Ejercicio para culos hambrientos
Mi progenitor le dio su espacio y empezó a desnudarse. Comenzó por su camisa de tirantes sudada dejando expuesto el resto de su piel. Unos abdominales bien definidos, pectorales hinchados y brazos como troncos de árbol. Sus pezones erectos eran como ciruelos que tentaban a morderlos..
Durante las siguientes horas de clase me las pasé mirando al profesor de literatura, un hombre caucásica de físico exquisito y sexy.
Sus ojos azules no dejaban de mirar en mi dirección y sus cejas gruesas se unían en un ceño fruncido.
Adoraba la idea de saber lo que me haría por estar viendolo durante la clase.
Sabía que estaba jugando con fuego, pero ya estaba acostumbrado a quemarme con él.
Los mejores ejemplos eran mi padre y sus amigos del gym. Cada uno dejó una quemadura en mi piel a través de sus pollas adultas.
Eran deliciosas, carnosas y voluminosas. Pedazos de carne que te invitaban a comerlos con la boca.
Suspiré ante la idea y volví a mirar la entrepierna del maestro Thomas.
Fuí atrapado infraganti por el maestro, y en ese momento, el timbre de salida sonó.
Todos los estudiantes guardaron sus cosas y salieron.
Mi mejor amigo hizo lo mismo y bajó primero.
—Esperame en la salida, llego en media hora, tengo algunas dudas sobre la clase.
Mi mejor amigo, Henry, un chico pelirojo de ojos bonitos asintió con la cabeza antes de irse.
Cuando Henry pasó cerca de la mesa del maestro Thomas, el menor se sonrojó.
Una vez solo quedamos mi maestro y yo, ví como el adulto se levantaba de su escritorio y caminaba hacía la puerta.
Cerró con pestillo y se dio la vuelta para verme.
Sus ojos azules brillaban ante el ocaso que se proyectaba en las ventanas dándole un aire amenazante, como el de un asesino con su victima.
Miré sus manos grandes ir hacia su cintura para empezar a quitarse su cinturon. Mientras lo hacia, el maestro Thomas caminaba en mi dirección sin despegar la mirada de mí.
—Has sido un niño muy malo. Tu maestro debe enseñarte por las malas a obedecer a tus mayores —dijo el profesor en tono grave.
Sus pies se detuvieron a un metro de mí.
Terminó de quitarse el cinturón y desabrochó su pantalón ajustado.
Con un movimiento de sus manos bajo su pantalon hasta las rodillas, llevaba puesto como ropa interior un suspensorio azul que realzaba sus duras nalgas.
Mis ojos brillaron al tener tan cerca aquella polla adulta y observé al adulto con deseo.
Una risa burlona adornó los labios del mayor.
—Sabia que eras una putita golosa. Ya tengo experiencia con niños como tú ¿Quieres la polla de tu maestro? —preguntó el profesor Thomas.
Su tono era sugerente y morboso, como si estuviera tentandome con sus palabras.
Miré su polla escondida en el suspensorio antes de responder.
—Quiero su hombria, maestro Thomas.
—Claro que la quieres, putita.
Su respuesta me hizo sonreir.
—Mirate. Feliz de tener a un hombre para enseñarte. Tienes suerte, soy un profesor muy paciente. Me aseguraré de que aprendas bien a complacer a un macho.
Su tono ronco y grave hizo eco en las paredes del aula, después, sentí una de sus manos tomar mi cabeza y pegarla a su entrepierna.
—Empieza por quitarme el suspensorio. Tengo un amiguito que quiere salir a saludarte.
Hice caso a sus palabras y rápidamente quité el suspensorio azul de su pelvis. Lo dejé caer junto al pantalón y el profesor Thomas terminó de desnudarse de la cintura para abajo con un movimiento de sus piernas.
Tiró el pantalón y el suspensorio a un lado, luego tomó mi cabeza para acercar mis labios a su polla erecta.
Era grande, la cabeza tenía forma de cono y no estaba circuncidado. En los pliegues alrededor su glande tenía restos de suciedad que desprendían un olor a pescado crudo.
La saliva en mi boca empezó a brotar y dejé que sus manos terminaran por pegarme a su hombría.
Permití que mis labios besaran la piel sudorosa con olor a orina. Pasé mi lengua por aquellas venas abultadas que tenian una textura suave. Mi aliento engulló la carne palpitante adulta y los gemidos graves del maestro Thomas fueron musica para mis oidos.
Mi boca se amoldó al tamaño grueso y largo de aquella polla mientras iba acostumbrando mi paladar al sabor salado que tenía.
El olor a pescado era intoxicando y al pasar mi lengua en aquella suciedad que tenia en los pliegues por debajo de su glande pude percibir un sabor rancio y pastoso. Sin embargo, en vez de asquearme, quería probar más.
Mis labios dejaron suaves caricias en la piel tersa y pasaron por el tronco venudo hasta tocar la base donde estaban los testículos.
Una mata de pelos rubios me dieron la bienvenida y mientras sumergia mi rostro en aquel mar de vello masculino, sentí como el hedor a macho embriagaba mi nariz.
Era un aroma espeso, agrio y picante, emanaba de sus testículos con una potencia tal que podia sentirlo llegar a mi rostro por el calor que desprendia.
Solté un gemido al sentirme feliz de tener todas esas nuevas sensaciones con mi maestro de literatura.
Recordé a mi mejor amigo Henry y no pude evitar sonreir.
