Recuerdo de mi infancia 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después que Fermín me había follado, me dolía mi pequeño, que ahora no había quedado tan pequeño ano, sentía su leche salir de mi culete, pero me había gustado, me había gustado mucho tener la polla de Fermín dentro de mi culo, de echo le había pedido que si me follaba todos los días, cosa que así hizo.
Recuerdo que siempre estaba jugando en el parque y cuando lo veía dejaba de hacer lo que estuviera haciendo y corría a donde estaba él. Recuerdo que cuando subíamos a su casa, yo me quitaba toda la ropa, quedando completamente desnudo, dejando que Fermín acaricie mis nalgas, o meta sus dedos en mi culo, él sacaba su polla y yo siempre estaba dispuesto a chuparla, él se sentaba en el sillón del salón de su casa y me levantaba en sus brazos haciendo que me siente en su polla, y así mirábamos tele, con toda su polla metida en mi culo, lo tenía tan abierto que me entraba sin dolor ninguno, yo deseaba tener toda la polla de Fermín o bien en mi culo, o bien en mi boca. Cuando Fermín hacía algún trabajo en su ordenador o estaba chateando con alguna amiga, yo estaba debajo de la mesa chupando su polla. Mis padres sabían que yo pasaba mucho tiempo en su casa, se imaginaban que era por los animales que tiene Fermín y no decían nada, ya que él siempre fue muy educado con ellos, hablaba siempre o con mi madre o con mi padre y se había ganado su confianza, lo que jamás se hubieran imaginado es como Fermín me follaba de la forma que lo hacía, lo que me gustaba que se corra en mi boca y tragar su leche, que era la mujercita de Fermín.
Recuerdo que un sábado mis padres tenían una fiesta y no sabían con quien dejarme, yo les propuse que hablen con Fermín y me dejen con él, era un sueño para mi, dormir entre sus brazos, después de darle muchas vueltas al asunto, decidieron ir y hablar con él, Fermín aceptó de inmediato, yo casi salto de alegría, después de todas las recomendaciones que me hacían, que me porte bien, que sea juicioso, que le haga caso, se marcharon, lo que nunca se imaginaron era que yo siempre fui muy obediente con Fermín, de echo me había dicho que si no estudiaba y traía buenas notas no me iba a follar mas, yo con tal de tener la polla de Fermín estudiaba como loco. Cuando mis padres se marcharon, yo de inmediato me empecé a quitar la ropa, él me dijo que lo espere en casa, que iba a salir y regresaba pronto, se marchó y yo me quedé solo en casa, como a la hora regresa con unas bolsas de compras y me muestra lo que había comprado, lencería de mujer y un consolador de buen tamaño, me dijo que hoy me iba a vestir de mujer, yo estaba feliz, me hizo poner la lencería erótica que había comprado, que aunque había comprado la talla mas pequeña, me quedaba un poco grande, la braguita era solo un pequeño hilo que se metía todo entre mis nalgas, cogió el consolador, lo lubricó bien, y me dijo que me agache abriendo mis nalgas con la braga puesta, me untó vaselina en mi ano, y me empezó a meter el consolador, me dolía un poco, ya que Fermín tiene una buena polla, grande y gruesa, pero este chisme era mas grande que su polla, la metió toda en mi culo, y con el hilo de la tanga la dejo sujeta dentro mio, para que no se salga de mi culo, "así vas a andar ahora, con todo eso metido en tu culo", me dijo, acariciando mis nalgas, me molestaba bastante, me incomodaba, pero a Fermín le gustaba, notaba que lo hacía calentar, me metía a cada rato su polla en la boca, preparó la cena, nos sentamos a la mesa, y no me dejaba sacar el juguete ese de mi ojete, me hizo chupar su polla hasta que se corrió en mi boca, pero no dejo que trague su leche, por el contrario, hizo que la escupa en mi comida, había echo un filete con puré de patatas, y entreveró la leche que me había dejado en la boca con el puré, así me comía mi comida, revuelta con su semen.
