El papá de mi amigo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Ignacio, tengo actualmente 20 años y esta es la historia de como me terminé comiendo al papá de mi amigo Luis, que se llamaba Pedro.
Todo ocurrió en la preparatoria, soy bisexual y para ese encuentro ya había tenido muchas experiencias tanto con hombres como con mujeres, pero nada como esta.
Tenía 18 años recién cumplidos, mido 1.80, soy moreno claro, de buen cuerpo para mi edad (siempre he sido muy atlético), no me considero muy guapo pero nada feo, muy velludo ( ya a los 18 tenía mucho vello en pecho, abdomen, y ni se diga en piernas), muy masculino, pero lo que resalta en mí es mi verga que mide 21 cm y muy gruesa.
Luis era uno de mis mejores amigos en ese momento, el era muy bien parecido de hecho de los más guapos de la escuela, güero, alto, y de muy buen cuerpo, y su papá no se quedaba atrás.
El papá de Luis, se llama Pedro, es un señor muy jovén para tener un hijo de 18, tenía 36 años, pues lo había tenido a los 18 pero lo curioso es que nunca se casó ni tuvo más hijos, pero yo nunca sospeché que el fuera gay.
Pedro se veía bastante bien, aunque Luis es muy guapo su papá lo es aún más, ya lo había visto bastantes veces cuando había ido a su casa, es alto (más que yo), güero de ojos azules con pelo negro, una barba que me vuelve loco, un cuerpo de gimnasio muy rico y lo mejor de todo es que es muy masculino como a mí me gustan.
Todo pasó un día que un día antes se me había olvidado un cuaderno en la casa de Luis, le hable porque lo necesitaba pero me dijo que no estaba en su casa y que no había nadie pero que podía pasar por él si así lo quería (yo sabía donde estaba la llave escondida de su casa).
Cuando fui no me percaté en ese momento de que estaba el carro de Pedro ahí, entré con la llave que tienen escondida en una maceta y entré a la sala donde estaba ahí mi cuaderno.
Sin embargo al se escuchaba a lo lejos.
Se escuchaba como que había una tele prendida y yo pensé que si alguien la había dejado prendida la podía ir a apagar.
El ruido venía del segundo piso, específicamente del cuarto de Pedro, pero conforme me iba acercando pude distinguir cada vez más y más lo que estaba en la tele.
Eran gemidos y no solo eso, eran de hombres, cuando llego estaba la puerta abierta y me asomo y veo a Pedro no solo masturbandose con ese porno gay, también estimulándole el ano con sus dedos.
Me quede en shock en ese momento y pensé en correr pero la situación me prendió tanto que mejor me quede ahí, y no solo eso me paré en el marco de la puerta quedando a la vista de ese tremendo macho.
Tardo un poco en darse cuenta que estaba ahí, pero cuando me vió casi salta de un susto, con una velocidad impresionante apago la tele y se puso la sabana encima, para este punto yo ya tenía la verga bien dura, y se notaba muy fácilmente pues llevaba un short deportivo blanco.
Pedro: Ignacio.
emmm, que haces aquí?
Ignacio: Vine a recoger algo que se me había olvidado.
Pedro: Viene Luis contigo?
Ignacio: No, Luis va a regresar hasta la noche.
Pedro: Si me aviso.
Ignacio: Me dijo que no iba haber nadie en casa
Pedro: Salí temprano del trabajo.
*Silencio incomodo*
Pedro: Por favor no le vayas a decir a Luis.
No dije nada, solo estaba muy sorprendido por todo pero muy caliente.
Dentro del silencio mi verga se comenzó a parar hasta estar medio erecta, Pedro no paraba de verme el bulto de una manera muy lujuriosa, estaba nervioso así que decidí decir algo un poco inapropiado pero no sabía como iba a reaccionar.
Ignacio: Quítate esa sábana de encima, te veía más cómodo sin ella.
Pedro hizo una cara de caliente y lentamente se la fue quitando, con una cara entre duda y deseo.
Poco a poco pude apreciar con mucho detenimiento su cuerpo, primero sus grandes brazos, luego su formado pecho, muy velludo, luego su abdomen, estaba perfectamente definido, y sus piernas, tan marcadas y con vello, la combinación perfecta.