«Realmente tiene buen gusto. Cuando tenga su oportunidad de follar con el maestro Thomas lo disfrutara, eso es seguro», pensé.
Mi profesor tomó mi rostro y lo movió hacía su polla de nuevo.
Escuché el sonar del reloj y sabía que no tenía mucho tiempo.
Tomé con mis labios la punta de la polla de mi maestro y empecé a meterla en mi boca.
Relajé mis músculos faciales y bucales para darle entrada a la hombría magnanima de mi profesor.
Sentí sus dedos apretar mis mejillas mientras yo succionaba con fuerza para meter más de aquella virilidad adulta.
Un gemido ronco de mi maestro me hizo saber que lo estaba haciendo bien.
Empecé a mover mi cabeza para follarme como sabia hacerlo y los gemidos del profesor Thomas aumentaron.
—¡Maldicion! ¡Sabes como mamarla rico!
Mis labios se juntaban más y mi aliento golpeaba la punta de la polla de mi maestro en cada felación. Sus caderas bombeaban mi cara al ritmo de mis penetraciones y sus gemidos pasaron a jadeos.
—¡Eres una putita necesitada! ¡Mira como succionas mi polla! ¿Quieres mi leche verdad? ¿Deseas llenarte con el semen de tu profesor?
Sus palabras graves y jadeantes me hicieron aumentar la velocidad de las penetraciones.
Escuché otra maldición antes de sentir como mi rostro se hundía en la pelvis peluda de mi maestro.
De sus labios salió un gemido ahogado y sus piernas temblaron por la tensión.
La carne de su polla se hizo mas grande ante la acumulación de sangre que presagiaba su eyaculación.
Aspiré su hedor sucio a macho y recibí de su hombria tres tiras de semen espeso.
La primera deslechada fue rapida y gelatinosa, pasó por mi boca hacía mi garganta dejando una amargura en mi paladar.
Con la segunda, pude disfrutar del sabor salado de su semen mientras manchaba mi lengua con sus restos blanquecinos.
Por ultimo, su tercer tiro de leche de hombre fue más abundante y no pude tragarmelo rapido.
Una parte se derramó de mis labios bajando por mi barbilla hasta manchar mi camisa escolar.
Sentí los dedos del maestro Thomas tocar en donde se habia escurrido su semen, luego llevó esos dedos a su boca para probar.
—Espeso y cargado. Con suficientes nutrientes para ti, pequeña puta.
Sonreí antes sus palabras, su polla salió de mi boca con un movimiento brusco y le vi vestirse con rapidez.
—Limpiate y vete de una vez.
Su tono había vuelto a ser el habitual y su forma de actuar correspondía a la de un profesional en la docencia. Sin embargo, el semen en mi boca solo me hacía recordar que aquel hombre integro era un experto en follar a niños como yo.
Hice lo que me pidio y me fuí. Ya tendría otros momentos para divertirme con el profesor Thomas.
Mi otro deseo del dia era ayudar a mi amigo Henry. Era necesario que disfrutara de los placeres de tener un hombre entre sus piernas. Sabía que me lo agradeceria despues.
Henry me esperaba en la salida como le habia indicado. Parecia aburrido de esperar.
—Lamento la tardanza —dije.
Henry me miró antes de sonreir.
—No importa ¿Resolviste tus dudas?
Su pregunta solo me hizo recordar lo que habia hecho con el maestro Thomas. Estaba tentado a contarle, pero todavía no era el momento. Primero debía asegurarme que mi mejor amigo estuviera en mi situación especial. Solo así podría confiar para hablar con él sobre mis placeres.
—Resolví todas ellas. Vamonos —contesté.
Ambos nos fuimos de clase bajo el manto del atardecer. Eran las 5:00 PM. Tenía una hora con Thomas antes de que él se fuera para su casa.
Rápidamente lo llevé al gimnasio donde estaba mi padre y Ricardo.
Apenas Henry notó a donde íbamos a entrar se detuvo.
—¿Que hacemos aqui? Solo estan permitido adultos —comentó Henry.
Tenía un tono de voz bajo y temeroso, sin embargo, sus ojos delataban lo contrario, no paraba de mirar por la puerta de vidrio a los hombres musculosos que estaban en las maquinas.
Negué con la cabeza al ver la contradictorio que era mi mejor amigo y lo obligué a entrar.
—Relájate. El mejor amigo de mi padre es el dueño y dejan entrar niños. De hecho, disfrutan cuando estamos con ellos —dije en tono sugerente.
Henry se sorprendió y sus ojos brillaron emocionados.
—¿De verdad podemos entrar y mirar?
Su pregunta me pareció bonita y agradable.
—Claro. No solo mirar, tambien podemos tocar.
Mis palabras no parecieron llegar a los oidos de mi mejor amigo. Él estaba más centrado en observar los cuerpos sudorosos y fornidos de aquellos hombres.
Todos machos llenos de testosterona.
Sabía que si el gimnasio no tuviera aire acondicionado y ventilación, el lugar apestaria a testosterona y sobacos sucios.
Dejé a mi amigo en un rincon del gimnasio mientras iba a buscar a mi padre o a Ricardo.
No fue dificil encontrarlos, estaban en una maquina del fondo levantando pesas para fortalecer la espalda. Ambos usaban guantes negros, pantalones cortos de seda y una camisa de tirantes tan pequeña que no era capaz de tapar los pectorales duros e hinchados de ambos adultos, además de realzar sus espaldas anchas y musculosas.
Apenas llegué, Ricardo y mi padre me miraron. Se veían felices de verme y me invitaron a acercarme.
