Tocando y oliendo a mi primo Jeff dormido.
Se había masturbado a escondidas y se durmió con la polla llena de leche y dándome el culo. Ese culo que tanto deseaba. Pero no podía tocarlo así que….
Anécdota 4 con mi primo Jeff. Si quieren saber cómo empezó esta historia pueden verlas en mi perfil 🙂
Esto pasó hace algunos años atrás… Eran meses que no veía a mi primo favorito. Los entrenamientos de fútbol habían secuestrado sus horas diarias. Mientras el cumplía 14, yo tenía 16.
Llegó la época de fin de año y una de las mejores: Navidad. Pasaríamos la nochebuena en su casa, como solía suceder hace algunos años atrás.
Yo estaba ansioso por verlo y más aún por dormir juntos, quizá pase las travesuras que imaginaba en mis noches oscuras o quizá lo vea con otros ojos, como si fuera un hermano…
Llegamos a la casa de mi tía, eran ya las 8 de la noche y la familia se empezaba a reunir.
Jeff salió a mi encuentro, estaba más alto, su cuerpo delgado, atlético y muy varonil. Su sonrisa traviesa no había cambiado nada. Llevaba puesto una camiseta blanca manga larga y un pantalón jean azul, los colores de su ropa hacían juego con la mía, yo también llevaba una camiseta blanca pero mangas cortas y un pantalón jean azul.
Nos quedamos mirando y reímos a la vez, parece que hacíamos match.
Nos sentamos, Jeff empezó a platicarme sobre el último partido que iba a ver, las posibilidades de ganar, etc. Mientras hablaba, sus labios un poco secos me desconcentraban; ellos necesitaban que los mojara. Su mirada brillante de niño bueno, hacía que mi sonrisa no se destemple. Cuando dejé de prestarle atención por mis pensamientos intrusos, Jeff se puso de pié y salió de la casa para tomar un poco de aire.
Sentí que mi presencia ya no le gustaba más o seguro se sintió incómodo por mi desinterés en el fútbol.
Pasando unos minutos salí de casa para acompañarlo. Me paré afuera, cerca de la puerta y contemplé ese hermoso ser. Su actitud arrogante que me gustaba no había cambiado, con pie firme caminaba de un lado al otro, creyéndose el dueño del mundo. La luz de la calle hacía sobresalir esas facciones masculinas, su espalda recta, el pantalón jean no podía ocultar ese culito parado, uff ese culo que tanto deseaba estaba más redondo, había crecido. Tragué saliva y me acerqué antes de que se diera cuenta de que lo espiaba.
Al verme llegar se sentó en la banqueta y lo hice junto a él. -Tus labios rojos -me dijo.
Me quedé en silencio, inmóvil. -Te pintas los labios? -prosiguió Jeff y sonrió, más que un reproche era una burla.
-No -contesté avergonzado. Me Frote los labios para que viera que no era pintura. Al hacerlo se tornaron más rojos.
-Ah… -Agachó la cabeza. -parecen.
Esta vez no sabía si lo decía como burla o reproche.
Mis otros primos vinieron en ese momento y Jeff se perdió entre ellos.
Me quedé solo por un momento, observando de lejos, pensando en lo que me había dicho Jeff. Su actitud con ellos era más ruda, machista, sus comentarios homofóbicos hacían una fiesta para los otros.
-¡Acaso no se acuerda que!… Callé mis pensamientos.
Cuando decidí irme del lugar, Jeff me llamó para jugar a las canicas y recordar los juegos de niños.
Durante esas horas prometí no pensar más en él y disfrutar de la navidad. Pasó la cena, las doce de media noche, la una, dos y ya íbamos a dormir.
-Los chicos dormirán en un cuarto con sus primas. Sus primas en el camarote y los 3 hombres en el colchón del suelo. -dijo mi tía.
Una de mis primas era mayor, inaguantable y seguramente nos vigilaría cada movimiento.
