FANTACIAS DE LA INFANCIA: AVENTURAS EN LA ESCUELA MILITAR
Cuando tenía 10 años (2009) me cambiaron a una escuela militar para tratar de ponerme en cintura, pero como ya conté antes esto solo hizo que comenzara a tener mis primeras experiencias sexuales, esta es una de ellas..
Como he mencionado antes, tras que terminaran las clases aun tenía que quedarme en la escuela debido a que mi madre en ese tiempo estaba tomando clases de inglés tras salir de su trabajo, por lo tanto, eran contados lo días en los que ella pasaba por mí. Al comentar esto, una de las profesoras le comento que la escuela contaba con los servicios de un taxista que llevaba a varios de lo alumnos a sus domicilios y que sus servicios eran baratos, por lo que contando con esta información mi madre tomo la decisión de pedir sus servicios tres veces a la semana para que pasaran a dejarme a casa de su pareja la cual era solo para mi desde las 6 pm que llegaba hasta las 9 que llegaba mi madre de sus clases.
Al inicio del ciclo escolar que fue entre agosto y septiembre yo me la vivía con una tristeza terrible debido a que extrañaba a mis amigos y mi antigua escuela, pero con el paso del tiempo me fui acostumbrando a esta nueva vida y la disfrutaba gracias a que comenzaba a tener mis experiencias sexuales con Rafael (un compañero de 6to año que también olía quedarse tras las clases, él y yo en alguna ocasiones solíamos tener acercamientos sexuales cuando teníamos la oportunidad) ¿y qué tiene que ver el taxista en todo esto? Pues en muchas ocasiones yo era el único al que llevaba a casa ya que lo otros chicos (que eran dos alumnos de preparatoria) tenían un horario diferente, así que solíamos ir todo el camino platicando de como me había ido en el día y el me platicaba como le iba en sus trabajos de taxista, llegue a tenerle tanta confianza que solía irme en el asiento del copiloto para platicar mejor con el mientras que él, en algunas ocasiones, solía llegar con alguna golosina o refresco que me hubiera comprado.
Uno de esos días que pasó por mí, me recibió como siempre, nos saludamos golpeando lo puños, subí en la parte de adelante y me puse el cinturón de seguridad para comenzar nuestra travesía de más o menos una hora y media debido al trafico de la Ciudad de México, comenzamos a platicar, a la mitad del camino me comenzaron a dar muchas ganas de orinar y se lo comenté
M- Oye, necesito hacer pipi, no aguanto más
T- Hijole, chamaco, estamos a la mitad del Periferico, va a estar difícil que encontremos donde puedas… aunque hay una opción
M- ¿Cuál?
T- Ahí debajo de tu asiento debe de haber una botella grande de agua que esta vacía, sería la única opción- yo lo pensé durante un rato ya que me daba pena la idea de que me viera orinar, sin embargo, era eso u orinarme en los pantalones frente a el y me preocupaba que eso metiera en problemas a mi madre, así que me agache para tomar la botella, le quite la taparrosca y le pedí que la sostuviera por un momento para poder quitarme el cinturón de seguridad, me baje un poco los pantalones y mi ropa interior para liberar mi pene y tras pedirle la botella acomode la punta de mi pene y comencé a soltar el contenido de mi vejiga, un chorro ligeramente amarillo comenzó a llenar esa botella de litro y medio haciéndome sentir un alivio inmediato.
M- Uf, esto me ha salvado la vida- dije, cuando termine me di cuenta que había llenado la mitad de la botella y comencé a morirme de la vergüenza cuando me di cuenta la situación en la que estaba, más al darme cuenta que había ocasiones en las que tenia clavada la mirada de aquel taxista en mi pequeño pene, aunque mi vergüenza cambio a sorpresa cuando me di cuenta de que un bulto comenzaba a crecer en su entrepierna, el al darse cuenta de que lo miraba se centró en el camino apenado, hubo un silencio incomodo por un par de minutos el cual se vio intensificado debido a que estuvimos varios minutos sin avanzar nada debido a que como era un tarde lluviosa el transito era demasiado lento, casi a vuelta de rueda, yo iba a proceder a acomodar mi ropa cuando el taxista puso su mano en mi pierna de manera suave.