Sentí el aroma a sudor de sus pieles y dejé que me abrazaran entre los músculos de sus brazos.
El calor que emanaban era ardiente, casi como tocar una olla hirviendo.
El sudor en sus cuerpos manchó mi ropa y mojó mi rostro, sin embargo, no me molesto.
Besé la piel gruesa y robusta de sus músculos mientras saboreaba el sudor que perlaba sus venas.
—¿Ya estas ansioso de seguir entrenando? Eres un chico muy diligente. Ya quisiera que algunos hombres del gym tuvieran tu determinación —bromeó Ricardo apretando el contorno de mis nalgas con sus manos.
Papá observó la escena con una media sonrisa.
—Y dime hijo ¿Cómo te fue en la escuela? ¿Hubo novedades?
Mi padre había notado algo y no pude más que suspirar. No puedo ocultarle nada a mi progenitor.
—No mucho. Tuve sexo oral con mi maestro de literatura, también traje un amigo para ayudarlo a entrenar.
Ricardo y mi padre se miraron con sonrisas de complicidad antes de moverse de la máquina de ejercicios para espalda.
—Llevanos con tu amigo. Luego hablaremos sobre tu pequeña travesura.
La voz ronca de mi padre me hizo sonreir.
Los llevé con mi amigo Henry y ambos le quedaron viendo con hambre en sus ojos.
Sabía que les gustaría y como no hacerlo.
Mi mejor amigo era adorable con su piel blanca fácilmente sonrojable. Tenía una cara bonita y aniñada que recordaba a las modelos infantiles de la televisión. Su cuerpo era más regordete que el mio, pero eso solo lo hacia ver mas resistente, en especial con su trasero abultado, perfecto para sentarse en una buena polla adulta.
Su cabello pelirojo y pecas le daban un toque inocente que incluso a mi me invitaba a corromper.
Henry era la presa perfecta y yo lo había llevado hacía sus depredadores.
Papá fue el primero en acercarse, se agachó a la altura de mi mejor amigo y le habló.
—Hola pequeño. Soy el padre de Felipe. Mi hijo me ha contado muchas cosas de ti ¿Te gustaría comer algo mientras te muestro el lugar?
La voz de mi progenitor era gentil y grave, su invitación fue bien recibida por Henry, mi mejor amigo tenia el rostro rojo al admirar la figura musculosa y sudorosa de mi padre.
Una parte de mi se sintió celosa y orgullosa.
«Ese es mi padre. El hombre que te romperá el culo. Recuerdalo bien, Henry. A partir de ahora eres su hembra y él será tu macho», pensé.
Vi como la manito joven de mi amigo se posaba en la palma grande de mi progenitor. Los dedos callosos del adulto envolvieron la mano del menor en un apreton firme.
Ambos se levantaron y se fueron caminando rumbo a la oficina de Ricardo.
Admiré la figura dominante de mi padre y la timides de Henry, sabía que lo destrozarían y quería verlo.
Ricardo me detuvo con su mano y negó con la cabeza.
—No tienes permitido participar.
Consternado, no pude evitar preguntar.
—¿Por qué no?
La expresión de Ricardo se ablandó y acarició mi cabeza con cariño.
—Todos merecemos que nuestra primera vez sea unica y especial. Si Henry te ve ahí se sentirá incomodo y podría no gustarle lo que haremos. Además, fue tu idea traer a un amigo con nosotros, ahora debes respetar nuestras reglas ¿O has olvidado quienes son tus machos?
Sonreír ante su voz dominante y aspera, noté el bulto en su entrepierna. Quería tocarlo, pero no estaba seguro.
Ricardo percibió mis ganas y se alejó.
—Voy a ir a ayudar a tu padre. Veté a casa. Nosotros cuidaremos bien de tu pequeño amigo y lo llevaremos a su casa cuando terminemos. Si haces caso, te dare una sorpresa más tarde.
Miré como Ricardo apretaba el contorno de su polla al decir aquellas palabras y no pude evitar resignarme.
—Está bien. Me iré. Dile que lo veré mañana en clases.
Me retiré del gimnasio con la expresión decaída, observé como el cuerpo fornido y alto de Ricardo iba en dirección a la oficina general.
Hice un chasquido con mi lengua.
—¡Maldito suertudo! —dije en susurro pensando en mi mejor amigo.
***
Eran las 8:00 PM cuando papá regresó del gimnasio. Se veia animado y llenó de energía.
Mamá lo recibió en la sala y pasaron a cenar.
Estaba en mi cuarto jugando con mis juguetes cuando escuché la puerta ser tocada.
Papá entró con la galanteria de su cuerpo adulto.
Miré que solo llevaba una toalla en su cintura y gotas de agua caían por su cabello húmedo.
Recién había salido de la ducha y decidió entrar a mi cuarto.
En una de sus manos tenía una caja de zapatos de mi talla.
—Ricardo te envia un regalo por hacerle caso. Abrelo y cuentame lo que hiciste con tu profesor.
La voz grave de mi padre me hizo salir de mi trance de admirar su cuerpo.
Mientras mi progenitor se sentaba en mi casa semi desnudo y mojado, tomé la caja en su mano y la abri.
Las cejas de mi rostro se alzaron y apreté los labios confundido.
—No mucho papá, solo le chupe el pene.
Saque dos pedazos de plastico alargados y gruesos, tenían forma de pene, con todas sus características y tamaño.
—Son dildos. Juguetes sexuales —explicó mi padre. —¿Te gusto chuparsela?