Estábamos realmente de sueño. Quisimos mudarnos de ropa, pero el baño estaba ocupado y los cuartos también. A Jeff no le gustaba desnudarse en frente de alguien mayor, y esperar para cambiarse no fue una opción ya que todos moríamos de sueño.
Nos acomodamos para dormir, Jeff se puso al filo, yo en medio y mi otro primo al extremo. El colchón era grande así que cambiamos a la perfección y como estaba en medio del cuarto, no había pierde para ir al baño.
Al instante casi todos se quedaron dormidos, los ronquidos comenzaron, la luz estaba prendida. Sentir el cuerpo de Jeff a mi costado hizo que mi verga se pusiera dura. Jeff se movía de rato en rato; mirada arriba , a un costado hacía el otro. Yo con la mirada arriba, abriendo los ojos por momentos para ver si Jeff me miraba o se despertaba.
Me voltie dándole el culo para que piense que ya estaba dormido.
Creí que todos estaban profundamente dormidos hasta que escuché un ruido de cierre y sentí movimientos detrás de mí. Jeff se estaba masturbando debajo de la sabana. Mi corazón empezó a latir con fuerza. Mi verga quería sobresalir de mi pantalón, mi boca quería tocar, lamer y tragar ese rico trozo de carne. Me moví con los ojos cerrados, hasta quedar con el rostro en dirección a Jeff.
Al abrirlos, Jeff, boca arriba, actuaba haciéndose el dormido, su mano debajo de la sabana blanca cubría algo que no se ocultaba completamente con una sola mano. Excitado pero resignado, entendí que quería hacerlo solo, además el nerviosismo de tenerlo cerca y con la verga erecta me dejaba sin aliento.
Me quedé unos segundos boca arriba y Jeff no se movía, entonces, le dí la espalda para darle privacidad. Inmediatamente empezó el movimiento de una paja en ascendente.
Llevé mi mano suavemente a mi verga para hacer ligeras presiones porque no quería desaprovechar esa oportunidad. De repente un movimiento brusco me alarmó. Jeff se había dado la vuelta y se estaba masturbando de costado, con la cara a mis espaldas. Un olor delicioso a polla llegó hasta mí. Empecé a salivar. Cerca, muy cerca estaba esa verga dura y jugosa. Empecé aspirar más ese aroma a macho adolescente e Imaginaba su glande gordo, lubricado con líquido preseminal, abriendo y cerrandose con mucha intensidad.
-Si tan solo, tuviera el valor de voltear y obligarlo a que me meta su pene en la boca y tragarme su deliciosa leche. -pensaba frustrado.
Después de batallar con mi mente unos minutos, Jeff se dió la vuelta, boca arriba. Había terminado y yo había perdido una gran oportunidad de comerme su verga.
Si lo hubiera hecho -pensaba- seguramente Jeff se hubiera molestado, ya que no le gustaba que tocaran su cuerpo sin permiso, se enfadaba si alguien le tocaba el culo o la verga, aún de broma. Despertaba en él, ese ser homófobo que llevaba dentro.
Inmediatamente recordé la eyaculación de Jeff.
¿Dónde lo ha hecho? ¿En su pantalón? ¿En las sábanas?
Voltie para inspeccionar, de reojo, el lugar. Jeff estaba dormido, las sábanas que cubrían su cuerpo estaban secas. Dejé caer mi mano en el costado del colchón donde seguramente había caído su leche… Nada, todo limpio. Jeff había terminado dentro de su pantalón jean.
nuevamente mi verga se puso dura. -si tan solo pudiera oler, esa zona… Pero no hace mucho que cerró los ojos. Tengo que esperar un poco más…. Pasaron minutos… Un poco….
El sueño me invadió y me quedé dormido como unos quince minutos. Desperté por un sonido sutil. Jeff estaba roncando, no fuerte, sino más bien era el aire carraspeando su garganta. Se veía tan hermoso dormido, su nariz perfilada, sus labios sonrosados entreabiertos, sus pestañas largas, esa carita tierna pero masculina… Inmediatamente Jeff se dió la vuelta. Observé si los demás dormían. Todos estaban muertos del cansancio. Levanté las sábanas y ví el hermoso culo de Jeff cerca a mí, la tira gruesa del jean se perdía entre sus nalgas, los bolsillos sobresalían por esos cachetes paraditos y redondos. Pensé masturbarme cerca de su culo pero de repente me vino una mejor idea.
