El desvirgador de mi familia II
La velocidad de las arremetidas se había vuelto bestial, las venas en el cuerpo de mi padre estaban marcadas, su piel roja y sudorosa, los musculosos tensos junto al golpeteo constante de su pelvis con los glúteos del menor..
Después de aquel domingo cuando descubrí el secreto de mi padre, empecé a notar más patrones extraños en su comportamiento.
Uno de ellos era que los lunes llegaba al medio día para almorzar, siendo el único día de la semana donde hacía eso, el resto prefería comer en su trabajo, a mi me daba igual porque en esos momentos debía ir a clases, pero conociendo los hábitos sexuales de mi progenitor, decidí cambiar eso.
Curioso, una tarde fingi ir a clases, me escondí en la parte trasera de la casa hasta que mi padre terminara su almuerzo, lo escuche despedirse de mi madre saliendo de la casa, sin embargo en vez de tomar la ruta hacia la parada de autobús, camino en sentido contrario.
Yo le seguía desde la otra acera a una cuadra de distancia, en ningún momento miro para atrás, lo cual me hizo sospechar que ya estaba acostumbrado a realizar esto muchas veces.
Le vi doblar por un callejon entre dos casas, rápidamente corrí en esa dirección, pero al llegar no había nadie, revisé la zona notando una ventana abierta al costado de una vivienda, temeroso agarre impulso saltando hacia ella, mis manos se sostuvieron del borde y con fuerza me impulse hacia dentro.
Con temblores en el cuerpo hice lo posible por bajar con cuidado, haciendo el menor ruido posible, estuve mucho rato buscando la manera de bajar, hasta que armandome de valor me deje caer de pies, hice un golpe seco con el suelo, pero fue tan rápido que podía pasar desapercibido.
Luego abrí a medias la puerta del lugar, el cual era el baño, en la casa no se escuchaba ruido, casi pensaba que estaba abandonada, pero ruidos en una habitación cercana me hicieron recapacitar.
Entendiendo que esos sonidos eran gemidos de un niño me acerque al lugar, trate de abrir y para mi sorpresa esta vez estaba sin llave.
Con delicadeza deje una abertura en la entrada por donde mis ojos podían captar lo que sucedía en el interior, mis ojos se dilataron y el cuerpo se me puso febril.
Un chico de unos trece años estaba en el piso con el culo levantado recibiendo una enorme verga por detrás, reconocí a mi padre al instante quien sudaba y gruñia en cada embestida, su ropa estaba ordenada en la cama junto a una toalla.
El joven sumiso tenía los ojos cerrados soltando quejidos de placer en cada arremetida.
«¿Te gusta sucia perra? ¿Adoras que te la meta como lo hice con tu hermano? ¡Dimelo!» ordenó el mayor golpeando con más fuerza.
«¡Sí! ¡me encanta!» Gimió el chico, ambos se detuvieron un momento lo cual me asusto, pero solo estaban cambiando de posición.
Mi padre se acosto en el suelo dándole la espalda a la puerta y el chico seguía estando penetrado dejando sus glúteos a merced del hombre.
Continuando con las embestidas mi progenitor siguió soltando palabras vulgares lo cual me dio mucha información de lo que sucedía.
El chico se llamaba Nick, era el segundo hermano de tres, el niño del que hablaba mi padre de haber penetrado primero fue el menor de todos, Kile.
Se supone había sido arreglado por el padre de los chicos para deleitarse con el más pequeño, ya que se había obsesionado con el, no obstante William se había percatado que uno de los hermanos había estado de curioso mientras desvirgaba al más joven, lo cual aprovecho sin decirle a su anfitrion
Luego de aquel encuentro, él tuvo más reuniones con el padre y su hijo menor, lo que le permitió a mi progenitor conocer al segundo de los hermanos para corromperle.
Al final logró desvirgarlo también y cada lunes aprovechando que quedaba solo durante unas horas al salir primero de clases lo tomaba solo para el.
El deseo en mi cuerpo se había encendido al conocer su historia por medio de pequeños comentarios que soltaban, pero lo que más me deleitaba era ver como aquel macizo miembro era devorado por aquel culo con maestría.
La velocidad de las arremetidas se había vuelto bestial, las venas en el cuerpo de mi padre estaban marcadas, su piel roja y sudorosa, los musculosos tensos junto al golpeteo constante de su pelvis con los glúteos del menor.
El chico estaba peor, había dejado de gemir teniendo la boca abierta con saliva escurriendo de su boca, no podía ver sus ojos, pero asumía seguían cerrados, el color rojo en su trasero indicaba la irritación de tanto ajetreo, algo que no parecía importarle.
«¡Voy a darte nuevos hermanos pequeña perra! ¡Recibelos!» gruñó mi padre dando una última embestida, teniendo espasmos en todo su cuerpo.
Con un gruñido alto se dejó caer al suelo respirando con dificultad, entendiendo que habían terminado me fui del lugar saliendo por la misma ventana de antes.
No obstante, esta vez tenía algo en mente, haría que mi padre me desvirgara también.
Continuara…
Gracias por haber leído.
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Hasta pronto.
como sigue
Excelente relato, espero con ansias el siguiente.
Por favor no nos dejes con la duda, que paso después gracias
Esos spin off no importaría relatarlos mejor