Sonreí al saber que eran y mire su forma.
—Sí, la hombria de mi profesor era gorda y venuda, al igual que estos jugetes. Parecen pollas ¿Para qué sirven?
Mi tono inocente hizo reir a mi padre, parecía que lo habia tomado por sorpresa con esa pregunta.
—A veces olvido que sigues aprendiendo. Son pollas de plástico para que te folles con ellas. Piensa en jugar a tener sexo y usalas. Además, quiero que traigas a tu profesor al gimnasio. Quiero hablar con él en privado.
La voz de mi padre era grave y sugerente, miré aquella polla grande de plástico de color blanco.
Curioso, me bajé el pantalón corto que llevaba exponiendo mis pequeñas nalgas.
Me incliné hacia abajo levantando mi culo al aire y exponiendo mi agujero fruncido.
Escuché un jadeo seco de mi padre.
—Mira como tienes tu ano de cinco años, tan bulboso y carnoso.
La voz de mi padre había bajado varios tonos y su mirada no dejaba de devorar mi culo.
Me sorprendió que tuviera todavía ganas de follar después de haber estado ocupado con mi amigo Henry.
Sonreí al cumplido de mi progenitor y puse la punta de aquel juguete sexual en mi culo.
Presioné y sentí como entraba con facilidad.
Papá soltó un gruñido alto y le vi masajear su polla a través de la tela de la toalla.
Sus ojos se tornaron oscuros y sus labios se humedecieron.
Gemí ante la intrusión de aquel objeto artificial sintiendo cada detalle de su textura, desde las venas abultadas, el glande cabezón y el grosor placentero.
Mi agujero infantil se acopló con facilidad a aquella polla falsa y no pude evitar soltar un gemido.
Escuché los movimientos desnudos de papá mientras sentía su cuerpo detrás mio.
—Quedate quieto.
Su tono dominante me hizo hacerle caso.
Le vi agacharse hasta el nivel de mi culo y acercar su cara a donde estaba el dildo bien introducido.
Quitó mis manos del juguete y lo tomó con las suyas.
Sentí su aliento caliente en mi ano y sus labios besar el contormo de mi culo, su lengua humedad llenó de saliva mi agujero mientras hacía movimientos de penetraciones con el pene de juguete.
Gemí ante la experiencia de sus manos y me dejé hacer.
Papá disfrutó de lubricar mi culo con su saliva mientras hundía aquel objeto falico de plastico hasta lo más profundo de mi agujero.
Sus gemidos roncos era un ronroneo para mí y no podía evitar desear que me follara.
No obstante, mi progenitor solo se limitó a jugar con mi culo hasta hacerme llegar al orgasmo.
Despues de eso, se levantó con la polla erecta y se retiró hacia la puerta.
—Voy a divertirme con tu madre. Se buen chico y mirá la pelicula que te envió Ricardo mientras mamá y papá disfrutan del sexo.
Asentí a sus palabras y le ví salir de mi cuarto con su porte varonil.
Saqué el dildo de mi culo y dejé los juguetes sexuales a un lado.
Miré la caja y en su interior habia una botella transparente de plástico con un papel pegado.»Lubricante», además de una toalla blanca para limpiar fluidos.
Por ultimo, había un disco DVD guardado en una funda negra.
Observé el objeto y salí del cuarto para ir a la sala.
Mientras bajaba las escaleras escuché los gemidos de mi madre y los jadeos de mi padre.
El golpe de pieles era audible y parecia provenir del baño de la planta alta.
Cuando llegué a la sala todo estaba a oscuras, encendí la tele y el lector DVD. Puse el disco en la ranura de entrada y le dí a reproducir.
Corrí a sentarme al sillon con el control de la tele en mi mano.
Con un click al boton de iniciar la película empezó.
La película empezó con un plano general de la oficina del gym.
Estaban los sillones, la mesa de trabajo, las sillas y algunos adornos en estanterías y la pared.
Mi padre llevó a Henry hacía el sillon mientras Ricardo cerraba la puerta detras de si.
Mi mejor amigo miró los alrededores curioso antes de sentir las manos callosas de mi padre en sus hombros.
—Muy bien Henry. Mi hijo me dijo que te gustan los hombres como nosotros ¿Te gustaria que fueramos amigos?
Mi mejor amigo se puso nervioso y miró hacia el suelo. Su piel blanca se volvió rosada por el sonrojo y se veia adorable.
Mi progenitor le dio su espacio y empezó a desnudarse. Comenzó por su camisa de tirantes sudada dejando expuesto el resto de su piel. Unos abdominales bien definidos, pectorales hinchados y brazos como troncos de árbol. Sus pezones erectos eran como ciruelos que tentaban a morderlos.
Ricardo hizo lo mismo dejando su camisa de tirantes en el suelo. Ambas prendas sudadas y apestosas.
Mi mejor amigo subió la mirada al percibir movimiento de los adultos y se quedó viendo como se iban desnudando.
Sus manos parecian inquietas por tocar mientras aquellos hombres musculosos exponían su piel marcada y llena de testosterona.
Las venas de sus músculos se hinchaban y remarcaban en sus pieles curtidas mientras terminaban de quitarse la ropa.
Cuando ambos estuvieron desnudos, mi mejor amigo sintió sus piernas debiles y se dejó caer al suelo.
Sus ojos no se despegaban de dos hombrias gordas, largas y erectas que se ergian como dos faros de carne caliente listos para llenarlo de semen.
