Lucario, Koraidon y yo parte 2
La segunda parte de está historia, creo que será una serie de cuarto partes disfruten..
Solo han pasado unas horas después de haber tenido relaciones con Anubis, desperté con el dormido en mi pecho, se veía tan tranquilo y tan lindo. Me puse a pensar y el hecho de descuidar nuestra relación lo llevaría a tal nivel de desesperación me hacía sentirme mal.
Tener a Koraidon viviendo con nosotros no debería ser un impedimento para darnos placer, solo nos tenemos que adaptar a la situación, decidí despertar a Lucario acariciando su cabeza. Le pedí que nos bañáramos juntos, en especial para limpiar su pelaje cubierto de semen seco, en la ducha hablé con él.
Nuestra conversación fue más unilateral, después de todo solo puede asentir con sí o no a mis preguntas, no sé hablar Pokémon. Pasar mucho tiempo juntos nos hacía fácil conversar para entendernos, me disculpé por no prestarle atención, él lo tomó muy bien solo me extrañaba a mí y a nuestros encuentros, nos dimos otro beso como señal de promesa, y con la calentura fuera la incomodidad con su hocico volvió, nos reímos con eso.
Al regresar al cuarto, cambiamos las sábanas sucias y cuando colocamos las nuevas, Anubis cayó dormido nuevamente, el pobre estaba exhausto. Dejé que durmiera un poco más después de todo seguimos en vacaciones, decidí hacer la lavandería de la semana, en especial para quitar el aroma a sexo.
En mi trayecto al cuarto de lavado observé la puerta de Reyalado entreabierta, un súbita sensación de pánico se apoderó de mí, recordé haber escuchado la puerta de mi cuarto abrirse antes de caer dormido, no podía creer que fui muy descuidado en un detalle importante. Pensar que Koraidon nos vió en tal estado me causaba pavor, se que no puede hablar pero su actitud ante nosotros podía cambiar, en especial que se había abierto un poco conmigo.
Quería ver cómo estaba así que decidí observar por la puerta, no esperaba era la situación que estaba apunto de presenciar. El aroma dentro del cuarto era conocido, solo que más fuerte. Con la tenue luz de la habitación pude distinguir al propietario de la habitación, era Reyalado y se estaba autofelandose.
Koraidon sostenía sus patas traseras para acercar lo más posible su miembro, también ayudó el tener un cuello largo y un cuerpo flexible. Yo estaba impactado por lo que ví, ¿Anubis y yo fuimos capaces de excitar a Reyalado?, esa situación hizo reaccionar a mi agotado miembro.
Me quedé observando cómo Koraidon maniobraba su mamada, no podía ver la forma de su miembro, en ningún momento se despegó para tomar aire. Hacía el típico sube y baja con su cabeza, era increíble que un Pokémon tan agresivo cómo él se estuviera complaciendo de esa manera.
Decidí retirarme y dejar que disfrutará, no quiero hacerlo molestar por interrumpir su momento íntimo, lo que no sabía es que él quería ser visto, eso lo sabría más adelante. Volví a enfocarme en la ropa sucia que estaba cargando todo este tiempo, pero no podía sacar esa imagen de mi cabeza.
Mientras pasaba la semana de celo de Anubis, nos la pasamos cogiendo, aunque él se estaba adaptando a su nuevo rol de versátil, aunque resulta que todavía es muy sumiso en su comportamiento, creo que le gusta eso de tener un «power bottom» que lo dominé, no es que yo me queje hasta compré una correa y un collar.
Durante nuestros encuentros, sutilmente daba indicios a Koraidon que Anubis y yo tendríamos sexo, dejaba la puerta de mi habitacion sin seguro para que esté pudiera observar si quería, esto a ocultas de Lucario, escuchaba la puerta abrirse algunas veces no sé por cuánto tiempo Reyalado nos observaba, solo se que siempre se volvía a su cuarto.
Los días pasaron y Anubis y yo ya no tenías pena de hacer ruido en nuestro cuarto lo cuál tranquilizó a Anubis de sus trucos en lugares públicos. Noté a Reyalado más cariñoso, ya se acostaba en el sofá al lado mío. Lo que me sorprendió fue que era más abierto con Anubis, ya no se peleaban y hasta conversaban un poco.
Jamás intenté acercarme a Koraidon ni él se acercó con intenciones de sexo, se notaba indeciso cuando los dos estábamos solos cuando Anubis iba por el mandado. Era cómo sí hubiera una pared invisible que no querías pasar.
