DON RICARDO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por logtree.
DON RICARDO
Una pared baja separa los fondos de mi casa con la de mi vecino Don Ricardo.
Separado, viudo, 70 años o lago así, morocho, barba candado y cabello gris, algo excedido de peso, peludo pero no mucho, suele sentarse con su radio en el patio a escuchar tangos, por las tardes a tomar cerveza.
La tapia es de ladrillos y no alcanzo a ver por encima, salvo que me trepe a algo.
Una tarde de verano, yo ya con 17 años, escucho la puerta mosquitero de Don Ricardo abrirse, espio y lleva la radio, la botella un vaso y lo apoya en la mesa.
Deja las cosas, enciende la radio se estira como desperezándose y se le escapa un pedo.
Sonríe y vuelve a entrar para buscar algo más.
Lo veo alejarse, oscuro, sin cintura ya, los rulos de la cabeza pegados por el sudor.
Hacía calor.
El calzoncillo tradicional blanco, amplio y fresco dejaba entrever pija y huevos, pero no se distinguían.
Me agaché para que las plantas me tapen.
Se sentó en el banco largo, tiró algunos manies en su boca, sirvió cerveza y bebió todo un vaso y cuando lo soltaba dijo: Ahhhhh!!!.
Separó las piernas y comenzó a sobarse la entrepierna primero por fuera del calzon y luego sacó la pija oscura, normal, nada enorme.
Con la otra mano, se acariciaba un pezón suavecito, cerró los ojos y se recostó en la pared evidentemente encontrando que la música, el maní, la cerveza, el calor y la paja que asomaba era el momento deseado del día.
Cuando la pija ya estaba tomando cuerpo y estaba bastante dura me asomé y le dije: Don Ricardo, lo ayudo con eso?
El pobre hombre se sentó, no sabía de donde venía la voz, miraba la puerta de su casa, se puso de pie, miraba para todas partes y de pronto me vió.
-Ah, sos vos? Me cagué en las patas, que pibito forro.
No se hace eso, carajo!
Medio haciéndose el enojado porque sabía que estaba en falta, pero nada grave….
por ahora.
Le dije:
-Le doy una mano Don Ricardo? Si me ayuda a cruzar me trepo a la pared.
Me subí y le pedí que me ayude a bajar sin lastimarme.
-Sostengame las piernas y aléjelas de la pared.
Mis piernas tocaban su cuerpo y fui bajando más y más y más partes de mi cuerpo tocaban el suyo.
Cuando mis pies tocaron el suelo, sentía la poronga de Don Ricardo en mi cintura y su panza en mi espalda que se pegaba por el sudor.
Es bastante más alto que yo asique me sostuvo y le dije
-No me suelte
-Por qué?
-Porque me gusta
-Que te gusta?
-Usted Don Ricardo.
Me abrazó por detrás y con la uña larga de su meñique me tocaba muy suavemente, como si fuera suyo, un pezón.
Se me aflojaron las piernas, me sostuvo y me dice
-Te gusta?
-Mucho.
Pero sosteneme (ya dejó de ser Don Ricardo) que me maréo.
Acercó su mejilla a la mia y pude sentir la suya barbuda y me gustó más.
Me soltó, me tomó de la mano y luego de sentarse en el banco me señaló la pierna de él para que me siente.
Obedecí, pasó mi brazo por su cuello, con un brazo me acercó a él y me miraba a los ojos como entendiendo y le dije
-Pa, quiero ayudarte con esa paja, me dejás?
-Bueno….
dale….
pero acá?
Fui acercando mi cara a la suya hasta que mi nariz tocaba la de él y le pedí que respire por la boca.
El aliento se me metió por la nariz y entró en mi cerebro y me lo masturbó.
Él lo notó y comenzó a tocar mi pezón nuevamente y me dice:
-Así?
-Si papi, así, suavecito.
Me llevas a la cama
-Si amor, vamos
Ya teníamos las pijas duras .
Él iba encarpado debajo de su calzoncillo caminando detrás mio.
La radio seguía transmitiendo un lamento de tango a muy bajo volumen.
La casa estaba fresca, me llevó al dormitorio, me volteó y puso mis brazos alrededor de su cuello y acercó su boca a la mia tan despacio que la barba candado me hacía cosquillas.