Henry trató de decir algo mientras mi padre y Ricardo se acercaban, rodearon al niño por delante y atrás, pegando sus pelvis a la cabeza del menor.
Ambos adultos se quedaron quietos dejando que el niño actuara.
Henry tenía dos pedazos de carne golpeandole la cara. El calor sofocante de ambos manjares masculinos debía haberlo vuelto loco y el olor seguro que lo mareó, porque solo le tomó una respiración para acercar su boquita rosada a una de las pollas y besarla suavemente.
Pude ver el momento donde sus ojos inocentes pasaban a empañarse, embriagados por tener dos machos a su lado listo para follarlo.
Henry tomó con una mano la polla de mi papá y con su boquita de niño besaba la hombria de Ricardo.
Ambos hombres se mantuvieron quietos, dejando que el niño jugara con sus virilidades a su ritmo.
No pude evitar maravillarme por lo que hacian.
«Es como si conocieran a mi amigo. Entienden que él no aceptará tener sexo si lo fuerzan mucho. Es más facil engañarlo dejando que actue primero para que haga caso y lo tengan a su merced», pensé orgulloso.
Mi padre era todo un semental de niños al igual que Ricardo.
Me alegraba saber que ambos hombres también me habían llenado con su leche.
No podía evitar adorarlos. De grande me gustaría ser como ellos. Musculoso, viril y un semental de niños.
Henry estuvo quince minutos jugando con las pollas de los dos adultos. Intercalaba los besos entre la hombia de Ricardo y la de mi padre.
Cuando el niño parecía dispuesto a levantarse, mi padre le acarició la cabeza con ternura.
—Henry ¿Te gusta lo qué te ofrecemos?
La voz ronca de mi padre era grave, como un tenor.
Ricardo sonrió acariciando con su mano grande la mejilla de mi mejor amigo.
—Podemos cuidar de tí. Ser tus mejores amigos, al igual que Felipe.
Henry miró a ambos hombres desnudos. Sus ojos pasaron a las pollas que tenía delante y sonrió.
—Me gustan. Son geniales. Seamos amigos.
Ambos hombres sonrieron al mismo tiempo mientras se agachaban a la altura de mi amigo.
Mi padre acercó su rostro al de Henry y le miró con cariño en sus ojos.
—¿Te gustaría que te diera besos para celebrar que somos amigos? Prometo ser gentil.
La voz melodiosa y grave de mi padre fue rara de escuchar. Casi parecía otra persona, sin embargo, podía ver en sus ojos un deseo devorador de follar a mi amigo. Estaba reprimiendose para lograr su objetivo.
Henry dudo un momento antes de aceptar.
Los labios adultos de mi padre besaron los infantiles de mi mejor amigo. Al principio, Henry no sabia que hacer, pero con la guía de mi padre se dejó llevar por el beso.
Ricardo había metido su mano en la ropa del niño y masturbaba la pequeña polla del infante mientras acercaba su boca al cuello del menor y chupaba su piel.
Henry soltó un gemido entre besos perdido en aquellas nuevas sensaciones. El tener dos hombres musculosos dispuestos a él.
Papá rápidamente metió su lengua en la boca de mi amigo, haciendo que se sorprendiera. La lengua adulta recorrió cada rincon bocal llenando con su saliva el agujero virginal de su pequeño amante.
Podía ver a través de la grabación como la manzanita de Adan de Henry se movía tragando la abundante saliva de mi padre.
Mientras tanto, Ricardo seguía chupando la piel del cuello y lamiéndola con su lengua.
Sus caricias fueron sutiles buscando sumergir al menor en cariño.
Ambos adultos sabían lo que hacían y rápidamente mi mejor amigo quedó en trance.
Era como si hubiera perdido su voluntad. Se veía confundido ante las sensaciones nuevas y mi padre no dudo en aprovecharse.
Le quitó la ropa al menor hipnotizandole con su boca mientras que Ricardo bajaba sus besos para tocar la piel tierna descubierta.
Mi padre tuvo que dejar de besar a Henry un momento para quitarle la camisa exponiendo su piel blanca y lampiña.
Ricardo fué a por sus pezones y mi padre continuo con sus besos profundos, buscando con sus dedos el boton de los pantalones de mi amigo.
Henry soltó un gemido entre besos mientras sentía el hedor de ambos machos.
Sudor y afrodisiaco masculino parecía impregnar sus sentidos mientras imaginaba que un aliento agrio de ambos adultos lo consumian en delirios.
Papá fue rapido. Le bajó el pantalón y la ropa interior a Henry de una vez. Le quitó los zapatos con las medias porque le estorbaban para sacarle las prendas y pronto mi mejor amigo quedó desnudo. A merced de los cuerpos musculosos de dos machos de su especie. Llenos de semen para alimentar su ano virginal.
Ricardo se levantó sosteniendo su polla orgullosa y la acercó a la boquita del niño.
—Chupa como si fuera un helado.
Mi padre dejó de besar a Henry y se levantó también. Tomó al niño y lo llevó al sillon grande de la oficina. Lo puso en cuatro exponiendo su culo y dejando su boca libre.
Ricardo se puso rápidamente en la cabeza del niño y acercó su hombría erecta. Gotas de sudor y saliva caían del glande expeliendo posiblemente un olor a pescado.
Henry hizo caso, hipnotizado por la musculatura varonil del hombre que tenía de frente.
Mi padre se limitó a tocar las nalgas de mi amigo y abrir ese agujero fruncido.
Ví a mi progenitor recoger con su dedo algo marrón del culo de mi amigo.