Cuando fuimos a la cama, me dijo que esta noche iba a ser distinta a todo lo que me pudiera imaginar, me hizo poner de perrito sobre su cama, yo estaba con la tanga puesta y él estaba desnudo con su polla dura, me hizo para un costado el hilo de la tanga que sujetaba el consolador dentro de mi culo, sacándolo con su mano y de inmediato me metió su polla, fuerte, de una sola, mi ojete estaba tan abierto que la verdad no me dolió nada, si note el cambio, al tener ahora la polla de Fermín y no esa polla artificial dentro de mi ojete, "te gusta putito mío?, ahora voy a meter mi mano dentro de tu culo, quiero destrozar tu ojete", me dijo, moviendo su polla dentro de mi culo, y pasando vaselina por su mano, y parte de su brazo, yo estaba excitado, siempre me gustó lo que Fermín me había echo, pero lo del consolador y querer meter su mano en mi ojete, eso nunca lo habíamos echo, si bien estaba excitado, tenía un poco de miedo. Fermín saca su polla de mi ojete y comienza a meter dos dedos, tres, cuatro, y siento como hace fuerza y su mano empieza a entrar, el dolor que sentí casi me hace llorar, sentía como se rasgaba mi ojete, como lo abría a tope, sentía la mano de Fermín dentro de mi culo, a los 10 años, tenía el ojete tan abierto, tan destrozado, que tenía toda una mano dentro, él la movía despacio, sabía que no me quería hacer doler, pero me dolía igual, quería llorar de dolor, "me duele mucho Fermín", le dije con los ojos llenos de lagrimas
Fermín se puso delante mio, sin sacar su mano de dentro de mi ojete, y me mete su polla en la boca, yo tenía mas ganas de llorar que de chupar su polla, empieza a sacar su mano, lentamente de mi ojete y a mover su polla dentro de mi boca, cuando la sacó, me muestra su mano, sucia de sangre y caca, el ano me dolía horrores, "este va a ser nuestro juego de ahora en adelante Rodri", me dijo cogiendo mi cabeza con sus dos manos, con la que estaba sucia también y me empezó a follar la boca, sentía que algo salía de mi ojete, tenía el ano tan abierto, que me estaba cagando sin poder evitarlo, Fermín reía mientras movía su polla mas adentro y mas fuerte en mi boca, hasta que empieza a correrse dentro de mi boca, lo hacía de una manera que jamás lo había echo, su leche inundaba mi boca, nunca se había corrido tan fuerte ni tan intensamente, yo apenas podía tragar tanta leche, su polla me llegaba casi hasta la garganta, me ahogaba, Fermín no dejaba que saque su polla de mi boca, gemía como un animal, parecía un animal corriéndose, cogió parte de la caca que me había salido untándola en mi espalda, en mi cara, en mis labios, sacaba su polla y pasaba caca por su polla metiéndola en mi boca de nuevo, "así Rodri, así quiero que seas", me decía, yo estaba asustado, nunca fue así conmigo, sacó su polla de mi boca, haciendo que ponga mi cara sobre la caca que aún quedaba sobre su cama, me puso boca abajo y me la volvió a ,meter en mi culo, mientras me hacía restregar mi cara en mi propia caca
Me follaba el ojete, que lo tenía terriblemente abierto, me dolía, pero él disfrutaba, gozaba, me follaba como jamás lo había echo, hacía que su polla entre y salga fuerte, muy fuerte de mi ojete, jamás me había follado con tanta fuerza, yo apenas podía respirar, me aplastaba con su cuerpo, mi cara, toda, hasta mi boca estaban llenas de caca, me folló así con esa fuerza, hasta que siento como se vuelve a correr dentro de mi culo, intentando meter su polla tan adentro que me aplastaba, sentía su leche salir a chorros, llenando mi culo, al final me había gustado, me gustaba como me estaba follando, sacó su polla de mi ojete, la pasó por mi cara, ensuciando con mi caca su polla y me la metió en la boca, haciendo que no solo le limpie su leche, sino mi caca también, me dio un poco de asco, pero lo hice, el volvió a sacar su polla de mi boca y la volvió a ensuciar de caca, volviendo a meterla y yo se la volví a limpiar, ahora solo de caca, me hizo limpiar los restos que habían quedado sobre las sábanas, mientras me acariciaba las nalgas, yo pasaba mi lengua por donde había caca mía, el acariciaba mis nalgas, "ahora nos vamos a bañar, desde ahora serás mi cerdo", me dijo, yendo conmigo al baño y nos duchamos juntos, me había convertido no solo en la mujercita de Fermín, en su mariquita, en el niño que se dejaba follar o que le tragaba su leche cuando él quería, sino ahora era su cerdo también.
A pesar del daño que me había echo en mi ojete, yo dejaba que Fermín haga lo que quisiera conmigo, siempre que mis padres se iban de fiesta, que ahora como me podían dejar con Fermín, lo hacían mas seguido, yo estaba feliz, sabía que Fermín me iba a hacer todo lo que se le ocurriera, y acá estaba su mariquita para dejar que me haga lo que quiera.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!