lo único que me mantenía atrapado en el sexo era poder ver lo que hacía con mi cuerpo, lo apretaba, doblaba, amasaba y forzaba hacia el con tantas ganas, como si quisiera demostrar su poderío.
Ya era caliente ver su rostro tenso y el iris de sus ojos brillar de placer, también lo era como su cuerpo sudaba dándole un toque orgásmico a su piel negra.
Jamás pensé que podía antojarme chupar los pezones de un hombre hasta ahora, pero se veían tan apetitosos que lamía mis labios cada vez que lo pensaba.
Me deleite mirando el contorno de sus bíceps, lo inflados y venudos que estaban, sus hombros anchos, el cuello grueso, los pectorales duros e inflados, los abdominales como tablas de chocolate, su pelvis marcada, las aletas de sus costados estirándose cuando movía sus brazos para abrir mis piernas.
Todo en el era sensual y no podía evitar maravillarme al saber que lo tenía disfrutando de mi culo.
Detuvo su vaiven lujurioso con una sacudida de su cuerpo, vi como sus testículos se contraían mientras algo espeso y caliente inundaba mi culo, fueron largas tiras de semen que caían una por una, cada una más fuerte que la anterior.
Al llegar a la décima saco su hombría de mi, seguía erecta, cubierta de su semilla, pero el semblante de Ryan era cansado.
«Vete, mañana se te asignará un hombre, este se encargará de complacerte y enseñarte nuestras costumbres sexuales» ordenó el adulto.
Me levanté de la cama y abrace su cuerpo sudoroso, chupe los pezones encantado por alfin tocarlos y luego me separé.
La mirada hambrienta que tenía pareció sorprender al negro, este me quedó viendo mientras me iba de su cuarto.
Continuará…
Gracias por haber leído hasta aquí.
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Hasta pronto.
Que se quede con Ryan y otros 3 más jajajajaja, pero con Ryan, muy buena historia, me encanta, espero que pronto puedas publicar la siguiente parte
Hola delicioso relato me encanta los de negros súper vergudos cogiendose niños y niñas pequeños dándoles bien rico y ya te mande mensaje al telegram