Mi vida (20)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Pasaron muchos meses desde que Alexander y Jaime junto con su mamá vivian en la capital de mi país, en aquel fin de semana fue una grata sorpresa recibir la vista de mi nana y de Alexander a pasar un fin de semana en mi casa.
Lo veía diferente ya que vestía más formal, su estilo de mirada era otro, parecia serio o extraño. Lo invité a jugar baloncesto, me abrazaba fuertemente cuando forcejeábamos con el balón, me cogia de la cintura con sus brazos llevándome a su cintura, no me dejaba, notaba su manoseo en mi culo y piernas, nos sentamos a descansar, me sobaba las piernas y me sonreía, habiamos cortado el hielo y entrábamos en confianza, pensé que no había olvidado nuestras culiadas.
Le serví un jugo de guayaba en la cocina, puse mi mano sobre el mesón la mano de Alexander me sobaba los dedos, lo miré al rostro Alexander me daba una picara sonrisa, me pidió que le mostrara mis juguetes nuevos, subimos corriendo a mi cuarto, saqué mis cajas de juguetes con carritos nuevos, jugábamos a las carreritas cuando de repente su mejilla caliente rozó la mía con su sudor, sentí algo asi como una angustia indescriptible, adrede me dejaba rozar mis brazos con sus suaves y tibias manos, mi pene comenzó a crecer estirandose dentro de mi pantalón.
Vi el culo de Alexander frente a mi cara y salió el impulso de sobarlo con mi mano, él se hizo hacia delante, se viró sonriente, se sentó con sus piernas cruzadas moviendo el carrito, yo seguia en cuclillas, Alexander abrió sus piernas diciendome que lo culiara, se acostó sobre el piso ´quedando boca arriba, se bajó el cierre y por entre el calzoncillo se sacó su pene un poco más grande y colorado de aquel que vi la última vez se lo jalaba con sus manos me repitió que lo culiara, me paré bajándome el cierre sacándome mi pene, me arrodille y me acosté hasta que mi pene frotaba el pene bien erecto de Alexander, él me abrazó de mis caderas, nos movimos los penes arriba y abajo asi como a los costados.
Nos molestaba el cierre asi que nos paramos quedándonos sólo en calzoncillos y medias, me acosté en mi cama lo llamé para que me culiara, se sacó el calzoncillo meneando su pene, me sacó el calzoncillo, nuestros penes ahora culiaban con mayor libertad, sentia muy rico su piel sobre la mía, lo abaracé, no queria que me dejara de culiar mi pene, sus dedos sobaban la raja d emi culito, sus yemas sobaban mis nalgas sentia sus dedos penetrar mi culito, eso me hacía pujar, mi Alexander, desde hace tiempo deseba que me lo hiciera.
Me puso culo arriba, su pene frotaba la raja de mi culito mientras me besaba el pelo diciéndome que le gustaba, yo solo me limitaba a decirle que me culiara. Que siguiera, que no se detenga. Me dejó que le culiara el culo y le hice pasar mi pene por su culo, mi cadera se movia despacio y rapidito después.
Me sentó en la cama, él estaba parado con su pene erecto que me lo pasaba por mis piernas y pene, me empujó y me volvió a culiar montado sobre mi.
Me volvió a sentar pero esta vez a filo de cama con mi culo punteado expuesto, sentia sus dedos masajear mi culo, me metia y me sacaba un dedo por mi culito, su pene caliente sobaba mis nalgas, su mano empujó mi espalda y mi pecho topaba mi cama, el dedo que dilató mi culo me lo pasó por mi nariz para que oliera lo que salia de mi culo, eso después se me hizo costumbre hasta estos días.
Al rato sentí raro el pene de Alexander al entrar a mi culo, sentia apenas un leve dolor muy diferente al que sentí cuando me penetró levemente Benito con su penesote meses antes.
Alexander se esforzaba por metermelo torpemente más, pero me lo sacó sobándoselo con sus manos, se montó sobre mi espalda, su boca estaba sobre mi pelo y su pene sobaba mi espalda, su cadera subía y bajaba con fuerza, me ponia de espaldas a él para que sus dedos se metan suavemente y despacito un tantito en mi culito, la sensación era agradable, me hacía estremecer haciendo que mi cuerpo se moviera mucho, yo le hacia lo mismo con mis dedos en su culo, nos moviamos tanto que la cama se movia como carro chocón.
Levantó mi cadera, mi culo de punta sentia moverse rápidamente su pene, Alexander se quedó quieto, se levantó de mi cuerpo nos acostamos de perfil en la cama uniendo nuestros penes sobandonos las piernas, nos abrazamos cubriendonos con las sábanas culiando nuestros penes y culos, nos quedamos exhaustos con la necesidad de orinar lo hicimos en mi bacinilla, nos vestimos, saqué el seguro de la puerta para seguir jugando con los carritos, al rato llega mi mamá y mi nana llevándonos un dulce de leche con queso y galletas.
Me dio rabia enterarme que Alexander dormiría con su mamá, creía que lo iba a hacer conmigo, pero eso no fue impedimento para culiarnos mientras jugabamos a las escondidas fuera de casa con los amiguitos del vecindario también durante el día seguimos haciéndolo en el cuarto.
Fue un fin de semana irrepetible, lo más lindo de todo, es que Alexander no había olvidado culiarme.
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