El nombre del taxista era Ignacio, según él me había dicho tenía 45 años de edad, estaba casado con dos hijos, era moreno tenía una cara bastante atractiva con unos labios carnosos y una barba de candado, siempre vestía con una gorra, una camisa de manga corta y unos pants que simulaban ser pantalones de mezclilla los cuales en ese momento dejaban ver un enorme bulto el cual me dejo sorprendido, Ignacio comenzó a acariciar mi muslo desnudo de manera suave haciendo que mi pequeño pene comenzara a erectarse lentamente debido a sus suaves caricias
I- Tienes una piel muy suave Mercury, me gusta- me dijo sonriendo mientras su mano dejo de acariciar mi pierna para desabrochar el botón de hasta abajo dejando a la vista mi pequeña barriga y mi pene erecto el cual, en esa época, debía de medir no más de 12 cm, completamente lampiño, con un escroto suave y una cabecita ligeramente rosa, además de una cuantas venas marcadas -que lindo se ve esto ¿te molesta si lo toco?- yo estaba paralizado, no por miedo, sino por la excitación, un hombre mucho más mayor que yo estaba tocándome y no pude evitar mirarlo a los ojos cuando moví mi cabeza de manera afirmativa -gracias, Mercury- dijo para posteriormente poner su mano en mi pene lo cual causo que dejara salir un pequeño gemido el cual causo que Ignacio esbozara una ligera sonrisa, su mano comenzó a subir y bajar lentamente, estuvo un rato así hasta que la quito por un momento solamente para llenarla de saliva y volver a su labor masturbatoria sacándome otro gemido y causando que me retorciera de placer, el parecía disfrutar de mis reacciones -¿te gusta?- yo moví mi cabeza de manera afirmativa pero el detuvo su movimiento dejándome confundido -quiero oírte decirlo-
M- Se siente muy rico, por favor, sigue haciéndolo- le dije casi como un ruego -prometo no decir nada, pero quiero que sigas- le rogué
I- ¿Y qué voy a ganar yo?- me pregunto mirándome a los ojos, aun íbamos lento, pero mientras me toqueteaba miraba a los demás vehículos previniendo que no vieran lo que me hacía
M- Algo que le hago a uno de mis primo- el sorprendido quitó su mano de mi miembro
I- ¿Ah sí? Entonces eres medio cabrón- dijo sonriendo -Hazlo, si me gusta continuare-
Yo lleve mi mano a su gran bulto y tratando de meterla en sus pants pero me era imposible por la posición en la que estaba, así que me facilito el trabajo quitándose el cinturón para poder bajarse su prenda hasta las rodillas y dejar libre lo que había estado tocando hace un momento, por primera vez veía una verdadera verga, si bien mis primos y mi hermano (con quienes tenía mis acercamientos sexuales más frecuentes) tenía entre 15 y 18 años y contaban con buenos miembros, ese que estaba viendo era un miembro grande, mediría entre 18 y 21 cm, era morena como su dueño pero con una cabeza tan rosa como la mía, lo que más me llamaba la atención era como sus testículos no tenían ni un solo vello a diferencia de su pelvis la cual estaba llena de estos
I- ¿Entonces? ¿Si me vas a mostrar lo que le haces a tu primo?- me dijo sacudiéndola un par de veces, como si me hubiera hipnotizado con esa acción lleve mi mano a ese trozo de carne, la cual no cerraba completamente debido a lo grueso que era, comencé a mover mi mano como mi primo me había enseñado y, sin pensarlo dos veces y mirando precavido a los autos que nos rodeaban, baje mi cabeza a la entrepierna de Ignacio para comenzar a lamer el miembro del taxista que me estaba llevando a casa -AHHHHHH- gimió al sentir las primeras pasada que mi lengua le daba a su pene, había momentos en los que, aprovechando que no nos movíamos, Ignacio quitaba su pies de los pedales del auto para abrir sus piernas dándome oportunidad de también lamer y succionar sus gordos huevos -que rico, Mercury, seguro tu primo ha de disfrutar cuando le haces esto