Dejé que él maneje y cerré los ojos disfrutando su aliento a hombre.
También subía aroma a sobaco que era otro olor que me aflojaba las piernas.
Apoyo sus labios con los mios y deslizó la lengua dentro de mi boca.
La mia la buscó y disfrutábamos.
Su miembro duro de nuevo a la altura de mi panza y mis pies apoyados sobre los de él.
Despues de ese primer beso me dice
-Estás bien? Te gusta?
-Si pa, me das saliva?
Y juntó saliva y la chupé de su lengua.
Rica, sabrosa, con un poco de gusto a cerveza.
Bajó una de sus manos a mi cola y bajó el slip dejando que caiga al suelo y yo hice lo mismo aflojando el botón del calzón que cayó.
– Vení bombón, acóstate conmigo.
Nos tiramos en la cama, le pedí que se acueste boca arriba, olí uno de sus sobacos y lo lamí y lo chupé, luego lavé el otro, bajé a sus pezones y eso le gustaba mucho, seguí bajando hasta tener su pija cerca de mi cara, me acosté entre sus piernas, estiré mis manos y me dediqué a trabajarle los pezones mientras chupaba la pija y lamía los huevos.
Don Ricardo estaba en extasis, ojos cerrados y me acariciaba la cabeza con mucho cariño.
Y me decía cosas y gemía: uy bombón, que lindo esto, gracias gracias, comeme los huevos eso….
así….
Segui mi tarea mientras me masturbaba con su pierna.
Le dije: atendete un pezón que necesito una mano para tus huevos.
Eso hicimos y acariciaba los grandes testículos peludos.
Me pidió que tome el cuero de las bolas y lo tire para abajo.
Más fuerte….
más….
ahí bombón dale….!!
Pasó un largo rato y como los dos estábamos cómodos y disfrutando seguíamos.
Las luces del día ya se apagaban y la casi oscuridad dejaba lugar a ese baile de dos, calientes y habilitando el placer.
En un momento Don Ricardo me dice: aflojá o acabo.
Yo seguí haciendo lo mio habilitando a que acabe.
Cada vez más y más fuerte su respirar dejó espacio a que tome aire y comience una exhalación profunda de su voz, mientras la leche salía y yo iba saboreando y tragando .
Rica leche, no muy dura, abundante salada y muy muy aromática.
Rico olor a guasca de hombre.
Solté su testículos y su pezón, limpié el miembro ya medio flojo y él me llevó hasta su boca para besarnos.
Le dije: discúlpame pa si tengo olor a pija en la boca viste? Pero acabo de tomarme una mamadera deliciosa.
Se rió y se le movía la panza y yo con ella.
Le pedí que nos pusiéramos de costado y que con sus manos me trabaje los pezones y fue muy cariñoso, acercó su boca a la mia y casi sin tocarme acabé y acabé.
Él buscó el semen, tomó una parte, la llevó con sus dedos a mi boca y nos besamos.
-Sabés bombón, es la primera vez que pruebo guasca.
-Te gustó?
-La tuya sí, es dulce y rica.
Estaba ya oscuro y me preguntó si me tenía que ir y le dije que no, que podía quedarme.
Entonces mientras me besaba me dijo que me diera vuelta que haríamos una siesta cucharita.
Y así fue.
Por 3 ó 4 horas dormimos los dos profundamente, mientras el ventilador de techo refrescaba la habitación suavemente.
Me desperté y le dije que iba al baño.
Él se estiró y quedó con los brazos detrás de su cabeza y bostezaba.
Se puso de pié y fue a la cocina a preparar algo para comer.
Volví del baño, fui a la cocina, me subí a sus pies y lo besé profundamente.
Él me dice: uy, cuidado que huelo mal, tengo aliento a oso.
-A ver? Echame el aliento….
.
Te parece? Está bueno (riendo)
Abrió una botella de vino, comimos fiedos con manteca y hablamos de nosotros.
Él separado, viudo, chofer de ómnibus de media distancia , muchos días fuera y cuando el único hijo creció y estudió y se fue a vivir con su novia, la madre lo dejó.
Demasiadas ausencias.
Quedó solo hasta jubilarse y ahora tenía un flete y vivía bien, sin sobresaltos , de pocas necesidades y gustos.
Un hombre simple, tímido para buscar otra mujer.
