GERMAN 26, DE VUELTA EN TEMUCO DEGUSTADOR DE CULITOS TIERNOS.
Retomando mi senda de relatos de mis experiencias pasadas y recientes, ofrezco disculpas a mis lectores por mi tardanza en volver, pero aqui ya estoy de regreso..
De regreso de su periplo por la zona sur, deciden pasar nuevamente por Temuco, donde en el viaje de ida tuvieron un encuentro con varios amigos de la zona que tenían una suerte de cofradía para encuentros con menores, (German 20). En ésta ocasión, Cristian contactó con varios a través de la aplicación de internet para contactos gays Grindr y finalmente se decidió por conocer a un personaje que señaló vivir en la zona rural, en una casa de campo en donde ofreció hospedar a los nuevos amigos para conocerse de mejor forma, y en especial compartir con Nachito ofreciendo una velada que con seguridad le iba a gustar pues podría conocer jóvenes que trabajan en el mismo campo y que siempre están dispuestos a pasar buenos momentos.
Así pues, y como ocurre de forma normal, se encuentran en un centro comercial, para tomar la decisión final sobre lo que vendrá. Lorenzo, como dijo llamarse el anfitrión, un hombre de 35 años, quien dijo estar en trámites de divorcio, alto delgado, buena estampa, ojos verdes y una amplia sonrisa. Junto a él, un joven de unos 18 años, de rasgos toscos, alto, abrigado con una manta tradicional lo que no permite ver bien su cuerpo, manos grandes y de pocas palabras, pero que a todo comentario respondía con una sonrisa confirmando la timidez a la que hizo referencia Lorenzo, pero que ya en confianza se mostraría más abierto al diálogo, y cuyo nombre es Juan, no obstante, su ascendencia mapuche.
Lorenzo les señala a sus nuevos amigos que de seguro le encantará el campo donde él vive, con disponibilidad de caballos para pasear, y por supuesto con una cómoda casa para alojar y poder entrar en confianza y descansar, para lo cual Juan sería el encargado de atenderlos en todo lo que necesitaran y además había varios potenciales invitados, cuya lista repasarían en conjunto para decidir quiénes y cuántos. Toda esta información hizo que Cristian decidiera acompañarlos para vivir esta nueva aventura.
Llegados a la propiedad, se observa una casa estilo patronal, con tejas y un típico corredor. Se ve que la estufa está encendida según lo anuncia el humo que sale de una chimenea. Apenas entran se siente el agradable calor que invade la casa. Una amplia sala de estar con un comedor aparte, y sendas puertas que llevan a los dormitorios. Juan se apresura a señalar a las visitas cual es suya y acompaña a ambos a acomodarse en ella. Una cama de tipo King, un sitial, un par de sillones, una tv led, y una puerta interior que lleva al baño. Lorenzo se asoma a la puerta y les señala que se acomoden, que luego tomarán un refrigerio para que descansen y de paso recomienda a Juan como un gran masajista y les señala que deben entregarse a sus manos mágicas.
A todo esto, Juan al entrar a la casa, se había sacado la manta y dejaba ver un cuerpo esculturalmente trabajado, seguramente con el arduo trabajo en el campo, amplias espaldas y unos brazos musculados que ya las quisiera algún fisicoculturista, además de las grandes manos que ya habíamos mencionado.
Lorenzo le hace un gesto, y Juan se acerca a Cristian que está sentado en un sillón y diestramente empieza a masajear los hombros del cansado padre, quien inmediatamente sintió el alivio que le prodigaba, y se acomodó para que el muchacho hiciera mejor su trabajo. Por su parte éste se sacó la camisa dejando ver sus tremendos bíceps que sacaron una exclamación a Nachito, que impulsivamente dijo “yo quiero” ante la risa de todos, mientras Cristian se despojaba de su camisa entregándose a la agradable sensación del masaje con las tremendas manos de Juan.
Antes de retirarse Lorenzo, les reitera a sus nuevos amigos, que Juan está ahí dispuesto a atenderles en lo que deseen, “cualquier cosa” recalcó, mientras hacia un guiño y una sonrisa cómplice indicaba hacia donde iba dicha recomendación, lo que fue muy bien recibido por padre e hijo.
Mientras Cristian sentía aquellas manazas deslizarse por su espalda empezó a preguntar más a su masajista personal y supo que tenía 20 años, que desde pequeño vive y trabaja para Lorenzo, que también lo hace su padre, que es el capataz y otro hermano de 16 y que los podrán conocer en la cena ya que el “patrón” como le dice, es muy bueno y son prácticamente de la familia, y que siempre comparten en conjunto.