M- Si, pero le gusta más que le haga así- dije dándole una lamida desde su testículos hasta la punta de su verga para luego comenzar a darle una mamada, debido al grosor de ese miembro me costaba mucho mamarlo e incluso me causaba dolor en la mandíbula de tan abierta que tenía la boca, escuchaba los quejidos de Ignacio -¿Estas bien?- le pregunte
I- Se siente muy rico, pero me lastimas un poco con los dientes debido a que tu boca aun es muy pequeña- me dijo riéndose, la verdad me dio gusto que me dijera que le estaba gustando así que trate de mejorar mi técnica poco a poco hasta lograrlo y poder mamársela sin causarle dolor, cosa que el me hizo saber cuando aprovecho otra zona de poco avance para tomar mi cabeza con la mano que utilizaba para hacer los cambios de velocidad y empujo su cadera en mi garganta haciendo que llegara lo más profundo que mi infantil tráquea le permitió haciendo que me dieran arcadas -que rico lo haces, putito- dijo gimiendo, pero en cuando sentí que quito su mano de mi cabeza me saque su verga rápido cosa que me provoco un poco de tos -perdona, Mercury, es que por un momento pensé que eras Javier y me emocione- al darse cuenta de lo que dijo se puso pálido, Javier era otro de los alumnos que transportaba y que tuve chance de conocer después, el me dio a entender con esas simples palabras que aquel chico también solía darle placer cuando lo estaba llevando a la escuela o a su casa, pero eso poco me importo y comencé nuevamente con mi labor de mamar su verga cosa que hizo que gimiera de nuevo, pero ahora tenía que centrarse en manejar, así que yo tenía el control de que tan profundo podía llevar ese miembro a mi tráquea -uffff, sigue así, lo estas haciendo muy bien- me dijo mientras continuaba avanzando aquellas calles congestionadas por automóviles.
Ignacio disfrutaba de mi mamada aprovechando los mementos en los que estábamos detenido para llevar su mano a mi cabeza para ser el quien llevara el ritmo con el que le hacía sexo oral, yo de vez en cuando me sacaba su verga para pasar mi lengua por toda la extensión de esta y lamer y succionar sus testículos, pero sin darme cuenta, me había acomodado de una manera en la cual dejaba mis nalgas abiertas cosa que el aprovecho en otro largo rato que pasamos detenidos para comenzar a tocarlas llegando a pasar su dedos por el agujero de mi culito, lo hacía suave por lo que comencé a gemir con su verga dentro de mi boca, luego el chupo uno de sus dedos y comenzó a acariciar con el mi anito hasta que logro meterlo, eso me causo un poco de dolor, si bien yo solía masturbarme jugando con mi culo, sus dedos era mucho más gruesos que los míos pero me gustaba esa sensación, de tener algo tan grueso en mi culo y, como de vez en cuando sacaba su dedo para lubricarlo más, en poco tiempo logre tenerlo completamente dentro de mi culo provocándome un placer que nunca había sentido y hacía que gimiera incluso teniendo su miembro dentro de mi boca
I- Ufff, que rico aprietas mi dedo, te prometo que voy a lograr meterte mi verga aunque tenga que pasar todos los días dilatando tu culo- dijo mientras movía su dedo haciendo como si rascara mi interior provocando en mi un gemido fuerte que hizo que sacara su verga de mi boca
M- Ahhhh, que rico- le decía mientras movía mis caderas
I- ¿Te gusta?