—Parece que alguien no se limpia muy bien el trasero ¿Tus padres no te ayudan, pequeño?
La voz de mi padre era varonil y aspera, mi mejor amigo dejó de chupar el glande de Ricardo para responder.
—Mamá nunca está en casa y papá no le agrado. Prefiere ayudar a mi hermanita, Susy.
Mi padre y Ricardo se miraron con una sonrisa traviesa.
—¿Te molesta que tu padre no te trate bien? —dijo Ricardo con voz suave.
Henry parecia afectado y lagrimas adornaron sus párpados.
—Esta bien. Él dice que es mi culpa por no ser una niña. Y tiene razón.
Lagrimas cayeron por las mejillas de mi amigo y ambos adultos dejaron de jugar con su cuerpo.
Lo tomaron entre sus brazos y lo abrazaron.
Henry estaba en medio de dos masas de musculo mientras sentía el calor y el afecto de ambos hombres.
—No llores, pequeño. Estamos aqui. Tu padre esta equivocado. Eres perfecto como un niño.
—Pero el dijo que si fuera niña le gustaria a los hombres.
Papá tomó el rostro de Henry y lo besó, metiendo su lengua en su boca y llenándolo de su saliva. Terminando el beso, mi progenitor habló.
—A mi me gustas. A Ricardo también. Si tu padre no puede ver lo maravilloso que eres, nosotros lo haremos.
Ricardo sonrió y besó los labios de Henry, sus belfos se amoldaron a la carne tierna del menor haciendo que gimiera entre besos.
—Creenos, pequeño. A nosotros nos gustas y muchos amigos nuestros también les gustan los niños como tú.
Henry miró a ambos hombres esperanzado, su nariz repingona se puso roja.
—¿De verdad? ¿Les gusto aunque no sea una niña?
Ambos adultos se turnaron para besarlo y hablar.
—Lo hacemos. Te daremos todo el amor que tu padre no te da —dijo Ricardo.
Mi progenitor acarició la piel tierna de mi amigo y chupó uno de sus pezones.
—Seremos tu nuevo padre si lo deseas. Tendrás dos papás que te amarán.
Henry sonrió y besó las mejillas de ambos adultos.
Era la primera vez que lo veía sonreír de esa manera.
—Gracias.
Detuve el video sintiéndome confundido. Había pasado casi una hora de pelicula y según el marcador del DVD faltaban todavia tres horas más de contenido.
Escuché pasos bajar las escaleras y apagué el televisor.
Papá apareció desnudo lleno de sudor. Me saludó con la mano caminando a la cocina.
Dudibativo me levante del sillon y fuí a buscarle.
Mi progenitor bebía agua del grifo mientras yo le veía de espaldas.
Su espalda musculosa era enorme y sus fuertes piernas eran como dos pedazos de marmol cincelado. Su trasero repingon era peludo con un agujero rosado abierto.
La piel canela de mi padre contrastaba con la luz blanca del foco de la cocina que gracias al sudor le daba una apariencia más tonificada. Casi como un fisicoculturista.
Papá dejó de beber agua y me miró.
Sus ojos de hombre me observaron como solo él sabía hacerlo y me sonrió. La misma sonrisa traviesa que había puesto cuando habian engañado a Henry.
—¿Te gusta la película?
Su voz ronca me hizo despertar de mi ensoñación, sonreí y asentí con la cabeza tratando de ocultar lo que sentía.
—Me gusta. Papá y Ricardo son los mejores. Henry se veía feliz.
Mis palabras se sentían ausentes y me encontré confundido.
Algo en mi pecho se estaba apretando dolorosamente y un deseo ferviente surgía en mi mente.
«Me hubiera gustado ser Henry en ese momento. La forma en que le hablaron y le demostraron su amor. Me gustaría recibirlo», pensé triste.
Mi progenitor miró mi cambio de humor y pareció molestarse. Frunció el ceño y caminó hacía mí.
—¿Estás celoso?
Su tono de voz era sugerente y autoritario.
Tragué saliva y lo miré desde abajo.
Su entrepierna estaba dura mientras cada musculo de su cuerpo era imponente. Como una estatua de carne fornida.
Lamí mis labios y asentí con la cabeza. No quería decirlo en voz alta. Me daba vergüenza.
—¿Por qué estas celoso de tu amigo Henry? Tu ya has recibido mi polla y la de Ricardo antes. Incluso has sido follado por otro hombre ¿Acaso quieres acapararnos solo para tí?
El tono airado de mi padre me asustó y retrocedí un paso, sin embargo, mi progenitor me tomó de la cabeza y pegó mi cara a su entrepierna.
Los vellos de su pubis estaban húmedos y apestaban a semen.
Aspiré el aroma agrio y salado mientras trataba de explicarme.
—No es eso, Papá. Solo me gustaria experimentar lo mismo que Henry. Tener a los dos hombres que tanto amo siendo tan amables conmigo —comenté avergonzado.
Mi padre restregó su hombria en mi cara como si estuviera marcando su territorio.
Semen se escurrió de su uretra y manchó mi rostro, luego le vi irse con el semblante oscuro.
Me sentí mal al verlo de esa manera y baje la mirada al suelo.
«Realmente hice algo malo, me dije mentalmente.
—No puedo ser tan egoista. Amo a Papá y a Ricardo, los quiero tanto que deseo que su amor llegue a más niños como yo, es solo que…
Lagrimas salieron de mis párpados.
