Fui por un perro y sali cogido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Fergus72.
Pues les platico que soy bisexual y ya tiene algun tiempo que me atrae la zoofilia. Con este fin, contacté a un amigo que empezó a interesarse en su servidor. El también quería iniciarse y tras varios intentos, por fin logramos vernos.
La idea era que buscariamos un perro macho de la calle y lo meteriamos a su departamento para que nos diera duro.
Logré que en el trabajo me dejaran llegar un poco tarde pretextando cualquier cosa. Quedamos de vernos cerca de su casa. Llegue y desde la esquina, le llame. Nos vimos cerca y sin más me dijo – Vamos a mi departamento. Yo en seguida pregunté si ya tenía algun perro candidato o ya tenia alguno en casa. Me dijo – No, no tengo. Su casa estaba muy cerca y sin mas, entré.
En cuanto cerro su puerta, empezó a quitarme la camisa y a besarme. Le pregunté si había alguien y me dijo que por el momento, estaba solo. Y así con mas confianza, también empece a desnudarlo. Me dijo – déjame ver qué traes ahí y me sacó la verga. La acarició y me dijo que le gustaba su tamaño. Yo también saque la suya y era casi igual a la mía, pero un poco más delgada.
Volví a besarlo y vaya que son ricos esos besos con la calentura de pensar en un perro.
Cuando tuve su pinga en mis manos, empecé a mamarla y me tomo de los cabellos para metermela con fuerza en la boca. Me senti tratado como una puta y no me desagrado mucho que digamos.
Se sentó, me volteó y me lengueteo el ano. Oh, que rico beso negro.
Me jaló hacia él y me dijo – ven a darte unos raspones. NO me hice del rogar y pude sentir su pinga rozando mis nalgas y mi entrepierna. Como ya hace algun tiempo que acostumbro meterme cosas por el chico, le pregunté si tenía condón para que me cogiera de una vez. Para mi mala suerte, me dijo que no había. Ni modo, pensé. Todo se limitará a mamadas y chaqueta.
Pero ya entrado en calentura pues me besaba el cuello, la boca y masajeaba mis pezones no me di cuenta cuando abrio mis nalgas y me dejó ir toda su verga. Ahhhhhhh, empecé a gemir. Me dijo – te gusta? Pues claro que me gusta y empecé a subir y a bajar y en cada movimiento yo cerraba el ano para sentir mejor cada centimetro de verga de este muchacho. Me dijo que lo hacía muy bien y le pedí que no se viniera dentro de mí. Me dijo que no había problema. Sin mediar palabra, me sacó la verga y me dijo : -ahora dame unas mamadas. Me dio un poco de asco al pensar que le había ensuciado la tranca , pero cual fue mi sorpresa que estaba limpiecita. Volvi a mamar con gusto mientras el me metia un dedo por el chico.
Me invitó a pasar a su recámara pues todo esto estaba pasando en la sala. Me tomo de la mano y como puta caliente, lo segui. Me quito toda la ropa, me abrio de piernas y que me la deja ir sin miramientos. Ahhhh, que rica sensación estar patas al hombro mientras me dejan ir ese pedazo de carne cruda.
Entraba y salía con fuerza y me preguntaba – verdad que te gusta? Yo solo decia, si , si , si, claro que me gusta. Métemela toda. De igual forma, empecé a apretar y aflojar el ano y esto dio como consecuencia, la ya inminente venida y empecé a tirar la leche por mi verga. Se dio cuenta y me dijo – No te vengas todo, no tires todo. Se agachó y de un sorbo, bebió toda mi leche.
Me preguntó si alguna vez me había metido un dildo. Por supuesto que lo había usado y no se lo negué.
De abajo de la cama, sacó un enorme dildo que debo confesarlo, me dio miedo el tamaño. Medía más de 25 cm de largo y más de 5 de diámetro.
Que saca el lubricante, me aplicó un poco y Zasss que me lo deja ir hasta el fondo.
Ayyyy, gueey. Me dolió un montón y me dijo – no seas puto el pito de perro es más grande. Le contesté, si, pero cuando entra es pequeño y ya adentro crece. Y mientras tanto, me sacaba y metía esa madre sin piedad. Chaquetéatela, me ordenó. Pero con tal madre en mi culo y el dolor, todo se me bajó. Empezó a jalarsela y vi cómo su pito empezaba a hincharse. Después de un rato, ya no me dolía el culo y ya soportaba un poco más el mete saca de tremendo trozo.
De repente, se vino y me dijo: MIra, ya me vine. Lo único que alcancé a decir es qué bueno y me embarré la mano izquierda de su leche. Después de un ratito, volví venirme estimulado por mi mano y la vergota plástica que vibraba, entraba y salia de mi culo. Volvió a mamar mi leche y le gusto mucho.
Después de un ratito de descanso, nos levantamos, nos vestimos y nos despedimos.
Debo confesar que estuvo de lujo ese palo que me echaron.
Me quedé con ganas de que me la metiera en varias posiciones, pero eso será en otra ocasión. Espero que así sea. Espero les haya gustado, estoy a sus órdenes,
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