Escuincle travieso
Esta historia tiene lugar hace un par de años, en un viaje por el metro de la CDMX. Es 100% real y esta contado de la manera en la que pasó..
Resulta que iba de regreso a mi casa después de pasar el día con unos amigos en una biblioteca famosa de la Ciudad, era un día muy caluroso por lo que llevaba una falda escocesa o kilt para estar fresco. Iba en la estación de Tacuba cuando se sube al vagón un chico de unos 15/16 años que se me quedaba viendo claramente -juro que sentía como si me violara con la mirada-, comencé a mirarle a los ojos y de la nada algo llamó mi atención; como si fuera la cosa más natural del mundo, ese niño desconocido había comenzado a masturbar su miembro de una manera que, cada que lo hacía, me dejaba ver como crecía dentro de su pantalón.
Pasada esa estación, el vagón donde íbamos se comenzó a vaciar hasta quedarnos solos por lo que aproveche para poner la mochila que llevaba a un lado mío para ocultar que, poco a poco, iba moviendo mi falda para sacar mi verga y dejar a la vista de ese chiquillo mi bulto que poco a poco aumentaba de tamaño cada vez más dentro de mi boxer negro, el cual comenzaba a mojarse de la punta debido a mi precum. El niño comenzó a tocarse cada vez más haciendo que su bulto fuera más notorio, pero cuando el tren llegó a la estación de Camarones, me puse de pie con mi mochila en el hombro y me coloque junto a él, este, ni corto ni perezoso, comenzó a tocarme por sobre mi ropa interior y esparcía mi liquido preseminal por toda la tela de mi boxer. Yo, por mi parte, comencé a tocar su pene por encima de sus pants, pasando mi mano por su falo, a sus bolas y, mientras tocaba estas, masajeaba con mi índice la zona de su próstata, continuamos así hasta llegar a la terminal del Rosario e hicimos juntos el trasborde a la línea 6.
Ahí estaba yo, un muchacho de 20 años con un niño de 16 agarrados de las manos como si fuéramos pareja. La verdad, el chamaco no estaba nada mal, medía alrededor de 1.57, rozando el 1.60; bastante delgado, pero con un cuerpo marcado y con un rostro angelical, acompañado por un lindo cabello rizado. Me fue guiando por un camino un tanto desconocido hasta que llegamos a unos edificios a las afueras de una calla cerrada, pasamos a uno de estos y llegamos al departamento donde el vivía, abrió la puerta y, en cuanto pasamos, me empujo a la pared más cercana y me comenzó a besar como si la vida se le fuera en ello, yo estaba super prendido y mientras me besaba sus manos se fueron a la zona de mi falda, la cual levanto para poder meter sus manos a mi ropa interior y comenzar a masturbarme de manera descontrolada. Al mismo tiempo, la mano que le sobraba ya se encontraba en mi nalga derecha masajeándola de manera descontrolada haciendo que me prendiera cada vez más, sobre todo cuando con uno de sus dedos comenzó a hacer pequeños masajes circulares en la entrada de mi culo.
Decidí quitarle un poco de control y le di la vuelta tomando sus dos manos y poniéndolas en su espalda, cuando las tuve bien sujetas lleve mi mano derecha a sus pants y la metí en su ropa interior para poder tocar su miembro -no se sentía grande, pero si grueso y con una curva hacía arriba, además de que no estaba circuncidado-, después puse mi mano izquierda en sus nalgas para comenzar a masajearlas de manera dulce pero fuerte, el gemía en voz baja y me lamía el lóbulo izquierdo, jugando con mi arete y pasando luego a mi cuello, esto provocaba que mi miembro quisiera reventar dentro de mis calzones los cuales estaban super mojados de la zona de mi pene
?- Quítate la ropa y ven a mi cuarto.
Yo le hice caso como si me encontrara hipnotizado, mientras el iba caminando yo me quité mi falda y playera, quedando solo en mi ropa interior, me tomo del cuello y comenzó a besarme de nuevo mientras caímos en su cama y masajeaba mi miembro, poco a poco fue bajando por mi cuello para lamerlo, luego pasó a mis pezones los cuales se metió en la boca y mordiéndolos suavemente sacándome pequeños gemidos de éxtasis y haciendo que mi pene creciera cada vez más, el se dio cuenta y comenzó a apretarlo mientras bajaba hacia el para comenzar a morderlo sobre la tela de mi calzón negro. Subía y bajaba por mi abdomen y mis boxers hasta que decidió quitármelos para dejar libre mi verga, la cual estaba cerca de explotar por el bombeo de sangre y posteriormente comenzó a mamarmela de manera lenta y suave, yo esta en un punto de placer donde con el más mínimo movimiento podría eyacular dentro de su boca por lo que después de dejar que mamara un poco mi verga, lo tomé por la cabeza y comencé a besarlo mientras le daba la vuelta para ser yo el que quedara ahora sobre el.
Yo si fui un poco más directo, besé unos minutos su cuello dejando un pequeño chupetón en el para luego bajar por su pecho y abdomen el cual estaba marcado con una pequeña cicatriz, luego seguí lamiendo y bajando por su pelvis para llegar a su miembro el cual estaba super marcado en la ropa de mi pequeño amante. Poco a poco lo liberé de su prisión de tela y comencé a mamarlo como si fuera mi trabajo, le pasaba la lengua por la cabeza y luego lo llevaba a lo más profundo de mi garganta, a veces bajaba a sus testículos y me comía ambos al mismo tiempo, yo mamaba muy concentrado mientras que con mis manos pellizcaba y masajeaba su pecho y, principalmente, sus pezones, el tenia sus manos en mi cabeza y de la nada comenzó a presionarla contra su pelvis mientras movía sus caderas como si me penetrara casi causándome el vomito por las arcadas, pero en de un momento a otro sentí como inundaba mi boca con su esperma el cual tragué como su fuera la bebida más deliciosa del mundo, luego baje de su miembro a su ano y comencé a lamerlo y penetrarlo con mi lengua, el gemía en voz baja y apretaba mi cabeza contra su agujero.