Decía: son muy complicadas y hablan mucho, je je je.
Le conté de mi y ya habiendo comido me pidió que me acerque, me senté en su pierna y me abrazó y me dijo gracias.
Lo besé y le dije:
-Cojeme pa.
-En serio?
-Sí, pero despacio, es mi primera vez sabés?
Me besó, dejamos todo en la mesa, me agarró de la mano y me llevó a la cama.
Ya no sabíamos si eran las 10 de la noche o las 2 de la mañana, no importaba.
Le pedí algo:
-Pa, te puedo pedir algo? Si no te gusta me decís.
-El culo no te lo doy!!! Y se rió.
-No pa, quiero que cuando me beses probar algo.
-Qué?
-Además de saliva, me podés pasar saliva con catarro?
-Sos asqueroso!!
-Bueno, no pasa nada, pero si no te lo pido a vos….
Pero entiendo.
Olvidate.
Se puso encima mio y me besó.
Lo abracé con piernas y brazos y me pidió que me ponga boca abajo.
Obedecí, me abrió las piernas y separó las nalgas dejando mi ojete expuesto.
No lo veía pero lo olía y decía que le gustaba.
Me besó las cachas y se acercó al ano, lo besó, se me erizó todo y me preguntó:
-Estás bien? Te jode?
-No pa, seguí que me gusta mucho….
mucho
Hundió la boca en mi ano, el roce de la barba me hacía calentar mucho, exploró con la lengua mi ano y con las manos me tocaba los pezones.
Era tal el placer que el ano se abrió y dentro fue la lengua de Don Ricardo que bufaba y decía: que rico ojete lindo, hace siglos no morfo culo.
Con el ano bien salivado, carraspeó , sacó un catarro y lo escupió en mi ano, lo desparramó con la cabeza de su pija y ahí quedó.
Subió con su cuerpo hacia mi, puso una pierna mia en escuadra a noventa grados y susurró cerca de mi naríz para que lo oliera
-Estás bien? Te gusta?
-si pa cojeme suavecito
-está bien así la boca?
-si pa, me gusta mucho
-Querés juguito o pollito?
-Los dos pa
Y escupió un pollo en mi boca que saboreaba mientras él empujaba la pija dentro mio.
Y así hizo suavecito.
Cuando me incomodaba él se detenía y me toqueteaba los pezones.
Eso me ablandaba y metía más y más.
Despacio fue acomodando toda la herramienta en mi culo y yo más y más gozaba.
Estiró mi pierna, me puso completamente boca abajo, separó mis cantos y me rempujaba levantándome la cola.
Yo ayudaba y ofrecía levantándola y gimiendo.
Descubrí que el gemido le gusta y lo calentaba y le daba grititos ah! Así! Papito macho mio! Aiaaa!! .
Don Ricardo estaba que reventaba, traspiraba mucho y nos pegábamos.
Me embestía fuerte, quedaba pegado al fondo y se retiraba despacio.
Embestía, permanecía y todo alternado con caricias en los pezónes.
En un momento la sacó, me dio vuelta, volvió a toser y escupir un polo en mi ano y dentro fue de una el palo entero con un gritito mio aaaaiiiiaaaaa.
Abracé con brazos y piernas a Don Ricardo y me besaba y me pedía: Eso amor, besame, besame, oleme la boca, ahí va saliva tomá.
Y en el mete y saca de esa pija en forma de banana empezó a acabar y acabar dentro mio.
Todavía con la pija latiendo y bombeándome, la forma de banana me empujaba la próstata y mientras salía de mi culo la leche que sobraba y lubricaba se incorporar un poco y comienza a trabajarme los pezones justo en el momento en que yo me arqueó y comienzo a acabar con los ojos que se me iban para arriba de placer.
Buscó la leche mia en la oscuridad, la tomó en sus dedos, se los puso en la boca y nos besamos largamente hasta que su pija se salió.
Tomó su calzoncillo, envolvió su pija y limpió mi culo.
Nos abrazamos y nos quedamos dormidos hasta que era ya casi mediodía.
Cuando me levanté, Don Ricardo ya había lavado la cocina y estaba en el patio con su tango y su café, desnudo y rejuvenecido.
Me acerqué, me besó y haciendo que oliera su boca me dice: somos esposos ahora.
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