FANTASIAS DE LA INFANCIA: La escuela militarizada
Comienzo 5to de primaria en una escuela nueva y con el paso del tiempo me hago amigo de un chico, poco a poco nuestra amistad fue creciendo a más..
Cuando entré en este colegio militar tenía 9 años, iba a comenzar 5to de primaria en esa escuela y estaba nervioso debido a esta situación estaba sumamente nervioso, no solo porque había estado toda la primaría en un mismo colegio y llegaría a uno nuevo donde no conocía a nadie ahí y además me enteré en mi primer día de clase que iba a quedarme en las tardes a comer y hacer mis tareas en la escuela en lo que mi madre pasabas sus clases de la universidad, pues uno de esos días conocía a Rafael, igual que yo era nuevo en la escuela pero iba un grado arriba de mi (iba en 6to), agregándole el hecho de que los grupos pares no salían con los impares por cuestiones del tamaño del patio, así que no lo conocí hasta después de clases que nos juntaron a los del grupo que se quedaba para hacer tarea y comedor.
Durante el rato que esperábamos a que nos ingresaran al salón del comedor fue que tuve mi primera conversación con Rafael y conectamos inmediatamente debido a que ambos nos gustaba Naruto y la lucha libre, entonces casi al instante nos hicimos grandes amigos, incluso nos sentamos a comer y hacer la tarea juntos, conforme fueron pasando los días nuestra amistad fue creciendo y a las pocas semanas ya éramos inseparables. Fue un día cerca de vacaciones de diciembre en el cual pocos compañeros se habían quedado a comedor y no había tareas que nuestras amistad creció, ese día solo habíamos 6 del grupo de 15 que estábamos adelantando la poca tarea que nos habían dejado para vacaciones, fue por esa razón que la profesora que se quedaba a cargo de nosotros (profesora de inglés y con cargo de oficial) decidió que era buena idea dejarnos solos en el salón con una de las chicas más responsables como la encargada en lo que ella se iba a platicar con la comandante y dueña de la escuela
Las chicas se juntaron a platicar y por momentos nos incluían en su conversación, pero poco a poco nosotros nos fuimos separando de ellas y en un momento decidimos ir a los escritorios de otros oficiales que se encargaban de tramites administrativos en la mañana, Rafael y yo nos pusimos a platicar de la vida y salió el tema de las chicas, de hecho mencionó que una de las que estaba en el grupo era la que le gustaba (esa chica iba en 4to) le dije que también me gustaba a mi pero por alguna razón le dije “pero no es la única persona que me gusta”, el me miro sorprendido y comenzó a hacerme mil preguntas mientras me daba ligeros golpecitos en las piernas, y no me quedo de otra más que decirle la verdad
M: También me gusta un chico- el me miro sorprendido y, como estábamos sentados en el suelo frente a frente, puso sus manos en mis hombros y me hizo la pregunta obvia
R: ¿Eres puto?
M: No se, siempre me han gustado las niñas pero desde que conocí a este chico me he sentido confundido- le dije mirándolo a los ojos, por alguna razón tenía una pequeña sonrisa mientras ponía toda su atención en mí, luego se acomodo a mi lado y puso su brazo sobre mi cuello
R: Solo hay una forma de saber eso, tienes que mamar una verga- me dijo susurrándome al oído, yo para ese tiempo ya le había hecho sexo oral a mi hermano y algunos primos e incluso comenzaba a hacerme mis primeras pajas, pero me hice el sorprendido para simular
M: ¿A qué te refieres?
R: Tienes que chupar un pito, si se te para significa que te gusta la verga
M: ¿Y no hay otra forma?- le pregunte tratando de ver que tanto podía sacar de esta situación, el me jalo un poco más a el y me susurro suavemente
R: Esta es la mejor- me dio un pequeño beso que me dejó sorprendido pero traté de seguir, estábamos cautelosos de que cualquier persona pudiera venir y a mi se me ocurrió una idea, fui al salón y le dije que iba a aprovechar para ir a mi salón a dejar mis libros para no tener que llevármelos por si llegaba la profesora que supiera, la chica a cargo (llamada Alicia) me dijo que estaba bien y me pregunto por Rafael “acaba de ir al baño” le dije y ella continuo con platicando con las demás.
