Bajo el techo de los elegidos
Era un verano de mis seis años recién cumplidos, y como cada año siempre, mis tíos me llevaban con ellos desde Sinaloa hasta Monterrey para visitar a la familia lejana..
Bajo el techo de los elegidos
Era un verano de mis seis años recién cumplidos, y como cada año siempre, mis tíos me llevaban con ellos desde Sinaloa hasta Monterrey para visitar a la familia lejana. El viaje era largo, entre carreteras que cambiaban del verde de los campos al gris de las fábricas, con los corridos sonando a todo volumen en la camioneta. Al llegar, la ciudad se imponía por algo le llamaban la ciudad de las montañas y sus edificios altos, pero en el fraccionamiento donde vivían los parientes, todavía se respiraba ese aire norteño de buenas costumbres: casas bien cuidadas, jardines con mesas para el asado y vecinos que saludaban de puerta en puerta.
Las mañanas olían a café recién colado y pan de dulce, mientras que las tardes se llenaban del humo de la carne asada y las risas de los primos jugando en el patio. Los domingos, después de misa, la familia se reunía en la cocina grande de la abuela, entre platos de cabrito y tortillas de harina, hablando de negocios, de fútbol y de los recuerdos del rancho. Monterrey era distinto a nuestro Sinaloa—más industrial, más acelerado—, pero en esas reuniones, entre el ruido de las botellas de cerveza abriéndose y las historias de antes, uno entendía que aquí también se vivía con el corazón en la mano.»
Aquí en esta ciudad vivían los primos de mi primo Luis: Jorge y Juan, dos jóvenes de veinticinco años, altos, fuertes, con cuerpos esculpidos por el trabajo duro y los deportes. Eran elegidos-hijos de 2 pastores muy respetados en la localidad, destinados a liderar la iglesia algún día . Pero esa noche, bajo las sábanas ásperas y el frío que calaba los huesos, descubrirían que la pureza no siempre era más que una fachada.
La Primera Noche: Juan
El cuarto estaba oscuro, solo iluminado por la luna que se filtraba entre las cortinas. Juan se desvistió frente a mí, como si fuera normal, como si no supiera que yo lo observaba con avidez. Su piel pálida brillaba bajo la tenue luz, sus músculos tensos al quitarse la ropa. «¿Tienes frío?» murmuró, y antes de que respondiera, sus manos heladas se deslizaron bajo mi suéter.
Yo temblé-no por el frío, sino por el fuego que encendió su tacto. me dijo al oído – güerito, está bien que meta mis manos es que hace mucho frio y tu cuerpo está calientito – la verdad estaba confundido no sabía bien lo pasaba a mi alrededor y mi única respuesta fue un –estaba bien,
Comencé a sentir como me comenzó a acariciar lentamente, movía su dedo pulgar primero y luego ya movía el resto de sus dedos, aquello hizo que me erizara, el sintió como me erice y me dijo – Tienes mucho frío verdad güerito, – me salió un – si – luego de esto se pega a mí y me dice – tranquilo güerito, te voy a dar calor con mi cuerpo, así ya no sientes frio -, al jalarme de la cintura hizo que quedara en cucharita con él, estaba completamente pegado a el, ahí pude sentir que el tenía erecto su pene y este lo tenía pegado en mi trasero en un momento lo resbalo entre medio de mis nalgas para quedar debajo de ellas entre mis dos piernas, podía sentir como presionaba intentando abrirlas, yo estaba realmente confundido, no sabía bien lo que estaba pasando y solo cerré los ojos y me quede ahí quieto dejándo que el siguiera,
Estuvimos un rato así en esa posición, su mano ya acariciaba mi estómago y mi espalda, sus manos ya habían entrado en calor, yo seguía con mis ojos cerrados por la situación y más porque a esa edad uno no sabe cómo reaccionar, que hacer o que decir, yo daba gemidos leves, me quito el suéter y la playera, ya ni sentía frio por el calor de aquel momento, en voz baja me dijo – quítate todo, para después el quitarse su pants, ya que estaba oscuro casi no se venía nada, todo aquello sucedía a oscuras, estando el resto de nuestras familias durmiendo en los otros cuartos, quién podría imaginar que aquel muchacho de 25 años estaba iniciando a un niño de 6 años en el sexo , luego de quitarse su pants, comenzó a restregar su pene en medio de mi trasero, podía sentir lo mojado que estaba su pene porque me estaba embarrando todo su liquido pre-seminal, paro un momento, creo que fue para ensalivar su pene, porque después de eso comenzó a presionar su pene contra mi ano, y era claro que estaba más mojado, se acercó a mi oído y me dijo – pinche jotito ni pones resistencia – yo no dije nada y es que ya había entrado su cabeza en mi ano, me dolía horrores, Juan seguía presionado intentado meter más y más de su pene, ya no quería seguir, por un momento pensé en decirle que se detuviera, que no podía que estaba muy grueso para mí, en eso paro.