Bajé lentamente mi cuerpo, hasta tener mi cara a la altura de su culo. De cerca visualice esas curvas perfectas ya que la sabana dejaba entrar un poco de luz. Acerqué mi boca y nariz entre sus nalgas hasta topar con la tira gruesa del jean. Mi verga quería eyacular. El calor de su trasero acariciaba mi rostro. Respiré profundamente para encontrar olor a culo pero lamentablemente solo encontré un fresco aroma a suavizante de ropa.
Después de unos segundos volví a mi lugar.
-Ese culo tiene que ser mío- pensaba.
Jeff se movió nuevamente el hizo que su trasero sobresaliera y se mostrará aún más grande. Al ver su cintura quebrada y el culo sobresalido, no aguante más.
Metí mi mano dentro de su pantalón, aunque no tenía correa, el cinturón del pantalón seguía apretado y abrochado, esto hacía más difícil mi ingreso y hacía doler un poco mi mano. Pero la incomodidad se me fue cuando mis dedos tocaron esas maravillosas nalguitas, duras por el entrenamiento de fútbol pero de piel suave y sedosa como de bebé. No podía creer lo estaba haciendo. Estaba manoseando a mi primo dormido. Estaba tocando ese culo que tantas pajas había dedicado.
Metí con más fuerza mi mano, mi palma acarició ese culo carnoso de redondez perfecta. Traté de desabrochar con mi otra mano el botón que apretaba el jean pero fallé en todo momento.
Hasta que mi mano llegó a su raja, mi cuerpo se estremeció de placer, estaba en el centro, ansioso pero con suavidad introduje mi dedo índice en su ano, ese hoyito virgen que deseaba lamer. Mi dedo ya no se metía, su ano estaba tan cerradito y seco, que solo sentía sus pliegues tibios . Poseído por la excitación empuje fuerte, más y más. No me importaba si estaba abusando de mí primo o si mañana amanecía adolorido. Tenía que sentir mi dedo húmedo si o sí. Como por arte de magia, su ano se empezó a lubricar y por fin mi dedo ingresó adentro de su ano. por fin mi dedo y el ano de Jeff estaba mojadito. Lo metí todo, imaginando que era mi verga.
Jeff se empezó a mover, me aquieté y desaflojé el dedo para que no sienta la presión. Con el dedo metido en su ano, rogué para que no se acomodara boca arriba y siguiera durmiendo.
Mi primo dió un pequeño quejido de incomodidad para luego quedarse profundamente dormido en la misma posición.
lentamente retrocedí mi dedo, el calor de su ano lubricado era perfecto, deseaba meter más dedos pero me contuve, era el momento de disfrutarlo de una forma diferente. Cuando estaba con el dedo en la orilla de su hoyo, su ano hizo una contracción que hizo que mi verga bote un chorro de leche. diablos, qué rico! Mi cuerpo tuvo un pequeño orgasmo. Sentí mi semen escurrir por mis bolas mientras mi dedo parecía ser succionado por su ano.
Miré el cuerpo de Jeff, me parecía increíble estar enlazado en él. Su cabello oscuro sedoso, su piel dorada, sus mejillas sonrojadas pedían que lo penetrara a la fuerza, pero al recordar que la habitación estaba llena y conectar con el sentido común, me tranquilicé.
Saqué el dedo por completo y con cuidado, sin topar sus nalguitas y con la pretina del jean estirada por mi otra mano, por fin logré sacar toda mi mano.
Miré a mi primo, seguía dormido. Y mi dedo, estaba algo húmedo pero limpio, demasiado limpio. Al parecer, el príncipe hasta el ano lo tenía impecable. Seguramente fue el sudor de mi mano que lubricó su hoyito o su mismo culito actuó a mi favor.