M- Si, se siente más rico que cuando lo hago yo- le dije comenzando a masturbar su miembro completamente mojado por mi saliva, el taxista sacó su dedo de mi culo para poder lamerlo junto otro más y ahora metió ambos en mi culo, eso si me provoco dolor -ahhh, espera, me duele- le dije, pero el solo puso más saliva en sus dedos y continuo intentando meter ambos en mi culito
I- Lo siento, peque, pero te dije que te iba a preparar para recibir mi verga, esto es parte de tu entrenamiento- me dijo mientras continuaba tratando de meter sus dedos de manera suave hasta que lo consiguió, me dolía mucho pero el solo se dedicaba a mover sus dedos de manera suave comenzando a provocarme placer debido a que estimulaba mi próstata de manera sumamente deliciosas y tras unos cuanto minutos de camino yo ya estaba gimiendo debido a que el metía y sacaba sus dedos de mi culo -Ufff, se nota que ya te tengo bien abiertito- dijo continuando moviendo sus dedos mientras yo seguía con mi labor de darle placer con mi boca -sigue mamando, falta poco para darte tu premio- decía moviendo sus caderas haciendo que su verga llegara más profundo en mi garganta y comenzando a meter y sacar sus gruesos dedos de mi culo haciendo que gimiera más aun y continuara moviendo mi cadera haciendo que, como cada que me masturbara, sintiera un gran escalofrío pero esta vez fue diferente ya que iba de mi culo viajando por toda mi columna vertebral y haciendo que mi culo tuviera espasmos apretando los dedos de Ignacio -Ufff, que rico aprietas puto, ahí te va tu premio- decía moviendo su cadera cada vez más rápido y, aprovechando que nuevamente no habíamos detenido en el trafico llevó su mano a mi cabeza haciendo que mi mamada fuera más rápida y profunda y, sintiendo como su verga comenzaba a hincharse dentro de mi boca, dio un último empujón a mi cabeza haciendo que su verga llegara lo más profundo que pudo y empezó a soltar un liquido viscoso en mi boca y garganta, la consistencia me provoco asco pero como el no libero mi cabeza tuve que comenzar a tragar para evitar ahogarme, el sabor me enamoró al instante, era dulce con un ligero toque salado, olvide el asco provocado por la consistencia y continue tragando todo lo que salía de su verga -AHHHHHHH- gimio el taxista cuando sintió su orgasmo, fueron 5 chorros espesos de semen los que me trague.
Ignacio quitó su mano de mi cabeza y le di una par de chupadas más nates de sacar su miembro de mi boca para comenzar a lamerlo y dejarlo totalmente limpio, el taxista saco sus dedos de mi culo los cuales estaban ligeramente manchados de heces pero el los limpio con un trapo, cuando finalmente pude incorporarme me acomode el pantalón y la camisa del uniforme volviendo a ponerme el cinturón de seguridad, continuamos el camino en otro silencio incomodo como el que había comenzado todo por otros 15 minutos hasta que llegamos a casa de la pareja de mi madre. Cuando disponía a bajar del auto el me detuvo tomándome de la pierna nuevamente y se acomodó nuevamente su ropa
I- Mercury, quiero pedirte una disculpa por sobrepasarme contigo, si te molesto quiero que me lo digas- me dijo mirándome a los ojos
M- Es la primera vez que alguien me hace lo que tu, ni siquiera mis primos me habían hecho eso- le dije mirando al piso del auto, el quito su mano de mi pierna y, cuando lo mire, pude ver en su mirada que se sentía culpable
I- Lo siento, pequeño, prometo que nunca lo volveré a hacer, en esto últimos meses conociéndote y hablando contigo comencé a verte como si fuera otro de mis hijos, pero no se qué me ocurrió hoy- me dijo sumamente apenado
M- Ignacio, no tienes que disculparte, disfrute mucho lo que hicimos, nunca nadie me había hecho sentir lo que tu me provocaste, la verdad me gustaría que se repitiera- le dije mirándolo a los ojos y sin duda en mis palabras, el volvió a mirarme y sonrió
I- Te prometo que así será- me dijo suavemente, luego tomo mi rostro suavemente y me dio un beso en los labios el cual correspondí como muchas veces lo había hecho con mis primos y mi hermano -y te prometo que la próxima vez disfrutaras sintiendo mi verga dentro- me dijo con una sonrisa.
Yo baje del auto con mi mochila y entre al edificio para subir al departamento en el que llevaba unos cuantos meses viviendo, como siempre estaba solo, así que fui directamente a mi cuarto y me acosté para descansar ya que, si bien había sido un día tranquilo, todo lo que pasó en aquel taxi con Ignacio me dejo sumamente exhausto y casi al instante caí dormido con la esperanza de pronto repetir eso con Ignacio, deseos lo cuales me llevaron a tener más experiencias inesperadas.
Espero este relato les haya gustado tanto como los demás, muchos de lo relatos que he escrito sobre mi infancia están basado en hechos reales, aunque algunos tienen algunas cosas exageradas y otras inventadas, dejo a su imaginación cual es cual jeje. Recuerden que pueden mandarme su comentarios a mi Telegram @MMMercury donde estaré feliz de responderles.
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