Yo estaba super concentrado en darle el mayor placer posible a mi pequeño amante, tomé su pene y comencé a masturbarlo y eso provocó que cada que pasaba mi lengua por su recto, el lo apretará y tensara su verga la cual ya estaba dura nuevamente, me la volví a llevar a la boca mientras comenzaba a meter mis dedos en su ano y moverlos para dilatarle, metí primero el anular, luego el índice, llegó a tener 3 dedos dentro cuando me fue imposible controlarme y me levante para poner la cabeza de mi verga en la entrada de su hoyo. Comencé a empujar poco a poco, sintiendo como la cabeza de mi pene entraba en su apretado culito infantil -mi verga mide 17 cm y es un tanto gruesa, lo que provocaba que hiciera muecas de dolor cada que ingresaba más a su ano, pero en ningún momento me pidió que la sacara-, yo seguí empujando hasta que tuvo la mitad adentro, ahí me tome un descanso para besarlo y dejar que se acostumbrara al intruso que estaba recibiendo, pero parecía que no era la primera vez que usaba ese agujero del pecado y tras unas cuantas embestidas ambos ya estábamos gimiendo como locos por la intrusión de mi miembro, el rasguñaba mi espalda cada que bombeaba contra su próstata y mi pene palpitaba en cada roce, ambos estábamos disfrutando y besándonos cada que podíamos hasta que ambos tuvimos un gran y poderoso orgasmo, el ensuciando su pecho y llegando a manchar mi cara un poco y yo llenando sus entrañas con mi semilla.
Poco a poco fui sacando mi verga y me di cuenta de que no salía ni una sola gota de semen de aquel agujero, como si su ano hubiera bebido aquella sustancia de la cual lo había llenado. Mientras ambos descansábamos yo fui bajando por su pecho para limpiar los restos de su semen y probarlo nuevamente, cuando llegue a su verga esta estaba nuevamente erecta por lo que mi siguiente acción fue meterla nuevamente en mi boca y comenzar a succionar para sacar los restos de semen que hubiera, mientras que el apretaba mi cabeza y pellizcaba mis nalgas, perdiendo control total de mie cuerpo procedí a darme la vuelta y sentarme en su cara haciendo que comenzara a comerme el culo y lo hizo de una manera que me hizo ver las estrellas mientras comía su verge
M- Métemela ya, por favor- no podía creer lo que escuchaba, estaba pidiendo verga por primera vez en mi vida sexual y me encantaba, sobre todo por quien era mi amante, me sentía la perra más afortunada del mundo, me puse en cuatro pata dejando a su merced mi culito palpitante y me metió dos dedos causándome un poco de dolor, pero no era nada comparado con el placer que el niñato este me estaba causando, mientras tanto el se masturbaba dejando ver como su pene lubricaba, ya cuando estuvo listo saco los dedos de mi hoyo y comenzó a remplazarlos con su verga, el dolor que sentía por el grosor de aquel miembro me hizo morder las sabanas pero en ningún momento me eché para atrás, estaba más caliente que adolorido y quería sentir esa verga dentro hasta que se vaciara, lo cual no tardo mucho ya que sentí como me inundaba con su semen los intestino, sin embargo no bajaba su erección, al contrario, comenzó a moverse poco a poco mientras besaba mi cuello.
Yo estaba en el quinto cielo, sentía su miembro entrar y salir de mi ya no tan adolorido culito el cual ya comenzaba a recibir gustoso aquel pene que estaba rozando mi próstata, sin embargo, mi amante saco su miembro y me dijo algo que me descontrolo
?- Ponte de misionero, quiero verte la cara mientras te cojo- el pequeño bastardo me tenía a su merced ya que hice lo que me pidió sin rechistar poniendo mis piernas en sus hombros, dejando al aire mi ano que estaba dispuesto a recibir aquel falo grueso nuevamente, cuando lo hizo mi cuerpo soltó una descarga eléctrica por cada uno de mis huesos ya que sentía como aquella verga rozaba mi próstata, empujándola a su antojo y sacándome gemidos de placer con cada embestida que me daba, el placer era tanto que, por primera vez desde que había comenzado mi vida sexual, me vine sin tocarme mientras gemía como una perra llenando mí torso con mí propia sustancia y a los poco minutos el pequeñin comenzó a moverse cada vez más rápido hasta que soltó otros 3 chorros de esperma, pero esta vez dentro de mi ano el cuál se apretó tan fuerte como pudo para que nada de ese elixir saliera de él. Nos quedamos tendidos unos cuantos minutos -el estando sobre mi mientras aún tenia su verga dentro y comenzaba a perder su erección hasta que salió totalmente de mi ano-, mientras no besábamos un poco procedimos a vestirnos y cambiar números para ver si en alguna ocasión repetíamos aquella experiencia, después yo me fui caminando a mi casa con el culo lleno de sus mecos y una gran cara de felicidad, satisfecho por esa gran experiencia.
Muchas gracias por leerme, querido míos, espero que hayan disfrutado este relato. Recuerden que me pueden mandar sus opiniones a mi Telegram (@MMMercury), yo fui su “Madre” Mercury Jack. ALEHOP.
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