Llevaba tiempo pensándolo, desde que tuve mi primera experiencia. Sabía que mi gusto por Ricardo no era solo atracción fisica, era amor platónico.
Ahora que mi padre también me follaba, había cambiado mi amor por él, y eso me dolía.
—Soy solo uno de sus niños. Ellos son solo mis machos. Nunca serán lo que espero que sean. Mi padre ha dejado ser mi Papá. Ahora es mi hombre y yo su mujer.
Mi voz se escuchó ahogada mientras volvía a la sala, mi cabeza gacha se golpeó contra un muslo masculino y levanté la mirada.
Papá estaba serio mientras me veia llorar.
—¿Es cierto hijo? ¿Ya no me ves como tu padre? —su tono de voz era aspero.
Parecía enojado con el ceño fruncido y los músculos tensos.
Traté de hablar pero no pude pronunciar palabra.
Mi progenitor me tomó de la cintura y me levantó con sus fuertes manos.
Sentí la dureza con la que me agarraba y me llevó hacía el sillon.
Me asusté. Si mi progenitor me follaba, Mamá podría darse cuenta.
—Papá, Mamá…
—Está dormida. No aguantó más de una ronda. Tú eres el sustituto.
Su tono autoritario me hizo callar.
Dejé que me llevara como si fuera un muñeco mientras notaba su respiración agitada.
Su semblante estoico era de temer mientras me acomodaba entre sus piernas al sentarse en el sillon, me quitó la ropa y me sentó en su polla, penetrandome.
Gemí en voz alta sintiendo una mezcla de dolor y placer.
Mi padre tomó el control, encendió la tele y continuó con la pelicula mientras se quedaba quieto.
Estaba dejando que me acostumbrara a su polla.
Volví mi vista a la película notando como Henry era besado por ambos hombres adultos. Metiendo sus lenguas en la boca infantil del niño, llenándolo con sus salivas.
Henry gemía entre besos llamandolos Papá, ambos hombres se veían satisfechos teniendo a su nuevo hijo con ellos.
Mi padre acercó sus labios a mi oido mientras movía su polla dentro de mí.
—Tu eres mi unico hijo.
Sus palabras me dejaron descolocado, le miré girando mi cuello un poco, pero no parecia decirme nada la expresión estoica que tenía mi progenitor.
Empezó a penetrarme mientras veia la película.
Miré su semblante varonil mientras sus hombros y pecho se hinchaban al respirar. Sus pezones erectos parecian ciruelos marrones que tentaban a morderlos.
Apreté los labios queriendo decir algo, pero me quedé callado y volví a ver la película.
Henry estaba de nuevo en cuatro con la cabeza del pene de Ricardo en su boca.
Mi padre había agarrado papel higiénico y un tubo con una bombeta de agua. Limpió la zona del ano manchando el papel en cafe hasta dejar limpio el agujero de mi amigo, luego metió el tubo con la bombeta y apretó la punta.
Ví como el agua entraba y salía del tubo hacía el culo de mi amigo, el agua cristalina pasaba a ser de tonos marrones hasta que mi padre se detuvo.
Dejó los objetos a un lado y revisó el ano fruncido de mi amigo.
Mientras veía lo que hacia, sentí la polla de mi padre golpearme con más fuerza, su voz se escuchó ronca al hablar.
—Me gusta más tu culo que el de cualquier niño ¿Sabes por qué? Porqué eres mi hijo —dijo mi padre mirándome.
Me di la vuelta y sentí sus ojos desearme. Estaban cargados de sentimientos complicados. Parecía costarle expresar lo que sentía.
—Papá.
—¡Papá!
Mi voz y la de Henry en el video se sobreponieron y volví mi mirada a la película.
Mi mejor amigo tenía la boca de mi padre devorandole el culo mientras Ricardo besaba sus labios llenos de semen.
Ricardo se había deslechado cuando me había dado la vuelta y ahora compartian el semen en sus bocas.
Gemí al sentir la potencia de las embestidas de mi padre, parecía estar igual de excitado por lo que estaba viendo. Un niño pelirojo con pecas blancas besarse de lengua con un adulto musculoso mientras comparten su leche de hombre. Todo acompañado de un sucio beso negro de otro adulto fornido.
Pudé ver en la película como mi padre escupía algo marrón después de lamer el culo de Henry. Sacó una botella de lubricante de una mesita que había al lado del sillon y empezó a untar sus manos con el liquido.
Henry se tragó el semen de Ricardo mientras mi padre lubricaba su culo con sus dedos varoniles.
Eran largos y gordos, entraron con una punzada haciendo gemir a mi amigo.
Su expresión infantil estaba nublada por el embriagador ambiente de ambos machos de su especie.
Podía imaginarlo, el olor a hombre sin bañar, sudor y semen mientras el calor de sus cuerpos lo hacia sentir febril.
Henry era afortunado y no pude evitar mirar a mi padre mientras me follaba.
En la pelicula se veia como un felino al acecho, mientras conmigo parecia un gato gruñon y manso.
El contraste me hizo pensar una cosa.
«Mi papá no me ve solo como una presa», pensé.
—Hijo.
Su voz me hizo mirarle.
—Soy tu padre.
Sonreí al pensar en lo que queria decir. Ya sabia que no podia hacerme ilusiones, él nunca sería más que mi progenitor.
—Pero también puedo ser tu novio.
Sus palabras me hicieron mirarle a los ojos, el cariño en su mirada y el movimiento de su cuerpo al follarme sentado me hizo sentir dichoso.
—Papá.