Pedro: Veo que tienes algo ahí en tu short, se ve muy grande.
No contesté a eso, solo me acerqué a la cama y mientras me quitaba mi camiseta y fui directo a acostarme a lado de él y lo besé, besaba tan bien, jamás me imagine que el papá de Luis fuera gay, pero como me encantaba la idea de estar en la cama con él.
Mientras nos besábamos me quite el short que traía y mis bóxers para quedar ambos totalmente desnudos en la cama.
Nos besábamos tan intensamente que nos revolcábamos por toda la cama.
Y’a había llegado un punto en que traía la verga tan dura que sentía como la suya, también muy dura, aplastaba mientras nos besábamos.
En un momento dejó de besarme, yo quede boca arriba acostado mientras él fue bajando lentamente besando y lamiendo todo a su paso, mi pecho, mis pezones, mi abdomen, mis axilas, nada quedo fuera del alcance de su lengua.
Cuando llego a mi verga se detuvo por un momento y la agarró de la base con su mano.
Pedro: Ufff, que gran verga.
Ignacio: Toda tuya.
Sin dudar procedió a mamarmela, normalmente por mi tamaño muchos no me la maman bien, pero Pedro se notaba que sabía lo que hacía, se notaba que era un experto y que le encantaba hacerlo.
De vez en cuando le agarraba el cabello y se la metía hasta el fondo de su garganta, casi se ahogaba, pero le gusta agasajarse de toda la verga que le daba.
Le saque le verga de la boca y le dije que se acostara boca arriba con la cabeza en la orilla de la cama, el sabía lo que venía, yo me levante de la cama y parado le metí toda la verga en la garganta, era la primera vez que alguien me la podía mamar toda completa.
Después de cojerme su boca hicimos un 69, le mame un poco su verga, pero no me quede ahí, rápidamente pase a chuparle su culo, que lo tenía perfectamente peludo y ya lo tenía un poco dilatado de cuando se estaba metiendo los dedos cuando llegué.
Mientras él seguía haciendo su trabajo mamándomela yo comencé a meterle los dedos uno a uno.
No tardo mucho tiempo para que le cupieran 4 dedos.
Ignacio: Ya, estás listo para que te coja.
Pedro rápidamente sacó un lubricante y un condón de su cajón y se puso en 4 sin instrucción alguna.
Me puse el condón y me llene toda la verga con lubricante y le puse en el culo.
Empece a rosarle mi cabeza con su culo pero no duro mucho antes de que me pidiera que se la metiera.
Ahí entendí que el papá de Luis no solo era gay, era una perra que le encantaba tener el culo lleno de verga.
Se la metí lento y suave, mientras poco a poco entraba escuchaba sus gemidos, impresionantemente gemía muy masculinamente.
Cuando llegue a la mitad de mi verga comencé a sacarla y meterla lentamente, pero su culo se adaptó muy rápido por ello se la empecé a meter y sacar cada vez mas rápido.
Llegó un punto en que ya se la estaba metiendo con todas mis fuerzas.
Toda mi verga cabía perfectamente en su muy dilatado ano.
Mis piernas chocaban con su culo, ambos ya sudados sonaba muy fuerte, la cama rechinaba como nunca, y yo mientras me lo cogía con todo lo que tenía, el solo se quedaba quieto y gimiendo mientras yo embestía su culo.
Sentía que me iba a venir, pero no quería aún dejar de disfrutar tremendo macho que tenía, así que se la saque lo voltee para que quedara de frente a mí y nos empezamos a besar, era muy masculino y rudo incluso en el faje, rodamos por toda la cama hasta que me puso las piernas detrás de la espalda, lo sabía, quería que me lo cogiera de misionero, mi posición favorita.
El condón seguía perfectamente en su lugar, y mi verga igual de dura desde que entre a ese cuarto.
El con sus piernas alrededor de mi procedí a meterle mi verga, esta vez no tendría compasión para embestirlo desde el principio.
Podía ver perfectamente su cara mientras se la metía, el placer que sentíamos los dos era inmenso y solo podíamos dejar escapar gemidos que ya de tan fuertes parecían gritos.
Duramos en esa posición bastante tiempo, la variábamos de lado o sus piernas en mis hombros, pero en si, duramos mucho.