Nuestro período vacacional terminó, Anubis y yo regresamos a trabajar, nuestras vidas volvían a la normalidad. Todo cambió un día, La Primera, la súpercampeona de la región hizo una visita al establecimiento y junto con los líderes de la región. El festín era para celebrar el aumento de entrenadores que se disponían a participar en el desafío de la liga, lo que no me interesa en lo absoluto.
Está fiesta significaba una cosa, Anubis y yo no saldríamos hasta que terminará, los dos solo pudimos suspirar junto con los demás empleados del mesón. Nuestro servicio fue excelente y nos enorgullece dar lo mejor para dar ánimos a nuestro líder Larry, sí todos lo hacíamos por él.
Cuándo la fiesta se acabó, estábamos cansados y solo queríamos regresar a casa. Lo que no esperaba era a la policía rodeando mi casa, al parecer un vecino llamó debido a ruidos fuertes que provenían del lugar. Al parecer Reyalado tenía hambre y busco por todos de la casa, no rompió nada solo desacomodo todo el lugar, y el ruido alertó a mi vecino.
Fue difícil ver cómo la policía trataba de restringir a Koraidon, mientras trataba de explicar qué ocurría, la oficial me informó que debido a la naturaleza de un Pokémon paradoja fuera del Área Cero es un peligro para los habitantes de la ciudad, en especial si es uno que no fue capturado por su entrenador. Con todo lo que ocurrió no quise molestar a Reyalado en una Pokéball, tonto de mí parte.
La oficial Jenny ya conocía mi caso, no era la primera vez que nos visita, después de todo el incidente de mi desmayo alertó a emergencias, aunque en ese momento el enfoque era yo. La oficial me preguntó ¿por qué en todo esté tiempo no lo había registrado como mi Pokémon?, no tenía una respuesta concreta. Cuándo conocí a Reyalado era muy agresivo y temía que lastimara a alguien.
Tras calmar a Reyalado, me dijeron que al no ser un Pokémon registrado era necesario llevárselo a la comisaría, ante esto Koraidon trataba de forcejear, le di señales que sólo obedeciera, al menos hasta que todo se pudiera ver qué hacer. Reyalado fue llevado en una camioneta, le decía que no se preocupará y que no tratara de lastimar a nadie que mañana iría por él, solo asintió aunque lo veía triste por eso.
Cuándo todos se fueron, Anubis y yo limpiamos la casa y llamamos al trabajo para avisar que no podríamos ir al turno de mañana, gracias a Arceus que gracias al tiempo extra de hoy me aceptaron mi petición. Los dos nos acostamos ya en la mañana buscaríamos los papeles necesarios para acabar con esto.
A la mañana siguiente todo era un fastidio, no podía reclamar a un Pokémon salvaje como mío sin tener que pasar por unos cursos de crianza de un mes, es decir los tomaría para ayudar a Reyalado, pero tendría que disminuir mis horas de trabajo. Koraidon no estaría cómodo en estás instalaciones y podría ponerse agresivo, no quiero que lastime a nadie.
Al momento de tomar mi decisión, la puerta principal se abrió y una figura familiar apareció, era Larry. Mi gerente al parecer le pidió ayuda al empresario para ayudar con mí problema, a lo que él aceptó. Noté que está usando unos guantes característicos de la Liga Pokémon, hoy no está presente como líder de gimnasio, sino como miembro de la Élite Cuatro.
Los dos adultos comenzaron a explicar el problema, era complicado explicar todo el asunto solo sé que de alguna manera terminó conmigo teniendo un encuentro contra Larry para demostrar que Reyalado estaba domesticado y que podía seguir mis órdenes, trague ante el miedo de fallar y perder a Koraidon.
Nos dirigimos al Mesón y se preparó la arena de combate, se que es raro tener un combate dentro de un restaurante, pero es debido a que es el lugar favorito de nuestro líder y también te gusta comer después de un combate. Esté encuentro es de 1 contra 1: Reyalado el Koraidon, que he cuidado durante estás semanas, y el Staraptor, el Pokémon insignia de Larry.
Antes de iniciar la batalla, noté algo en el muslo de Koraidon, era un temblor. En todo esté tiempo no ejercitamos el músculo después de que sus heridas sanaron. Un pánico fuerte se apoderó de mí e influyó en mi combate. Cometí errores en los momentos cruciales, buscaba una manera en que Koraidon se lastimara el muslo, lo que provocó que Larry aprovechará la apertura para atacar, fue terrible.
