El Señor del Uber
[Parte 1] Esta historia es 100% real, me sucedió una vez que, saliendo de una fiesta, pedí un Uber para llegar a mi casa..
Iba de Iztapalapa a Azcapotzalco, un viaje un tanto largo, pero, con lo pedo (ebrio) que estaba no lo sentí tanto, además de que me había besado con un par de chicas (y uno que otro amigo) disfrutando de aquel convivio como había deseado. Cuando vi la foto del conductor que me llevaría me fije que era un hombre de más o menos unos 50 años, medio gordito y moreno, pero no me esperaba lo que me recogió a los pocos minutos, era un Dios griego de más o menos 1.85, con un cuerpo bastante cuidado para su edad, se mantenía musculoso y bastante bien cuidado
U- Buenas noches, mi nombre es Ulises ¿usted es el Sr. Mun?- por mi estado me era difícil concentrarme en lo que me decía ya que toda mi atención estaba centrada en no caer por el mareo, al darse cuenta bajo a ayudarme para poder subir a la unidad mientras yo le gritaba a los amigos que estaban afuera esperando a que me fuera, nos decíamos puras cosas llenas de amor aunque a la mitad de los que estaban acompañándome no los conocía de nada. Cuando finalmente estuve dentro de la unidad -en el asiento del copiloto por mi insistencia hacia Ulises, el cual acepto sin problema- procedimos a arrancar e iniciar el viaje a mi casa.
Con todo y mi estado, logre mantener una conversación más o menos coherente con aquel hombre trabajador mientras íbamos en el camino, el me contó que daba clases de computación en una secundaria pero que debido a problemas económicos se había visto obligado a comenzar a trabajar las noches en esto, sin embargo, comenzaba a agarrarle cariño a ser chofer. Nuestra conversación continuó, pero el mareo que mi estado me provocaba me obligo a pedirle que hiciera una parada para poder vomitar, el lo hizo sin problema e incluso me ofreció unas cuantas mentas para quitarme el sabor y un poco de agua para limpiarme la boca
U- Por lo que veo, estuvo buena la fiesta ¿verdad joven?
M- Si, lo disfrute mucho -dije riéndome por los nervios que me causaba la pena de lo que acababa de suceder.
U- ¿Cómo es posible que un joven tan ameno no haya logrado salir con alguna chica?
M- Ganas no me faltaron, pero como puedes ver, no ando en el estado más conveniente en estos momentos- continuamos con nuestra platica hasta que, en una de esas el rozó con su mano mi pierna y luego la colocó sobre esta acariciándola lentamente, yo no sabía como responder a lo que pasaba, una parte de mi me decía que lo detuviera o que me defendiera, pero otra me susurraba -deja que siga, veamos que puede pasar- y eso fue lo que sucedió, deje que continuara con sus caricias, incluso me acomode de tal manera que pudiera mover su mano libremente por toda mi pierna
U- La verdad es que eres un joven bastante atractivo y buena onda, que mala suerte la de tus amigos, porque ahora seré yo el que disfrute de ti- dijo poniendo su mano cada vez más cerca de mi miembro, yo por mi parte había comenzado a acariciar también su pierna y miembro mientras subía y bajaba lentamente tocando todo lo que podía, en un momento concentré mis caricias en su miembro que ya se encontraba super duro, sentía una barra larga, un poco delgada y muy cabezona en la zona de su pelvis, eso me prendió haciéndole notar que mi verga comenzaba a crecer.
Mientras continuábamos con nuestras caricias mutuas el comenzó a desviarse de la ruta, metiéndose en varios callejones hasta llegar a una zona super obscura y sin gente, el apagó el carro y comenzó a tocarme cada vez más mientras se encargaba de empujar su miembro a mi mano
U- ¿Te gusta lo que sientes? – me preguntó mientras refregaba su mano por mi verga y con sus dedos presionaba mi nies sobre la ropa, yo solo gemía mientras apretaba su verga cada vez con más fuerza, quería poder tenerla entre mis manos y dentro de mi boca, quería que ese señor que parecía Adonis me hiciera su perra y me preñara. Estábamos rodeados de obscuridad, solo alumbrados por la tenue luz del tablero del auto y de la nada, entre nuestras caricias mutuas, Ulises me tomó del rostro y comenzó a besarme de manera descontrolada, yo correspondí al instante metiendo mi lengua lo más profundo que podía y peleando con la suya mientras que con mis manos comenzaba a desabrocharle el cinturón para poder tocar mejor su miembro, entonces, en un solo movimiento, el hizo su asiento para atrás y me jaló quedando con mi espalda pegada al volante
U- Me encantaste desde que te ví subir, te voy a hacer mi perra- dijo susurrándome al oído, eso me causó un éxtasis incontrolable que solo dejo salir un -Si, hazme tuyo- de mi boca, poco a poco fue quitándome mis prendas hasta dejarme desnudo y a su merced, pero el espacio reducido del área donde estábamos no lo dejaba moverse bien, por lo que me bajó cargando de su auto y nos pasamos a los asientos de atrás, me acostó en ellos y comenzó a mamar mi verga sacándome gemidos de puta, estaba disfrutando de como mi estado me había permitido cogerme a aquella Deidad tan bella que tenía enfrente, yo no podía con el placer que estaba sintiendo, solo abrí mis piernas y dejé que hiciera de mí lo que el deseara, al ver eso, el continuo mamandomela y bajando a mis huevo y ano, yo solo me encargaba de disfrutar de todas aquellas sensaciones, de repente se separó y comenzó a sacar unas cosas de su guantera, condones, lubricante y un frasco pequeño de vidrio con un liquido dentro -después supe que eran poppers- cuando me pasó todo volvió a meterse mi pene que estaba por explotar a la boca y continuo su mamada sacándome gemidos ya que cambiaba entre mi miembro, mis testículos y mi ano, yo me desconocía totalmente en ese momento ya que solo me dedicaba a gemir mientras pellizcaba mis pezones, quería… no, NECESITABA que ese hombre me hiciera suyo.