Esta última explicación, termino de convencer a Cristian que era una muy buena decisión haber aceptado dicha invitación.
Ignacio tomó una toalla y se fue a la ducha, antes de entrar le dijo a Juan, “a la salida me toca a mí un masaje” a lo que el joven mocetón respondió “por supuesto que aquí estaré” ya con más confianza y dejando la timidez de lado. “Bien me parece” agregó Cristian asintiendo con una sonrisa.
Nachito se duchó rápidamente y salió solo envuelto por la toalla, se acomodó sobre la cama e inmediatamente reclamó su masaje con una tierna sonrisa. Cristian le dijo a Juan que no lo hiciera esperar y que fuera donde el niño, quien se acomodó boca abajo al centro de la cama, dejando a la vista su culito en pompa apenas cubierto por una pequeña sunga. Juan se sacó los zapatos y se ubicó sentado sobre las piernas del niño, a la altura de los muslos, quien inmediatamente reclamó “sácate los pantalones que me raspas y duele”. Juan se quedó sin saber qué hacer, pero Cristian se acercó y le dijo que si, que mejor sin pantalones que era más cómodo para todos.
Ante esta invitación, el joven no se hizo esperar y rápidamente se despojó de sus jeans, quedando vestido con unos calzoncillos blancos, que, si bien no tienen nada de eróticos, al quedarle bien ajustados mostraban las perfectas formas del culo del joven, y por delante hacían notar un voluminoso bulto oscuro al parecer grueso y que se ubicaba de costado con lo que también se notaba bastante largo, un manjar a todas luces para el goloso Nachito.
Empieza pues a masajear al chico, quien a cada apretón a sus músculos pequeños le hacían dar pequeños gruñidos de placer más aun con aquellas manazas que casi le cubrían la espalda , Nachito al sentir aquel contacto se retorcía sobre sí mismo, en especial moviendo su colita en pompa lo que al contacto con la entrepierna de Juan, llevó a la natural reacción y empezó a crecer en forma brutal aquel tremendo bulto fiel representante de la raza mapuche. Cristian acostado a un costado en la cama, observaba todo mientras acariciaba el pelo de su hijito, y notaba más y más la excitación que estaba embargando al masajista y a su hijo.
Juan, no obstante que había entrado un poco en confianza, igual estaba dubitativo, pero Cristian le sonrió y levantó su pulgar dándole alas para que siguiera, y lo que hizo fue acomodarse la verga que había crecido de forma impresionante dentro de su slip, ante lo que Cristian le dijo que mejor se sacaba la prenda, ante lo cual Nachito se apresuró a sacarse la suya que apenas le cubría lo justo y ya ambos desnudos pudo observar el verdadero garrote de su masajista por lo que sin pérdida de tiempo se lo llevó a la boca con avidez, iniciando una mamada que no tardó en arrancar los primeros gemidos al mocetón, mientras Cristian no perdía el tiempo y acariciaba las bien formadas y duras nalgas del chico, aumentando la lujuria del momento.
Luego de una intensa mamada que incluía los grandes huevos del muchachón y que colgaban dando una sensación de mayor tamaño aún, y conscientes que el tamaño de aquella vergota, no solamente larga sino del grosor similar a una lata de gaseosa, es que hacen que Juan se acueste de espaldas al centro de la cama, dejando su miembro en posición de mástil Cristian mientras había traído un tubo de lubricante intimo con el que empezó a untar generosamente en el huequito de Nachito, introduciendo sus dedos a modo de objeto dilatador, mientras el chico había reiniciado sus labores mamadoras, con lo que al aumentar su excitación ayudaba a la dilatación.
Cuando ya se sintió preparado, Cristian procedió a embetunar el duro miembro de Juan con más lubricante y Nachito se acomodó para iniciar su auto empalamiento. Cristian se ubicó en posición privilegiada a pocos centímetros para no perder detalle mientras Nachito empezó a sentarse lentamente en el garrote de carne de Juan.
Desde un principio fue claro que la labor llevaría algún tiempo y a pesar de los esfuerzos del niño, la labor era difícil. Juan por su parte inmóvil, miraba como aquel culito lampiño muy blanco hacia esfuerzos para tragar su herramienta, y en la medida que ello ocurría iba sintiendo ese calorcillo que emana de la cuevita del chico que se iba abriendo y envolviendo como un guante su arma de placer, tragándolo lenta, pero de forma muy firme y segura.
Cristian preguntó a Ignacio como iba, y éste con algún esfuerzo señaló que bien, mientras apretaba los labios y cerraba sus ojos demostrando el esfuerzo realizado, pero con la firme convicción de llegar hasta el fondo.