Por instinto humano, llevé mi dedo a mi nariz y olfatié ese olor.
-mmm, dios mío… Hasta el olor de su culo olía delicioso. No puede ser… Nuevamente mi polla empezó a destilar leche. Un exquisito olor a culo invadió mis fosas nasales. No era un olor a mierda sino a culo limpio de hombre, orgasmo del sexo, difícil de explicar pero seguro que otro, aparte de mí, lo ha experimentado .
Mi adorado Jeff me había regalo un exquisito perfume sexual que solo de él podía provenir.
Con la verga a punto de explotar me acordé que él también había botado su leche y entonces me aventuré nuevamente a meter mi mano en su pantalón, pero esta vez donde estaba esa polla grande, jugosa y con semen.
Jeff seguía dándome la espalda. Me puse de cucharita y busque el broche de su pantalón. Varios intentos y nada. -Si le bajó el cierre, se escuchará y alguien puede levantarse -. Así que la única opción fue meter mi mano.
Está vez fue más fácil. Con la misma mano, ingresé y toqué su bello púbico de adolescente, ralo y sedoso. mi cuerpo se estremeció. Bajé más y llegué a su pene. Empecé a masturbarme al mismo tiempo. Aunque estaba dormido era grande para su edad, más largo que ancho. Sentí en los nudillos de mis dedos que rozaban el jean, la humedad. Jeff se había corrido dentro del pantalón para no dejar evidencia alguna.
Toqué sus bolas grandes cubiertas de semen porque no se había limpiado la polla… Definitivamente no me cabrían en la boca.
De repente Jeff se movió un poco casi roncando, intenté sacar mi mano pero quedó atascada. Jeff había encogido sus pies un poco más. Ahora se me hacía más difícil la exploración. Como ya era tarde decidí hacer mi última jugada. Tome su pene y lo arremangué hasta dejar su glande al descubierto. Lo tenía cabezón y seguro que estaba colorado. Pasé mi dedo índice por todo el glande cubierto de semen. Con la ayuda del dedo pulgar intenté acumular un poco de esa leche espesita y aún tibia. Entonces saque mi mano de su pantalón, con mucho cuidado para no dejar escapar ese néctar que tanto deseaba saborear y anhelaba que esté dentro de mí.
No aguanté más. Su rica leche fue directo a mi boca. Mi lengua saboreaba ese juguito dulce. Me sentí en la gloria. Mi verga ya estaba roja del movimiento frenético que le estaba dando. Chupé mi dedo gordo hasta dejarlo sin una gota de semen, olfatié la poca leche que traía mi dedo índice.
Cielos… El olor a semen y ano de mi primo se mezclaron y crearon un aroma delicioso, orgásmico. Me metí todo el dedo a la boca y empecé a correrme boca arriba. Chorros de leche salía de mi polla, mientras me tragaba la leche del pene y del ano de Jeff. Del futbolista Jeff. Esa deliciosa sensación de verlo a mi lado dormido mientras me tragaba la leche de su bella parte prohibida, me hacía temblar. Mi polla escupió las últimas gotas de semen y entonces terminé rendido.
Me había corrido en las sábanas sin darme cuenta, que por suerte eran de Jeff, pero la mayor parte de mi leche terminó en mi propia ropa. Me saqué un calcetín y limpié las sábanas, mi camiseta y mi pantalón para luego guardarlo en mi bolsillo.
Mis ojos se cerraron mientras mis labios formaron una gran sonrisa. Hice mío a Jeff, nuevamente.
Maravillosa historia, sube más.
Gracias. Subiré una anécdota más, la última que pasé con él ^-^
Cómo se me antojo meterle más los dedos
Uff Yo también quería hacerlo, pero el miedo de que se despertara me detuvo.
gran historia como sigye
👍🏻 en mi cuenta
Como me gustaría que me cogieran dormido y despertarme lleno de leche grumosa y caliente.
🔥