—Seré tu amante, tu hombre, tu macho, todo lo que quieras que sea, pero primero soy tu padre y tu eres mi hijo. No importa con cuantos hombres te acuestes o a cuantos niños le rompa el culo. Nuestro parentesco nunca cambiara
Sentí las lagrimas adornar mis ojos, mi padre gruñó.
—No llores. Eres un hombre.
Asentí con la cabeza y agarré su mano callosa en mi cintura, la bese con fuerza demostrándole cuanto lo quería. Mi padre me agarró el rostro con esa mano y se acercó para besarme.
Antes de tocar mis labios escupió en mi boca llenándola de saliva.
Luego, hundió su lengua cubriendome con su aliento caliente cargado de deseo y testosterona.
Su beso fue sofocante, su polla hundida hasta lo más profundo de mi culo me hacía delirar y el calor de su cuerpo varonil me obligaba querer pegarme a él.
El aroma a sudor y afrodisiaco masculino me tenía drogado y no paraba de pensar en querer meter mi rostro en sus axilas o en su pubis para oler su aroma a macho.
La película de fondo empezaba a reproducir gemidos, tanto de adultos como de un niño.
Papá dejó de besarme y miré lo que estaba pasando en el video.
Henry tenía la polla de mi padre en su culo y la recibía con facilidad, su rostro era de felicidad mientras Ricardo le hablaba con cariño.
—Asi es bonito. Sigue asi. Mira como lo recibes, tan sumiso.
—¿Tambien me darás de tu amor, Papá?—preguntó Henry a Ricardo.
—Lo haré, pequeño.
El adulto contestó con una sonrisa mordaz mientras masturbaba su miembro hinchado de tanto estar erecto. Se veía más grande que de costumbre lleno de sangre.
Sentí el aliento de mi progenitor en mi nuca.
—Ricardo también será lo que tú quieras. Yo hablaré con él.
Sonrei y ayudé a mi padre a penetrarme.
Subí y bajé mi culo por su hombría mientras mi progenitor me embestía.
Ambos soltamos un sonido de satisfacción por nuestra sincronización.
Miramos la película y ahora Henry estaba siendo follado boca arriba por Ricardo mientras mi padre le metía su polla por la boca.
Henry era penetrado por ambos agujeros mientras veía como se movía por el golpe de pieles.
Debido a la diferencia de tamaños, mi mejor amigo parecía un juguete entre ambos adultos.
Mi progenitor siguió penetrandome hasta soltar un gruñido.
Se deslechó en mí justo cuando Ricardo hacía lo mismo en el culo de Henry.
Mi padre respiraba agitado mientras me soltaba de las caderas. Tiras de semen inundaban mi culo haciéndome sentir dichoso. Era la leche de papá.
Mi progenitor se tomó un momento para descansar con su polla en mi culo y yo continúe viendo la película.
Justo cuando Henry era levantado para ponerle la ropa, uno de los hombres del gym entró a la oficina sin tocar la puerta.
Miró a ambos adultos desnudos y sudados rodeando a un niño lleno de semen.
La sonrisa burlona del hombre del gym fue acompañada de un grito hacía el exterior, luego vi como hombre tras hombre entraban a la oficina, cada uno más musculoso que el anterior.
Todos erectos y deseosos.
Henry se asustó y mi padre parecía molesto.
Ricardo se río y puso en cuatro a mi mejor amigo.
El primer hombre musculoso se quitó su truza para hacer ejercicio y expuso su polla erecta.
Era grande y llena de venas.
Sin mediar palabra la metió en el culo de Henry y empezó a follarselo con fuerza.
Atrás del hombre musculoso, los demás del gym se pusieron en fila con sus pollas afuera.
Algunos estaban desnudos y otros se estaban quitando la ropa.
Sus cuerpos sudorosos llenos de testosterona y marcando cada fibra muscular era un deleite visual.
Mi padre detuvo el video y miré que faltaban dos horas más de contenido.
—Es hora de dormir. Mañana podrás ver lo demás.
Acepté sus palabras y saqué su polla de mi culo. Lo hice lentamente y mostré mi agujero abierto antes de bajarme de sus piernas. Su leche de macho se escurría de ano manchando mis tiernas nalgas de blanco. Marcando mi cuerpo con su semen como su territorio.
Lo escuché maldecir mientras me iba desnudo con mi ropa en mis manos.
Mientras subía las escaleras ví que mi padre volvía a poner la película mientras empezaba a masturbarse.
Continuara…
Espero les haya gustado leer el relato tanto como a mi el escribirlo. He recuperado mi cuenta de Telegram por si desean charlar conmigo.
@AlexanderTL28
Quiero avisar que me tomaré unas vacaciones. Se me ha dificultado continuar escribiendo y es debido a lo saturado que esta mi mente, por esa razón, he tomado la decisión de darme un descanso.
Confio recuperarme pronto y volver con los relatos.
Es un gusto escribir para ustedes. Nos leemos luego.
Este relato es el numero cinco. Ejercicios para culos hambrientos V. Debido a un error lo puse sin la enumeración, lamento eso. Deseo disfruten el relato.
Esta es una de las sagas que más me encantan, tomate un descanso, pero que no sea muy largo 😅😅😅😅.
Cuando regreses, regresa con el video de Henry, ufff solo de pensar que está recién usadito y se estrena con un buen gangbang, qué suerte tiene el putillo
Pero que buen padre ☺️ noto las inseguridades de su hijo y le dió lo que necesitaba para sentirse amado y seguro.