Dolor y placer I.
Acariciando su glande rojo en aquella rosada entrada el cuerpo de Ricardo vibró en deseo, escupió saliva para lubricar y forzó su verga en el ano del pequeño, gritos de dolor se escucharon antes de ser ahogados por un miembro grueso..
Despidiéndose de su madre el niño de 6 años observó a sus dos primos sonreír con sorna, ambos adolescentes apretaron sus miembros mirando con lujuria el cuerpo del menor.
«¿Qué opinas Julio?»dijo el chico a su compañero.
«Es perfecto, pero necesita ser entrenado ¿Quieres hacer los honores Ricardo?» Comento el joven, su familiar asintió tomando en sus brazos al niño, este no sabía que estaban planeando y solo pudo escuchar la puerta cerrarse con llave después de perder de vista a su madre.
Sin tiempo a reaccionar el chico se encontraba acostado en su cama, su primo Ricardo se quitó su ropa quedando solo con sus calzoncillos rojos, el cuerpo del joven estaba bien definido, con vello cubriendo sus axilas, pecho y pubis.
Agarro la cabeza del pequeño y lo acerco a su entrepierna con fuerza.
«¡Quiero que chupes como si fuera una paleta! ¡Cuidado me muerdes!» ordenó el mayor con tono duro, sus ojos brillaron cuando vio al niño temblar, lágrimas se aglomeraron en sus ojos mientras negaba con la cabeza.
«¡Por favor! ¡Juguemos otra cosa!»gimió el menor, la verga dura del muchacho pálpito en su ropa interior, sin responder saco su envergadura y la golpeó contra el rostro de su primo, en un costado su compañero se masturbaba viendo la escena.
«¡Te he dicho que chupes maricon!» exigió el adolescente forzando su hombria en la boca del niño, este lloro con la voz entrecortada sintiendo arcadas, el pene de su primo era grande, midiendo unos 18 cm con un grosor envidiable, no le cabía todo en su boca, pero debía tragar lo que pudiera para evitar ahogarse con su saliva.
Se removió con sus brazos y piernas para escapar del mayor, pero alguien lo sujeto desde atrás haciéndole imposible escapar.
«¡No me gusta! ¡Sácalo Ricardo!» balbuceó el menor, no obstante lo único que recibió fue el movimiento de mete y saca de aquella verga en su boca, un nudo se formó en su garganta evitando que vomitara, incómodo por lo que le hacían el chico suplico durante varios minutos sin ser escuchado.
Pronto el joven se aburrió y cambio de posiciones con su primo, dejó que esté metiera su verga del mismo tamaño en la boca del niño mientras el jugueteaba con el agujero del infante.
Acariciando su glande rojo en aquella rosada entrada el cuerpo de Ricardo vibró en deseo, escupió saliva para lubricar y forzó su verga en el ano del pequeño, gritos de dolor se escucharon antes de ser ahogados por un miembro grueso.
El menor trató de escapar otra vez, pero fue sometido por su primo Julio, lo cual le dio libertad al otro joven de seguir con su penetración.
Sin importar los ruegos y lo difícil que era introducir su hombria siguió metiendo cada centímetro hasta hundirse de lleno.
«¡Puta mierda! ¡Este agujero es la gloria!» gimió el adolescente empezando con unas embestidas rápidas y certeras, los quejidos del niño eran altos, pero nadie podía escucharlos excepto ellos.
Disfrutaron del menor dejándose llevar por el deseo, Ricardo sostuvo las piernas del chico mientras hundía con maestría su miembro en el agujero roto, sangre salía cada cierto tiempo provocando punzadas de dolor en el menor.
Gruñendo y soltando improperios el joven aceleró las arremetidas causando que el niño gritara más fuerte, en el rostro del infante manchas de semen le cubrían, Julio se estaba masturbando en su cara por tercera vez viendo como su primo embestia al pequeño.
«¡Voy a preñarte puta! ¡Recibe mi leche!» gimió el adolescente dando fuertes golpes con su pelvis, su hombria quedó hundida en el agujero rojo del pequeño mientras borbotones de semen salían de su verga, el blanco y rojo se combinaron creando un color rosado flamelico, al sacar su pene del ano roto del pequeño cayeron restos de líquido seminal que mancharon la cama.
«¡Ahora voy yo! ¡Quítate!» exigió Julio empujando a su primo, de un movimiento enterró su gran envergadura logrando causar una punzadas de dolor al pequeño, este incapaz de pronunciar palabra se dejó hacer soltando gemidos lastimeros, Ricardo sonreía orgulloso masturbando su morcillosa verga la cual se puso erecta de nuevo.
La carne sensible en el ano del pequeño le facilito al joven disfrutar de sus arremetidas, cada vez que hundía su pene algo caliente le cubría dándole un placer indescriptible, ignoro las manchas de sangre en la cama continuando con su trabajo.
Apretó con fuerza sus manos en los glúteos del menor dando unas cuantas nalgadas que hicieron vibrar el cuerpo del chico.
«¡¿Te gusta ser montada por tus machos?!¡¿Quieres ser preñada puta?!» Se burló Julio acelerando sus embestidas, cambio de posición acostándose en la cama y dejando que el niño le cabalgara.
Con movimientos rápidos y certeros acribillo el agujero del menor con su verga generando una fricción placentera, el sudor perlaba su cuerpo mientras veía como en cada salida semen mezclado con sangre caía en su pelvis, gruñó gustoso al llegar al clímax.
Enterrando su verga hasta el fondo Julio se deslecho en el menor provocando espasmos en el culo del niño, este tenía los ojos cerrados y la respiración erratica.
«¡Muy bien putita! ¡Ya que te has portado bien te dejaremos descansar un rato! ¡Pero luego iremos por la segunda ronda!» Exclamó su primo sacando su hombria del agujero del menor, le dejó tirado en la cama mientras iba con su compañero a tomar agua.
«¡Por favor! ¡Más!» gimió en un susurro el pequeño con la mirada perdida.
Continuará…
Gracias por haber leído.
Mando saludos y agradecimientos al pequeño Saúl de 14 años por contarme su historia y permitirme convertirla en un relato, es un placer el tenerte como lector, deseo te haya gustado tanto como a mí al escribirlo.
Si quieren charlar o sugerir ideas para futuros relatos pueden contactarme por Telegram.
Telegram: @AlexanderTL28.
Hasta pronto.
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