El Viajante
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sinpelitos.
El viajante
Era una noche lluviosa, en la mañana comenzarían el viaje de reparto de golosinas por el interior de la provincia, amado era un hombre de unos cuarenta años corpachón morrudo, moreno con una grandes manos, ojos cálidos, ese día le pidió a un muchachito vecino de su barrio si quería ganarse unos pesos y lo acompañaba en su viaje por el interior para ayudarle en su reparto, Betito un chico muy tierno buen niño a pesar de ya tener dieciocho años recién cumplidos se sintió contento de poder ir con el señor Amado que así se llamaba, él le explico que tendrían que parar en un hotel a pasar la noche por que justo les agarro una fuerte tormenta en medio de la ruta donde la cortina de agua que caía del cielo era tan densa que no se podía ver nada, no quería tener un accidente y perder tanta mercadería, llegaron a un lugar que encontraron, de esos hotelitos muy sencillos, bajaron corriendo para no mojarse tanto pero fue imposible entraron al lugar escurriendo agua, se registraron y subieron al cuarto, encendieron la chimenea y Amado le sugirió a Betito que se desnudara y diera un baño caliente
Betito con un poco de pudor entro al cuarto de baño y luego de quitarse la ropa con dificultades porque estaba tan mojado que se adhería al cuerpo, ese cuerpo turgente muy blanco, con unas piernas bien duras y un culito tan respingón que no pasaba inadvertido debajo de la ropa, se sorprendió Betito al ver que su pene estaba casi en erección, se metió en la ducha cálida mientras tanto en el cuarto Amado se había quitado toda la ropa mojada y se envolvió con un tallón esperando que Betito se terminara de bañar y entrar el, Betito no se percató que los tallones estaban en el cuarto doblados sobre la cama así que al momento de cerrar el grifo se dio cuenta que no tenía con que secarse, todavía tenía su pene bien duro pero no le quedó otra que llamar a Amado que le alcanzará un tallón con que secar su cuerpo y cubrir su hermosa desnudes de la vista del señor Amado, aunque no supo por qué razón esa circunstancia lo excitaba en sobremanera confundiéndose en su mente, ya que él también quería y no sabía por qué ver a él señor Amado sin ropa le producía cosas en su interior, quizás por curiosidad, mientras Amado estaba en el cuarto oyó la voz aniñada aun de Betito llamándolo, él ya sabía para que así que fue igualmente sin tomar el tallón y lo miro de arriba abajo mientras Betito intentaba cubrir su pene y sus huevos con sus dos manos, Amado no perdió detalle alguno de su hermosura y tomando el tallón que traía puesto se lo quito y extendió su mano para pasarle el suyo, esto provoco que Betito pudiera ver el cuerpo entero totalmente desnudo de Amado, su vista automáticamente y sin poder evitarlo se clavó entre sus piernas, en esa pedazo de carne que aun en reposo se notaba grande largo de un color oscuro descansando sobre un par de huevos con su bolsa larga haciendo ver a sus pelotas pesadas y fuertes, quedo Betito paralizado, era la primera vez que tenía frente a él un macho desnudo, su cuerpo temblaba y sentía excitarse mucho, Amado se giro y emprendió la salida del baño, él también estaba maravillado de la belleza de este joven, pero no quería hacer nada por temor a que las cosas salieran mal, mientras Betito se secaba Amado tomo unos vasos y poniendo un relajante en una de ellos se acostó dentro de las frazadas, Betito salió del baño envuelto en la toalla, Amado recordó de golpe que sus ropas estaban mojadas se levantó desnudo como estaba y junto todas las prendas para ponerlas a secar delante del hogar que habían encendido al entrar, Betito tomo el vaso de agua y lo bebió sin darse cuenta que el vaso que el tomo fue el del señor Amado que tenía un relajante para poder dormir, cuando Amado se dio cuenta ya era demasiado tarde, no dijo nada ya que no quiso preocupar al muchacho, Betito se acostó desnudo quitándose la toalla se cubrió bajo las frazadas y se acomodó para dormir, esperando poder hacerlo cerro sus ojos mientras en sus pensamientos aparecía el cuerpo de Amado con sus grandes huevos y esa verga pendulante, sentía su pija endurecerse nuevamente, pero quería dormir, mientras tanto Amado se acostó también desnudo ya que solo había una cama grande en el cuarto lo hizo en la orilla opuesta a la de Betito, se tapó e intento dormir, muchas cosas se le pasaban por la mente, entre ellas pensaba que hacía mucho tiempo que no cogía, él estaba separado hacía ya tiempo y si bien cada tanto encontraba alguna puta para desfogarse, la mayoría de las veces se descargaba haciéndose una paja, en esos pensamientos andaba cuando se dio cuenta que su verga estaba tan dura y caliente que no pudo contener las ganas de tocarse masajear sus pelotas tan cargadas de leche de varios días
Se ubicó de costado mirando a Betito que ya producto del relajante dormía como un tronco emitiendo algunos suspiros respiratorios, Amado se destapo mientras se acariciaba su endurecida poronga, muy lentamente fue bajando las cobijas que cubrían a Betito para aprovechar que el chico le daba la espalda y tendría una espléndida visión de su hermoso culito blanco, casi sin bellos, fue deslizando las mantas por la cintura del chico, apareciendo ante el un culo muy bonito bien redondo le pareció muy bella la imagen del cambio de tonalidad en su piel justo donde termina la espalda y comienzan las nalgas cambiando de una tonalidad tostada levemente a un blanco esplendido, que hacían resaltar aún más ese bello culo, mientras la vista de Amado lo recorría sin perderse detalle de cuanto lunar apareciera, su tremenda verga ya bien erecta daba brincos involuntarios como si tuviese vida propia, Amado no paraba de masajear su pija además de ir quitando las mantas hasta tener a Betito totalmente desnudito, en posición casi fetal dándole la espalda, sintió terribles ganas de ponerlo boca abajo y clavarlo inmediatamente, pero de contuvo, mientras que con una mano se masturbaba con la otra acariciaba el culo de Betito, pasaba sus dedos por la raya e intentaba muy suavemente de entremeter un dedo a la altura del ano del chico, que dormía plácidamente sin darse cuenta de nada, o quizás soñando con la gran pija de Amado, quien sabe.
Amado se fue acercando hasta ubicarse pegado al chico apoyo su mástil caliente y duro en esa magnífica raya, lo fue moviendo con intenciones de que la cabeza ancha de su verga se posicione en la entrada de ese lindo anito rosado, mojaba cada tanto su pija con saliva que se mezclaba con los jugos que su verga iba despidiendo lograba con esto el lubricante perfecto, aunque aquel culito seguramente virgen aún se resistía a abrirse, de todos modos el punteo constante de esa barra de carne dura hacían que la cabeza se frotara una y otra vez en ese anito provocando una leve dilatación, Amado ya estaba súper excitado pero no quería que el chico se asustara y evitara lo que ya a estas alturas era inevitable penetraría al muchacho hasta llenarlo de leche.
Continuará.
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