En resumen perdí el encuentro, estaba pensando qué hacer todo el tiempo que no me enfoque en atacar. Reyalado estaba agotado, y las heridas del combate no eran graves. Larry solo se acercó a mí y me felicitó por pasar la prueba. Yo confundido le pregunté: ¿Cómo la pasé si perdí el combate?; Él tan solo respondió que el punto del combate era para saber si Reyalado podía seguir mis órdenes y lo había hecho.
Con toda la presión no me dí cuenta de que Koraidon siguió mis órdenes al pie de la letra, el confiaba en mí juicio. Tras decir eso, Larry me entregó una licencia de Pokémontura con los datos de Reyalado, firmados y sellados. En cierta manera estaba agradecido, podía conservar a Koraidon sin problemas, no obstante, le fallé como entrenador.
Tras yo despedirme de los presentes e ir al Centro Pokémon, los tres regresamos a casa. Reyalado estaba tan deprimido por su combate que solo regresó a su habitación, Anubis trató de animarlo, pero él solo lo ignoró. Yo por otra parte quería ducharme para despejar mi mente. Un mensaje en mí teléfono frustró mis planes y mi ánimo aún más.
Tres días pasaron dónde mi vida se volvió aburrida, Anubis viajó con mis padres para ayudar en su cuidado. Al parecer se contagiaron de una extraña enfermedad, no es letal, pero sí muy contagiosa, así que él solo sirve para ayudar con el envío de comida y aseo de la casa, es necesario eliminar todo rastro del virus para evitar un contagio en superficies contaminadas.
Le hice una pequeña broma y le compré un dildo. Le dije por sí me extraña, debieron ver su cara el sonrojo era único. Aunque también me compré una vagina artificial, después de todo estaría solo para relajarme. Reyalado, al menos ya está comiendo normal, sigue sin prestarme atención y se encierra en su cuarto, hasta le pone seguro a la puerta.
Sin Lucario ya no tengo un buen plan de ejercicio así que, durante las mañanas voy a correr para seguir en forma, se me ocurrió convencer a Koraidon que se uniera conmigo, me tomó casi una semana convencerlo. Al principio fue un trote mínimo, con el paso de los días aumentamos la intensidad.
Corríamos sin parar por las praderas cercanas al pueblo, nadamos contra corriente, escalamos por las pequeñas colinas, el ejercicio le comenzó a gustar y era como si volviéramos a tener la cercanía antes del combate contra Larry, aunque cuando pasamos por el Mesón de regreso a casa su ánimo volvía a decaer.
Me puse a pensar que su orgullo está herido, no se me ocurría otra manera además de volver a retar a Larry. No obstante, el mismo problema se mantenía: no sé combatir junto a mis Pokémon; así que recurrí a estudiar un poco, ¿Por qué siempre comienzo a estudiar cuando tengo problemas?
Descargué una aplicación de simulación de combate e introduje los datos de Reyalado, debo decir que ayudó a entender de lo que es capaz de hacer, me la pasé escuchando consejos de antiguos contrincantes de Larry, debo decir que con solo un Pokémon a mi disposición será un poco complicado.
Fue un mes y medio de entrenamiento físico y mental, Koraidon ya puede moverse sin dificultades y ya no se deprime al pasar por el Mesón, también ayudó el hecho que le gusta la comida del lugar. Solo quedaba una cosa por hacer: participar como aspirante a retador.
El examen del gimnasio no fue complicado para mí, se trataba de adivinar una orden secreta y como yo trabajo ahí, ya conocía la respuesta. La cocinera no esperaba que yo fuera el primer retador de hoy, me dió un regaño por usar la ventaja que tenía, a Larry por otro lado, no le importó, es más parecía algo ansioso por enfrentarme.
Era un combate de 3 contra 1, sé que Reyalado es muy fuerte y la desventaja de número no será un problema para él. Los primeros dos Pokémon no fueron difíciles y Koraidon los derrotó fácilmente, era Staraptor quién es nuestro verdadero objetivo y Larry daría todo con su Pokémon insignia, el brillo de la tera-cristalización era increíble.
Los ataques eran más fuertes y Reyalado aguantaba cada golpe en su contra, tanto él como yo no queríamos perder. Era la primera vez que sentía una adrenalina diferente, hubo un momento en que Koraidon vió mis ojos llenos de determinación, lo que lo llenaba del mismo sentimiento, no caería derrotado nuevamente.