Subí a al salón con mis libros y los deje en la repisa que correspondían cuando sentí una mano en la espalda, ni bien me di la vuelta Rafael ya me estaba besando apasionadamente mientras tocaba mis nalgas, yo solo me dedicaba a acariciar su espalda mientras lo abrazaba el se separó de mí y comenzó a besar mi cuello mientras yo soltaba ligeros gemidos en la obscuridad de ese salón
R: ¿Entonces? ¿Ya sabes si eres puto?- me dijo mientras me iba desabrochando mi camisa caqui del uniforme militar
M: Aun no se- dije gimiendo en voz baja -creo que si tendremos que comprobar de la forma que tu me dijiste
R: Ya veremos, pero antes quiero comprobarlo yo- me dijo mientras comenzaba a desabrochar mi pantalón para luego bajarlo junto con mis boxers dejando mi verga al aire -espero no ser puto- dijo metiéndose mi verga en la boca y comenzó a mamarla lento mientras con sus manos jugaba con mis huevitos e incluso los llegaba a poner en mi culo, yo solo estaba gimiendo en tanto silencio como mi placer me lo permitía pero era casi imposible, sentía tantas cosas al mismo tiempo que solo me dejé hacer hasta que de la nada el de detuvo y se sacó mi pito de la boca, podía ver el brillo que había dejado su saliva y un hilillo que conectaba con su labio -tenemos un problema- dijo poniéndose de pie
M: ¿Qué ocurre?- le dije tratando de regresar mi respiración a la normalidad
R: Creo que si soy puto- me dijo bajando su ropa y mostrándome un pene de 15 cm totalmente erecto y con la punta mojada, Rafael era un chico de 13 años, moreno y un poco gordito, pero alto (min. 1.70, yo por esa época mediría 1.60 más o menos) y el ver esa verga larga y gorda café como el resto de su cuerpo, coronada con una cabeza rosadita y gorda que tenía bastante precum regado sobre ella -lo veía venir, porque tu me gustas- me dijo volviendo a besarme de manera apasionada, yo solo correspondí tanto a su beso como a su sentimiento y en automático lleve mi mano a su miembro para comenzar a masturbarlo, el me miro a los ojos y me dijo -falta saber si tu eres puto-
Me tomó de los hombros haciéndome bajar y sin que me lo pidiera metí su verga a mi boca y comencé a mamar como ya lo hacía a mis familiares, jugaba con sus huevos mientras metía y sacaba su verga de mi boca y jugaba con mi lengua en su cabeza, el me estaba agarrando por detrás de la cabeza empujando para que su miembro entrara más en mi boca y su cabeza chocara con mi garganta, Rafael evitaba sus gemidos con fuertes respiraciones y tras un par de empujones más, sentí como se hinchaba su miembro y me llenaba de leche la boca, el solo se convulsionaba de pie mientras jalaba mi cabello de manera suave y dejaba ir suspiros, yo solo podía tragar ese delicioso néctar, era una leche espesa pero dulce y aunque fue poca debido a su edad, me había gustado mucho. El me levanto rápido y me volvió a besar mientras nos acomodábamos nuestras ropas y cuando estuvimos listos el fue el primero en regresar al salón donde estaban las chicas y, distrayéndolas tuve la oportunidad de bajar, una de ellas (llamada Mónica, la chica que nos gustaba tanto a mi como a Rafael) se dio cuenta de mi presencia
Mo: ¿Y tu cuando regresaste?- me dijo sentándose en el escritorio frente a mi
M: No tiene mucho- le dije un poco nervioso, pero ella no le dio importancia
Continuamos en ese salón platicando ya todos, eran como las 5 pm, conforme pasó el tiempo las chicas se fueron y la profesora las iba a entregar y regresaba con la directora, nos quedamos Alicia (quien seguía “a cargo” mientras la profesora no estaba), Gloria (una chica de mi grado, la cual me parecía hermosa, además de que era la nieta de la Comandante), Rafael y yo, estuvimos platicando los 4 sobre cosas banales hasta que mi padre me marcó para avisarme que había llegado por mi, fue entonces que Gloria se ofreció a ir a avisar a la profesora y estando con ella se ofreció para acompañarme a la puerta, cuando llegamos nos despedimos con un pequeño abrazo tras el cual ella me dio un pequeño pico, yo estaba sorprendido por esto
G: Se ve que tu y Rafael se la pasan bien juntos, pero me gustaría que también la pasaras bien conmigo- me dio otro beso y abrió la puerta para que yo saliera, sonreí y me subí al auto para emprender camino.
Ese mismo día mi padre (quien se había vuelto a casar y con su esposa estaban esperando un bebe) me dijo que mi madre le pidió que me llevara a vivir con él y a el le gusto mucho la idea, me comento que en cuanto mi hermano naciera y pasara la cuarentena nos mudaríamos a una casa en Querétaro donde ya me esperaba una nueva escuela para terminar el año. Yo me puse un poco triste, estaba a punto de dejar toda mi vida pasada para crear una nueva, pero no había otra opción y por eso tenía algo muy en claro, debía disfrutar estos próximos meses que tenia delante antes de abandonar esa escuela y sabía exactamente lo que iba a hacer.
Espero que este relato les haya gustado, ya saben que me pueden mandar sus comentarios a mi Telegram @MMMercury, les mando un saludo desde la CDMX.
Hola que rico relato sabes yo también estudie en una escuela militar soy de cdmx estuve en la
Moderno Alarid jejeje