EL COSTO DE MI ADICCION II
*RELATO FICTICIO* Un exceso de confianza con mi profesor y una preguntada errada me hacen conocer una faceta de el que no sabía que podría disfrutar tanto, aparte de que me ayuda a resolver mi problema con Julio..
Estaba sentado de frente a mi profesor favorito (casi mi mentor y un ejemplo a seguir), Humberto, un hombre de 50 años que en nuestra primera clase con él nos contó toda su vida en menos de 30 minutos, resumiendo sus estudios y su carrera como si fuera lo más ínfimo pero agradeciendo a la vida el permitirle dar clases en su alma mater, el sueño de toda su vida, luego nos contó de como se había casado dos veces y tenía 3 hijos (dos gemelos de su primer matrimonio y una chica del segundo “fue como con los sobres de los albums, en el primero me salieron repetidas, pero el segundo fue el que vino con la holográfica” solía decir en broma), ambos matrimonios habían terminado en divorcio y decidió nunca repetir esa experiencia, cuando terminé esa primera clase con el quede enamorado de la materia que me daba y fue la en la que menos trabajo me costo salir con calificación sobresaliente. A partir de ahí, cada materia que llevaba con él trataba de llegar con tiempo de sobra e irme un poco después de que terminara para poder platicar con el sobre su carrera y pedirle consejos, platicas que también comenzaron a pasar en bares fuera del horario de clase, a tal grado que en algunas ocasiones debía quedarme a dormir en su casa debido a lo borracho que terminaba, pero nunca fue algo lascivo sino que, más bien, era como un segundo padre para mí (amo a mi padre, pero mi profesor era una fuente inagotable de experiencia y conocimiento que me enseño y desarrollo en muchas cosas en las que mi padre no tenía ni idea que existían).
Ahí estaba el, sentado frente a mi soltando una enorme carcajada totalmente sonrojado por mi pregunta “¿usted alguna vez a dudado de su sexualidad?”, la situación me tenía con la pena de mil colores mientras mi profesor recuperaba el aliento tras una risa que a mí me pareció una burla, yo solo mantuve mi mirada gacha con un sentimiento de humillación enorme por todo lo que estaba ocurriendo, poco a poco mi profesor se relajaba tomándose del estomago por el dolor mientras limpiaba sus lágrimas con un pañuelo
H- Ay Jorge, no tienes idea cuantas veces pensé en esta situación, me sorprende que se haga realidad- dijo dejándome confundido -con que ESO fue lo que pasó entre ustedes, mira hijo (solía decirme así de vez en cuando), es normal que cuando hay química entre dos personas alguno quiera experimentar un poco más, eso no es motivo como para que rompan lazos, a menos de que no lo hayan pasado bien- dijo acariciando mi cabeza suavemente
Jo- Es que estoy confundido, nunca me había sentido como el me hizo sentir, no negare que lo disfrute, pero de repente todo… terminó- le dije sintiendo un nudo en la garganta que me impedía hablar, mi mentor me miro como el erudito que era y, mientras yo trataba de evitar que las lagrimas comenzaran a escapar de mis ojos, sentí como su mano acariciaba mi pierna nuevamente
H- Ay, hijo, pues claro que las cosas van a cambiar- dijo tratando de reconfortarme con su caricia suave -es normal que haya ese tipo de cambios tras compartir un momento personal y créeme que el sexo es algo que conecta a las personas de maneras que no muchos esperan, este es un ejemplo de esas- dijo
Jo- Siento que fue una pésima idea hacer esto
H- ¿Por qué? ¿Por qué lo disfrutaste y ahora estas confundido con lo que sientes?- me dijo mirándome de forma retadora -no me digas que eres de los que se enamora en una cogida, chamaco- era la primera vez que el prof Humberto me hablaba así, pero eso sí, su caricias en mi pierna continuaba suaves y serenas -mira, te una experiencia personal que no le he contado a NADIE, así que no vallas a decir nada- yo afirme con la cabeza y el inicio -cuando yo tenía mas o menos 14/15 años y estaba comenzando la preparatoria, me hice muy amigo de una chico llamado Jesus que iba en mi salón, un día cualquiera Jesus me había invitado a su casa a comer aprovechando que su madre no estaría en casa un par de días, en esa ocasión bebimos un poco de alcohol que guardaba su padre y juntos nos pusimos nuestra primera borrachera, de un momento a otro estábamos en su sillón comiéndonos la boca de la manera más apasionada posible y termino desvirgándome en la sala de su casa, al otro día, tras sobrevivir a la resaca debido a que volvimos a beber después de almorzar desnudos ahora era yo quien lo desvirgaba hasta que lo llene con mi semen- no negaré que, mientras escuchaba la experiencia de mi profesor, comencé a sentir una tremenda excitación que hizo que mi cuerpo se calentara provocando que mi pene empezara a palpitar suavemente mientras crecía poco a poco dentro de mi traje, cosa que mi profe captó mirando por un segundo el pantalón de mi traje para confirmar que mi verga crecía poco a poco, luego volvió a mirarme a los ojos y me sonrió, continuando su historia -después de eso repetimos un par de ocasiones, pero lo notaba extraño, fue entonces que el me confesó que estaba enamorado de mi y que llevaba mucho tiempo sintiéndose así, yo no sabía que hacer Jorge, mi amigo Jesus tenía 16 años, era una ejemplar de twink que te cagarías al verlo, disfrutaba cogerme su apretado y carnoso culo y disfrutaba que enterrara su gruesa verga en mí, pero hasta ahí, yo no estaba enamorado de él-