Staraptor se preparó para dar su golpe final y de igual forma Reyalado lo hacía, esté se envolvió en su plumaje y un brillo escarlata emanaba en él. Reyalado usa Nitrochoque, fueron las palabras que dije antes de que Koraidon impactará contra su rival, el resultado fue tan fuerte que una cortina de humo cubrió toda la arena y…
…
…
gané, no ganamos.
Staraptor cayó inconsciente tras ser golpeado, Reyalado se tambaleaba por el cansancio y la multitud aplaudía nuestra victoria. Larry me dió una ligera sonrisa y me felicitó dándome la medalla. Era algo que no me podía creer y estaba tan feliz que solo corrí a abrazar la cabeza de Koraidon, quién regresó el afecto frotando su cabeza con mi cuerpo.
Durante el trayecto regreso a casa, le daba cumplidos junto con disculpas, él me daba una gran sonrisa, estaba muy orgulloso de haberse redimido. Aunque extrañaba a Anubis durante estás semanas, no sé me quitaba la felicidad de haber ganado el combate.
Ya dentro de nuestro hogar me quite la camisa, que por los nervios del día estaba sudada, se me antojaba una buena ducha. El agua caliente de la regadera tiraba el estrés del día, me ponía a pensar que hacer ahora, mi meta de ganar contra Larry ya había concluido, solo me queda esperar a que Anubis regresé para hacer planes, escuché que iban a estrenar una nueva película de Lucarioman.
Se me ocurrió hacerme un enema para utilizar mi viejo dildo, hace tiempo que no lo uso, después de todo Anubis se engargaba de eso. Al salir Reyalado estaba acostado en el sofá, creo que me esperaba. Se puso boca arriba, voy a admitir que me dió ternura que se presentará así, no me resistí y acaricie su pecho, lo que provocó un ronroneo de su parte.
Quién diría que un Pokémon tan agresivo como él tendría un lado tan lindo, hasta se me olvidaron mis planes originales, solo quería mimarlo, sin embargo, Reyalado tenía otros planes. Él con una de sus garras me acercó queriendo que me subiera arriba suyo. Quería detenerlo siendo en vano, ya que era más fuerte que yo, terminé arriba de él solo en toalla mientras sujetaba mi cadera con sus garras.
Admito que la suavidad de sus escamas me causaba un rico cosquilleo en mis bolas, aunque algo en mí no estaba preparado para cruzar esa línea. Ya que Reyalado no me permitía levantarme, decidí acostarme en su pecho evitando las púas, no eran filosas solo incómodas. Estaba cálido y escuchar sus latidos y respiración eran relajantes. Levanté mi vista y lo miré a los ojos, una sonrisa se formó, estos reflejaban una pasión ardiente que elevaba la temperatura de su cuerpo.
Su rostro se acercó al mío y me recibió una lamida en el cuello, me hizo temblar con la humedad de su apéndice. La siguiente lamida la acompaño de una ligera mordida, ahora ya tenía idea de que quiera hacer. Su jugueteo bajando a mi pecho mientras me acercaba más a su cara. Su lengua descendía por mi estómago hasta detenerse en mis caderas cubierta por la toalla.
Mi miembro ya no se podía esconder por la dureza con la se encontraba. Está vez fue él quién miró a mis ojos, esperaba la respuesta aprobatoria de mi parte. No podía esconder mi miedo, una parte de mí quería y otra se resistía. Koraidon acariciaba mis muslos, aflojando el nudo que mantenía a la toalla sujeta.
El maldito me estaba provocando, me preguntó si se estaba vengando por los días en lo yo le provocaba con los gemidos de mis encuentros con Lucario. Y funcionó, desate mi toalla y dejé mi polla libre, Reyalado la olfateo un poco para luego darle una lamida desde mis bolas hasta el glande, ¡Arceus mío!, y yo creí que su lengua no me causaría más placer.
Su apéndice jugaba por diferentes partes de mi miembro, hasta que de un solo bocado metió toda mi verga en su boca. El repentino cambio de placer me hizo temblar hasta casi hacerme venir. Me tomó gran fuerza de voluntad no correrme, Koraidon empujaba mis caderas para no dejarme salir. Él tenía total control de la mamada, su gran boca le ayuda a tener todo mi miembro dentro y tenía una lengua larga para jugar con mis bolas
Yo también empecé con el movimiento de cadera, quería terminar dentro de ella, pero Reyalado me lo impidió, sacó mi polla de su boca y acercó su cabeza junto a la mía, me dió una pequeña lamida y con un poco de fuerza, me descendió a su vientre y yo ahí seguí hasta su cloaca.