Así, centímetro a centímetro, la tarea que parecía imposible, se fue desarrollando hasta que luego de arduos esfuerzos, el niño empezó a sentir la pelvis de su empalador, entendiendo que ya llegaba a la meta, y en un último esfuerzo, se sentó con violencia, lo que si bien arrancó un fuerte gemido, consiguió lo que tanto deseaba, tragarse aquel gigante trozo de carne araucana.
Se quedó inmóvil por algunos instantes, mientras su padre introducía sus dedos para tocar y comprobar la perfecta clavada que Nachito había conseguido, a la vez que acariciaba los grandes huevos del joven mapuche y notaba la tremenda bolsa escrotal, que imaginaba llena del joven semen que su hijo disfrutaría.
Y ya, habiéndose asentado y acomodado al tamaño, Ignacio empezó el típico movimiento de sube y baja, el que fue aumentando de ritmo ante lo cual Juan lo tomó de la cintura para ayudarlo en aquel ejercicio, sacando cada vez más su pene para volver a clavarlo hasta el fondo con cierta violencia que arrancaba uno y otro gemidos en ambos, y por cierto también ante la lujuria de Cristian al observar aquellas acciones y también tocando por todos lados tanto el pene del chico como el culito ya entregado de su querido hijito.
Fue en ese momento que Cristian sugiere un cambio de posición, para lo cual Nachito se levanta y se ubica de espaldas, mientras Juan procede a poner las piernas del chico a la altura de sus hombros, y rápidamente ubica su descomunal miembro a la entrada del huequito de Ignacio y procede a clavarlo hasta el fondo, arrancando un nuevo gemido al niño. Empezó al mete y saca profundo, desde el borde hasta el fondo, momentos en que Cristian se ubicó detrás del empalador y empezó a hurgar con sus dedos la gruta del anfitrión, aplicando lubricante y haciendo entender al follador lo que se le venía encima, o mejor dicho lo que se le venía adentro, lo que no tardó en ocurrir que sintió como los 19 cms de Cristian empezaron a taladrar su retaguardia, para lo cual detuvo su movimiento hasta sentir la clavada al fondo. Fue en ese momento que reinició su movimiento de mete y saca, pero ahora coordinado con su culiador, de modo que cuando el sacaba su pene del niño, Cristian lo clavaba hasta el fondo y así, rítmicamente produciendo un concierto de gemidos a tres bandas, lo que llevó a una aceleración de la follada doble iniciando los primeros signos de eyaculación considerando la posición súper caliente en que los 3 se encontraban.
Ahggggg fue el primer sonido que emitió Juan cuando sintió como el contenido de sus huevos empezó el camino hacia la salida, sonido que también puso en alerta a Cristian quien también sintió el escalofrió previo a la eyaculación, por lo que se apretó al culo de Juan llegándole hasta lo más profundo de su ser, y ya no hubo vuelta atrás, y ambos se lanzaron con todo a la búsqueda del placer de inundar con toda la leche caliente los respectivos huecos que estaban perforando, lo que ya no tardó en ocurrir entre gemidos, gritos ahogados, estremecimientos y sobre todo esa intima cosquilla de sentir como chorro tras chorro inundan su objeto de placer. Nachito no era menos y atraía a Juan para que lo clavara al fondo mientras sentía como aquel liquido caliente que tanto le gustaba, iba inundando sus entrañas y rebasando por sus nalgas y por todos lados.
Ah, ah, ahhhhhhhh grrrrrrrr ufffffff ugggggggggg.
Poco a poco fueron disminuyendo las exclamaciones y los movimientos, y también empezando a dejar sus posiciones, para irse acomodando a ambos lados de Nachito, quien tenía su carita roja por el esfuerzo realizado pero una tremenda sonrisa de satisfacción que daba cuenta del disfrute obtenido.
Lorenzo en aquel momento golpeó la puerta “La cena estará lista en 15 minutos” ………….Cristian Juan y Nachito se miraron y sonrieron. “Ya vamos” respondió Cristian, mientras enfilaba hacia la ducha, pensando en lo genial que estaba partiendo la tarde. ¿Qué otras sorpresas le depararía el destino?………………..
Aquienes quieran leer los relatos anteriores, pueden escribir en el buscador de la página mi nombre GERMAN y podran ponerse al dia con mis relatos.
Espero sus comentarios
que bien que volviste German ya te extrañábamos pero este relato ya estaba colgado en la web y la segunda parte igual, fueron traídos de la anterior versión web. deleitanos con las nuevas vivencias de cristian y su retoño.