Jo- ¿Y que pasó?- le pregunte intrigado por la historia que me contaba
H- Le dije la verdad, le dije que lamentablemente no podía corresponder sus sentimientos
Jo- ¿Y el que hizo?- al escuchar esa pregunta mi profesor miro al suelo como si quisiera pensar una mentira
H- Lo aceptó, hizo parecer que todo seguía como antes, continuábamos siendo casi como hermanos pero también siendo amantes cuando no nos veía- dijo -pero poco a poco todo pasaba cada vez con menos frecuencia, cada vez hablábamos menos, cada vez me evitaba más hasta que de la nada, pum, contacto cero, incluso se cambio de escuela al terminar el primer año de prepa- dijo con un poco de tristeza en su voz y mirando al suelo -eso continuo hasta que, después de un rato, mi mejor amigo termino de convertirse en un dulce recuerdo-
Jo- Lamento oír eso, prof, de verdad- le dije ahora poniendo yo mi mano en su pierna, como si con esa caricia quisiera hacerle saber que lo comprendía, pero también, sin darme cuenta, el tomo eso como si estuviera correspondiendo su caricia, lo cual cierta parte de mi también quería hacer, el sonrio
H- Son cosas de la vida, hijo- dijo dando un par de palmadas en mi pierna -pero así es como uno aprende, por eso quiero ayudarte con tu situación -dijo sonriendo, la verdad es que esa platica tan personal me hizo sentir apoyado por mi profesor, a tal punto que, sin pensarlo mucho, di un paso arriesgado, me levante de la silla que mi profesor había acomodado para mi y me senté en su escritorio quedando ante los ojos de mi mentor el bulto de mi verga, el me miraba serio, yo estaba nervioso al darme cuenta de que esto podría terminar muy mal, pero mi profesor solo tomo mis piernas para abrirlas y luego ponerse de pie quedando justo entre ellas -este tipo de ofrecimientos no debes hacerlos tan a la ligera, Jorge- me dijo en tono serio mientras llevaba sus manos a mi cadera para pegar mas nuestros cuerpos, podía sentir nuestros erectos penes frotarse entre las telas de nuestros trajes con cada repegon que me daba
Jo- Le seré honesto, su historia me puso muy caliente- le dije mirándolo a los ojos, podía sentir su mirada llena de lujuria -pero respetaré la decisión que tomé, profe- dije bajando mis brazos para dejar mi pecho a merced de aquel hombre de 50 años quien, respirando hondo, se separó de mi acomodando su traje para luego ofrecerme su mano para ayudarme a ponerme de pie, lo acepté un poco confundido
H- Este no es el lugar- me dijo acomodando su cabello para volver a verse presentable -prefiero que sea en un punto más… neutro ¿tu que opinas?- dijo mirándome, yo estaba pensativo
Jo- Esta bien, mejor seguridad… y mayor placer- le dije sonriendo, el respondió relamiendo sus labios, nuevamente sentía como si me estuviera desnudando con la mirada, sentí un escalofrío recorrer mi columbra vertebral hasta llegar a mi verga, el me dijo que le diera unas horas y lo viera en el estacionamiento trasero de la escuela, de ahí me llevaría a un lugar especial, pero eso quedará para otra historia.
Uno días después le mande un mensaje a Julio diciendo que habláramos las cosas, el aceptó y, con muchos nervios, le dije toda la verdad
Jo- Lo que hicimos ese fin de semana me dejó muy confundido, más que nada por como e que fuera a funcionar nuestra amistad después de eso- le dije nervioso -me encantó cogerte y llenarte de mi leche… pero me gusto más sentir como me coges hasta preñarme y, sobre todo, me gustaría repetirlo- pude ver la emoción en sus ojos pero continue hablando -eso sí, no quiero que nada cambie entre nosotros, quiero que sigamos viendo amigos- fue ahí que Juls habló por primera vez
Ju- Por mi esta perfecto- dijo sonriendo y extendiendo su mano, yo la quite y le di un fuerte abrazo el cual correspondió de manera cariñosa, sin morbo ni nada, un abrazo de amigos.
Voy a dejar hasta aquí el relato ya que quiero conservar el suspenso para la próxima parte jeje, espero lo hayan disfrutado y que me hagan llegar sus comentarios y sugerencias a mi Telegram @MMMercury, los quiero. Besos.
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