Era diferente a lo que conocía, olfateé esa abertura y tenía ese aroma conocido de antes. Reyalado se lamía los labios, lo que fue señal para mí de actuar, coloque mi lengua ahí, y con la ayuda de mis dedos, comencé con el sexo oral.
Esto es lo más cercano a un vagina a lo que he probado y podía ver que Koraidon lo disfrutaba, así que decidí meter dos dedos para ayudar con la estimulación, creo que no lo esperaba y dió un salto de sorpresa que me tiró del sofá. Después de acomodarnos en una posición más adecuada para seguir, retomé mi sustituto de culinningus.
El ronroneo de Reyalado me hacía entender que hacía un buen trabajo, metía y sacaba mis dedos al tiempo de que saboreaba su interior, sabía salado para mí gusto, no obstante no voy a parar solo por ese detalle. Al poco tiempo mis dedos eran comprimidos y no entraban tan profundo y mi boca sentía que algo salía, era obvio que era su polla.
Me aparte y dejé su miembro salir solo. Era la primera vez que lo veía, no me sorprendió que fuera grande. Para describir era igual al de Lucario, solo que tenía una hilera de púas por el tronco y en parte de la punta; su tamaño era aproximadamente 25 cm y tenía casi el grosor de mi brazo, y lo que intimido más fue que también tenía un nudo, y sí era 3 veces el grosor de su miembro.
Mi cara de horror le provocó una sonrisa triunfante a Reyalado, tragué por el nerviosismo. Al ver que no reaccionaba, Koraidon me acarició mi espalda con su cola, lo que me tomó por sorpresa. Él me lanzó una señal con sus ojos, lo interpreté pensando que quería que jugará con su polla. Acerque mi mano a ella, pero su cola me detuvo en seco.
Estaba confundido por la acción y lo volví a mirar a los ojos quién me dió la misma señal de antes, fue ahí que entendí a qué se refería. No quería que atendiera su pene, si no su ano. Y si estaba nervioso antes ahora no tenía comparación. La verdad no sabía que hacer, y eso que ya tenía experiencia en el sexo, era como si volviera a mi primera vez.
Me aseguré de que entendí su señal está vez, con mi pulgar masajeé su entrada. Reyalado sacó un suspiro que lo dejo con la boca abierta y sacó su lengua, no pensé que fuera muy sensible. Seguí con el masaje, pero se que él quería más. Volví a tragar saliva y me acomode para tener mi rostro frente a su ano.
No voy a negar que me dió asco lo que iba hacer, acerqué mi lengua y me preparé para dar un beso negro. Me deje llevar por el momento y maniobré mi lengua por los pliegues de su entrada, su sabor era agradable, sabía más a sudor del día, decidí introducir mi lengua en su interior lo que causó a Koraidon otro espasmo de placer.
No voy a negar que deje de preocuparme por la higiene un momento, y saboreé su interior sin problema, ya más adelante me enteré que el mismo se enseñó a hacerce enemas con la manguera del jardín cada vez que iba al baño, supongo que nos observaba más de lo que creía.
Comencé a penetrarle con mis dedos y lo masturbaba con mi mano libre, los jadeos que Reyalado soltaba era señal de que lo estaba disfrutando. Podía sentir su líquido seminal chorrear, esto ayudó en el manejo de su gran miembro. Cuatro de mis dedos estaban expandiendo su entrada, su interior era apretado y caliente, no soporté más quería penetrar.
Me levanté nuevamente hasta quedar mi cadera a la altura de su ano y posicioné mi verga en su entrada. Observé su reacción y al notar que no había rechazó, deslicé firmemente mi virilidad hasta que pubis chocó con su piel, y ¡mierda santa!, su interior ardía, era increíble.
Sabía que no iba a durar por la estimulación, así comencé a follarlo rápido y duro, su miembro chocaba contra mi estómago, quería estimularlo también, solo que no podía perder la concentración de mi mete y saca. Avisé que estaba apunto de venirme y no me moleste en salir, terminé en su interior. Me avergonzaba no haber durado más, solo que el calor de sus intestinos era algo de otro mundo.