Estuvo un buen rato así, inmóvil, creo que para que mi ano se acostumbrara a su pene, yo seguía comiendo n los ojos cerrados y llorosos por el dolor, apretaba fuertemente las sabanas de la cama, me seguía doliendo mucho, hasta que comenzó a moverse lentamente, el dolor que sentía se había reducido un poco, trate de relajarme, me dolía pero podía sentir lo grueso de su pene resbalar dentro de las paredes de mi ano, podía sentir que todavía no lo había metido todo, no sentía sus caderas golpear mi cuerpo, ahí seguía Juan entrando y saliendo de mí, sentía cada vez más dentro su pene, ya no me dolía casi nada y para ser mi para ser mi primera vez lo estaba disfrutando mucho, llevo su mano a mi boca y la tapo, no sabía porque, y ahí fue cuando empujo fuertemente y me lo metió todo de golpe, mi grito se ahogó en su mano, mi ano palpitaba al sentir todo ese pene dentro de mí, yo me quedé en shock por la situación quería zafarme de el e ir con mis padres pero era inútil no podía con su fuerza, después de metérmelo todo volvió a quedarse inmóvil más de media hora, quito con cuidado su mano de mi boca, mi respiración era agitada, aquella embestida me había dejado temblando, podía sentir sus vellos púbicos rozando mis nalgas,
Comenzó a sacar su pene por completo y lo volvía a meter completo nuevamente, ahora si ya sus caderas chocaban contra mi culito, podía sentir como su pene rozaba mis nalguitas al entrar y salir, como entraba y salía de mi ano, llegando hasta lo profundo de mi ser, tapaba mi boca cada vez que hacia eso para que no se escapara un grito que hiciera descubrir aquella tremenda cogida que le estaba dando aquel muchacho de 25 años a mi culo de 6 años.
Juan se detiene y me lo saca, y me dice al oído – ven párate güerito dame unos sentones -, el me explico como debía hacerlo él se recostó, y me hinque encima de él, tome su pene y si, ahí pode constatar que lo tenía todo por completo adentro, con sus manos me marco el movimiento de sube y baja, hacía mucho esfuerzo para no gemir alto, estaba en posición de cómo hacer sentadillas, y eso fue lo que comencé hacer sentadillas encima de su pene, comencé levemente, me lo sacaba casi todo y me lo volvía a meter todo hasta sentarme por completo sobre sus caderas,
Juan yo creo se enojo porque no lo hacía bien o no lo estaba haciendo como a él le gustaba – no mames güerito ya te dije como, te dije sube y baja rápido
Juan tenía que colocar sus manos en mi culo para frenar cuando me sentaba porque si no nos iban a descubrir al oír el sonido de mi culo chocando con sus caderas, mis piernas me dolían muchísimo y temblaban del esfuerzo de subir y bajar,
Me coloco nuevamente de cucharita y me dijo al oído – te voy a educar bien ese culito bb y esas piernas de pollo que tienes, te voy a dejar escurriendo mecos (semen)– Juan me marco el ritmo pero nuevamente con sus manos pero ahora de cucharita 🤭, y yo comencé nuevamente a metérmelo y sacármelo rápidamente, ya sus manos me empujaban y jalaban más rápido de lo que yo lo hacía, su respiración se aceleró más, era una delicia, sentía tan rico, como su pene salía y entraba dentro de mí, hasta que me dio un jalón hasta abajo me lo metió todo lo que pudo, gimió y pude sentir como soltaba todo su semen dentro de mí, me apretaba fuertemente hacia su pene mientras descargaba todo lo que tenía, y si pude sentir que era mucho semen lo que tenía, sentía como su pene palpitaba dentro de mí, me sostuvo así y podía sentir como su semen escurría afuera de mi culo aun con su pene dentro de mí, podía sentir que me había dejado bastante abierto mi ano, al momento de yo apretarlo y seguir expulsando su semen, él se levantó y tomo papel de su mesita de noche para limpiarse y luego limpiarme mi culo, y me dijo – te salió poquita sangre ya ese culito ya tuvo su primera vez – luego de eso me vestí porque ya comenzaba a sentir fri, Juan me dio unas indicaciones para que el me siguiera cogiendo
La indicaciones eran sencillas
1 – debía hacer 150 sentadillas a demás de ejercicios las nalgas en mi casa para que no me dolieran las piernas y poderle dar los sentones como a él le gusta y el poderme agarrar las nalgas como a una
Sin no seguía estás reglas el ya no me volvería a cojer
– si quieres que te la meta como te gusta tienes que seguir estás reglas, el putito de planta casi siempre está con papá y casi nunca quiere así que ya te toca bb
Yo no sabía bien lo que me decía pero si quería volver a repetir con el debía seguir sus instrucciones esa noche me acosté a dormir, dormí tan placenteramente, eso sí con un poco de dolor en mi culo al dejármelo tan abierto.
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