Me gustaba cuando el estaba acostado de lado, porque sentía como toda mi verga le entraba, o cuando tenía sus pies en mis hombros, porque me gustaba poder recorrer con mis manos todas sus piernas mientras me lo cogía, era el hombre maduro perfecto y lo tenía todo para mí.
Intentamos que el me montara pero creo que ninguno le agradó mucho rápido hicimos otra posición porque a Pedro le encantaba que lo dominara y a mí me encantaba someterlo con mi verga.
Una vez más cogimos de perrito pero por alguna razón muy rápido cambiamos d nuevo a misionero.
Toda la cogida Pedro me decía lo grande que la tenía pero entre más pasaba el tiempo más me lo decía, lo que me prendía más y hacía que me lo cogiera más rápido y duro.
Ya lo podía sentir, la corrida se acercaba y estaba vez no lo iba a posponer más, estaba a poco de tener uno de los orgasmos más placenteros de mi vida.
Estábamos frente a frente, veía como toda su cara estaba empapada de sudor, podía sentir las gotas de sudor correr por mi cara y como su cuerpo se encontraba cubierto por una capa de agua, ambos estábamos cansados pero seguimos cogiendo igual o aún más duro que en el principio.
Tome a Pedro de los tobillos y empezar a meter y sacar con todas la energía que me quedaba.
Pedro rápidamente comenzó a masturbarse mientras yo lo embestía, su placer era tanto que los gemidos que soltaba yo creo que se escuchaban del otro lado de la calle y yo no me quedaba atrás.
Pedro se vino antes que yo dejando venir una cantidad de leche impresionante que lo baño con su propio semen desde la cara hasta su abdomen.
Cuando ya me iba a venir le saque la verga, me quite el condón y me vine.
Mi plan era venirme en su abdomen y pecho pero deje salir un chorro tan grande de semen que le llego hasta la cara y un poco más lejos.
Fueron unos 6-7 chorros de abundante semen.
Nuestra leche se combino en el cuerpo de Pedro.
En cuanto termine de venirme me tire encima de Pedro para besarlo, el se limpio el semen de su cara comiéndoselos, nos quedamos fajando un rato más.
Me manche de semen de todo el pecho y el abdomen que Pedro sin decir nada chupo como nunca.
Pedro: Uffff, esa verga tuya, que buen rato pasamos.
Ignacio: Si que si, (en eso empiezo a buscar mi ropa).
Pedro: ¿Qué haces?
Ignacio: Ya me tengo que ir.
Pedro: No vas a irte así todo mequiado ven vamos a meternos a bañar.
Yo hice casi y me quede, nos metimos a bañar, en el baño me la mamo un poco y yo le estimule el ano con mis dedos pero nos enfocamos más en limpiarnos y besarnos, a ambos nos encantaba besarnos.
Salimos del baño y después de secarnos duramos desnudos un rato hablando ya casi como en plan de amigos, siempre me había llevado muy bien con el papá de Luis.
Fuimos al cuarto y mientras me cambiaba me dijo que coger le daba mucha hambre que si no me quería quedar a comer.
Acepté, por lo que sirvió comida que ya estaba hecha y en la mesa platicamos un poco más.
Pedro: Bueno espero que te haya gustado porque a mí me encantó, pero ya sabes ni una palabra a Luis ni ha nadie.
Ignacio: No te preocupes nadie se va a enterar.
Pedro: Aparte si no le dices a nadie podemos a hacer esto más seguido.
Seguimos hablando de otras cosas deportes, música, escuela, etc.
Podíamos hablar de lo que fuera, en eso llega Luis a la casa.
Luis: Que onda pa, Ignacio que haces aquí?
Ignacio: Llegue hace poco y tu papá me invitó a pasar a comer.
Luis: Aa muy bien ahorita me sirvo y los alcanzo.
Ignacio: Pues de hecho le estaba comentando a tu papá que ya me tengo ir, bye wey.
(Me despido de Luis).
Y me despido de Pedro con un apretón de manos para formalizar de cierta forma nuestro pacto.
Este fue mi relato espero que les haya gustado habrá más secuelas de como me seguí cogiendo al papá de mi amigo.
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