Las aventuras de Nicolas y su Papa (5)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por frannsalazaress.
Desperté super excitado, había soñado con los vestuarios y con el pene de papa.
Tras pajearme me quede en la cama acostado pensando.
Sali de mi cuarto y entre al baño, de nuevo me tope con mi padre, solo que esta vez estaba orinando, un pedazo de verga flácida colgaba de su bóxer, al verme se puso muy nervioso y meo todo el piso y cerro la puerta en mi cara.
Ese acto me llamo mucho la atención y de cierta manera me molesto.
Me quede en la cocina esperándolo.
– Ya esta el baño si queres usarlo.
-dijo anunciándose en un tono raro.
– ¿Por que me cerraste en la cara? -pregunte crudamente.
Yo no solía ser así, siempre soy tímido y no lo cuestiono mucho pero estaba tratando de deshacerme de esta personalidad, para ser mas directo.
Papa me miro a los ojos como si la respuesta fuera obvia, abrió la heladera y saco la mantequilla – Cerre por que estaba yo en el baño.
-aclaro.
Me quede pensando un rato y respondí diciéndole que el mismo había dicho que no debíamos tener vergüenza entre nosotros por que eramos amigos.
– Privacidad.
-murmuró detrás de mi.
– ¿Y que cuando me espiaste pajeandome? -remate refiriéndome a ayer.
– ¿Que? -pregunto desconcertado untando una tostada con mantequilla.
– Cuando vine a ayudarte a hacer la cena.
-conteste- me dijiste que me lavara las manos por que no querías semen en las zanahorias ¿como es que sabias?.
Papa me fulmino con la mirada y por primera vez en la vida lo note enfadado.
– ¿Yo espiándote a vos? ¿Que hay de los vestuarios? Me di cuenta como me miraste la verga.
-grito papa y se quedo pensando- O en el campamento, esa noche solo me mirabas a mi, no sacaba los ojos de mi pija mientras te pajeabas.
-añadió
Estaba muy avergonzado y a la vez enojado, sentía que mi plan se había echado a perder.
Papa seguía enumerando las veces que me había visto mirándolo y unas lagrimas brotaron de mis ojos.
Me levante de la silla y antes de salir de la cocina grite "Soy bi, papa, soy gay" Me encerré en mi cuarto y me puse a llorar, no sabia muy bien por que; me había sacado un peso de encima pero me aterraba que papa cambie su modo de ser con migo por esta confesión.
Mis lagrimas estaban secas, habían pasado unas horas, creo que papa salio a correr o al gimnasio pero realmente no me importa.
Empezaba a recomponerme y estaba por ir a comer algo a la cocina y alguien golpeo la puerta, obviamente era papa.
No dije nada, solo me quede callado e inmóvil, papa abrió la puerta y se me quedo mirando a los ojos.
El se acerco a mi y se sentó en los pies de mi cama, pude sentir su olor a transpiración impregnado en su ropa deportiva.
El silencio era abrumador, no sabíamos quien debía hablar primero.
– No te preocupes.
-soltó el primero- te amo igual, si es que eso te preocupa.
-aclaro poniendo su mano en mi hombro.
Frote mis ojos con mis manos y le agradecí.
– Yo también soy bi -dijo tartamudeando-
Lo mire a los ojos y el aparto la mirada, se notaba su nerviosismo.
De cierta manera no me sorprendió debido a que ya lo sabia.
Comenzamos a hablar y me explico que se sentía algo extraño ya que sentía cosas por mi, desde aquella noche.
Rápidamente le exprese todo lo que sentía por el pero el simplemente dijo que estaba mal y que no iba a poder suceder nada entre el y yo.
– ¡Pero me gustas! papa.
-exclame.
– No, Nico, no.
Tal vez solo sentís admiración, es muy normal sentir eso pero no la confundas.
-dijo muy seguro de si mismo.
– No papa.
-negué con la cabeza- no estoy confundido.
-aclare y antes de poder terminar me abalance contra el besándolo torpemente.
El beso solo duro unos segundo y el me tomo de los hombros y me aparto con una cara de desconcierto, por un segundo pensé que me golpearía pero el acerco sus labios a mi cuello y comenzó a besarme.
– Esta mal.
-susurro- nos vamos a arrepentir.
Papa se levanto de la cama, no quería que se fuera.
Estaba muy feliz y excitado, estaba viviendo mi sueño.
Lo tome de la muñeca y lo traje de nuevo a la cama, sus ojos color verde esperaban que yo siguiera, podía verlo.
Quite su remera y su torso velludo fue en lo próximo que fije mi mirada.
Acerque mis labios a sus pezones que empezaban a cobrar un poco de tamaño y los mordí suavemente, papa gimió y me empujo contra la cama quitándome la remera.
Con su lengua exploro cada rincón de mi torso; mis pezones, mi pecho, mi estomago, mi ombligo, mi axilas, todo.
Cada vez que el se movía sus vellos rozaban mi pecho y mi estomago haciendo que me excitara mas y mas.
Ansiaba lamer sus huevos o que el lamiera los míos, se lo dije pero el se negó.
El siguió lamiendo mi cuerpo y en segundos estaba cubierto de una capa de saliva.
El me tomo de la mandíbula y con su mano apretó mis cachetes, haciendo que abriera la boca, el acerco su cara y escupió en mi lengua.
Su saliva se sentía fría y fue algo raro pero la trague sin pensarlo.
Ahora quería lamer todo su cuerpo, principalmente sus axilas, tome su brazo y lo levante sumergiendo mi cara en su velluda axilas, el olor a macho que esta destilaba me provocaba mucho morbo, pase mi lengua por su axilas dejándola toda mojada.
Tal cual el hizo con migo abrí su boca con mi mano y escupí en su lengua, el trago mi saliva y abrió nuevamente esperando otro chorro de baba.
En su lengua estaba mi saliva, la mezclo con la suya y me beso haciendo que la saliva se escurriera por la comisura de su boca recorriendo mis cachetes.
Papa me dijo que lo volviera a escupir, junte baba en mi boca y la lance sobre su barba, en medio de ese río de saliva nos comenzamos a besar, papa jugaba con mi lengua y nuestras babas se fusionaban creando hilos espesos cada vez que nos separábamos.
Papa metió su mano en su pantalón y saco su verga erecta, me abalance para chupársela pero el me freno con su mano sobe mi frente y me tomo la mano.
– Pajeame.
-susurro poniendo mi mano en su verga húmeda.
Tenia que resistirme para no comérsela, se me hacia agua la boca.
con mis manos masturbaba su pene subiendo y bajando mientras que con mi otra mano tocaba sus pelotas por arriba de su pantalón.
Papa con una mano pellizcaba su pezón y con la otra el mio.
Yo estaba sentado a su lado y me lance sobre sus pecho frondoso y mordí sus pezones mientras lo masturbaba, papa me dijo que siguiera y así fue.
Papa dijo que iba a correrse y fui ahí cuando aumente la intensidad en la que lo pajeaba, unos cuantos chorros de semen espeso y amarillento salieron de su glande depositándose mayormente en mi mano.
– Te amo -dijo papa gimiendo
– Yo también, papa.
Papa se levanto besándome y salio de mi habitación, sali tras el a rogarle que me masturbara.
El me dijo que no lo hiciera, que no me masturbara que mañana me iba a ordeñar como a una vaca.
Conteniendo mis impulsos me metí en la cama con la verga hecha una tabla y tratar de dormir pero estaba muy ocupado pensando en ese fantástico momento.
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