Mi erección se perdió y al salir, todo el semen escurría de su ano. Koraidon estaba un poco decepcionado, no lo culpó, trataba de levantarse, a lo que yo se lo impedí. Se que lo que estaba apunto de hacer era una locura, pero no iba a dejar que su primera vez insatisfecho.
Me armé de valor y me levanté hasta su pelvis, posicioné mi culo en la punta de su polla, que segregaba mucho líquido. Le pedí que me sujetará de mi cadera para no caer, y gracias a su lubricación, deslicé la punta de su pene en mi interior, era gruesa e igual que su culo era muy cálida. Me estaba meneando en la punta y cuando noté que me dilate lo suficiente, baje nuevamente hasta parar cuando dolía.
Ya tenía un tercio de su gran polla, era obvio que él quería reclamarme e insertar todo su miembro, pero nuestra confianza era lo suficiente para tenerlo al margen. Repetí el meneó con un poco de mete y saca, las púas de su miembro daban un cosquilleo en intestino, estuvimos casi 30 minutos con la cogida para luego retomar con la penetración hasta su segundo tercio.
Podía sentir mis piernas rendirse, aún con el agarre de Koraidon, estar en esa posición me estaba agotado. En un punto forcé mi cuerpo a aceptar el resto del pene, no voy a negar dolió y mucho, no obstante logré mi cometido. Exceptuando por su nudo, Reyalado me tenía totalmente poseído, me recosté en su pecho para recobrar fuerzas. Escuchaba los latidos acelerados de su corazón, el intercalado de sus jadeos con su ronroneo y como sacudía su pierna por la felicidad, era una sensación casi única.
Cuando recuperé fuerzas, le pedí que comenzará a moverse lentamente, él no perdió tiempo de cumplir. Con sus garras levantó un poco mis caderas para tener espacio, luego comenzó el típico baile. Sus pelvis se movía lenta, pero firme. El sendero de púas me sacaba gemidos con cada salida, era la primera vez que me sentía a la merced de alguien, quiero decir ya he sido pasivo antes solo que nunca sentí la dominación de alguien sobre mí.
Observé los ojos de Reyalado, estaban llenos de lujuria y jactancia, se mordía ligeramente sus labios tratando de controlarse. El plumaje de su cabeza se desplegó repentinamente, creo que es algo que hace su especie para mostrar su dominio, interesante.
Le pedí que aumentará la velocidad, él se lo todo muy literal ya que su ritmo era muy rápido. Su nudo chocaba fuertemente en mi ano, doblé mi espalda para mejorar la entrada su follada y amortiguó un poco el dolor, el sudor de nuestros cuerpos ya comenzaba a hacernos perder el agarre y perdíamos el ritmo. Le sugerí bajar del sofá y acostarnos en el suelo para estar más cómodos, tengo una alfombra y los cojines para estar a su altura.
Me puse de lado y él detrás mío sosteniendo mi pierna para dar paso a su pene, está vez la metió de una, por fortuna ya no me causaba dolor y retomó el ritmo anterior. Las penetraciones eran muy fuertes y profundas, me sentía lleno debido a su miembro, lo cuál es raro pero de una buena manera. Mi pene reaccionó al continuó estímulo de mi próstata, estaba a punto de terminar nuevamente.
Koraidon por instinto trataba de meter su nudo, pero lo regresaba a la realidad cuando lo llamaba a su nombre, si vuelvo a hacer esto lo primero será entrenarlo para no perderse en placer. Su ritmo bajo y su miembro pulsaba dentro mío, ya iba a terminar. Sus gruñidos cada vez eran más fuertes, en cierto punto pensé que iba a rugir por todo.
Reyalado sacó casi toda su verga y con una última y fuerte estocada, su semen comenzó a salir. La nueva sensación cálida de su semilla me hizo alcanzar mi propio orgasmo, era magnífico. Con la cantidad de líquido que expulsa sentí mi estómago expandir, así que con lo que me quedaba de fuerzas, saque su pene de mí interior.
Los dos estábamos en nuestros límites, ya no podíamos movernos por el cansancio. Dejé que Koraidon posará su todavía inflamado miembro por encima de mi cadera, cabe destacar que esté seguía escurriendo semen. Será un fastidio limpiar todo esto, pensé antes de caer dormido en mi improvisada cama de cojines. Reyalado también se durmió y me rodeó con su garra para dormir de cucharita.
No sé por cuánto tiempo dormimos, solo sé que en algún momento de la noche Anubis había regresado a casa y la escena que se encontró al entrar no fue de su agrado.
Anubis huyó de casa.
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