Su mamada continuo hasta que el mismo se levantó y me puso su miembro frente a la cara, era una deliciosa verga de 18 cm, gruesa y cabezona, toda rodeada de una muy ligera corona de vellos púbicos que parecía recién rasurada, eso fue a mi boca sin que Ulises tuviera tiempo a decirme que debía mamarcela lo que hizo que empujara mi cabeza hasta que mi nariz pego con su pelvis y la dejo adentro hasta que me hizo soltar una arcada, pero eso no me detuvo de seguir dándole placer a ese falo con mi boca. El comenzó a apretar mis glúteos fuerte y a rozar sus dedos en mi orificio anal hasta que, de la nada, sentí como algo viscoso entraba en él, era uno de sus gruesos dedos que comenzó a rascar la profundidad de mi recto sacándome unos cuantos gemidos de placer y dolor por el grosor de sus dedos
M- Espera, me duele un poco- le dije gimiendo
U- Calmate chiquito, tu solo disfruta, si lo necesitas inhala esto- me extendió el frasco de poppers y cuando inhale su contenido sentí como de un momento para otro todos mis músculos se soltaron y su dedo se fue más adentro de mi recto causando que me fuera nuevamente a su verga para callar mi gemido -Sabía que te gustaría, putito- dijo mientras metía ahora un segundo dedo haciéndome levantar mi culo para dejar pasar aquellas cosas tan gruesas que poco a poco me abrían cada vez más. Yo estaba concentrado en darle placer a el por lo que lamia su verga, luego bajaba a sus testículos y cada que tenía chance le daba suaves lamidas a su ano, todo el me excitaba de sobre manera, su cuerpo fuerte y poderoso, su olor a hombre y la manera en la que me trataba me hacían sentir como una putita deseosa de sentir como la partían en dos con aquel miembro, estaba soltando liquido preseminal de la punta de mi verga como si fuera una fuente dejando un poco manchado su asiento ya que me movía para que sus dedos entraran más.
Volví a inhalar del frasco de poppers y el aprovecho el espasmo que tuve para meter un tercer dedo lo cual me provocó soltar un gemido que fue ahogado gracias a aquel delicioso miembro que me encontraba mamando en esos momentos
U- Puta, mamas verga como profesional y tienes el culito apretado ¿eres virgen?
M- No, solo soy selectivo con quienes me penetran y quiero que tu seas uno de ellos- dije gimiendo por como metía y sacaba sus gruesos dedos de mi ano, luego los saco y me pidió cabalgarlo, yo, ni corto ni perezoso, comencé a acomodarme para poder meter aquel fierrote en mi culito, el cual sentía abierto de sobre manera, pero todo cambió cuando me comencé a sentar en la pelvis de Ulises, parecía ser que aquellos 3 gruesos dedos no habían sido suficientes para abrirme ya que, tras meter la cabeza de su verga, su miembro comenzó a engrosarse haciéndome sentir como mi cavidad se habría más de lo que de por sí ya estaba y causándome un poco de dolor, pero todo fue resuelto con poner el frasco de poppers cerca de mi nariz e inhalar suavemente con ambas fosas. Al hacerlo sentí un corrientazo eléctrico en la espalda que me hizo arquearme mientras me dejaba caer poco a poco sobre la verga de mi conductor y sentía como esta golpeaba mi próstata, vejiga y estomago provocándome una sensación desconocida mientras de mi pene salía un pequeño chorro de una combinación entre precum y orina que pareció excitar a mi amante ya que comenzó a darle embestidas lentas provocando que esa sensación fuera cada vez más fuerte y me desconectara de la realidad, era una puta total en aquel momento, quería que esa sensación durara para siempre y que se viniera dentro de mi mil veces.
El inhalaba del frasco y me lo pasaba por la nariz para que hiciera los mismo, cosa a la que no me negué ya que gracias a los poppers estaba sintiendo cosas que jamás había sentido, luego de inhalar nos besábamos descontroladamente o el me lamia los pezones, era una cosa desenfrenada, pero de la nada…
Espero que hayan disfrutado este relato, recuerden que me pueden mandar sus opiniones a mi Telegram (@MMMercury) y así podremos platicar y compartir experiencias. Yo fui vuestra “Madre” Mercury Jack. ALEHOP
Qué rico relato! Quiero seguir leyendo!